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Teatro

Juan Antonio Muñoz: "Desde que murió Maria Callas, nadie ha alcanzado ese nivel de compenetración con su trabajo musical y con su trabajo de amar"

marzo 8, 2024

Una nueva función de La última noche de Maria Callas se presentará el 9 de marzo en el Teatro Municipal de Viña del Mar. Su autor profundiza aquí en las características únicas de una de las mayores artistas del siglo XX.

Juan Antonio Muñoz: "Desde que murió Maria Callas, nadie ha alcanzado ese nivel de compenetración con su trabajo musical y con su trabajo de amar"

Una nueva función se programó para el 9 de marzo de 2024 de la obra La última noche de Maria Callas. Será en el Teatro Municipal de Viña del Mar (Plaza Vergara s/n°), a las 19 horas y con inscripción gratuita aquí.

Es por ello que recordamos la entrevista con su autor, Juan Antonio Muñoz, que publicamos en agosto pasado.

El periodista, poeta y crítico de ópera Juan Antonio Muñoz, autor de los libros El canto de los siglos. El misterio de la vozRomeo y Julieta. Tú o nadie. La violencia del amor; y Camino a Shakespeare, volvió estrenar una obra teatral en agosto de 2023. En junio de 2022 había debutado como dramaturgo con El sueño de Shakespeare, en el Teatro Centro Cultural Las Condes (ver entrevista al respecto aquí).

En ese mismo escenario, el 19 de agosto pasado se estrenó su nueva obra. La dedica a una de las artistas que más admira y que fue una de las mayores estrellas de la ópera en el siglo XX. La última noche de Maria Callas es protagonizada por Solange Lackington y cuenta con la dirección de Claudio Pueller y el diseño integral de Pablo Llao.

Radio Beethoven conversó al respecto con Juan Antonio Muñoz, quien profundiza en las características únicas de una de las grandes artistas del siglo XX, en la huella imborrable de su legado y también la capacidad de comunicar, como nadie la aflicción del espíritu, elemento clave para entender la admiración que Maria Callas sigue generando, a 46 años de su muerte y a sólo meses del centenario de su nacimiento.

Quisiera partir preguntándole por su relación con Maria Callas, el momento de encuentro que tuvo usted como auditor con ella y cómo lo marcó, tan tempranamente, además, en su vida.

«Sí, fue bien temprano, en verdad (ríe). Porque conocí a Maria Callas cuando yo estaba recién entrando en el mundo de la ópera, que finalmente se convirtió en un pivote de mi vida profesional (ríe). Yo tenía 14 años recién, Maria Callas había fallecido un año antes y aquí el sello Emi publicó un álbum doble dedicado a ella. Por supuesto que yo lo vi y lo quería tener (ríe) y mi papá me lo compró, haciendo un esfuerzo gigante, en ese tiempo los discos eran caros, y éste era un disco doble y era una edición, además, limitada. Y me lo compró. Yo no había escuchado nunca la voz de la Callas, puse el disco y no podía creer lo que estaba escuchando. Era una voz que me transportaba a otro lugar, que me hablaba de sensaciones, de emociones y de una especie de aflicción del espíritu tan tremenda que era conmovedor. A mí, que ya me había metido en el mundo de la ópera, esto por supuesto que me hizo entrar absolutamente de lleno. Desde entonces no dejé de escuchar a la Callas».

«Si uno escucha a la Callas, hasta en las partes más cómicas, tiene una reverberación que habla de la aflicción del espíritu. Y yo creo que es eso precisamente lo que la conecta a ella con las profundidades de la ópera, porque la ópera es un canto de amor y de muerte, y eso ella lo tuvo muy incorporado a su forma de cantar desde el inicio».

Juan Antonio Muñoz.

¿Qué hay en Maria Callas que la hace ser mucho más que una intérprete? ¿Hay algo que transmuta ella de los roles?

