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Música

Lautaro Mura: "Siempre ha sido parte de mis gustos la música contemporánea"

mayo 15, 2022

El director radicado en Alemania adelanta los conciertos que dará con la Orquesta Clásica Usach y la Orquesta de Cámara de Chile, y comenta su trabajo con el Kommas Ensemble y con el Broken Frames Syndicate, quehacer que lo ha convertido en una figura clave en Colonia.

Lautaro Mura: "Siempre ha sido parte de mis gustos la música contemporánea"

Lautaro Mura. Foto: Susanne Diesner.

Lautaro Mura Fuentealba (1983) nació en Santiago y su infancia la vivió en Rancagua. Ingresó a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile a los 13 años, para estudiar composición y allí se formó con Cirilo Vila. Luego, en 2006, inici´ó sus estudios de dirección orquestal con David del Pino.

Se radicó en Alemania hace ocho años y en este tiempo se ha convertido en un actor clave en la escena musical de Colonia: dirige el Kommas Ensemble y el Broken Frames Syndicate, agrupaciones que tienen foco en la creación actual y con los cuales desarrolla muy innovadores proyectos dentro y fuera de Alemania, expandiendo, además, el quehacer musical más allá de los límites tradicionales, por ejemplo, hacia el formato de la instalación.

Asimismo, este director chileno tiene un estrecho vínculo con el mundialmente famoso Modern Ensemble, y compromisos como asistente de la dirección musical en un variado repertorio. Por ejemplo, para la Ópera de Bonn, fue asistente en óperas tan distintas como Marx in London (2018), de Jonathan Dove y El Caballero de la Rosa (1910), de Richard Strauss.

Ahora, Lautaro Mura está de retorno en Chile, por varias semanas, pues fue nuevamente invitado por la Orquesta Clásica Usach, para ofrecer tres conciertos gratuitos entre el 18 y el 25 de mayo, con obras de Richard Wagner y Ludwig van Beethoven. Además, se presentará ya en junio con la Orquesta de Cámara de Chile.

El director chileno conversó con Radio Beethoven al respecto de su retorno a Chile, tras siete años, y también sobre sus concepciones musicales y su fructífero trabajo en Alemania.

Lautaro Mura. Foto: Susanne Diesner.

Lautaro Mura debutó con la Orquesta Clásica Usach en 2015. «Estuvo súper bonito. Dustin Cassonett, el violinista de la orquesta, tocó el Quinto Concierto de Mozart, hicimos una nueva versión de una obra de Francisco Concha Goldschmidt y la Octava Sinfonía de Beethoven», recuerda el director.

¿Cómo es su vínculo con la Orquesta Clásica Usach?

«Comencé mi formación con ellos. Estudié con el maestro David del Pino, él era titular de esa orquesta y, como su alumno, fui director asistente varias veces. Participaba en los ensayos, dirigía conciertos educativos y de extensión. En toda esa primera formación, esta orquesta es súper importante. Después ya vine ya como director invitado y tengo siempre un bonito recuerdo de ella. El reencuentro ha sido muy bonito, desde el primer ensayo».

Ahora nuevamente interpretarán a Ludwig van Beethoven, esta vez, la Cuarta Sinfonía, ¿Qué nos puede decir de esta obra?

«Está entre la Eroica y la Quinta, que son las dos grandes obras de ese período de Beethoven, pero no es menos obra que las otras dos. Beethoven la compuso extrañamente rápido. Usualmente él se toma muchos años en llegar llevar a cabo una pieza, pero en el caso de la Cuarta la hizo en cerca de tres meses, y tiene un poco ese es trazo. Es una obra que se siente muy espontánea y que tiene muchas cosas mozartianas y haydianas; sin embargo, también está ese Beethoven que está mirando al futuro, buscando nuevos elementos, encontrando nuevas fórmulas, proponiendo cosas nuevas».

La Tercera Sinfonía de Beethoven no se presenta tanto, está un poco opacada, ¿no?

«Claro, no es de las más conocidas, en general es menos tocada que la Eroica, la Quinta, la Pastoral o la Novena«.

También abordarán en este concierto el Idilio de Sigfrido. La Orquesta Usach no programa tanto a Richard Wagner. ¿Cómo va a funcionar con Beethoven? ¿En contraposición o en continuidad?

