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Música

Miquel Bernat: "Echarle la espalda a la creación es lo peor que puede hacer una sociedad"

junio 21, 2022

El reconocido percusionista valenciano, miembro fundador del célebre Ictus, debuta en Chile con el Drumming Grupo de Percussão en un concierto gratuito lleno de estrenos. “La humanidad es una historia de reinvención total“, dice.

Miquel Bernat: "Echarle la espalda a la creación es lo peor que puede hacer una sociedad"

Miquel Bernat. Foto: Susana Neves.

Miquel Bernat (1966) es una figura clave, a nivel europeo, de la percusión. Miembro fundador del Ictus de Bruselas, este músico valenciano fundó en 1999 el Drumming Grupo de Percussão, con sede en Oporto. El conjunto ha comisionado y estrenado más de 140 obras, y trabaja con los más variados repertorios.

Su quehacer es posible gracias al apoyo de la Dirección General de Artes del Ministerio de Cultura Portugués, entidad que ha hecho viable además una gira sudamericana del conjunto. Su gira se inició el 20 de junio y darán clases magistrales y conciertos en la Escola de Música do Estado de São Paulo Tom Jobim, la Universidad de Campinas, la Universidad de General Roca de la Fundación Cultural Patagonia y también en el Instituto de Música UC.

El viernes 24 de junio, el Drumming Grupo de Percussão ofrecerá un concierto gratuito a las 19:00 horas, en el Auditorio de Música UC (Jaime Guzmán 3.300), con un aforo de 50 personas e inscripciones gratuitas aquí.

El conjunto vendrá en formato de cuarteto de marimbas: junto con Miquel Bernat vienen Daniel Araujo, João Miguel Braga Simões y Jorge Pereira. Ofrecerán una panorámica de la creación actual, con el estreno en Chile de seis obras escritas en los últimos 20 años por compositores de Portugal, Australia y Estados Unidos, además el estreno mundial de una obra comisionada a Cristian Morales Ossio, compositor chileno y profesor del Instituto de Música UC.

El programa será el siguiente: Stream (2020) de Tim Ferchen (Estados Unidos), Short Cuts (2003-04) de Luis Tinoco (Portugal), Rebana Loops (2006) de David Pye (Australia), seguidas por tres piezas de la serie TimePoem de Carlos Guedes (Portugal): Sliding Pulses (2021), Euclidean Imbalances (2022) y The Eternal Ricard (2022), para cerrar con Woodness (2022) de Cristian Morales-Ossio.

El mismo viernes 24 tendrán ensayos abiertos, de 10:00 a 17:00 horas, y a las 11:00 horas del sábado 25 darán una clase magistral, con inscripciones gratuitas aquí.

Miquel Bernat. Foto: Susana Neves.

«Es la primera vez que vamos a Chile y Argentina, pero en Brasil ya hemos estado cuatro o cinco veces», comenta Miquel Bernat. 

¿Cómo diseñaron el programa que ofrecerán en Santiago?

«Primero hay una parte práctica, porque la percusión tiene innúmeros instrumentos y puede ser con muchos instrumentos; puedes hacer un concierto con bidones de gasolina y con easter drums, con balafones africanos o con tambores de Japón. Hay inmensas posibilidades. Entonces quisimos acotar las fronteras, definir hasta dónde íbamos a ir. Pero no es sólo una cuestión práctica, sino también por otro asunto. En los años 60, 70 y 80, cuantos más instrumentos de percusión usaras, más impactante era. Pero tener demasiados instrumentos es como tener todo un cosmos y te pierdes en ese cosmos. Entonces lo que hacemos es empobrecernos y con esa pobreza enriquecernos. Como la frase de Mies van der Rohe, ‘menos es más’. He intentado simplificar con menos instrumentos y menos material para adentrarnos y profundizar más, para buscar una variedad en ese minimalismo instrumental. Eso es lo que vi detrás de esta gira. Y tenemos, por cierto, repertorio para hacerlo. Son obras que hemos ido encargando».

¿Por cuáles familias instrumentales se decidieron para esta gira?

