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Música

Massimiliano Génot: “Después de la unidad de Italia, las escuelas de Milán y Nápoles se mezclan y crean las bases para una escuela verdaderamente nacional"

noviembre 26, 2024

Invitado por el Instituto Italiano di Cultura, el pianista piamontés abordará un repertorio que él mismo está rescatando en dos conciertos gratuitos que dará en Los Andes y Viña del Mar, el 29 y 30 de noviembre. "Estos compositores desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes", apunta.

Massimiliano Génot: “Después de la unidad de Italia, las escuelas de Milán y Nápoles se mezclan y crean las bases para una escuela verdaderamente nacional"

«La tastiera della Nuova Italia», es decir, «El teclado de la Nueva Italia», así se titula el programa que interpretará en nuestro país el virtuoso pianista piamontés Massimiliano Génot (1968). El repertorio que interpretará es prácticamente desconocido por las grandes audiencias. Fue creado entre 1861 y 1915 y sus autores no resuenan con fuerza en nuestra memoria. Sin embargo, asegura, estas obras representan las bases de la escuela italiana del piano: son el resultado de un decidido esfuerzo musical por generar un acervo nacional, como consecuencia de la Unificación Italiana.

Mientras podemos perfectamente reconocer el aporte que en este sentido hicieron a la ópera italiana Giuseppe Verdi y Giacomo Puccini, y en la literatura nacional de ese país son pilares catanés Giuseppe Verga, el campano Francesco De Sanctis y el toscano Giosuè Carducci, no sucede lo mismo en la música. Y ésa es la deuda histórica que quiere saldar Massimiliano Génot.

Giuseppe Unia, Alessandro Longo, Costantino Palumbo, Pietro Floridia, Federico Bufaletti y Leone Sinigaglia, esos son los compositores que viene a reivindicar. Al primero y a los dos últimos ya les ha dedicado discos este pianista nacido en Pinerolo, una localidad con 35 mil habitantes ubicada a 40 kilómetros de Turín.

Massimiliano Génot enseña práctica pianística y acompañamiento.

Invitado por el Istituto Italiano di Cultura en Santiago, de la Embajada de Italia en Chile, Massimiliano Génot dará dos conciertos en la Región de Valparaíso. Ambos serán gratuitos; a las 19:30 horas del viernes 29 de noviembre, en el Centro Cultural de Los Andes (Maipú 475) y a las 18 horas del sábado 30 de noviembre en el Salón Durado del Museo Palacio Vergara de Viña del Mar (Errázuriz 563). En el primero colabora el Círculo Italiano de Los Andes y en el segundo, la Municipal de Viña del Mar.

Radio Beethoven conversó con este pianista italiano respecto de su retorno a Chile.

En enero de 2023, Massimiliano Génot cerró el Ciclo de Piano del Teatro Universidad de Chile con el programa “El mundo contemporáneo italiano” y obras de Alberto Colla, Giuseppe D’Angelo, Paolo Boggio, Willy Merz, así como Luciano Berio y Salvatore Sciarrino. Fue un concierto impresionante por la expresividad y técnica que exhibió tanto en las cinco obras de Berio que interpretó: Wasserklavier, Erdenklavier, Luftklavier, Feuerklavier y Rounds, como en los dos Notturni crudeli de Sciarrino. Pero también fue sorprendente redescubrir en ellas un cierto lirismo, al oírlas cerca de otras muy recientes partituras de autores italianos vivos.

«Para mí es importante cultivar el sentido de la historia y de la tradición musical de Italia, un país que continúa produciendo frutos muy interesantes»

Massimiiliano Génot

El año pasado, en el Ciclo de piano del Teatro Universidad de Chile, usted presentó un programa de música contemporánea, italiana. ¿Por qué decidió hacer ese programa así de interesante y con obras que no eran conocidas por todo el público?

«En realidad, algunas obras eran conocidas y de grandes compositores italianos contemporáneos como Luciano Berio y Salvatore Sciarrino. Quise rendirle homenaje a la Italia de la creación contemporánea, mezclando grandes compositores italianos del 1900 con otros que, en cambio, son menos conocidos y que eran más jóvenes y están ya en el siglo XXI. Lo hice porque para mí es importante cultivar el sentido de la historia y de la tradición musical de un país que continúa produciendo frutos muy interesantes».

Es muy importante comprender que, de hecho, existe una línea histórica entre la música del pasado y la música del futuro, que no existe una música del futuro sin la música del pasado, pero también que debemos reconocemos lo que se hace hoy y que serán los clásicos del mañana.

