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Música

En terreno | Semanas Musicales de Frutillar: Cinco minutos de ovación para la Sinfónica de Chile

febrero 2, 2024

El público agradeció en forma particularmente efusiva los dos conciertos que se realizaron el 1 de febrero en el Teatro del Lago. El pianista polaco Raphael Lustchevsky emocionó y sorprendió a la audiencia con un programa "patriótico", y Rodolfo Saglimbeni condujo a su orquesta en dos brillantes sinfonías de Schubert y Tchaikovsky, y fue ovacionado.

En terreno | Semanas Musicales de Frutillar: Cinco minutos de ovación para la Sinfónica de Chile

Rodolfo Saglimbeni y la Sinfónica Nacional de Chile. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

Fue una jornada no sólo rica en aplausos, sino de francas ovaciones. El jueves 1 de febrero, los dos conciertos que programó la quincuagésimo sexta edición de las Semanas Musicales de Frutillar en el Teatro del Lago fueron a tablero vuelto.

Al mediodía, en el Anfiteatro, el pianista polaco Raphael Lustchevsky (1979) ofreció un recital con foco en obras escritas e inspiradas en su patria. Antes de su actuación, la cónsul de Polonia en nuestro país Milena Łukasiewicz saludó al público. «Desde que llegué me han hablado de las Semanas Musicales de Frutillar», declaró. «A lo largo de los años, la embajada de Polonia ha estado apoyando este festival trayendo a los mejores artistas», agregó la diplomática.

«Es difícil imaginarse un ambiente más perfecto para escuchar música clásica. Esto un gran honor para mí, estoy muy feliz de estar aquí con ustedes, espero que lo disfruten y que vayan conociendo cada vez más de la cultura polaca», aseguró Milena Łukasiewicz, en un perfecto castellano.

Raphael Lustchevsky en el Anfiteatro del Teatro del Lago. Foto: Osvaldo Guerrero.

Raphael Lustchevsky abrió su concierto con un Minueto de Ignacy Paderewski y continuó con Máscaras de Ignaz Friedman. Dos obras descriptivas que abordó con una técnica sobresaliente, y capturando la atención del público en forma progresiva. En esta ocasión, los asistentes no tuvieron dudas sobre cuándo aplaudir: fueron guiados por la rica gestualidad del pianista polaco, quien supo hacer visible un cierto suspenso entre movimientos.

El intérprete polaco, quien conquistó en la década de 90 el primer premio del Concurso Luis Sigall de Viña del Mar, apostó por abrir un diálogo también verbal también con el público. Lo hizo en un impecable castellano y entregando antecedentes que no sólo ilustraron al público con datos biográficos y artísticos relevantes respecto de los compositores que iba interpretando, sino también con algunas bromas y confesiones personales.

Explicó que el programa de su concierto era «patriótico». Y que Ignacy Paderewski no sólo fue un gran artista, con una carrera tremenda, sino también una figura política fundamental del siglo XX. «Hizo más de cien conciertos, en Estados Unidos por ejemplo, llegó a todos los rincones del mundo, incluso a Nueva Zelanda, y estamos hablando de la primera parte del siglo XX, cuando no había aviones comerciales», detalló. Destacó igualmente que Paderewski fue primer ministro de Polonia y «tuvo un papel importante en este proceso de resurrección de Polonia porque tomó parte en el Congreso de Versalles como representante del gobierno polaco en el exilio».

Junto con aclarar que Ignaz Friedman también tuvo una carrera internacional importante en la primera mitad del siglo XX y que se radicó en Australia, ejercitó el sentido del humor. «De Chopin no voy a decir nada», declaró, desatando animadas risas en el público.

«He venido a Chile varias veces después de ganar el Concurso Luis Sigall, hace muchos años ya, tengo una relación muy intensa, muy simpática con el público chileno», aseguró Raphael Lustchevsky.

Introdujo, además, las siguientes obras de Frédéric Chopin que abordaría: Impromptu n°2, Polonesa Op.40, Balada n°3, Nocturno Op.15 y Balada n°1. Explicó que la Polonesa era conocida como Militar pues el compositor polaco soñaba con que esta obra se interpretase en el desfile que celebrara la independencia de Polonia. «Pero Chopin no llegó a vivir el día de la resurrección de Polonia. Para vivirlo, tendría que haber tenido 110 años y murió en 1839 y la resurrección llegó en 1919», señaló.

Raphael Lustchevsky cerró su concierto con música para el cine, a través de un arreglo propio de Concierto de Varsovia, de Richard Addinsell. Explicó, por cierto, que los realizadores de la película Dangerous Moonlight inicialmente le comisionaron la música a Sergei Rachmaninov, quien rechazó la idea. Así que finalmente se la solicitaron al compositor británico. «Había una condición, la música debiera sonar como si fuera Rachmaninov», apuntó Lustchevsky, generando nuevas risas del público.

