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Música

Raimundo Luco convoca a una orquesta para su concierto de título

septiembre 6, 2022

El guitarrista de 23 años de edad abordará el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo el 9 de septiembre. La dirección será de Alejandro Reyes y se le sumará Luis Orlandini en el Concierto Madrigal, también del compositor español.

Raimundo Luco convoca a una orquesta para su concierto de título

Raimundo Luco Lagos. Foto: Jorja Obando.

Raimundo Luco Lagos (1998) ingresó como estudiante al Instituto de Música UC en 2014, cuando tenía 15 años de edad. Ahora está pronto a dar su concierto de título, examen final para titularse como intérprete en guitarra.

El programa que ha preparado es particularmente interesante. En vez de ofrecer un recital solo o de cámara, decidió abordar el formato de solista y orquesta, y convocó a 30 intérpretes, entre estudiantes y profesionales.

Raimundo Luco interpretará una obra emblemática del repertorio: el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. Además de eso, invitó a su profesor, el célebre guitarrista Luis Orlandini, para abordar juntos el Concierto Madrigal, también del compositor español. La dirección estará a cargo del profesor Alejandro Reyes.

Raimundo Luco y la orquesta, ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

Este concierto se realizará el viernes 9 de septiembre en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300) y tendrá acceso liberado, por orden de llegada y con pase de movilidad.

¿Por qué decidió trabajar en repertorio para solista y orquesta en su concierto de título?

«Dentro de lo tradicional que es este repertorio, me atrajo mucho la novedad. Porque hay algo novedoso en la instancia y en la formación. El concierto de título suele ser una instancia donde uno se presenta solo, o con un pianista acompañante o con grupo de cámara reducido. Yo siempre había querido tocar el Concierto de Aranjuez, vi aquí la oportunidad y quise hacerlo de la mejor manera, que es con orquesta. Con el Concierto de Aranjuez, Joaquín Rodrigo retomó una tradición que se había perdido y por eso es muy significativo interpretarlo a través de su sonoridad original, que es para guitarra y orquesta, y no con un pianista acompañante». 

Antes del famosísimo Concierto de Aranjuez, que fue estrenado en 1939, Mauro Giuliani había escrito conciertos para guitarra y orquesta a inicios del siglo XIX, en el período clásico romántico y con el instrumento de la época. «Con él había desaparecido esta tradición y tuvieron que pasar varios años para que se retomara recién con Joaquín Rodrigo», indica Luco. 

¿Cómo convocó a la orquesta? ¿Fue complejo?

«Sin mis amigos y los contactos adecuados hubiese sido imposible. Hice llamadas, pero más que nada fueron mis amistades, sobre todo la flautista Vanessa Durán quien me ayudó a hacer la nómina principal al comienzo. Ahí fuimos hilando. Luego, el apoyo constante de amigos como el oboísta Jorge Cabrera, el clarinetista Nicolás Guerrero, el flautista Sebastián Rodríguez y el fagotista Pablo Ortiz fue fundamental para el recambio que se fue generando a lo largo de los meses. Pablo fue crucial también al ayudar con el traslado, ya que durante varias semanas tuvimos que transportar tanto el material de la orquesta como instrumentos y alimentos. Quiero destacar también el trabajo de las y los funcionarios María Canelo, Carlos Mira, Carlos Arriagada, Cecilia Pizarro y Juan Retamales quienes con la siempre mejor voluntad prepararon el espacio para cada ensayo. Estaré eternamente agradecido de quienes aceptaron integrar esta orquesta y poner a disposición su enorme talento y trabajo para el desarrollo de este proyecto».

Ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

¿Son todos estudiantes de Música UC o hay también invitados?

«En total son 30 músicos, además del director, Alejandro Reyes, y Luis Orlandini que me va a acompañar en uno de los conciertos. La mayoría son estudiantes del Instituto de Música UC, pero también hay algunos que ya están titulados, y otros que son de otras casas de estudio. El grueso, cerca de dos tercios, son del Instituto de Música UC». 