«Sin duda. La Callas parece que se apropiara absolutamente del carácter hasta convertirlo en algo propio de ella, es decir, es como que tomara lo esencial de ese carácter y a través de su propia personalidad artística y como mujer elabora un cuadro, un retrato que es tan vívido que pareciera que uno de alguna manera está presenciando la creación del personaje de manera real. Siempre comento yo que es muy impresionante escuchar lo que sucede con Maria Callas en una ópera que nunca cantó en escena, La Bohème de Puccini. Ella nunca cantó esa ópera en escena, sin embargo la grabó. Si uno escucha el desarrollo del personaje, uno ve crecer el personaje de Mimi de una manera insospechada y en el último acto, si uno pone atención a lo que se canta y cómo lo canta ella, pareciera que ese personaje de verdad estuviera muriéndose. Eso yo no lo he escuchado en ningún otro intérprete. Era capaz de transformar la música en una especie de relicario del dolor humano. Si uno escucha a la Callas, hasta en las partes más cómicas, tiene una reverberación que habla de la aflicción del espíritu. Y yo creo que es eso precisamente lo que la conecta a ella con las profundidades de la ópera, porque la ópera es un canto de amor y de muerte, y eso ella lo tuvo muy incorporado a su forma de cantar desde el inicio».

Maria Callas (1923-1977).

El 2 de diciembre se conmemorarán cien años del nacimiento de Maria Callles. Una soprano estadounidense de origen griego que abordó un enorme repertorio, desde el bel canto hasta el verismo y Wagner, bautizada como «La Divina» en 1951, tras su debut en La Scala de Milán, exhibió una combinación única de talento dramático y musicalidad, y supo reposicionar la teatralidad escénica en el corazón de la ópera. Maria Callas se convirtió en un referente en Norma, La Traviata, Tosca, La Sonnambula, Lucia di Lammermoor y Medea. Su primer éxito fue en 1942, en la Ópera de Atenas, y su última actuación fue en 1965, en el Convent Garden, en ambas ocasiones, con Tosca.

Pensando en el rol histórico que jugó Maria Callas ¿cómo marca el canto lírico y el devenir de la ópera? ¿Cómo es posible, después, seguir cantando para otras figuras? En el fondo, ¿cuál es su influencia?

«Bueno, tiene influencia en múltiples aspectos. Primero, yo creo que, como dice mi amiga Sylvia Saas, Maria Callas dio a la ópera las dimensiones del cine. Amplificó la imagen de los personajes al punto de convertirlos casi en una obra de arte cinematográfica. Y, claro, la Callas produjo, además, una revolución en términos de lo que era el canto. Gracias a su maravilloso instrumento, ella pudo volver a hacer aquellos personajes que, debido a la inexistencia de voces adecuadas, habían sido destinados a otro tipo de voces. Ella rehabilitó un repertorio para las sopranos dramáticas d’agilità que estaba consignado a las sopranos de coloratura. Junto con eso, ella reposicionó muchos títulos del bel canto que, por lo mismo, estaban totalmente olvidados, como Anna Bolena, por ejemplo, de Donizetti, Il Pirata de Bellini, La Vestale, de Sportini, títulos que no se daban porque no había quién pudiera cantarlos. Ahora, sin duda ser soprano en el período posterior a la Callas fue problemático, porque los roles que ella abordó, los abordó en tal grado de plenitud que es muy difícil poder alcanzar el nivel que ella alcanza. La comparación es inevitable, hoy día uno escucha una Norma de Bellini, y hay un mundo de diferencia entre las interpretaciones actuales y lo que era capaz de hacer Maria Callas, lo mismo en títulos como La Traviata. La Traviata es una ópera que por muchos años no se podía prácticamente dar en los grandes teatros donde Callas había cantado, porque era muy difícil encontrar a una soprano capaz de hacer lo que ella hacía. Y yo creo que hasta en la actualidad quienes intentan interpretar ese tipo de roles lamentablemente se ven sometidas a este tremendo fantasma que es la Maria Callas (ríe). Hay tantas óperas que recién ahora, con el paso de las décadas, han comenzado a volverse a estrenar en los teatros porque el recuerdo de ella era imperecedero. El Pirata, por ejemplo, hace muy poco se retomó en La Scala. Tuvo que pasar mucho tiempo antes que La Scala reprogramara Norma, recién en los años 70, cuando estaba Montserrat Caballé, y así sucede con muchos otros roles. Sin duda es una parámetro con el que deben medirse quienes intenten interpretar estos roles. Claro, en el recuerdo del público operático siempre van  estar esas grabaciones inmortales que han fijado, de alguna manera, lo que se tiene que hacer con este rol».

Solange Lanckington, en La última noche de Maria Callas. Foto: Pablo Llao.

¿Cuál fue su punto de partida para esta nueva aventura teatral, para hacer una dramaturgia con una figura tan importante como Maria Callas, quien hizo mucho en una vida bastante breve?