Hubo, asimismo, espacio para confidencias personales. «La película habla de la historia de un piloto y pianista polaco que escapa de Polonia, se va a Inglaterra para ser parte de un escuadrón aéreo y luchar en la Segunda Guerra. Ésa es la historia de muchos polacos y para mí es muy personal porque es parte de la historia de mi familia, porque el hermano de mi abuelo hizo el mismo tramo, se fue de Polonia a Inglaterra, y formó parte de un escuadrón», relató el pianista.

«El Teatro del Lago es espectacular, no esperaba que fuera tan impactante, su acústica es excepcional»

Raphael Lustchevsky

Después de su concierto, el pianista Raphael Lustchevsky fue rodeado por una multitud, en el exterior del Teatro del Lago, pues tuvo la muy acertada idea de traer algunos discos, que el público pudo adquirir. Estuvo por cerca de una hora dedicándolos y autografiando programas de sala.

«Ha sido una experiencia muy linda, muy buena. El teatro es espectacular, no esperaba que fuera tan impactante, su acústica es excepcional», señaló el pianista polaco.

El pianista polaco estuvo autografiando y dedicando discos por cerca de una hora. Foto: Romina de la Sotta.

«Un encuentro con el público chileno siempre es un placer grande para mí; he venido a Chile varias veces después de ganar el Concurso Luis Sigall, hace muchos años ya. He tenido la oportunidad de dar cuatro o cinco conciertos en Valparaíso, en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María, he actuado en Santiago, Antofagasta y Temuco, porque hemos trabajado con la Universidad de La Frontera desde hace un par de años. Ahí que tengo una relación muy intensa, muy simpática con el público chileno», aseguró Lustchevsky.

Para la enfermera Pamela Arriagada Sapaj (1987), el recital fue «una muy linda experiencia. Muy pocas veces he escuchado música clásica, y el pianista fue muy, pero muy bueno. Y fue muy cercano, estoy muy contenta».

Lo que más le llamó la atención, y lo que más le gustó, señala, «fue que interactuara con el público, que explicara lo que iba a tocar, que entregar un poquito de historia y que contara historias propias, pues eso nos acerca a la música. Lo escuché con mucha atención, fue muy lindo», explica Arriagada.

«La empresa en la cual trabajo, Hicapps, que desarrolla aplicaciones a medida para el ámbito de la salud, como Saturno, nos invitó a este concierto y auspicia la presentación de esta noche de la Orquesta Sinfónica de Chile. «Es la primera vez que vengo al Teatro del Lago y tengo muchas expectativas frente al concierto de esta noche. Estoy orgullosa que nuestra empresa apoye este tipo de eventos culturales acercando a la gente a la música», agrega Arriagada.

Las más de 1.100 butacas del Espacio Tronador del Teatro del Lago aplaudieron efusivamente la primera entrega de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y su director titular Rodofo Saglimbeni en la actual edición del evento.

Como todos los años, uno de los conciertos más esperado volvió a ser en esta ocasión, la primera función que ofreció la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Junto con su director titular, Rodolfo Saglimbeni. Las más de 1.100 butacas del Espacio Tronador estaban ocupadas, desde la platea baja y hasta lo más alto.

Pero antes de que los músicos ingresaran al escenario hubo palabras de Marcelo Lopetegui, CEO -gerente- de Hicapps, marca auspiciadora del evento, quien conmovió a la audiencia al revelar que era nieto de Flora Inostroza, la chelista que por varias décadas lideró las Semanas Musicales de Frutillar, hasta su deceso, en 2016.

La bienvenida que le dio el público a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile fue extremadamente calurosa, con largos aplausos. El elenco y su titular abrieron con Danza Ritual de Carlos Isamitt y luego prosiguieron con la Octava Sinfonía de Franz Schubert, para cerrar con la Cuarta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky.

El carácter místico y las evocaciones de la música mapuche que transmutó en lenguajes de su propia época Carlos Isamitt con las cuales partió el concierto fueron muy bien recibidas por los asistentes. El entusiasmo no hizo sino acrecentarse a medida que avanzaba el programa. Las sinfonías elegidas representan dos rostros muy distintos del Romanticismo, pero exhiben ambas brillantes colores y contrastes entre secciones que despertaron la curiosidad del público, así como abundantes aplausos.

