Dos años después de haber lanzado su primer disco, El Diván de Moisés ibn Ezra de Mario Castelnuovo-Tedesco (ver nota), los profesores Claudia Pereira y Luis Castro presentan ahora una nueva producción fonográfica que involucra nuevamente investigación e interpretación, además de un ejercicio compositivo.

Suite Violeta se titula el segundo disco del Dúo Carmina e incluye una serie de piezas de Violeta Parra, además de la obra que le da el nombre al cedé, que fue creada por Luis Castro a partir de cuatro canciones de la célebre cantautora y artista plástica chilena.

La producción fue financiada por un fondo concursable de la Dirección de Artes y Cultura de la Vicerrectoría de Investigación UC. Será presentada el lunes 22 de septiembre, a las 18 horas, en Casa Violeta Parra de Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300), con acceso liberado.

«Violeta Parra tiene un valor inmenso como creadora porque logró sintetizar la tradición popular chilena con una profundidad artística universal»

Luis Castro

«Mi principal motivación fue rendir homenaje a la figura y legado de Violeta Parra, cuya música ha sido una fuente inagotable de inspiración para generaciones de artistas. Sentí la necesidad de explorar su obra desde una perspectiva académica y creativa, buscando un diálogo entre la música popular y la música de concierto. El proyecto me permitió unir dos mundos que me apasionan: la interpretación de la guitarra clásica y la creación musical, aportando una nueva mirada a piezas emblemáticas y al espíritu de la obra de Violeta Parra», comenta el guitarrista Luis Castro.

¿Cuáles son las características más relevantes, a su juicio, del valor de la música de esta cantautora?

«Violeta Parra tiene un valor inmenso como creadora porque logró sintetizar la tradición popular chilena con una profundidad artística universal. Su música se caracteriza por su autenticidad, la fuerza de sus textos y melodías, y una sensibilidad única para expresar la condición humana».

¿Cómo trabajó la creación de Suite Violeta a partir de motivos de Violeta Parra? 

«Para la composición de Suite Violeta, partí de fragmentos melódicos y rítmicos presentes en canciones y piezas instrumentales de Violeta Parra. Estos motivos fueron transformados y desarrollados a través de recursos de la música contemporánea y de la escritura para canto y guitarra clásica, respetando la esencia y la identidad de su obra».

Suite Violeta tiene cuatro movimientos, cada uno vinculado a una canción: Run Run se fue pa’l norte, Qué he sacado con quererte, Arriba quemando el sol y Maldigo del alto cielo. En algunas secciones y también en otras piezas del año participa además el estudiante del Instituto de Música UC Sebastián Nahuelcoy en percusiones. El disco abre con El Gavilán y se completa con tres Anticuecas, El joven Sergio y Travesuras, además de Cueca larga, que tiene textos de Nicanor Parra.

José Oplustil efectuó las grabaciones en espacios del Campus Oriente UC, a inicios de este año 2025 y el arte del disco fue desarrollado por el diseñador Leo Rocha.

Uno de los aspectos que más valoran de este proyecto Luis Castro y Claudia Pereira es la oportunidad de colaborar artísticamente el uno con el otro.

«Trabajar con Claudia Pereira ha sido una experiencia muy enriquecedora. Admiro profundamente su musicalidad, su entrega y su compromiso con cada proyecto. Su capacidad interpretativa y expresiva aporta una dimensión especial a la música, y su visión artística me ha inspirado constantemente. Además, la comunicación y la confianza mutua han hecho que el trabajo conjunto sea no solo productivo, sino también muy gratificante», confidencia el guitarrista.

Coincide la soprano. «Con Luis Castro trabajamos juntos desde que nos conocimos, en el año 1990. Ya hemos pasado a ser familia, con todo lo que eso significa: no siempre estamos de acuerdo, discutimos y somos muy distintos, pero de alguna forma siempre nos complementamos muy bien al final. Yo soy la rígida, la ‘ratón de biblioteca’, la que arma itinerario, la que estructura el trabajo….Luis es quien toma todo eso y me lo desordena, él fluye, va, vuelve, teje ideas y las desteje con la misma velocidad y las arma en una especie de orden que yo pocas veces comprendo. Tenemos formas y caminos muy distintos, pero finalmente llegamos musicalmente a lo mismo. Eso es, en esencia, la música de cámara: respetar la individualidad y particularidad de cada parte, cada músico, de cada instrumento, para confluir finalmente en un resultado musical coherente», indica Claudia Pereira, soprano y subdirectora de Extensión del Instituto de Música UC.