«Sí, también pensaba un poco en eso. Creo que el Idilio lo tocaron con el maestro Nicolas Rauss hace unos años, y claro, el formato de la orquesta es más bien ideal para repertorio más clásico y no tiene mucho espacio para el repertorio romántico o tardío romántico porque esas obras siempre son para orquestas grandes. Pero el Idilio es un caso particular en la historia de Wagner mismo, es una pieza muy pequeña, de hecho, es una pieza de cámara en realidad, que después se adaptó para para orquesta. Ya en el primer ensayo todo fue muy bonito; es una música que inspira tanto que en realidad se disfruta mucho haciéndola. Cómo se conecta con Beethoven es difícil decirlo, son obras bien distintas en realidad: Claro que en ambos compositores está esta búsqueda permanente de cosas nuevas, ¿no? Y eso está también en el Idilio, en la armonía y en el propio formato orquestal. Porque Wagner siempre compuso cosas con de ópera, tiene muy poquitas cosas para orquesta sola, entonces el Idilio en sí mismo es una búsqueda, él está experimentando en este formato sólo orquestal. Ahí hace un juego formal bien especial y bien nuevo en en el ámbito de la música orquestal, que es un poco sinfonía, un poco como forma sonata, un poco poema sinfónico».

En la entrevista que le hizo el periodista Rodrigo Alarcón, para el sitio web de Extensión Cultural de la Universidad de Santiago de Chile, usted destaca que la música siempre es música contemporánea en un primer momento y que luego va decantando como un continuo que se va enriqueciendo.

«Claro».

Respecto de esa continuidad de la música, que los compositores van siempre desarrollando a partir de la tradición, es que quisiera preguntarle por la continuidad que podemos observar entre Beethoven y Wagner, una continuidad que no es evolución o progreso, sino un camino de desarrollo.

«Sí. La mirada de Beethoven y de Wagner son siempre para adelante. Ellos son poco de quedarse en el pasado, de quedarse repitiendo fórmulas. Hay otros compositores que tienen una mirada más conservadora y está bien que haya sido así también; es parte de la búsqueda de cada uno. Pero en el caso de Beethoven y Wagner sí son compositores que están permanentemente preguntándose y haciendo en el camino, encontrando cosas nuevas y planteando cosas nuevas. Arriesgando. Son dos casos bien especiales».

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven respecto de este programa, como invitación?

«Es un programa que contiene dos obras importantes del repertorio clásico romántico, ambas del repertorio germano, de hecho; Beethoven y Wagner como dos grandes ejemplos de la música centroeuropea. Es música que tiene una cantidad de de colores y de estados emocionales que son súper bonitas de escuchar. Es un viaje sonoro muy, pero muy lindo, desde el comienzo del Idilio hasta el final de la Cuarta de Beethoven. Se van a encontrar con un mundo sonoro hermosísimo».

En 2022 la Orquesta Clásica Usach ha vuelto a tener público en el Teatro Aula Magna Usach. Foto: Gary Go.

Usted mencionó que en su debut con la Orquesta Clásica Usach, en 2015, una de las obras que interpretaron fue de Francisco Concha Goldschmidt. Justamente con él y con el también compositor chileno Christian Vásquez, ustedes tres fundaron el Kommas Ensemble. ¿Cómo ha sido la actividad de esta agrupación?

«Estamos en Colonia, Alemania, y comenzamos en 2015. Tenemos una actividad regular, especialmente en Colonia, pero también hemos tocado en otros lugares, en España y en otras ciudades de Alemania. El ensamble siempre ha estado vinculado a Latinoamérica porque están Francisco y Christian ahí, igual que yo. Se ha ido perfilando con el tiempo esa idea de que somos músicos latinoamericanos que estamos en Alemania haciendo música contemporánea, y eso tiene un significado especial. Hemos ido desarrollando algunos ciclos de conciertos que van en esa dirección, y está súper bueno, hay músicos muy buenos ahí, son músicos que están permanentemente tocando con el Musikfabrik o que integran orquestas famosas. Tenemos esa veta, si se quiere, latinoamericanista, y a la vez también trabajar obras que nos parecen importantes de la historia reciente de la música contemporánea».

¿El foco del Kommas Ensemble está, entonces, en la música latinoamericana y la creación actual de las últimas décadas?

«Sí. Aunque en el penúltimo proyecto, que hicimos en enero, estuvimos haciendo el Concierto para piano de Ligeti, que es ya más viejo. Pero es una obra que merece ser tocada siempre, así que estamos felices de hacerla también». 

¿Cuántos programas están desarrollando al año con el Kommas Ensemble?

«Proyectos grandes, son cuatro o cinco que tenemos en el año, y a veces se repiten. Y entre medio hay también cositas más pequeñas». 

Hablemos del Broken Frames Syndicate, ¿qué hacen en esa agrupación?

