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Música

Eduardo Cancino: "CNC consiste en presentar música clásica, pero en un envase más contemporáneo y con una estética cercana a un público poco acostumbrado a las salas tradicionales"

julio 24, 2024

El arquitecto es miembro de Mapacomún, colectivo que está detrás del exitoso proyecto que programó un homenaje a Puccini con Paolo Bortolameolli y Solístico de Santiago el 27 de julio. Luego seguirán con Schoenberg y repertorio ruso y estadounidense. "Estamos convencidos del poder transformador de la música y creemos que puede influir en un público mayor del que sospechamos", dice.

Eduardo Cancino: "CNC consiste en presentar música clásica, pero en un envase más contemporáneo y con una estética cercana a un público poco acostumbrado a las salas tradicionales"

El pasado 20 de abril, una bodega abandonada en barrio Matta Sur recibió a cientos de personas para un inusual encuentro con la música clásica. Las sillas que rodeaban el escenario se hicieron pocas y varias hileras de asistentes de pie se fundieron con los ejercicios lumínicos que tenían de rojo y de blanco un galpón en penumbras. Chorros de humo blanco fueron instalando un cierto ritmo en el ambiente hasta que el silencio y la oscuridad total anunciaron el inicio de un concierto no convencional.

En un altillo enrejado se vislumbró un perfil en el segundo exacto en que irrumpieron los primeros acordes de la Toccata y Fuga en Re menor de Johann Sebastian Bach, generando una incontenida ovación más propia del rock. Allí, en las alturas, el reconocido organista Alejandro Reyes van Eweyk ofreció una despampanante interpretación. Probablemente, gran parte de ese público no conoce el profundo vínculo de este académico, director, intérprete y tonmeister con Bach, ni que por varias décadas se las ha ingeniado para celebrar cada año el cumpleaños del genio barroco con un concierto.

Sin embargo, fueron testigos de qué sucede cuando un músico conoce profundamente una partitura y a su creador cuando la interpreta, y esa Toccata y Fuga quedará por siempre en sus memorias y se detendrán en la televisión por cable cuando se topen con el episodio de la serie Aula ArTV en el cual el profesor Reyes van Eweyk devela el rol que la numerología jugó en la creación de Bach.

El 20 de abril pasado, en la misma bodega, Alejandro Reyes saltó luego al siglo XX, con Apparition de l´Église éternelle de Olivier Messiaen. Ya con eso, qué duda cabe, era innegable el aporte que este concierto había hecho en la formación de nuevos públicos para la música de tradición escrita, al contrastar dos piezas fundamentales del repertorio universal, ambas profundamente espirituales, una reconocible por las grandes masas, y otra no.

Pero el concierto siguió, con el gran director chileno Paolo Bortolameolli, una figura con peso propio en la escena internacional, y con la orquesta Solístico de Santiago. Y nuevamente combinaron un hit como el Adagio de Tomaso Albinoni, el mismo que aparece en los filmes cumbre El proceso (1962) de Orson Welles, El enigma de Kaspar Hauser (1974) de Werner Herzog, y Gallipoli (1981) de Peter Weir- y el Quinto Concierto para piano de Bach, con el solista Danor Quinteros, quien además retomó a Messiaen con La Colombe.

Un programa redondo que convocó a un público de lo más variado, entre familias, grupos de amigos, adultos mayores y muchos jóvenes. Amantes de distintos géneros musicales, respetuosos y entusiastas, y agradecidos todos por esta puerta que se les abría a un universo prácticamente infinito.

Así fue el segundo concierto del Ciclo Clásica No Convencional (CNC), que ya había tenido un aplaudido debut en enero, en un subterráneo en Providencia, que fue incluso comentado por el crítico Mario Córdova en LUN. «Los clásicos bien pueden fugarse de sus lugares tradicionales de ejecución, siendo bien acogidos en espacios de sorpresa», escribió, cuando son «presentados de modo informal, pero con una organización perfecta. Bravo» (ver). Danor Quinteros interpretó entonces la Sonata Los Adioses de Beethoven, y luego se escuchó el Sexteto del mismo compositor y la Serenata de Tchaikovsky. Actuaron también Solístico de Santiago y Paolo Bortolameolli, quien estuvo a cargo de introducir al público. Igualmente hubo una crítica del segundo programa, el de abril (ver).