«Absolutamente. Quizás en cierto punto del 1900 se ha insistido demasiado en la ruptura, en el concepto de revolución, en un concepto incluso de año cero de la música. En realidad, son tantos los hilos que conectan la segunda mitad del siglo XIX con la primera y también hacia atrás, que he asumido un poco la misión de subrayar aquellos elementos de continuidad entre el pasado y el presente».

Entiendo. ¿Su visita a Chile de 2023 fue la primera, o había venido antes?

«No, fue mi primera visita. Debo decir que quedé muy bien impresionado por el tipo de público que fue al concierto. Encontré estudiantes y profesores muy motivados, algunos de los cuales habían estudiado en la escuela italiana de composición y, por lo tanto, ahí encontré también un elemento de continuidad entre la tradición italiana y la chilena, que se remontaba a los años 60 y 70, que fue cuando se estableció esta simpatía entre algunas corrientes culturales italianas y aquellas chilenas».

Efectivamente, hubo un intercambio muy interesante en esos años. Varios compositores chilenos fueron a estudiar a Italia, con grandes figuras, pero también intérpretes.

«Sí. Espero que esto se convierta en una relación de intercambio y de recíproco conocimiento de las escuelas musicales».

Massimiliano Génot tiene una intensa actividad como concertista, tanto solo como con orquestas, y además de enseñar en forma constante, en él existe una vocación igual de fuerte por el patrimonio y el rescate de repertorios. Así, por ejemplo, hizo la primera grabación de la historia de La escuela de la velocidad, Op. 299 di Carl Czerny.

También se ha dedicado en profundidad a Franz Liszt: hizo su integral en la Academia de Santa Cecilia de Roma y, como becado de la Asociación Wagner de Venecia, las transcripciones que realizó de óperas tanto wagnerianas como de Verdi, se presentaron en Bayreuth y fueron grabadas. Asimismo, Génot grabó con el barítono Franz Mazur un disco con los melodramas de Liszt. lo hizo en un piano de 1877 que perteneció al compositor húngaro, y para la Wernersche Verlagsgesellschaft.

Además, organizó la serie de conciertos y conferencias “Franz Liszt: un músico para Europa”, durante el verano boreal de 2011 a 2012, en Turín. Un paso más allá lo dio en el disco que grabó con el pianista de jazz Emanuele Sartoris, Totentanz. Evocazioni lisztiane, en el cual reinterpretaron libremente esa obra fundamental del húngaro, en clave contemporánea.

Massimiliano Génot ejerció entre 2005 y 2014 como director artístico de la Asociación para el Redescubrimiento del Patrimonio Musical Piamontés, y ha trabajado férreamente con ese objetivo. Con su hermana Alessandra, violinista, grabaron tanto la obra para piano como para violín y piano del compositor piamontés Leone Sinigaglia.

Además, en 2021 registró obras de Giuseppe Unia junto con el también pianista Andrea Vigna-Taglianti, y en septiembre pasado lanzó un doble cedé dedicado a Federico Bufaletti.

Porque Massimiliano Génot está decidido a hacer también un aporte en el rescate del legado de sus antecesores: él mismo también se formó como compositor y quizás eso mismo alimenta su sed de justicia por los creadores que han quedado en el olvido a pesar de que representaron un aporte al desarrollo musical.

Y justamente ese trabajo es el que mostrará en Chile con su programa «El teclado de la Nueva Italia». En particular, la reconstrucción que ha hecho del universo sonoro creado para el piano en su país entre 1861 y 1915. Un período que es pasado actualmente por alto en cuanto no pareció, en su momento, representar una verdadera modernización del arte musical para quienes terminaron escribiendo la historia. Asimismo, nos explicará este pianista, la unificación italiana trajo consigo un renovado intercambios entre el sur y el norte, dos almas de una nación, con un consecuente enriquecimiento de las prácticas.

«Estos compositores italianos no fueron considerados suficientemente originales por la crítica. Por el contrario, yo opino que ellos desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes»

Massimiliano Génot

En sus conciertos en Los Andes y Viña del Mar, interpretará una serie de obras de Giuseppe Unia, Costantino Palumbo, Alessandro Longo, Federico Bufaletti, Pietro Floridia y Leone Sinigaglia, en los dos conciertos que dará en la Región de Valparaíso.

