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Música

En terreno | Semanas Musicales de Frutillar: Paolo Bortolameolli "subió" al público al escenario

febrero 3, 2024

El director destaca la complicidad que se generó entre la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y el público, en un concierto que vivió "con profunda y real emoción". Juntos abordaron con excelencia un exigente repertorio que fue desde Strauss hijo hasta Debussy, pasando por Beethoven. En una jornada muy lúdica, también el Flautotum Ensamble innovó con maestría en nuevas formas de conquistar a las audiencias.

En terreno | Semanas Musicales de Frutillar: Paolo Bortolameolli "subió" al público al escenario

Paolo Bortolameolli. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

El infinito poder del juego en la educación musical quedó ampliamente demostrado en la séptima jornada de las 56as Semanas Musicales de Frutillar. Los dos conciertos que se efectuaron en el Teatro del Lago tuvieron un profundo impacto en las audiencias presentes. Aun cuando fueron distintos en muchos sentidos, tuvieron un elemento central en común: la comprensión cabal, por parte de los músicos, de lo que significa ser un comunicador.

Al mediodía, Flautotum Ensamble puso en escena una lúdica propuesta que involucró máscaras, coreografías y breves introducciones verbales. Todos los cuatro flautitas de la agrupación -Paula Ordoñez, Franco Inostroza, Diego Vieytes y Vicente Vaccani- tomaron en algún momento el micrófono para anticipar algunos antecedentes que ilustraran a los asistentes en torno a lo que se iba a escuchar.

Flautotum Ensamble. Foto: Osvaldo Guerrero.

El núcleo del programa fue la versión propia que Flautotum Ensamble presentó de El Carnaval de los Animales de Camille Saint-Saëns. El acceso al escenario, fue con una protesta, pues el mensaje era claro: la fauna está en peligro por el comportamiento del hombre. Al mismo tiempo, era una chilenización; se reemplazó al cisne por un cóndor, y que incluyó un lobo marino y un pudú. Las máscaras jugaron un rol clave que se vio reforzado por la gestualidad del flautista que portaba cada una de esos implementos.

En la primera parte, además, Flautotum Ensamble ofreció creaciones de algunos de sus integrantes, destacándose Toccata, Bourrée & Fuga, un arreglo del líder del conjunto, Vicente Vaccani, que versiona Bourée, pieza de Jethro Tulll que es en realidad un arreglo de una suite de Johann Sebastian Bach.

Flautotum Ensamble. Foto: Osvaldo Guerrero.

La propuesta del ensamble chileno merece una larga vida en escenarios, en tanto ofrece una equilibrada combinación de excelencia artística, con intérpretes virtuosos y de comprobado oficio en distintas dimensiones de la escena nacional. Por ejemplo, Diego Vieytes es integrante de la Orquesta Usach, y Vicente Vaccani es un respetado docente y formador de nuevas generaciones.

«Vine al concierto de Flautotum Ensamble sobre todo por el asunto de la fauna, el tema del concierto es muy ad hoc para lo que estamos viviendo en este momento de cambio climático»

Patricia Mella, profesora de educación básica

«Soy de Futrono y vengo todos los años a las Semanas Musicales de Frutillar. Vengo desde que mis niños eran pequeños, ahora ya vengo con mi nieta», comentó Patricia Mella (1952), profesora de educación básica y de ciencias naturales.

Patricia Mella, profesora de educación básica. Foto: Romina de la Sotta.

«Vine hoy sobre todo por el asunto de la fauna. El tema del concierto me llamó bastante la atención; lo encontré muy ad hoc para lo que estamos viviendo en este momento de cambio climático, por el mensaje que entrega. Me gustó también la parte teatral de este concierto, pues motivó a los niños más chicos», agregó.

«También me gustó mucho el concierto de ayer de la Orquesta Sinfónica de Chile, especialmente la gestualidad y la forma en la cual dirigía el maestro Saglimbeni, y cómo se transportaban algunos músicos de la orquesta», recordó Patricia Mella.

«Como nunca, el público nos ha respondido a una programación de primera, y nos da una tremenda alegría ver que al publico le ha gustado lo que se ha podido presentar»

Harriet Eeles, presidenta de la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar

La presidenta de la Corporación Semanas de Frutillar, Harriet Eeles hizo un balance muy positivo del evento, en un encuentro con la prensa acreditada. «Se ha podido armar un programa sumamente atractivo y con grandes artistas. Creo que, como nunca, el público nos ha respondido a una programación de primera, y nos da una tremenda alegría ver que al publico le ha gustado lo que se ha podido presentar», declaró.