Después de un tercer programa en junio, Clásica No Convencional se consolida ahora con un nuevo concierto en la misma bodega de Matta Sur, el 27 de julio. Esta vez Paolo Bortolameolli y Solístico de Santiago rendirán homenaje a Giacomo Puccini a cien años de su muerte, con una selección de arias y con la participación de solistas vocales, sumando obras de Ottorino Respighi y Antonio Vivaldi. El acceso ya no será gratuito, como sucedió en los dos primeros conciertos, puesto que sus organizadores están comprometidos con darle sostenibilidad al proyecto.

Sobre eso, Radio Beethoven conversó con Eduardo Cancino, uno de los organizadores de Clásica No Convencional. Nos explicará cuán multidisciplinario es el equipo detrás de esta nueva propuesta artística, sus motivaciones y sus sueños. También nos revelará qué se viene para lo que queda del año: un trabajo más intenso con escolares y colegios y programas desafiantes que incluirán más música del siglo XX.

Eduardo Cancino es arquitecto, lleva años dedicado a la gestión cultural, y es miembro del colectivo Mapacomún, junto con los hermanos Pablo y Matías Gutiérrez, quienes son publicista e ingeniero civil respectivamente, y han trabajado largamente en producción. «Somos un colectivo porque tenemos un equipo más grande que nos apoya, y estamos enfocados en la gestión de artes visuales, arte contemporáneo y música, tanto clásica como experimentales, y desarrollamos distintos eventos en torno a esto», explica.

Mapacomún se articuló con la orquesta Solístico de Santiago, que lidera la violinista Macarena Ferrer y que integran intérpretes de la Filarmónica de Santiago, y con Paolo Bortolameolli. «También se nos sumó al equipo Francisco Martínez que es dueño de Needle, y también tiene una fundación que se llama Active Listening», agrega Eduardo Cancino.

¿Cómo nació la idea de hacer Clásica No Convencional?

«Primero que todo, nace por nuestro amor por el arte y la música, por supuesto, y por nuestra convicción del poder transformador que tiene la música. Para nosotros es muy importante el cómo la música puede influir de buena forma en un público mayor del que sospechamos. Nace también de manera bien casual, veníamos nosotros programando algunos conciertos en iglesias con Macarena Ferrer y en algún momento nos juntamos a conversar para hacer un pequeño concierto de un cuarteto de cuerdas en Espacio Bustamante, nos juntamos a conversar con Maca y con Matías, que es mi otro socio en CNC, y en la conversación surgió lun espacio que tenemos y donde hacemos eventos de otro tipo, que es un estacionamiento subterráneo en Eliodoro Yáñez con Tobalaba. Entonces pensamos ¿qué tal si hacemos un concierto de música clásica allá? Y eso cambió bastante la idea que teníamos de los conciertos en las iglesias. Conversando sobre el poder que tienen la música y el arte para transformar, para cambiar vidas, decidimos ver qué pasaba si, con ese espíritu de acercar la música clásica a públicos más amplios, le dábamos otro envase, otra forma estética. Te diría que ahí nace CNC como concepto, porque finalmente consiste en presentar música clásica, pero en un envase más contemporáneo y con una estética más cercana a un público general poco acostumbrado a las salas de concierto más tradicionales. Ahí viene todo el bagaje que nosotros, con Matías y Pablo, que son mis socios, tenemos respecto de iluminación, proyecciones láser y mapping. Así que fue mezclar esos dos mundos, el más tradicional de la música clásica con esta otra propuesta estética que permite llegar a públicos más jóvenes o no necesariamente más jóvenes, pero no tan acostumbrados a visitar espacios que nosotros queremos mucho, por cierto, pero que no todos se sienten tan llamados o tan invitados, como el Teatro Municipal, el Teatro de la Universidad de Chile, etcétera. Así te diría que nace».

¿Cómo evalúa lo que ha sido Clásica No Convencional hasta ahora? Han tenido tres programas, entiendo, y partieron en enero, ¿no?

«Claro, en enero tuvimos un primer concierto que fue muy experimental porque surgió en esa conversación sobre hacer un concierto bien chiquitito para un cuarteto de cuerdas en Espacio Bustamante, y finalmente se amplió. Ahí se suma Paolo también, y tuvimos una primera convocatoria increíble de 500 y tantas personas. Fue un concierto gratuito, pero nunca imaginamos esa convocatoria, fue realmente increíble y nos sentimos obligados a esto, que fue como gun shot, o sea, algo bien experimental y que podría haber sido sólo una vez, a volver a hacerlo. Entonces en abril programamos un segundo concierto que se hizo en un galpón en desuso en Barrio Matta Sur y ahí ya llegaron 850 personas. También fue un concierto gratuito. En ese momento supimos que nos habíamos casado con este proyecto y decidimos seguir adelante. En el mes de junio recién pasado tuvimos una fecha triple, el día viernes un concierto y el día sábado fueron dos conciertos, para 160 personas cada uno. El concierto del día viernes fue invitando a marcas, empresas y medios para que nos apoyen, porque los dos primeros conciertos los hicimos a puro ñeque nuestro y para darle sostenibilidad en el tiempo necesitamos ahí apoyos. Entonces tuvo ese objetivo y, por otro lado, presentar lo que se viene en CNC para el segundo semestre. Y el día sábado fueron los primeros conciertos en los cuales cobramos entrada. También fue muy buena noticia que las entradas se vendieron muy rápido y muy bien. La verdad es que a la gente le ha encantado la propuesta».