«La base es cuarteto de marimbas. Pero también llevamos algunas obras que tienen dos vibráfonos, entonces hacemos algunas obras que son dos vibráfonos y dos marimbas. Hay una obra que tiene un glockenspiel y otra que tiene unos cuantos tum-tums, unos cuantos tambores afinados que juegan con la afinación de la marimba. Y después la obra de Cristian Morales-Ossio, quien rodeó la marimba con otras maderas para hacer una especie de expansión sonora del instrumento; le puso unos wood blocks, un güiroy y un lock drum que transforman el timbre de la madera. Esas son las fronteras, pero la base son cuatro marimbas».

Foto: Susana Neves.

¿Todas las obras que interpretarán son comisiones?

«No todas. Hay una que no, el resto sí. La que no, es de un australiano, David Pye, simplemente cuando estuve en Australia la oí tocar por un grupo de allí, y me gustó mucho y por suerte estaba el compositor, hablé con él, intercambiamos direcciones y después compré la partitura y la hice porque me gusta y porque creo que no se conoce en América del Sur. Nuestra misión también es aportar un repertorio desconocido. Si es posible claro, yo no conozco todo lo que se hace en Chile o todo lo que se hace en Brasil, pero el repertorio que he querido llevar es siempre con la idea de que sea una riqueza para el país adonde nos vamos, o sea, llevar algo desconocido en ese país que puede interesar a los grupos de allí y que puede interesar al público de allí. Más en el futuro a lo mejor se quedan, algunos grupos o algunos percusionistas querrán tocar eso en el futuro. Un poquito también en esa idea hice el programa».

Claramente aportar al repertorio es fundamental para el Drumming Grupo de Percussão. En los 23 años que tienen de trayectoria han comisionado y estrenado 133 obras, según vi en su página web.

«¿Las contaste? Sabía que había más de 100, pero nunca las conté. Será algo más porque no está actualizado. Unas 140».

Foto: Susana Neves.

¿Cuán importante considera que se toque la música que se está creando hoy en día? ¿Por qué es importante eso para la propia música de tradición escrita?

«Por dos motivos. Primero porque una sociedad sin creación, una sociedad que no sabe crear o que aplasta la creación, es una sociedad finita, es una sociedad que no se sabe reinventar, y la humanidad es una historia de reinvención total, en todos los campos y, claro, en el arte más que en ninguno. No podemos llegar a este punto de la historia en el que estamos y decir que podemos vivir del pasado, que podemos vivir con las obras que ya se hicieron. No estoy criticando lo que han hecho los grandes compositores, eso es importantísimo, que esas obras sean escuchadas y que pertenezcan a la cultura mundial, pero no se puede vivir solamente de esa historia. Todo país, toda civilización necesita plasmar lo que somos ahora en día, echarle la espalda a eso es como echarle la espalda a la vida que vivimos hoy en día, por buena o por mala que sea, es la que hay. Por el contrario, hay que conocerla mejor y si hay alguna cosa que mejorar, pues, hacer también las críticas, y hablar con el compositor y ver qué gusta y qué nos gusta, pero echarle la espalda es lo peor que se puede hacer en una sociedad. El segundo motivo, y aquí me remito a director artístico del grupo tiene que ver con qué función estamos cumpliendo. La percusión no tiene mucha historia aquí en el Occidente. Se ha ido desarrollando desde los años 40 y 50 en América, y a partir de los años 50 y 60 en Europa, pero agrupaciones de percusión, pues la más antigua tiene 60 años, y a partir de ahí ha ido creciendo y creciendo. ¿Por qué una orquesta tiene repertorio inmenso para poder tocar en salas de concierto sin acabarse, por qué con un pianista ocurre lo mismo, y también con un chelista, un violinista, un coro, etcétera? Porque tienen un acervo grande, un repertorio. Han hecho una gran biblioteca, el tiempo ha ido filtrando, algunas cosas se han desechado, otras no, otras se desecharon en un momento y se han vuelto a descubrir, pero todo se basa en que había. Nosotros en la percusión aún no podemos decir que hay. Quiero decir, sí que hay, pero aún no lo suficiente para que tenga un peso».