Destacó el retorno de varias agrupaciones al evento, tras la pandemia, especialmente la Orquesta de Cámara de Chile, que acogió favorablemente la propuesta que le hicieron al elenco y a su titular, Emmanuel Siffert, de acompañar al ganador del Concurso Luis Sigall 2022, «nuestro querido Patricio Velásquez, puertomonttino, jugando muy de local, que es un orgullo para nuestra zona». 

Harriet Eeles, presidenta de la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar. Foto; Romina de la Sotta.

Harriet Eeles confirmó que entre el 40% y el 50% del público de las Semanas Musicales proviene de Santiago, y que efectivamente han constatado que se está dando una renovación de las audiencias. Asimismo, proyectó el evento hacia el futuro, considerando que en 2028 se celebrará la edición sexagésimo aniversario.

«Creo que nuestro adn tiene que permanecer. Nuestro adn tiene que ver con nuestro patrimonio como ciudad. Tenemos que mantener esta cercanía, esta posibilidad de vivir una experiencia más integral que ir a un concierto en la sala y listo, este lugar mágico es parte de la experiencia de Semanas Musicales», indicó.

«Tenemos que evolucionar y estar abiertos a los gustos que cambian en el público, pero vamos a mantener siempre nuestro norte en la música clásica», expresó la presidenta de la Corporación Semanas Musicales de Frutillar. Por ejemplo, reveló que ya habían iniciado conversaciones con el CEAC de la Universidad de Chile, que además de administrar a la Sinfónica está a cargo del Ballet Nacional Chileno, pensando en emular localmente, en el sur, las intervenciones coreográfico-musicales que se realizaron recientemente en el Parque de las Esculturas de Providencia. «Me da la impresión de que nuestros coorganizadores, la Fuerza Aérea y la Universidad de Chile, están con muchas ganas de ir desarrollando otras cosas que van más allá de los maravillosos conciertos dentro del teatro», aseguró Eeles.

Danor Quinteros y la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, con Paolo Bortolameolli. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

El concierto vespertino, en tanto, era uno de los más esperados, con el debut de Paolo Bortolameolli en las Semanas Musicales de Frutillar. El director chileno se presentó por primera vez en este evento con su orquesta, la Sinfónica Nacional Juvenil.

El programa era de altísima exigencia: las tres obras elegidas no sólo difieren radicalmente en cuanto a estilo, sino que cada una corresponde a una de las más representativas expresiones del lenguaje de su respectivo autor. El desafío que ello implica para una orquesta formada por jóvenes instrumentistas en formación, y de entre 18 y 24 años de edad.

Sin embargo, esta selección nacional de los más avanzados jóvenes músicos de todo el sistema de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, Foji, superó con creces las exigencias del repertorio, en lo técnico y también en lo artístico.

Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, generación 2023. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

El concierto se constituyó, además, como un verdadero diálogo entre los músicos y el público, gracias al enorme carisma y la vocación educativa de Paolo Bortolameolli. Con una comprensión cabal del rol que cumplen los líderes musicales como comunicadores, no escatimó recursos para explicar en forma lúdica algunas de las características fundamentales de lo que se iba a escuchar.

Bortolameolli ofreció una audición guiada fundamental en cuanto sembró una semilla que cambia la vida de todo auditor: hizo visible, para un amplio público, cómo funcionan las expectativas en la música.

«Todos los días me pregunto por qué hacemos esto, cuál es el propósito», señaló el director, ya en escenario. «Se trata de hacer música todos juntos y de que ustedes sean parte de ese rito colectivo de lo que está sucediendo ahora, desde que afinaron, desde que hicieron ese La en el oboe», indicó. Invitó a dejarse seducir por el sentido del humor que anima la primera obra del programa y que simboliza justamente la celebración, la obertura El Murciélago de Johann Strauss hijo.

Tras una entrega brillante, y estruendosos aplausos, ingresó al escenario el piano, pues la segunda obra del programa era uno de los más famosos conciertos para piano de toda la historia: el Emperador de Ludwig van Beethoven. Y el solista invitado sería Danor Quinteros.

Paolo Bortolameolli retomó el micrófono y lo dejó claro: «Es bueno esperar ciertas cosas». Entregó datos claves que guiaron efectivamente la audición. Por ejemplo, qué implica que el Quinto Concierto para piano de Beethoven corresponda al final de su período heroico y cómo anticipa el Romanticismo, tomando distancia del Clasicismo. El hecho de que este ideal romántico que abraza el compositor, al posicionar al héroe en el centro de la narrativa, conlleva una serie de innovaciones en la forma y en el fondo.