¿Cuán interesante fue para usted, como intérprete, trabajar en este proyecto?

«Fue especialmente significativo: desde los 8 y hasta los 17 años participé en conjuntos folclóricos, en canto, guitarra y danza. Volver a ese repertorio, pero desde la mirada de la interpretación docta, me permitió redescubrir la fuerza y la belleza del legado de Violeta Parra. Retomar hoy estas obras que tantas veces interpreté desde lo instintivo, y hacerlo con una mirada crítica desde lo musical e interpretativo, me permitió descubrir nuevas dimensiones en su obra y me dio la oportunidad de unir esas dimensiones a mi formación académica, generando un cruce de mundos que fue significativamente estimulante».

«El proyecto Suite Violeta busca volver a establecer, desde lo musical, la discusión sobre el último periodo creativo de Violeta Parra, cuando surge la mayoría de sus obras que dialogan con lenguajes y lugares no ajenos a la llamada música académica»

Claudia Pereira

¿Podría profundizar en cómo la perspectiva académica entrega una mirada renovada a un acervo como el de Violeta Parra y lo pone en valor en la actualidad, dentro del contexto universitario?

«Uno de los motores de este proyecto fue en efecto, buscar renovar las miradas sobre el legado musical de Violeta Parra y configurar la conversación sobre esto no sólo como patrimonio vivo, sino también como campo fértil para el estudio y la reflexión desde lo doctrinal en torno a su música. En el contexto universitario siempre ha existido curiosidad e interés en su figura musical, pero a menudo con un énfasis en la identidad nacional, la cultura popular y lo folclórico. Creo que en en la última década, y probablemente impulsado por su centenario en 2017, el interés sobre su figura ha adquirido un valor especial en el corpus académico. Sin embargo, desde mi percepción, este estudio sistemático ha acogido mayormente en valor su obra desde lo literario y lo visual, no así su música. El proyecto Suite Violeta busca volver a establecer desde lo musical la discusión sobre el último periodo creativo de Violeta Parra, un periodo en el cual surge la mayoría de sus obras que dialogan con lenguajes y lugares no ajenos a la llamada música académica: sus experimentaciones armónicas, rítmicas, métricas, las rupturas morfológicas, superposición de discursos, texturas densas que evocan acercamientos atonales, fragmentación, uso voluntario de ideas o ‘motivos’ como forma de estructuración, entre muchos otros materiales dignos de discusión y estudio desde una mirada académicamente experta».

¿Qué es lo que más le gustó de este proyecto? 

Lo más satisfactorio han sido dos momentos de este trabajo. Primero, el proceso en sí, desde la elección de cada obra y el porqué de esta elección, tanto de las obras que reinterpretaríamos como de aquellas que serían el material a trabajar en Suite Violeta, hasta el proceso creativo en conjunto con Luis Castro que nos obligó a sumergirnos en eternos diálogos y búsquedas de la identidad musical de Violeta en este su última etapa creativa. Segundo, la interpretación propiamente tal, tanto en los ensayos como en las grabaciones. Debo mencionar la colaboración de dos personas que nos hicieron aún más grata esta travesía: Sebastián Nahuelcoy, percusionista y destacado alumno del Instituto de Música UC, con una disposición generosa y única, y José Oplustil, quien estuvo a cargo de la grabación del disco y que con su entrenado y exquisito oído nos ayudó a buscar la calidad por sobre el cansancio propio del fin de año académico y de las largas jornadas de estudio. La conformación del equipo humano fue la indicada para disfrutar todas esas jornadas».

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También Luis Castro se refiere al proceso de registro. «La grabación fue un proceso intenso y desafiante, pero también muy emocionante pues nos permitió capturar la esencia del proyecto y dejar un testimonio sonoro de este trabajo colectivo. Además, trabajar con José Oplustil fue un placer; él es un gran profesional y deja el sonido de la voz y de la guitarra como a uno le gustan», señala.

El guitarrista resume: «El disco representa un viaje por distintos aspectos de la obra de Violeta Parra. Incluye canciones emblemáticas en versiones para canto, guitarra y bombo legüero, piezas para guitarra sola como las Anticuecas, y la obra original Suite Violeta. Espero que quienes escuchen el disco puedan sentir la profundidad y la belleza de la música de Violeta, así como nuestra admiración y respeto por su legado».

Por Romina de la Sotta Donoso | 17-09-2025 | Publicado originalmente en musica.uc.cl.