«Hizo mucho en una vida breve, piensa tú que ella murió a los 53 años. ¿Qué se hace en este caso? A mí me costó mucho resolverme a escribir porque conocía mucho al personaje y eso, más que ayudarme, me ponía las cosas más difíciles todavía, porque uno no sabe qué por dónde partir y no sabe qué dejar afuera, pues parece que todo es importante cuando uno conoce demasiado. De pronto, después de mucho rato, logre entregarme a este juego de volver a escribir una pieza para el teatro, después de una conversación con Gonzalo Montero, que fue quien me pidió hacer la obra. Yo le había dicho que no, y hablamos mucho. Y un día, después de una conversación bien larga sobre el tema yo dije que lo único que se me ocurriría poder hacer es pensar a Maria Callas la noche antes de su muerte, en que ella de alguna manera recapitula lo que fue su vida. Va a los puntos esenciales de su arte, habla acerca de sus propias contradicciones y de cuáles fueron sus grandes dolores. Y en base a eso armé este trabajo. La mayor parte de los textos son de Maria Callas, tomados de revistas y de sus cartas, y también hay textos que son propia ficción mía en relación a cómo observo yo que ella construía sus personajes. El punto el punto de partida es ése. No es una obra que va a hablar acerca de los escándalos de Maria Callas, no. Es una obra que habla de la mujer Maria Callas enfrentada al personaje de la artista; ella misma dice ‘soy Maria y soy la Callas y debo responder por las dos’, y va a hablar acerca de su arte, su forma de entender la música y de entregarla al público, y la importancia que tenía el público para ella. Y también va a hablar respecto de su soledad interior, que es algo que la marca  desde el inicio de su vida hasta el día de su muerte, y de su necesidad de ser amada, que se expresa tanto en esta entrega absoluta a la música y al público, como también en esa búsqueda que no consigue nunca del amor de un hombre. Es una obra íntima, que mira a la Callas hacia adentro, y que termina en un profundo recogimiento porque ella está por morir. Aparece la Callas fiera en algún minuto, pero en general es una Callas que está mirándose a sí misma, reflexionando sobre su vida y sobre su arte».

La última noche de Maria Callas será protagonizada por Solange Lackington. ¿Cómo es para usted poder contar y poder trabajar con una actriz tan versátil y, al mismo tiempo, tan profunda también?

«Ha sido maravilloso. Ella leyó el texto, se enamoró del texto y del personaje. Ha estudiado, pero infinito. Realmente ha sido un trabajo de una sensibilidad, de una sutileza… Ella tiene la gracia de meterse en los textos de una manera muy profunda y esto se refleja rápidamente en sus miradas, en la forma en la que llega a musitar a veces, a veces las palabras en ella apenas salen, tal como sucedía en la Callas cuando la Callas cantaba roles como La Traviata por ejemplo, cuando en su último acto las palabras apenas fluían. Eso mismo lo logra ella en su actuación, es muy bonito esto. Ha sido un placer trabajar con ella, está totalmente sumida escuchando a la Callas. Ha sido una verdadera delicia en realidad y además un honor que ella haya aceptado hacerlo».

Solange Lanckington, caracterizada para La última noche de Maria Callas. Foto: Juan Antonio Muñoz.

¿Habrá recursos musicales incorporados también en esta obra teatral?

«Sí, claro. Hay fragmentos musicales, no demasiados, y hay algunos videos. Claro que los hay, porque la voz de ella tiene que estar, como también su imagen».

Pensando en los auditores de Radio Beethoven, ¿qué les diría a modo de invitación? ¿Qué van a encontrar en La ultima noche de Maria Callas?

«Van a encontrar a una mujer enorme que ofreció su vida en el altar del arte, que entregó un mundo de emociones, de aflicción y de música, con un público enorme que la seguía y la perseguía, y una mujer que cambió para siempre el concepto de ópera lírica. Una mujer que, junto a tener una voz de extraordinario poder, tenía una profunda capacidad interpretativa y motivaba en el público que la escuchaba y la veía una evocación de algo que cada persona podía comprender de un modo diferente. Es realmente una artista de un tamaño que no existe otra. Desde que murió Maria Callas nadie ha alcanzado ese nivel de compenetración con su trabajo musical y con su trabajo de amar».

Ficha técnica
Actuación: Solange Lackington | Dirección: Claudio Pueller | Dramaturgia: Juan Antonio Muñoz | Diseño integral: Pablo Llao | Vestuario: Jorge “Chino” González 1 Iluminación: Ángel Solovera | Maquillaje y caracterización: Franklin Sepúlveda.

Por Romina de la Sotta Donoso | 18-08-2023.

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