«Es un ensamble, también de música contemporánea, que nace como semillero del Ensemble Modern. Hicimos juntos la International Ensemble Modern Academy, programa donde el Ensemble Modern escoge músicos jóvenes y los pone a tocar juntos por un año, entonces tú estás un año haciendo música contemporánea de manera intensiva, con coachings de ellos, y a partir de esa experiencia, en la cual nosotros nos sentimos muy bien como grupo, decidimos seguir como ensamble independiente». 

El Ensemble Modern es una de las agrupaciones más importantes y con mayor trayectoria e influencia en su ámbito. Su funcionamiento es profundamente democrático y nacieron en 1980. Su quehacer es de referencia para la música contemporánea, a nivel mundial.

Usted ha trabajado bastante como asistente de dirección musical con el Ensemble Modern, ¿no?

«Sí, he asistido algunas veces ahí y también he trabajado en proyectos paralelos que ellos tienen. Por ejemplo, me han pedido que haga clases magistrales en Innsbruck».

En tiendo que el Ensemble Modern está en las grandes ligas de la música contemporánea.

«Sí. Ellos son los primeros que, de manera institucionalizada, empezaron a trabajar en la música contemporánea como ensamble. Están ellos, está en Klangforum Wien y el Ensemble InterContemporain. Son los tres grandes».

Claro, y en Alemania también está el Musikfabrik de Colonia, ¿no?

«El Musikfabrik es un poco más nuevo. Como nombre, es igual de importante, pero es un poco más nuevo. Y el otro que también es súper importantes, pero es un poco más chiquitito, es el ensemble recherche. Con ellos tenemos un proyecto el próximo año, como Broken Frames». 

El compromiso de Lautaro Mura con la música actual implica, naturalmente, un rol clave en la difusión del nuevo repertorio chileno. Con el Broken Frames Syndicate, por ejemplo, en su evento de debut en Frankfurt, montaron el 22 de abril un concierto titulado «Misfits Gaze» que incluyó una obra de Pablo Garretón.

El compositor chileno estrenó la instalación sonora Cero, que recrea por medio de instrumentos electromagnéticos, proyecciones y electrónica en vivo el paisaje visual y sonoro del 25 de octubre de 2019 en Santiago, a través de registros de Carola Ureta, Tito Guzmán y Federico Schumacher.

¿Cómo nace su interés por la música contemporánea y por qué tiene un compromiso real, concreto, con trabajar con estos repertorios?

«Es natural, porque estudié composición. Entré súper chico a la Facultad de Artes; empecé estudiando con Juan Amenábar, después seguí con Cirilo Vila e hice toda mi formación de compositor ahí en la facultad. Y en paralelo empecé con la dirección y después ya me fui más por el lado de la dirección. Así que para mí es normal, siempre he tenido la música contemporánea como parte de mis gustos (ríe)».

¿Y sigue componiendo?

«No. Lo último creativo que hice fue una adaptación del Mandarín Maravilloso de Bartók, que es para orquesta. Adapté la suite para 18 músicos, como una versión de cámara. Eso fue un trabajo un poco como de compositor, eso fue lo último, y fue porque había que hacerlo (ríe)».

Para poder tocarlo, ¿no?

«Claro, lo hice para mi concierto de máster en Düsseldorf».

Kommas Ensemble. Ver un registro de Muros de Francisco Concha Goldschmidt, de 2018, aquí. También hay un registro de Palimpsest de Iannis Xenakis, de 2019, en el Bauhaus Festival de Weimar, aquí.

En 2014, Lautaro Mura profundizó sus estudios de dirección orquestal, primero en la Robert-Schumann-Hochschule Düsseldorf, con Rüdiger Bohn y gracias al financiamiento del Fondo de la Música, y luego como becario de un programa del Ensemble Modern en Frankfurt am Main.

Aunque claramente su foco está en la nueva música, cuando viene a Chile aborda distintos estilos y períodos. También pasa algo parecido en Alemania. En la Ópera de Bonn, hace tres años Lautaro Mura fue asistente de dirección en el estreno de Marx in London, del prolífico compositor Jonathan Dove (es su vigésimo novena ópera), un encargo de ese teatro por el bicentenario de Karl Marx. Y hace dos años, cumplió el mismo rol en El Caballero de la Rosa, de Richard Strauss.

¿Es importante es para usted trabajar con un amplio repertorio como director?

«Sí, de todas maneras. Me siento súper cómodo con todo. El Caballero de la Rosa fue un desafío; no estaba dentro del repertorio que yo manejo. Fue algo nuevo, y fue súper bonita la experiencia de descubrir todo ese mundo de esta ópera profundamente romántica. Me ha tocado hacer eso, un poco de ópera, y yo me siento cómodo desde Mozart para adelante. El barroco siento que es otra esfera. Me encanta, pero ahí no entro (ríe)».