Para que decante.

«Exactamente. Entonces lo que queremos hacer es nutrir, porque es importantísimo. Yo no sé si lo que estoy haciendo va a pasar a la historia o no, pero si de las 140 obras comisionadas que estamos hablando pasan 10, estaría contentísimo. Si pasasen 30, más aun. Lo importante es tener obras y cada una de ellas las acojo como si fuese un hijo mío, con toda la intensidad como cuidarías a un hijo, después cada una va a dar su real en su vida, o sea, vamos a ver qué pasa. Lo importante es crear ese repertorio para que en el futuro otros grupos puedan tocarlo, otros públicos puedan escucharlo y se pueda hacer una riqueza para el espíritu de los humanos”.

Es importante que haya músicos que estén estrenando las obras que los compositores están creando para que puedan escuchar esta música, probar y seguir desarrollando el lenguaje y el uso de instrumentos. ¿Cuánta relevancia le asignan a trabajar con compositores vivos?

«Es fundamental, y para los dos lados. Es fundamental para ellos, como decías, poder escuchar, solamente así se puede también perfeccionar. Si el compositor no tiene en sus manos esa herramienta que son los músicos, la orquesta, los grupos, es imposible. O sea un compositor no solamente se imagina la música totalmente en la cabeza, necesita comprobarla, y necesita comprobarla con público. Es importante también para el compositor y para el público. Y el compositor que vea la reacción del público de su obra, porque así también el compositor, esa crítica del público lo forma. Lo forma a él, nos forma a nosotros como intérpretes y vemos por dónde va el público, qué es lo que le interesa. El compositor ha inventado algo nuevo, hay que ver si eso realmente comunica con un público o no, ver si tiene que cambiar alguna cosa para hacerlo más comunicable, para hacerlo más bello. La música es una cosa efímera, espiritual, porque no se ve, no lo palpas, no lo tocas con el cuerpo».

La música es intangible y es abstracta.

«Exactamente, y eso le da una dimensión fantástica, una dimensión espiritual que es importantísima, es una de las artes que más próxima está de la espiritualidad. La humanidad necesita la espiritualidad, y por eso la música ha estado al servicio de la religión y etcétera, porque tiene ese don casi mágico. Y eso es importante que esté en la sociedad, que esté con nosotros, porque nos alimenta, nos hace más humanos, nos hace más personas».

Foto: Susana Neves.

Como Drumming, ustedes trabajan con los más variados repertorios. Hacen música contemporánea, por cierto, pero también world music, jazz-rock, y música escénica para la ópera, el ballet y el teatro. Ese interés por todo tipo de repertorios, tiene que ver con curiosidad artística o es que el estar ejercitándose en distintos repertorios es la única manera de crecer como intérpretes?

“Hacemos esto por varios motivos. Primero, porque todos los campos, incluso un grupo de rock, pop o jazz también aportan mucho. No quería que fuéramos un grupo clásico de música contemporánea que solamente hace música que escribe un compositor. No quería acotarme a eso, quería abrir el campo, ir a buscar. Por ejemplo, en la música étnica de África, América del Sur y Asia hay mucha sabiduría; hay música lindísima, fantástica, que no se puede morir con ellos, que hay que ir a buscarla, hay que comprenderla, hay que ver cómo está hecha, hay que sentirla. Eso nos enriquece como grupo, nos hace más versátiles y más abiertos a varios mundos musicales”. 

Foto: Susana Neves.

Miquel Bernat es una figura central de la percusión en Europa. Estudió en Valencia, Madrid, Bruselas y Rotterdam, y fue miembro de la Orquesta Ciutat de Barcelona y de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. Asimismo, es miembro fundador del mundialmente famoso Ictus, ensamble de Bruselas de referencia en el campo de la música contemporánea.