De esta manera, el público pudo comprender que las libertades creativas que se toma Beethoven están cargadas de un profundo sentido musical y filosófico. Asimismo, el director fue introduciendo a la audiencia en conceptos clave, como cadencia, virtuosismo y elocuencia.

«El Emperador comienza con la cadencia, y eso no es menor», explicó. Y en vez de ser un segmento abierto a la improvisación, indicó Bortolameolli, fue escrita en detalle por Beethoven.

El director sumó también al solista. «La verdad es que, como pianista, se agradece porque normalmente los conciertos para piano hay una gran introducción de orquesta y uno está sentado y no sabe qué hacer, entonces las manos en las piernas, las manos en el teclado, sacar el pañuelito», dijo Danor Quinteros, desatando las risas del público.

«Aquí con Beethoven suena el acorde y uno empieza a tocar», explicó. «Yo personalmente le agradezco al señor Beethoven que lo haya escrito así», cerró Quinteros.

Con estas intervenciones, también el pianista invitó al público a subir, metafóricamente, al escenario. Pero también hubo consecuencias prácticas en esta audición guiada. Porque Bortolameolli señaló que «el primer movimiento acaba con gran pompa, dan ganas de aplaudir, pero no se ha acabado el concierto ahí». Y eso fue suficiente para que el público no irrumpiera en aplausos entre movimientos, como había sucedido en los previos conciertos de otras agrupaciones.

Tras el Quinto Concierto para piano de Beethoven, que fue extensamente aclamado, Danor Quinteros ofreció un encore: el irónico Vals n°2 de Dmitri Shostakovich. A continuación se le sumó el propio Paolo Bortolameolli para juntos abordar una pieza a cuatro manos de Maurice Ravel; Conversación de la Bella y la Bestia, del icónico ciclo para niños, Mi madre la oca.

Paolo Bortolameolli se sumó a Danor Quinteros en el segundo encore, con una pieza de Maurice Ravel. Foto: Romina de la Sotta.

Ello fue un enlace para el lenguaje que cerraría el concierto y que reuniría a más de 70 jóvenes instrumentistas en el escenario, con El Mar de Claude Debussy. Bortolameoli nuevamente entregó datos clave para la audición. Indicó que el compositor en ella juega con los contrastes, que es una tremenda orquesta, pero también «hay momentos extraordinariamente íntimos, llenos de colores», mientras otras veces está «la orquesta a full poder. Es como una gran clase maestra de orquestación, de lo que puede llegar a hacerse con una orquesta tan rica en diversidad de instrumentos», señaló el director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil. La calificó como una obra «virtuosa, emotiva, vibrante y energética».

La entrega fue impresionante, dada la dificultad de la partitura. Y hubo un encore de toda la orquesta: el vals El bello Danubio Azul, de Johann Strauss hijo.

El resultado merece todos los aplausos, pues efectivamente este público que en los conciertos anteriores ha aplaudido siempre entre movimientos, esta vez se dejó guiar por su escucha, entendiendo el rol de la expectativa.

Los aplausos fueron largos, y entusiastas; cinco minutos y medio mientras el director iba presentando a los solistas, y después del encore otros tres minutos y medio, a pesar de que las luces fueron encendidas y fueron repartidos galvanos y flores.

«El concierto de la Sinfónica Nacional Juvenil fue una experiencia bien completa; no se limitó en cuanto al repertorio, que fue muy variado, y creo que eso fue lo mejor de hoy»

Gabriel Vargas, estudiante de contrabajo

Entre los asistentes se encontraba Gabriel Vargas (2003), quien estudia contrabajo en el Instituto de Música UC. «Estudio música, entonces tener la oportunidad de venir a conciertos en los que tocan orquestas como la Nacional Juvenil, cuyo nivel es profesional, es una oportunidad que no se da tan seguido. Verlo en un escenario como es el Teatro del Lago, que está ´preparado para una orquesta y con un público que busca recibir, es súper gratificante», expresó.

Gabriel Vargas, estudiante de contrabajo en la UC. Foto: Romina de la Sotta.

«Fue una experiencia bien completa. No se limitó a un período, no se limitó en cuanto al repertorio, que fue muy variado, y creo que eso fue lo mejor de hoy. Fue contrastante», agregó.