¿Por qué sumó el Concierto Madrigal, también de Joaquín Rodrigo, que es para dos guitarras solistas y orquesta?

«El repertorio que elegí busca mostrar la sonoridad de Joaquín Rodrigo a través de dos conciertos emblemáticos para guitarra y orquesta compuestos por él. Este compositor tiene una variedad de formaciones en cuanto a guitarras; hay conciertos que son para una guitarra, como es el caso del Concierto de Aranjuez y la Fantasía para un gentilhombre, y hay conciertos para dos guitarras, como es el caso del Concierto Madrigal. La verdad es queme hubiese encantado incluir también el Concierto Andaluz, que es para cuatro guitarras y orquesta, hubiese sido maravilloso para poder abarcar todas estas formaciones que hizo con la guitarra y orquesta, pero en pos del tiempo decidí hacer estos dos». 

Luis Orlandini, en ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

¿Y por qué invitó a su profesor, Luis Orlandini, para el Concierto Madrigal?

«Por el vínculo que tenemos de estudiante-profesor, hace muchos años, y sobre todo porque tenemos ahora un proyecto de dúo estable. Me pareció la persona más indicada, e idónea, y con la experiencia necesaria para abarcar un proyecto como éste».

El dúo Luco & Orlandini nació cuando el joven guitarrista invitó a su maestro a tocar en el ciclo Intérpretes del Siglo XXI, del Instituto de Música UC, en noviembre pasado. Entonces, Luis Orlandini, destacó que Luco «es un estudiante muy destacado, está terminando su carrera y ha dado muestras de ser un verdadero artista. No me atrevo a decir esas palabras con tanta facilidad, pero en el caso de él, sí me atrevo a decirlo. Es un artista de gran, pero gran proyección, de una gran cultura y de unas capacidades superlativas». Como dúo ya han dado abundantes conciertos, con una línea editorial diferenciadora (ver nota aquí).

Raimundo Luco en ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

Entre el Concierto Madrigal y el de Aranjuez, además de la formación, ¿hay grandes diferencias en términos de carácter o en la relación entre solista o solistas y orquesta?

«Muy buena pregunta. Corresponden, por supuesto, al lenguaje propio de Joaquín Rodrigo, que es nacionalista. Ahora, hay diferencias muy evidentes. El Concierto de Aranjuez tiene tres movimientos, en un orden bastante tradicional, comenzando con un Allegro con spirito, después el tan conocido Adagio y el Allegro gentile. En el caso del Concierto Madrigal, que fue posterior, son diez movimientos al estilo de una suite y está basado justamente en la forma del madrigal, entonces hay un lenguaje muy distinto, donde Joaquín Rodrigo rescata música de tiempos pasados y la lleva a la actualidad de una manera completamente novedosa».

¿Cómo se integra Alejandro Reyes al proyecto? ¿Fue profesor suyo en algún ramo?

«La verdad es que yo nunca tuve clases con Alejandro Reyes, nunca había conversado con él. Y por eso fue tanta mi sorpresa cuando le fui a proponer esto: fue una acogida maravillosa. Al parecer, Alejandro es una persona que disfruta mucho del hecho de hacer música, y cuando vio la oportunidad de dirigir algo como esto, yo lo vi muy contento. Ha sido un trabajo maravilloso con él, y una sorpresa porque nunca había tenido ningún contacto».

Alejandro Reyes, en un ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

¿Le gustaría invitar a los auditores de Radio Beethoven a su concierto de título?

«Por supuesto. Quiero invitarlos e invitarlas muy cordialmente a mi concierto de título, que es el cierre de una etapa muy linda para mi, donde estaré interpretando con una orquesta de 30 personas auto-convocadas el Concierto de Aranjuez y el Concierto Madrigal, ambos de Joaquín Rodrigo, bajo la batuta de Alejandro Reyes, y con la participación especial de mi profesor, Luis Orlandini».

Ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

Además de la posibilidad de apreciar a tantos jóvenes intérpretes actuando con dos profesores, ¿qué encontrará el público en la música? ¿Qué tipo de viaje es?

«Creo que éste es un viaje directamente a España, a las sonoridades españolas, pero sobre todo una oportunidad para escuchar un repertorio que no se escucha junto generalmente. Cuando uno hace un concierto para solista y orquesta, suele ser en un contexto donde hay una obertura y una sinfonía. Entonces esto es algo bastante extraordinario, que en sí ya es atractivo».

Después del concierto de título, ¿qué viene de acá al próximo año? ¿Concentrarse en el dúo con Luis Orlandini? ¿Postular a algún posgrado?

«Varias cosas. Continuar, por supuesto, con el dúo que tengo con Luis Orlandini y que tiene grandes proyecciones: ojalá una o incluso dos giras para el próximo año y consolidar el proyecto de disco. Pero también por otra parte quiero comenzar mi carrera como solista, para eso pienso viajar y perfeccionarme. Tengo la suerte de estar aceptado en una universidad en Alemania para la que necesito el financiamiento por lo que ahora estoy en proceso de postulaciones a distintas becas que me ayuden con eso. Pero también sigo grabando cosas por mi cuenta, solo. Me interesa mucho la producción de material audiovisual en torno al repertorio, para hacer un gran trabajo de difusión y así llegar a nuevos públicos. Por otra parte, como miembro de la Sociedad de Folclor Chileno y encargado de la sección de guitarra clásica del Archivo Alfonso Letelier, seguiré trabajando en la selección y ejecución de piezas de compositores chilenos. También me encantaría grabar música, por ejemplo, hacer un disco de música de compositores chilenos, porque hay muchos buenos compositores chilenos».

¿Con quién y dónde ya fue aceptado para seguir estudiando en Alemania?

«Con el profesor Johannes Monno en la Staatlichen Hochschule für Musik und Darstellende Kunst de Stuttgart. Ésa es la opción más segura, pero estoy barajando otras».

Raimundo Luco en ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

Ficha artística: intérpretes que actuarán en el concierto

Dirección: Alejandro Reyes | Guitarras solistas: Raimundo Luco y Luis Orlandini | Concertino: Anaís Burgos | Violines primeros: Felipe González,
Carla San Martín, Claudio Ordóñez y Juan Pablo Castro | Violines segundos: Felipe Escobar, Camila Andrade, Valentina Fuentes, Erika Prado y Makarena Mendoza | Violas: Gonzalo Hernández, Miguel Boettiger, Christofer Mariani y Luciano España | Violonchelos: Nicolás Díaz, Marcelo Mella y Constanza Bustos | Contrabajos: Ignacio Rodríguez y Trinidad Murua | Flauta 1: Sebastián Rodríguez | Flauta 2 y piccolo: Vanessa Durán | Oboe 1: Camila Morales | Oboe 2 y corno inglés: Jorge Cabrera | Clarinetes: Nicolás Guerrero y Fernando Arellano | Fagotes: Pablo Ortiz y Montserrat Tapia | Cornos: Roberto Aguirre y Matías Milla | Trompetas: Juan Antipán y
Michael Araneda.

Ensayo. Foto: Nicolás Pérez Muñoz.

“La sonoridad de Joaquín Rodrigo: Dos conciertos emblemáticos de la
guitarra clásica”, notas al programa de Raimundo Luco

La guitarra clásica que conocemos en la actualidad surgió en España a inicios del siglo XIX gracias a las modificaciones que introdujo Antonio de Torres (1817–1892) a la guitarra barroca. Sin embargo, desde los inicios de la historia de la guitarra, solo Mauro Giuliani (1781–1829) había desarrollado el concierto solista para guitarra y no sería hasta mediados del siglo XX, con la obra de Joaquín Rodrigo (1901–1999), que se recuperaría esta tradición para consolidarla dentro del repertorio para guitarra clásica.

