Santiago Cerda, director de Los Andes Big Band: «Estrenaremos en Chile el Segundo Concierto Sagrado de Duke Ellington para celebrar los 125 años de su natalicio»
Santiago Cerda, director de Los Andes Big Band: "Estrenaremos en Chile el Segundo Concierto Sagrado de Duke Ellington para celebrar los 125 años de su natalicio"
octubre 1, 2024
Una de las partituras más espirituales del célebre compositor estadounidense será interpretada junto al Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador. Será el 4 de octubre en la Catedral de Santiago.
photo_cameraSantiago Cerda Contreras, director de Los Andes Big Band.
Con más de 350 conciertos y una constante y fundamental presencia en la escena local, Los Andes Big Band cumplió recientemente 30 años de trayectoria. Para celebrarlo, esta agrupación se concentró en la preparación de una obra que su director, Santiago Cerda Contreras califica como «de largo aliento» y ha venido presentando en vivo selecciones de esa creación, preparando lo que será una gran conmemoración en la Catedral Metropolitana de Santiago.
El viernes 4 de octubre, a las 19 horas, Los Andes Big Band y Ensamble Vocal Taktus estrenarán en Chile el Segundo Concierto Sagrado de Duke Ellington. Celebrarán los 125 años del natalicio del célebre compositor y pianista estadounidense, cuya música, indica Cerda Contreras, «fue capaz de trascender barreras culturales y raciales convirtiéndose en una expresión universal de humanidad y arte”, y también los diez años de trayectoria del coro que dirige Javiera Lara Salvador.
Sobre este desafío interpretativo y también sobre lo que ha convertido a esta big band en una agrupación de referencia en nuestro país, Radio Beethoven ha conversado con Santiago Cerda Contreras.
«Los Andes Big Band fue fundada en el año 1993 en el Club de Jazz de Santiago, cuando estaba ubicado en Macul, en José Pedro Alessandri. Esta agrupación nació por la necesidad que había en varios músicos de poder practicar música, específicamente tocar arreglos para big band, que es un formato instrumental que se caracteriza por ser una gran orquesta. Tiene una sección rítmica y una sección de vientos. La sección rítmica está formada por batería, bajo, guitarra y piano, y la sección de vientos por cinco saxofones, cuatro trombones y cuatro trompetas», explica Santiago Cerda Contreras.
Las orquestas que volvieron famoso a este formato, puntualiza, fueron las de Duke Ellignton, Glenn Miller, Tommy Dorsey y Count Basie.
La motivación para formar esta orquesta en particular, señala el director de Los Andes Big Band, estaba en poder tocar música de las grandes orquestas, es decir canciones estándar creadas por muchos compositores, en los ámbitos del jazz, latin jazz y swing, así como baladas estándar y mambo como los de Pérez Prado.
En el pasado, ése era un repertorio que tenía muchísimos fanáticos y también abundantes agrupaciones se dedicaban a él. Pero cuando ustedes nacen, en los años 90, ya no había tantas agrupaciones que lo interpretaran, ¿no?
«Sin duda. En Chile, la más famosa es la Huambaly, que era una gran orquesta. Aunque no estaba completa, porque no tenía sección de trombones, es una buena referencia. La motivación era tocar jazz en formatos grandes y tocar específicamente arreglos, lo que era desafiante para los músicos del momento y sigue siéndolo en la actualidad. Ahora hay muchas big bands».
Carlos Cerda Contreras ingresó a la orquesta como trompetista. «Pero yo tenía experiencia tocando música popular bailable en orquestas de salsa, y me vi en la obligación de empezar a hacer arreglos instrumentales. Y una vez que empecé a hacer muchos arreglos, ya no podía tocar (ríe), sino que más bien me dediqué a dirigir, y al estar al frente de la orquesta, dejé de tocar como instrumentista dentro de la fila de trompetistas. En los inicios, tocábamos regularmente en el Club de Jazz, ensayábamos dos veces por semana para poder estar en training y poder rendir, porque los arreglos son exigentes», comenta el director.
En el año 2000 conquistaron un Fondart para grabar música original, Santiago Cerda Contreras compuso la obra Suite Latinoamericana y produjeron un disco. «Involucraba siete temas inspirados en ritmos latinoamericanos. Están los ritmos de cueca, de samba, bossa nova, bolero, chachachá, vals, por nombrar algunos, y tuvo bastante éxito eso», detalla.
Lo estrenaron en Teatro Baquedano, y Flora Inostroza, entonces directora de Semanas Musicales de Frutillar, los invitó a tocar allá. «Tocamos la Suite Latinoamericana más otras músicas también, que eran standars principalmente de compositores como Lalo Schiffrin, Duke Ellington y Count Basie, y eso generó que pudiésemos hacer muchos conciertos. Ahí vino un ciclo de cuatro años seguidos con un programa que se llamaba ‘Jazz en la universidad’, entonces tocábamos en el Baquedano en Santiago, para la Universidad de Chile, y hacíamos el mismo programa a la semana siguiente en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María», cuenta Santiago Cerda Contreras.