Usted fue parte del Ictus ensamble, que es mucho decir, una de las agrupaciones más respetadas a nivel mundial, he tenido la suerte de verlos en Música para 18 músicos de Steve Reich en la Ópera Garnier, con la coreografía de Anne Teresa de Keersmaeke…

«Ah pues, ahí estaba yo. ¿En qué año?»

En 2011.

«Pues ahí estaba yo, todas las veces que lo han hecho he estado yo».

Fue impresionante. Usted estaba en este ensamble de excelencia, que cumple un rol muy importante a nivel undial, y decidió hacer el camino con grupo de percusión. ¿Cómo tomó esa decisión? ¿Por qué fue más importante para usted forjar algo a través de la percusión que seguir con un conjunto con más instrumentos?

“No era tomar una decisión. Yo sigo tocando con Ictus, lo único es que al vivir en Portugal voy menos veces. Pero sigo haciendo los conciertos con ellos cuando puedo; voy cuatro o cinco veces al año en algunos proyectos. Cuando es con danza los proyectos se repiten muchas veces, lo hacemos seis veces en París, ocho en Frankfurt, tres en Amsterdam.. Pero proyectos nuevos hago poquitos ya con el Ictus. Dos o tres o uno por año”.

Miquel Bernat también ha ejercido la docencia a lo largo de toda su carrera: enseñó en el Conservatorio de Rotterdam y en el de Bruselas, y además fundó la cátedra superior de percusión en las escuelas superiores de música de Oporto y de Barcelona.

“Compagino la parte artística con la enseñanza. Es importante transmitir y cuestionar todas las experiencias que me da la práctica artística; estructurarlas para que futuros músicos o compositores puedan aprovecharlas también. Esa comunicación es muy importante porque así se va creando una especie de escuela que fluye”, comenta.

Foto: Susana Neves.

¿En qué se van a enfocar en la clase magistral que darán en el Instituto de Música UC? Se dedica, entiendo, a estudiantes de percusión y de composición, ¿por qué es interesante esta sinergia entre percusionistas y compositores?

“Los compositores siempre lo han tenido muy claro, necesitan conocer toda la paleta de todos los instrumentos, porque el saber muy bien cómo funciona el mecanismo de un clarinete le van a hacer escribir mucho mejor para ese instrumento y mucho más exacto. Lo que vamos a decir es importante para los percusionistas, pero es importante también para los compositores que entiendan dónde están nuestros límites, qué cosas son más complicadas de hacer, qué cosas son más idiomáticas, para que ellos después cuando creen obra ya se note que está hecha para ese instrumento y no pensado como un piano que después lo transcriben para una marimba o un xilófono. Esto ya lo he hecho centenares de veces, hacer masterclasses juntando a los creadores y alos percusionistas para que haya un conocimiento mutuo y para que lo que nosotros podemos aportar ayude a los dos”.

Foto: Susana Neves.

¿Le gustaría invitar a los auditores de Radio Beethoven al concierto que ofrecerán el viernes 24 de junio?

«Claro. Venimos como Drumming Marimba Quartet, entonces vamos a mostrar todas las posibilidades que existen en esta formación que es bastante novedosa. Es una formación que tiene un cierto paralelismo con el cuarteto de cuerdas; el cuarteto de cuerdas ha evolucionado increíblemente en los últimos 200 años, y yo creo que el cuarteto de marimbas tiene un poquito este camino por hacer. Dentro del cuarteto de la marimba, haremos una especie de de panorama de diversos tipos de músicas o de diversos estilos posibles, desde cosas más minimalistas o repetitivas a cosas más abstractas y diálogos también con tambores o con vibráfonos, a música también con electrónica. O sea, vamos a tener un repertorio muy variado y una especie de muestra sonora que ilustre el mundo de hoy día».

Coordenadas
24 de junio. 19:00 horas. Auditorio del Instituto de Música UC (Jaime Guzmán 3.300). Stream de Tim Ferchen, Short Cuts de Luis Tinoco, Rebana Loops de David Pye, Sliding Pulses, Euclidean Imbalances y The Eternal Ricard de la serie TimePoem de Carlos Guedes y Woodness de Cristian Morales-Ossio. Inscripción gratuita aquí.

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