¿Tiene más compromisos este año o el próximo en la ópera o teatro musical?

«No, por ahora no. Hasta la pandemia eso iba más o menos bien (ríe). Pero con la pandemia todo eso quedó en el congelador. Ahí tuve suerte de estar trabajando en la música contemporánea, porque o si no hubiese tenido mucho tiempo de pausa. Por suerte, los conciertos con grupos más pequeños fueron rápidamente posibles en Alemania, o se convirtieron en conciertos online. Entonces pude mantenerme activo».

Además de lo práctico de que los ensambles no sean enormes, también ayuda el hecho de que el público de la nueva música es bien comprometido. A cualquier festival de música contemporánea que uno vaya, en cualquier parte del mundo, uno puede escuchar la música. La gente no está mirando el teléfono, sino que está concentrada. Es un público leal y expectante.

«Tengo bastante suerte. Colonia es muy especial porque hay un montón de recursos para la música contemporánea. Es una ciudad que tiene un millón de habitantes y habrá doce ensambles de música contemporánea. Doce, por lo menos (ríe). La cultura del presente está muy viva en Colonia; hay circuitos de música contemporánea que son súper fuertes».

Cuando visité Colonia, invitada por un programa de cultura de Renania del Norte-Westfalia, me sorprendió conocer a un funcionario que era el encargado de música de la ciudad. 

«Hermann-Christoph Müller».

Sí. Es impresionante, porque el fomento de la música se articula desde la administración de la ciudad misma, con claridad sobre la realidad de quiénes hacen música y qué necesitan para seguir haciéndola. Usted, ¿cuándo se radicó en Europa? ¿Siempre ha estado en Colonia?

«A finales de 2013. Siempre en Colonia, y estudié en Düsseldorf. Pero Düsseldorf y Colonia están al lado, es como Valparaíso y Viña un poco».

Quisiera preguntarle por dos personas que han sido figuras muy importantes en su formación: el compositor Cirilo Vila y el director David del Pino.

«Cirilo… Bueno, eso no es una sorpresa, pero fue una persona que influenció a muchas generaciones de compositores y de músicos, y yo no soy la excepción. Sus clases eran tan inspiradoras que uno salía de verdad con ganas de querer ser músico, con ganas de saber más de lo que estaba aprendiendo. Su comprensión y amor por la música no los he podido ver tanto en otros profesores. David del Pino tiene una un compromiso tan gigante por lo que hace que también te inspira mucho; David tiene una especie de motor interno que lo hace hacer demasiadas cosas, que a veces yo creo que no se da ni cuenta de lo importantes que son en la escena (ríe). Ellos dos son las dos personas más importantes que he tenido a nivel musical acá en Chile. Y en Alemania, Rüdiger Bohn, mi profesor en Düsseldorf, que también fue una persona extremadamente sabia y que me abrió una manera de entender la dirección de orquesta totalmente distinta. Fue muy bonito descubrir eso».

Broken Franmes Syndicate, en Dessin d’encre, de Yongbom Lee (1987). Ver registro aquí..

En su página web, usted destaca la experiencia de dirigir a la Orquesta Infantil en Rancagua entre 2008 y 2012. ¿Por qué fue interesante para usted esta experiencia?

«Yo soy un poco de Rancagua. Nací en Santiago y viví en varias ciudades, hasta que mis papás se radicaron en Rancagua. Mi mamá hacía clases en la Casa de la Cultura de Rancagua, mis hermanas se formaron ahí, mi esposa se formó ahí también. Entonces desde chico tengo una relación con la Casa de la Cultura de Rancagua, que es la casa de la Orquesta Juvenil e Infantil. Yo tocaba con esta orquesta; hacía el continuo cuando hacían proyectos barrocos, y después, cuando empecé a estudiar dirección hubo un momento en que necesitaban director, me postulé y esas fueron mis primeras experiencias dirigiendo orquesta. Es súper distinto de dirigir una orquesta profesional, pero igual fue súper bonito hacer un camino ahí, y aportando también, porque hicimos hartas cosas».

¿Cuál fue, para usted, el mayor logro o la mayor satisfacción de esa etapa con la Orquesta Infantil de Rancagua?

«Lo más bonito fue que fuimos a España, a Valencia. Hicimos una especie de mini gira y fue súper especial para los niños el ir dos semanas a otro país. Muchos chicos que no habían salido ni de Rancagua. Fue muy bonito tener esa experiencia. Lo otro no tiene necesariamente que ver conmigo, pero de esa orquesta y de esa generación hay muchos músicos profesionales ahora, y eso es muy bonito de ver».