En 2007 se adjudicaron un Fondo de la Música y Cerda Contreras compuso Suite Chilena para Big Band para celebrar el Bicentenario de la Independencia de Chile. «Esa obra estaba desarrollada sobre ritmos locales, ritmos chilenos específicamente, entonces hay una pieza que se llama Pacha Mama que está desarrollada sobre ritmos del cachimbo, toques de quena y sobre el huayno. También hay una pieza que se llama Andacollo que está basada en danzas, ritmos, de la fiesta religiosa de Andacollo. Hay otra pieza que se llama Kaweskar, que está basada en unas melodías de una canción de amor de la kaweskar Angelita Molinari que fue grabada a inicios de los años 70. También está La Porteña, que es una cueca sofisticada en lenguaje de jazz y hay otra pieza que se titula Nguillatún«, explica el director y compositor.
Asimismo, a lo largo de los años, Los Andes Big Band ha desarrollado programas muy variados. Por ejemplo, de música de cine, considerando que el jazz suele ser un componente de bandas sonoras. «También hemos incorporado música latina: boleros, mambos, canciones pop, incluso música de Violeta Parra arreglada para el formato de big band, además de repertorio original», indica el director de la orquesta.
Ahora, en tanto, colaborarán con una agrupación coral de altísimos estándares: el Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador.
En el concierto que darán el 4 de octubre, van a estrenar en Chile una obra de la cual ya han presentado algunas selecciones en vivos. ¿Nos puede comentar cómo será esa presentación?
«Correcto. El 4 de octubre vamos a estrenar el Segundo Concierto Sagrado de Duke Ellington. La motivación principal es que este año 2024 se cumplen 125 años del natalicio de Duke Ellington, entonces a nivel mundial hay actividades al respecto; Winston Marsallis con la Lincoln Center Big Band y muchas otras instituciones están celebrando ese aniversario. Nosotros, motivados también porque hemos hecho mucho repertorio de Duke Ellington, abordamos ahora una composición que él hizo alrededor de 1968. Entonces, él hizo tres conciertos que son obras inspiradas en el jazz, en el gospel y en los spirituals. A petición de un obispo de la época de Los Angeles California para consagrar una catedral, se le pidió a Ellington que compusiera una obra con elementos religiosos. Entonces él compuso un Concierto Sagrado. Nosotros vamos a hacer el Segundo Concierto Sagrado, que involucra el uso de una big band, el uso de un coro, cantantes solistas e instrumentistas solistas. Aquí en Chile no se ha hecho, seguramente porque es una obra desafiante en el sentido técnico, porque hay que tener un coro que sea capaz de estudiar el lenguaje jazzístico; el swing feeling y el fraseo, pero encontramos al Ensamble Vocal Taktus, que dirige Javiera Lara Salvador y que es un coro que aborda repertorio no conocido, que no es el estándar de los coros. Así que hemos estado estudiando este primer semestre el Segundo Concierto Sagrado de Duke Ellington. La idea es celebrar los 125 años del natalicio de Duke Ellington, que fue un compositor, pianista, director y líder, que durante toda su vida, hasta su fallecimiento en 1974 estuvo siempre vigente en la big band. Aunque en los últimos años pasó la época de la era de las big band o la era del swing, que fue en los años 30 y 40, su big band es una de las que se mantuvieron vigentes, haciendo ya no música de baile, sino que música de concierto. Y Ellington tuvo la genialidad de componer tres conciertos, tres obras diferentes. Nosotros vamos a abordar el Concierto n°2, el Segundo Concierto y vamos a hacerlo en la Catedral Metropolitana de Santiago el 4 de octubre».
Los tres Conciertos Sagrados de Duke Ellington, enfatiza Santiago Cerda Contreras, «son tres composiciones de largo aliento que involucran alabanzas, canciones, oraciones cantadas». Ellas se inspiran en la fe y en valores universales como la libertad.
Pero no corresponden a la forma de concierto, en el sentido de que hay un instrumento solista y orquesta acompañante, ¿no?
Exactamente, no tiene la forma de concierto clásico. Podríamos decir que es una suite. En este caso, en el Segundo Concierto Sagrado, hay arias, partes orquestales solas, canciones acompañadas de solistas y acompañadas de orquesta. Hay partes de cantantes solista con piano, hay partes de coro a cappella, hay partes de coro con orquesta».
De los tres, indica, «es el más divulgado universalmente, porque se toca en Estados Unidos y en Europa. Se toca mucho porque están las partituras a disposición. Es una preciosa y maravillosa obra musical de Duke Ellington».
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