Además de la estética propia y de que los espacios sean inusuales, que son dos sellos de CNC, existe un preámbulo y un cierre que son también no convencionales.

«En estos conciertos, hay una zona de foyer que siempre habilitamos y antes del concierto y en el intermedio hay varias experiencias: tenemos comida, una barra para poder tomar tragos y café de especialidad. Además, Francisco, de Needle, habilita una salita para tener una experiencia acústica con unos parlantes increíbles, con una tornamesa. Y también tenemos libros. En este caso, como Paolo es parte del proyecto, tenemos siempre Rubato disponible para que la gente lo pueda comprar y él firmarlo. Esas cosas van haciendo muy entretenida esta experiencia fuera de la sala de concierto, por así decirlo, mientras los músicos aún no tocan o después de que dejaron de tocar. Y el remate final de la experiencia es que hay DJs que tocan música electrónica y finalmente ése es el correlato de la música clásica, una música muy contemporánea y en un formato totalmente distinto», explica Eduardo Cancino.

El arquitecto y gestor cultural revela, además, que tienen una segunda línea de trabajo que apunta a los más jóvenes y a territorios que no cuentan con una programación permanente de música clásica.

«A la gente le ha encantado y la verdad es que lo más interesante es que ha sido un público muy transversal. Parte de nuestra motivación y objetivo es acercar la música a todos, y eso quiere decir literalmente a todos, tanto a la gente que tiene acceso a la cultura, pero por cuestiones estéticas o por temas de cercanía con ciertos espacios no ha participado tanto, pero también a las personas que no tienen mucho acceso a la cultura. Y en ese sentido, estamos también en una misión de cara a llegar a establecimientos educacionales con poco acceso a la cultura, ya sea porque tienen menos recursos o porque están en lugares donde la música clásica llega un poquito menos. Estamos ahí en una cruzada para poder conquistar esos espacios que nos parece que son súper valiosos y creemos que pueden transformar vidas, sobre todo pensando en niños que escuchan música clásica por primera vez en sus vidas», señala Eduardo Cancino.

¿Ésta es una línea de acción que probablemente van a desarrollar el próximo año?

«Ya lo hemos estado haciendo. Hemos estado invitando a grupos de estudiantes a nuestros conciertos y para el segundo semestre, además de seguir invitando a niños y jóvenes que tienen poco acceso a la cultura, cuando haya una fecha de CNC, ya sea antes del concierto oficial o después, queremos ir a algunas escuelas, colegios, liceos en sectores más vulnerables o donde hay menos acceso a la cultura. Y hacer cápsulas de CNC in situ en estos lugares. Eso ya se viene próximamente. Lo que hemos estado haciendo hasta ahora es invitar a niños y jóvenes a nuestros conciertos».

Hablemos del concierto del 27 de julio, que será con entrada pagada para asegurar la sostenibilidad del proyecto. ¿Qué nos puede adelantar?

«Vamos a volver a este viejo galpón que se va a demoler en un tiempo más. Tiene algo bien particular hacer un concierto en un lugar que derechamente va a dejar de existir en algún tiempo más. Es un concierto especial que busca celebrar a Italia y su música y en ese sentido es muy simbólico también que este año se cumplen cien años de la muerte de Giacomo Puccini, entonces el programa es ciento por ciento italiano; vamos a tener a Vivaldi, Respighi y Puccini por supuesto, con extractos de La Bohème, Tosca y Butterfly. Además de nuestra habitual orquesta, que esta vez va a ser un poquito más grande que los ensambles anteriores, vamos a tener celesta y arpa. Siempre estamos buscando también innovar en cuanto a los solistas. Con nosotros han estado Danor Quinteros, en piano, en dos conciertos, Alejandro Reyes en órgano, y Soledad Yaya, en arpa, que estuvo en el concierto de junio y estará de nuevo en el de julio. Además de buscar siempre tener solistas invitados, queremos también reivindicar instrumentos un poquito más raros o que cuesta encontrarlos actualmente en las salas de concierto, como son el órgano o la celesta».