Rodrigo nació en Sagunto el 22 de noviembre de 1901. A sus cuatro años se mudó con su familia a Valencia, donde comenzó su formación musical en el Conservatorio de la ciudad. Para 1921 se había convertido en un excelente pianista y un compositor familiarizado con las corrientes estilísticas más influyentes de la época.

Luego, en 1927, se fue a estudiar a París, lugar donde compartiría con los artistas más importantes de ese periodo. Respecto a su música, se puede destacar que, desde sus primeras composiciones, siempre buscó incluir melodías y sonoridades populares españolas. Esta búsqueda se tradujo en que su obra representa una simbiosis entre la música tradicional folklórica española y la tradición clásica europea.

Asimismo, durante el siglo XX y tras la muerte de Giuliani, la combinación de orquesta y guitarra se mantendría como una apuesta arriesgada, puesto que este instrumento no había logrado adquirir el prestigio de otros instrumentos solistas como el piano, el violín y el violonchelo. No obstante, siguiendo su impulso artístico, Rodrigo revirtió esta situación a través de un ciclo de ocho obras compuestas entre 1939 y 1982. Para esta ocasión, se abordarán el Concierto de Aranjuez, obra fundacional de este ciclo, y el Concierto Madrigal, la penúltima de este conjunto de composiciones. Sin embargo, el recital comenzará con el segundo de estos dos conciertos para así poder apreciar de manera más novedosa el paso del tiempo en
un compositor.

El Concierto Madrigal es un concierto para dos guitarras y orquesta que consta de diez cortos movimientos a la manera de Suite y que fue compuesto en 1966 pero que no vio la luz de los escenarios hasta 1970. En esta obra, el compositor se remonta al Siglo de Oro español, pues toma como inspiración el madrigal O felici occhi miei de Jacques Arcadelt (1507 – 1568). Aquí, Rodrigo utiliza la melodía de este madrigal como base para cada movimiento, la cual disfraza a través de variaciones y con la evocación de distintas épocas españolas mediante un villancico, dos fanfarrias, un fandango, un zapateo, e incluso los primeros acordes del Concierto de Aranjuez. Además, todo se encuentra revestido de elementos modernos propios del siglo XX, por lo que cada movimiento conduce a un ambiente
y escenario particular.

A continuación, se escuchará el Concierto de Aranjuez. Este fue compuesto en 1939 y representa un hito cuyas repercusiones son inconmensurables, pues, mediante un estilo neoclásico y neorromántico, Rodrigo logra posicionar a la guitarra como un instrumento digno un concierto solista. Asimismo, el compositor recoge de la tradición clásica la estructura de tres movimientos. El primero, Allegro con spirito, se caracteriza por una energía y alegría rítmica que cautivan a cualquier oyente. Luego, el segundo, Adagio, nos traslada a un ambiente más reflexivo y emotivo a través de un diálogo entre la guitarra y los instrumentos solistas de la orquesta. Finalmente, el tercer movimiento, Allegro gentile, evidencia la elegante sencillez musical de Rodrigo mediante la evocación de una danza cortesana y la alternancia entre un pulso binario y ternario.

Ambos conciertos permiten experimentar una síntesis de las capacidades musicales de Rodrigo. Por un lado, reflejan la simbiosis musical entre la tradición folclórica española y la tradición clásica europea. Por otro, evidencian la capacidad compositiva de Rodrigo, ya que logra que la guitarra no se diluya ante el sonido de la orquesta, mientras demanda una exigencia artística que logra sacar lo máximo del intérprete y de sus capacidades musicales. En otra palabras, en estos conciertos se plasma en plenitud el mundo sonoro de uno de los más grandes compositores que la guitarra ha tenido el privilegio de tener.

Revise un tráiler desarrollado por Nicolás Pérez, a continuación.

Por Romina de la Sotta Donoso 06-09-2022.

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