¿Entonces usted nació en una familia con muchos músicos?

«No necesariamente, Mi mamá es profesora de piano y a mi papá le gusta mucho la música latinoamericana, toca guitarra y canta, tenía sus grupos. Entonces, claro, por ahí, la música estaba todo el rato presente».

A usted también le gusta la música popular, en los mismos años que estaba con la Orquesta Infantil de Rancagua, tenía un grupo de rock-folk, Estación Libertad.

«Sí. Tuve un tiempo un grupo rock, Estación Libertad. Y tocábamos una especie de mezcla entre King Crimson, Radiohead y Quilapayún. Una cosa así (ríe)».

¿Cuál instrumento tocaba usted?

«Tocaba teclado, guitarra eléctrica y triple. ¿Puedo decir otra cosa respecto a mi familia musical? Ignoré a mis hermanas, que las dos son músicas (ríe). La Violeta es chelista y la Amanda es cantante, tenía una banda que se llama Sube y ahora está como solista y cantautora, se dedica 100% a la música».

En esta visita, ¿cuánto tiempo se quedará en Chile? ¿Qué hará después de sus conciertos con la Orquesta Clásica Usach?

«Estoy estas tres semanas con la Usach y después, la última semana de mayo, empiezo con la Orquesta de Cámara de Chile y estoy con ellos hasta mediados de junio. Después ya vuelvo a Alemania».

¿Qué nos puede adelantar del programa que ofrecerá con la Orquesta de Cámara de Chile?

«Partimos con la obertura Idomeneo de Mozart, después van una obra estreno de Esteban Correa y la Quinta de Schubert. Será mi debut con la Orquesta de Cámara de Chile».

Es muy interesante el lenguaje de Esteban Correa, profesor de la Universidad de La Serena. ¡Qué bueno que tenga un estreno de un compositor chileno!

«Sí, está bueno eso. Me interesa, sobre todo porque estoy haciendo mucha música contemporánea en Europa, entonces puedo mostrar un poco esa parte».

¿Podría destacar algunos de los proyectos y compromisos que tiene para el resto del año una vez que vuelva a Alemania?

«Tengo varios proyectos con Broken Frames, vuelvo a mitad de junio y la primera semana de julio tenemos un proyecto súper interesante que es una obra instalación de Vladimir Guicheff, compositor uruguayo. Después, en agosto, estoy con Ensemble Consort de Essen, tenemos una serie de conciertos en diferentes ciudades de Alemania. Hay más cosas con Kommas, vamos a ir al Festival Mixtur de Barcelona con Broken Frames, y hay también colaboraciones con otros ensambles de aquí a fin de año. Así que está entretenido».

Y en cuanto a las grabaciones, ¿qué nos puede contar?

«Con Kommas hemos estado grabando un ciclo que se llama ‘Revolte’, tenemos ya dos conciertos grabados que están en YouTube y ahora hicimos una suerte de ópera de Francisco Concha Goldschmidt que se llama Eloy, que la grabamos ahora en abril y eso también va a salir pronto como producción de video. En octubre hacemos otro ‘Revolte’ y también lo vamos a grabar. Y para el próximo año vamos a hacer un CD de la compositora iraní Elnaz Seyedi, quien nos invitó a participar en su CD portrait«.

Coordenadas
Lautaro Mura y la Orquesta Clásica Usach en el Idilio de Sigfrido, de Richard Wagner, y la Cuarta Sinfonía de Ludwig van Beethoven.
Miércoles 18 de mayo, 19:30 horas. Teatro Aula Magna Usach (Víctor Jara 3659, Estación Central, metro Usach)
Martes 24 de mayo, 19:00 horas. Centro Cultural Lalo Parra de Cerrillos (Camino a Lonquén 7518)
Miércoles 25 de mayo, 19:00 horas. Casa de la Cultura Violeta Parra de Cerro Navia (Mapocho 7360).
Inscripción gratuita en Extension.usach.cl.

Lautaro Mura y la Orquesta de Cámara de Chile en la Obertura Idomeneo de Wolfgang Amadeus Mozart, el estreno de Los sonidos negros de Eteban Correa y la Quinta Sinfonía de Franz Schubert.
8 junio, en Las Condes (parroquia por confirmar)
9 junio, 19:00 horas. Gimnasio Municipal de Lo Espejo.
10 junio. Espacio por confirmar.

Por Romina de la Sotta Donoso | 15 de mayo de 2022.

Kommas Ensemble, en su sitio, aquí.

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