¿Qué lo motiva a buscar, encontrar y rescatar, así como hacer sonar para el público de hoy, la música de estos compositores, partituras que han sido dejadas de lado y que no son comúnmente recordadas? ¿Por qué considera importante este período que ha estudiado?

«Bueno, ha sido importante porque se instalaron las bases de una cultura musical italiana de tipo nacional. Antes de la unidad de Italia, existían escuelas; estaba la escuela sobre todo ligada a Milán y la escuela ligada a Nápoles. Después de la unidad de Italia, estas dos escuelas se mezclan y crean así las bases para una escuela verdaderamente nacional que naturalmente se alimenta de las lecturas que hicieron estos compositores, ya maduradas, de los grandes románticos alemanes. Sin embargo, estos compositores italianos no fueron muy considerados por la crítica porque no fueron considerados suficientemente originales. Por el contrario, yo opino que ellos desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes y, además, los interpretaron. Incluso los vivieron en un modo personal».

¿Cómo era la situación que se vivía en aquella época en Europa? Había muchas diferencias entre el estado del arte en los distintos países? ¿Por qué se da este momento fundaciones en Italia, como ha dicho usted?

«Digamos que en la segunda parte del 1800 se desarrollan también las escuelas nacionales que se convirtieron en nacionalistas y terminan arruinando un poco este clima de diálogo entre las culturas. También Italia se ve involucrada en esta suerte de confrontación entre las potencias culturales europeas, a pesar de que haya sido uno de los últimos estados en conquistar la unidad y por eso mismo es considerada menos importante. Italia, en el momento en el cual construye su propia cultura nacional intenta construirla viendo a veces en la música alemana una suerte de enemigo del cual protegerse. Por lo tanto, estos músicos italianos que intentan relacionarse de manera armónica con la música que viene de Francia y de Alemania, son frecuentemente criticados por otros músicos italianos; los acusan de ser demasiado abiertos a las corrientes internacionales. De esta manera, el debate cultural de tipo nacionalista lamentablemente suele terminar creándole problemas también a estos compositores».

«Haciendo una selección en este gran repertorio, que verdaderamente es riquísimo, se encuentran piezas muy, pero muy logradas y estéticamente muy agradables, además de muy emocionantes

Massimiliano Génot

Con los años que han pasado desde entonces, ¿cómo se escucha hoy esta música que en ese momento pudo no haber sido bien comprendida, sino entendida como asimilación o imitación? ¿Cómo se hace oír hoy, cómo la percibe usted?

«Dado que afortunadamente ya nos hemos olvidado de este tipo de discurso, y esperemos que no vuelvan más, la música de estos compositores se puede escuchar de nuevo en forma fresca, en modo espontáneo. Frecuentemente el público no nota cuáles pueden haber sido las influencias más europeas o italianas, sino que escucha más simplemente la belleza de la obra en sí misma. Debo decir que, haciendo un trabajo de selección de este gran repertorio, que verdaderamente es riquísimo porque son realmente muchos los compositores italianos que escriben música para el piano en este período, poniendo atención a elegir bien se encuentran piezas muy, pero muy logradas y estéticamente muy agradables, además de muy emocionantes».

En este período que usted ha estudiado, entre los compositores que usted interpretará en Chile, ¿existió un intercambio importante entre el norte y el sur de Italia, es decir, entre las dos Italias?

«Sí. Y ha sido un intercambio de doble sentido. La capital, Milán, ha dado sobre todo un impulso de tipo comercial a la política editorial del país, en el sentido de que con el crecimiento de Ricordi, que se convierte en un editor nacional e incluso internacional, como sabe, llegando hasta los mercados de Sudamérica y también otros, y con eso finalmente la música italiana puede hacerse conocer por todo el mundo. No sólo la ópera, sino también la música instrumental. Y al mismo tiempo, la gran escuela del Conservatorio de Nápoles hasta fines del 1800 y en los primeros años del 1900, ofrece a la Italia del norte extraordinarios músicos que van a enseñar al Conservatorio de la Italia del norte, y no sólo eso, sino que también van a enseñar a Buenos Aires, y otros puestos en América, como Nueva York, y refuerzan la idea de una escuela italiana en el mundo».

En su programa para Chile, tiene un compositor del inicio del siglo XIX, Giuseppe Unia, y después Constantino Palumbo, que es un poco más tardío, del 1840, y los otros cuatro nacieron en la década de 1860. ¿Qué nos podría decir de ellos? Son nombres que, al menos, yo, no conocía realmente antes de esta entrevista.