Este entusiasmo adquirió ribetes apoteósicos en el final de la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky y el corolario fueron cinco minutos continuos de aplausos. Asimismo, hubo ovaciones para varios de los solistas y dos de las ovaciones más sonoras fueron para el timbal solista de la Sinfónica, Gerardo Salazar, y para el primer clarinete David Medina. Ambos son profesores del Instituto de Música UC.

Gerardo Salazar, en los timbales, y David Medina, en el primer clarinete, los solistas más aplaudidos en las ovaciones finales del concierto. Foto: Romina de la Sotta.

«Estoy muy contento, tocar la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky me trae muchos recuerdos porque es una obra con la que yo crecí en el Sistema, desde que estaba en la orquesta infantil, después la juvenil, y después en la Simón Bolívar», declaró David Medina, quien justamente se formó en el Sistema venezolano y se integró al elenco en 2018.

Respecto de la impactante ovación que recibió cuando el director lo señaló, el percusionista Gerardo Salazar comentó, tras el concierto, que siente que es un privilegio. «No sé cómo explicarlo, porque en ese minuto el apoyo a tu trabajo que recibes es demasiado emocionante. La verdad es que no hay palabras para explicarlo. Me emociona cada vez que eso sucede y yo trato de manejarlo con un bajo perfil. Sin embargo, creo que ése es el agradecimiento al trabajo, a la dedicación y a cómo uno se conecta cuando está con su corazón en el escenario», indicó Gerardo Salazar.

Resi Reinecke, agricultora, fue una de las personas que colmaron la sala principal del Teatro del Lago en el concierto que ofrecieron Rodolfo Saglimbeni y la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile a las 20 horas del 1 de febrero, en su primera participación en la actual edición de las Semanas Musicales de Frutillar.

«Fue maravilloso, lleno de energía, y de fuerza. Lo que podría destacar es al director, por la fuerza, la vitalidad que les transmite a los músicos», señala Resi Reinecke.

Tres generaciones: Juan Reinecke, Reinhild de Reinecke, Resi Reinecke y Florencia Rozas. Foto: Romina de la Sotta.

«Vengo hace muchos años a las Semanas Musicales de Frutillar, y este año me ha tocado venir todos los días. Encuentro que la música de hoy fue más armónica, y además, la pianista japonesa que actuó en el primer concierto de mediodía, fue maravillosa», detalla la agricultora. Se refiere a Yuko Sano, que abrió el evento el sábado 27 de enero.

«Nunca me cansaré de decirlo: la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile es una orquesta con una proyección increíble»

Rodolfo Saglimbeni

Después del concierto, Rodolfo Saglimbeni conversó con la prensa presente. Además de expresar su alegría porque el programa del jueves 1 de febrero tuvo una buena recepción por parte del público, se refirió al concierto que la Sinfónica ofrecerá en la clausura de las Semanas Musicales de Frutillar, el sábado 3 de febrero, junto a solistas y el Coro Sinfónico Universidad de Chile. «Realmente creo que no hay mejor opción que terminar con Carmina Burana«, declaró.

Asimismo, Rodolfo Saglimbeni valoró el vínculo de la Sinfónica con el Coro Sinfónico, la Camerata Vocal y el Ballet Nacional Chileno. «Son cuatro elencos de gran nivel, todos apadrinados por esa institución tan fuerte que es la Universidad de Chile. Estamos tan inmersos que pocas veces dimensionamos cuán fuerte es esa realidad, que no se da en todas partes», aseguró el director.

«Nunca me cansaré de decirlo: ésta es una orquesta de una proyección increíble. Son más de 20 años que yo la conozco y desde el primer día el trabajo fue hermoso», declaró Rodolfo Saglimbeni. Recordó que vino por muchos años como director invitado y que creció junto con la Sinfónica a través de ese tiempo, hasta llegar a ser elegido como director titular. «Eso es un privilegio porque es una orquesta que se entrega», apuntó.

Rodolfo Saglimbeni y la Sinfónica Nacional de Chile. Foto: Ale Contreras Westermeyer.

Para el director venezolano, fue enormemente estimulante para todos los músicos de la orquesta la acústica del Teatro del Lago. Durante el concierto, reconoció Saglimbeni «en todo momento pensé en Vicuña Mackenna 20. Una gran casa será el mejor regalo que se le puede dar a esta orquesta».

Junto con destacar a las Semanas Musicales de Frutillar como «uno de los festivales de música clásica más importantes de América Latina», Rodolfo Sagimbeni reiteró su admiración por la acústica del Teatro del Lago, pero con una mirada además de futuro: «Éste es un teatro que solamente va a ser superado por Vicuña Mackenna 20», cerró.

Por Romina de la Sotta Donoso | 02-02-2024.

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