Gabriel Vargas destacó también el concierto que ofreció el martes 30 de enero la Sinfónica Universidad de La Serena con el guitarrista José Antonio Escobar como solista en el Concierto de Aranjuez, y con la dirección de Juan Pablo Aguayo. «Lo interesante de ese día es que tocaron a Guillermo Rifo, que es un compositor chileno. Este año han estado buenos los repertorios, con cosas más contemporáneas, actuales, que es muy bueno escuchar; son sonoridades completamente distintas, entonces uno renueva el oído un poco de escuchar estilos antiguos», comenta al respecto.

Un joven estudiante esperó al director titular de la OSNJ afuera del Teatro del Lago para pedirle que Paolo Bortolameolli autografiara su libro Rubato. Foto: Romina de la Sotta.

Tras la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y Paolo Bortolameolli, Pablo Aranda, director ejecutivo de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, Foji, destacó que fue «un concierto redondo».

Indicó que «se juntan varias cosas. Es el último concierto de toda la programación de 2023, el teatro es una maravilla y tocar aquí para cualquier músico no sólo es una gran oportunidad, sino que podría llegar a pensarse incluso como una meta, y además había músicos de nuestra orquesta para los que era, literalmente, su último concierto».

Destacó la madurez interpretativa de Danor Quinteros y la capacidad de Paolo Bortolameolli como comunicador, así como la energía que se generó. «Tocar El Mar y tocar el Concierto n°5 de Beethoven, como programa, era bien exigente la verdad. Pero los jóvenes respondieron súper bien. Fue un concierto redondo, de mucha energía y mucha emoción. el publico estaba súper receptivo», detalló Pablo Aranda, profesor del Instituto de Música UC.

A su juicio, las introducciones de Paolo Bortolameolli le dieron sentido. «El concierto de la Sinfónica Nacional Juvenil tiene que marcar una diferencia y, el sello formativo que tiene implica también a las audiencias. La música es un arte que vive en el espacio, viene en el tiempo y vive en nuestra memoria, entonces guiar eso, dar ciertas pautas, es bueno», apuntó el director ejecutivo de la FOJI.

«Fue un concierto bellísimo porque había una carga emotiva muy alta, lo viví con profunda y real emoción»

Paolo Bortolameolli

Paolo Bortolameolli, en tanto, reconoció tras el concierto que lo vivió con una «profunda y real emoción. Fue un concierto bellísimo porque había una carga emotiva muy alta, por varias razones. Una, porque este concierto es literalmente el final de un proceso, es el concierto que cierra el año. Cada marzo la Sinfónica Nacional Juvenil es una orquesta nueva, muchos de los chicos que tocaron vuelven, pero hay muchos otros que ya no están, por edad y porque el proceso es por audiciones ciegas, es decir, a cortina cerrada», explicó.

«Eso tiene una carga emotiva porque lo que se trabajó con esa orquesta durante todo un año con sus instructores, con el director residente, conmigo como director titular, con los directores invitados, a través de una temporada demandante, exigente, seis conciertos, tocando en teatros importantes, culmina en este último concierto, que además es en un contexto sumamente importante que son las Semanas Musicales de Frutillar, en el teatro que considero de lo mejor que existe, adoro el Teatro del Lago», agregó el director.

Paolo Bortolameolli. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

«Me emocioné mucho durante el concierto, al ver a los jóvenes dándolo todo. Y eso se traduce en cómo lo recibe el público y en cómo suena. Me voy súper contento, muy nostálgico y melancólico, porque realmente me golpeó emocionalmente de una manera muy bonita», indica Paolo Bortolameolli, quien este domingo tomará un avión con destino a Europa, para su debut con la Filarmónica de Liverpool.

Hubo una respuesta muy cariñosa del público en este concierto. Pero además los asistentes comprendieron varios parámetros de atención gracias a lo que usted explicó, en lo que ha sido un sello en su carrera. ¿Qué tan bonito es ver que el público de alguna manera sube al escenario con ustedes?

«Diría que ésa es justamente la forma de describirlo. Es algo que yo persigo cada vez con más convicción. Siento que los conciertos son instancias de encuentro, de complicidad tan profunda y tan bella, todos los que estamos en ese momento somos un grupo humano, los que estamos arriba del escenario y los que están abajo. Y cuando generas esa conexión con un público atento, receptivo, con explicaciones, el público lo agradece. La gente se sube, simbólicamente, al escenario con nosotros y se genera una dinámica que creo que es lo más bonito que uno puede aspirar, porque cuando termina el concierto fuiste parte de algo colectivo, de un colectivo muy grande. Eso lo hace ser muy emocionante, es un encuentro muy íntimo, independiente de lo grande que sea el teatro, sigue siendo un momento íntimo de todas esas personas que estuvimos juntas por dos horas».

Por Romina de la Sotta Donoso | 03-02-2024.

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