«(Ríe). Digamos que ahora siguen siendo nombres desconocidos ahora para el público italiano. Debo decir que sólo gracias a mis investigaciones están comenzando a ser conocidos y apreciados. Cada uno de estos compositores tiene un perfil personal singular. Por ejemplo, están los compositores como Leone Sinigaglia que tienen influencia de la Escuela de Viena, de la Escuela de Brahms. Otros como Pietro Floridia y Federico Bufaletti, en cambio, maduran su experiencia dentro de la tradición napolitana del contrapunto y de la armonía que había dado grandes maestros de capilla en el 1800, como Paisiello, Cimarosa, Mercadante. Entonces tenemos estas dos corrientes representadas, ya sea aquella típicamente napolitana y aquella otra que miraba más al extranjero, a Alemania y Francia. Pietro Floridia, por ejemplo, de quien tocaré esta hermosa pieza, Falene, mira a Debussy. Después de haber iniciado su carrera en Sicilia se transfiere a Nueva York, donde se convierte, entre otras cosas, en un maestro de timbal muy requerido y le enseña instrumentación a Ferde Grofé, quien a su vez instrumentará Rhapsody in Blue de Gershwin».

Resultó ser muy importante este rol, un personaje relevante en el entramado de una obra clave del siglo XX.

«(Ríe). Sí. Todavía hay que profundizar en todo esto. De Floridia interpretaré una sola pieza, pero habrá muchas otras obras para descubrir. Es un terreno muy interesante también para las jóvenes generaciones de estudiantes, de pianistas, que se encontrarán frente a un campo todavía mucho más amplio para explorar, descubrir y hacer conocer al público».

«Para el público, será como ir a ver una exposición de un pintor de la escuela francesa o italiana que no han conocido antes, pero los sorprenderá y les dará bellas sorpresas»

Massimiliano Génot

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven, como invitación a estos conciertos ofrecerá en Los Andes y Viña del Mar? ¿Qué tipo de experiencia vivirán, qué descubrirán?

«Piensen que vienen a un concierto donde escucharán obras que deben escuchar sin mirar el nombre del compositor. En vez de eso, deben confiar solamente en sus oídos, puesto que la escucha no será fácil ya que no habrán oído antes estas piezas. Desde cierto punto de vista, es un poco como escuchar una obra de música contemporánea. Pero desde otro punto de vista es un poco más sencillo porque el lenguaje de esta música es aquél del 1800 y del 1900, que ustedes ya han tenido ocasiones de escuchar. Será como ir a ver una exposición de un pintor de la escuela francesa o italiana que no han conocido antes, pero los sorprenderá y les dará bellas sorpresas».

¿Tendrá, en su viaje a Chile actividades educativas, intercambio con estudiantes o clases magistrales?

«Por el momento, no hay actividades especificas. Pero espero poder desarrollarlas, quizás en los próximos encuentros».

¿Está trabajando actualmente en algún proyecto discográfico?

«Sí. En efecto, el próximo proyecto discográfico estará justamente vinculado a las sonatas románticas italianas, con la grabación de todas las sonatas de Giuseppe Unia, de la Sonata de Carlo Rossaro dedicada a Wagner y de la Sonata de Alessandro Longo, proyecto que después proseguirá yendo a la raíz de la escuela de Arturo Benedetti Michelangeli, por lo tanto me dedicaré al maestro de Arturo Benedetti Michelangeli, Giovanni Anfossi, quien precisamente venía de la escuela napolitana». 

Programa

Giuseppe Unia (1818-1871)
Allegro de la Sonata Appassionata Op. 148

Costantino Palumbo (1843-1928)
Nella Notte
Cavalieri Arabi

Alessandro Longo (1864-1945)
De los Estudios para octavas Op. 48: Preludio e Intermezzo

Federico Bufaletti (1863-1936)
De la Suite Op. 3: Allemanda-Air-Rigaudon

Pietro Floridia (1860-1932)
Falene Op. 14 nº2

Leone Sinigaglia (1868-1944)
Capriccio Op. 24

Coordenadas
19:30 horas, viernes 29 de noviembre. Centro Cultural de Los Andes (Maipú 475). Acceso liberado.
18 horas, sábado 30 de noviembre. Salón Dorado del Museo Palacio Vergara (Errázuriz 563, Viña del Mar). Acceso liberado.

Por Romina de la Sotta Donoso | 26-11-2024.

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