Otra cosa interesante de CNC es que el concierto incluya además un trabajo lumínico importante.

«Sí, exacto. Nosotros concebimos CNC justamente como esta mezcla de elementos donde la iluminación es súper importante. También la proyección de láser, que son cosas que se han hecho también de manera bien cuidada, bien delicada y siempre con artistas de la primera línea en estos rubros. Mapacomún es un equipo grande de colaboradores y en ese mundo, por ejemplo, trabajan con nosotros KyF y Lux Dynamic, que son gente muy reconocida en su ámbito, y efectivamente la propuesta estética es muy contemporánea. Mario Córdova, en la primera columna que escribió de este primer concierto en enero, que fue en un subterráneo en Eliodoro Yáñez con Tobalaba pone ‘me sentí como bajando a la Blondie y en realidad terminé escuchando a Tchaikovsky’. Creo que eso describe muy bien, en parte, esta propuesta visual, que es muy contemporánea y con luces ámbar y rojas, y además en contextos particulares, en un subterráneo de estacionamientos, en una bodega antigua que además tiene un montón de elementos que quedaron de su uso original, como muebles y chatarra, que nosotros también vamos disponiendo en el espacio para que formen parte del paisaje y del imaginario que puede ir construyendo cada persona que participa en nuestros conciertos».

Y después de este concierto del 27 de julio, ¿qué tienen pensado para el resto del año? ¿Un par de conciertos más?

«Exactamente. Eso está todavía en desarrollo, pero en octubre se viene un concierto interesante dedicado a Alemania, guerras y posguerra, con algo un poco más moderno en términos musicales, donde van a aparecer Schoenberg y Richard Strauss. Estará muy enfocado en esa temática, entonces aparecerá todo lo que es la transfiguración y los cambios significativos que tienen que ver con ese período muy particular de la historia, todo eso llevado a la música. Luego también queremos dedicar un concierto a Rusia y sus cuentos, y posteriormente, a las fanfarrias estadounidenses. Eso es lo que se viene. Y ya el próximo año lo que hay son sueños todavía».

Me gusta que se haya incluido a Messiaen en abril y que ahora podremos escuchar a Arnold Schoenberg. Se ve una curaduría artística que equilibra grandes éxitos con obras que tal vez masivamente no sean tan conocidas, pero que son igual de importantes.

«Sí. Para conquistar los corazones y los oídos de la gente hemos iniciado la propuesta musical con compositores y obras muy ‘oreja’, algunas bastante conocidas, otras un poco menos, pero bastante ‘oreja’, que la gente de alguna manera se aferra con cierta facilidad a ellas, y entremedio hemos estado también integrando algunas cosas un poquito más raras. Justamente, en el concierto número dos, que fue en el galpón, hubo dos obras de Olivier Messiaen una para piano que tocó Danor, La Colombe, y también La Aparición de la Iglesia Eterna que es para órgano y que la tocó Alejandro Reyes. Entonces hemos también, de a poquito, querido introducir algunas cosas que son un poquito ‘más raras’ para el público general. Queremos ir conquistando esos espacios musicales y traer obras y compositores que son un poco menos conocidos para el público. Para el ciudadano de a pie que sabe quién es Vivaldi, Bach, Beethoven, Tchaikovsky, pero que quizás nunca ha escuchado a Messiaen o Villa-Lobos, que lo tuvimos la vez pasada, en junio, así como Camille Saint-Säens».

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación al concierto del 27 de julio y también como invitación a informarse sobre las futuras actividades del Ciclo Clásica No Convencional?

«Quisiera invitarlos a vivir una experiencia musical, estética y visual, donde van a encontrar lo mejor de la música clásica de todos los tiempos, interpretada por los mejores músicos, dirigidos por Paolo Bortolameolli. Es una propuesta musicalmente impecable, y eso envuelto en un ambiente muy contemporáneo, con una experiencia lumínica atmosférica, con proyecciones y muy inmersiva. Esto es un panorama muy entretenido, va a haber además comida y música en espacios más reducidos para poder tener una experiencia acústica con parlantes, así como libros, etcétera. Es una experiencia bastante envolvente, inmersiva y en 360 grados».

Coordenadas
Sábado 27 de julio, 20 horas, Santa Elena 1725, metro Ñuble. Entradas desde $15 mil a $30 mil aquí.

Por Romina de la Sotta Donoso | 24-07-2024.

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