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Música

Paolo Bortolameolli: "La música, para mí, siempre se trata de contar historias"

enero 11, 2024

Con su orquesta, la Sinfónica Nacional Juvenil, el director chileno abordará la Novena de Beethoven en Providencia y Peñalolén. Luego, harán juntos un programa festivo en Frutillar. Además, Bortolameolli actuará con Solístico de Santiago en un subterráneo. Sobre estas intensas semanas en Chile habla el músico chileno, y también comenta sus recientes conciertos con las filarmónicas de Hong Kong y de Santiago.

Paolo Bortolameolli: "La música, para mí, siempre se trata de contar historias"

Paolo Bortolameolli vuelve a exhibir un vínculo lazo con su país de origen. Está en Chile y durante las próximas semanas abordará distintos repertorios con varias agrupaciones, y en distintos escenarios. Será una buena oportunidad para verlo al aire libre, en teatros y en espacios no convencionales.

Sobre esta nueva serie de conciertos, que se inician el sábado 13 de enero en Providencia y se extenderán hasta inicios de febrero con su debut en las Semanas Musicales de Frutillar, Radio Beethoven conversó con el director orquestal que acaba de ser premiado, en la categoría de música, por el Círculo de Críticos de Arte de Chile, en particular por las entregas de las sinfonías n°8 y n°9 de Gustav Mahler que ofreció durante el año 2023. También hablamos sobre esos icónicos conciertos, sus últimos compromisos en Asia y sus futuras actuaciones en Europa.

Entiendo que viene llegando desde Hong Kong. ¿Cómo ha sido el reencuentro con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil para los ensayos de la Novena Sinfonía de Beethoven, que presentarán en dos conciertos gratuitos el 14 y el 18 de enero?

«Exactamente, vengo llegando de Hong Kong, después de una semana por allá junto a la Filarmónica de Hong Kong y un concierto de fin de año que estuvo muy bonito. Y sí, reanudando ensayos, porque la verdad es que antes de irme habíamos tenido ya un par de lecturas con los chicos de la Juvenil y por supuesto, ellos junto a los instructores han estado preparando sus partes. Si bien la Novena de Beethoven es una obra que uno asocia a un repertorio muy tocado, lo cual es cierto porque es una obra de repertorio muy querida por el público y prácticamente todos los años se da en todas partes del mundo, para una orquesta sinfónica juvenil sigue siendo una obra de palabras mayores pues prácticamente ninguno de ellos la ha tocado. Estamos hablando de una obra titánica, tomando en cuenta que no es solamente la última sinfonía de Beethoven, sino que es la primera sinfonía en gran escala en cuanto a lo que después van a ser las sinfonías románticas. Entonces, es una obra que necesita de mucho trabajo. Por otra parte, y creo que es súper importante decirlo también, es una obra que los va a acompañar el resto de sus vidas, entonces el trabajo que ellos hagan enfrentándose por primera vez a esta sinfonía es algo que tiene un valor formativo más significativo todavía, porque justamente es una obra tan querida del repertorio universal que a todos los músicos orquestales la Novena los va a acompañar en su vida profesional». 

Además de los solistas, serán 150 voces junto a la Sinfónica Nacional Juvenil. Está el coro de estudiantes de la FOJI, pero también están el de Ingeniería UC y el Alumni UC, entre otros. Acá hay un factor de asociatividad importante., tal como sucedió en la Octava de Mahler que fue una verdadera apoteosis de la asociatividad. ¿Cuán interesante es para usted desarrollar un trabajo en ese sentido en nuestra escena musical?

«Es que tiene que ver con lo mismo; es una especie de resultante de ese trabajo que logramos en la Octava de Mahler. Como dices tú, siendo como la apoteosis de esta colaboración, pero al mismo tiempo fue un momento de encuentro con profesionales fantásticos, directores de coro, agrupaciones corales tanto amateurs como semi profesionales y profesionales, que derivó en una especie de familia de colaboración. Entonces, cuando quisimos programar esta Novena Sinfonía esto venía un poco de la mano de lo que había sido ese trabajo con estas personas: hay coros que ya participaron en la Octava y que están participando también en la Novena, lo cual es muy bonito. Ellos ya venían, por supuesto, trabajando con sus respectivos directores de coro, pero antes de terminar el año 2023 tuve yo un primer encuentro con todos los coros que van a cantar la Novena, y había tantas caras conocidas, tantas caras que venían del Mahler, que fue lindo porque se volvió a sentir ese espíritu que fue tan fantástico y, ¿cómo decirlo?, inenarrable. Es difícil explicar lo bello que fue este proceso de preparación hace un año para la Octava de Mahler». 

En la Octava de Mahler, de hecho, participaron el Coro Alumni UC y el de Ingeniería UC. Pero ahora además se integra el Coro de Cámara UC con su director Gerard Ramos, por ejemplo. La colaboración crece, en ese sentido, y con un conjunto que tiene más de 40 años de trayectoria.

«Sí, claro que sí. Es una conjunción hermosa el que sean muchos coros. Todas estas cosas que tienen que ver con la colaboración artística siempre yo las tomo como simbolismos muy preciosos y muy preciados, porque al final de cuentas estamos hablando de obras, así como fue la Octava, que van más allá de la partitura en términos de notas; tienen que ver con un mensaje. Me acuerdo muy bien de que hace un año, cuando yo hablaba de la Octava, decía que la Octava de alguna forma era un poco como la Novena de Beethoven, pero claro, llevado ya al máximo apogeo de la cantidad de gente, siendo la obra sinfónica coral a gran escala del siglo XIX. Pero, bueno, esto lo comenzó la Novena de Beethoven, y en ese sentido se parecen en lo que tiene que ver con que el mensaje humanista de fraternidad que obviamente no se debe quedar sólo en las palabras, sino que también se puede llevar a la práctica en cómo uno congrega gente de diversos lugares para armar estas obras. Entonces, el hecho de que sea más de un coro para esta Novena me parece que va mucho más en la línea de lo que uno quiere lograr a través de obras tan simbólicas y tan significativas como ésta».

Más de 600 músicos participaron en el estreno en Chile de la Octava de Mahler, con Paolo Bortolameolli, en enero de 2023.

Hablemos de los cantantes que actuarán como solistas en la Novena de Beethoven.

«Tres de ellos fueron solistas en la Octava: Andrea Aguilar, Juan Pablo Dupré y Sergio Gallardo. Estoy súper contento de volver a trabajar con ellos, porque todo esto para mí es una especie de familia extendida de la Octava de Mahler, que es una experiencia única en nuestras vidas. Entonces, cuando surge esta Novena yo inmediatamente quise volver a trabajar con algunos de ellos. Y se suma Javiera Barrios, que es una cantante nacional con la cual yo no he trabajado, pero que es fantástica».

¿Qué les diría, como invitación, a los auditores de Radio Beethoven?

«Para mí siempre es un placer invitar a los auditores de Radio Beethoven a un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, ya que es el talento musical chileno. Sobre todo si es para convocar a tanta gente alrededor de una obra que todos queremos tanto, como es la Novena Sinfonía de Beethoven, que presentaremos con 150 voces en los coros».

Este programa con la Novena de Beethoven se presentará en la programación de verano de la comuna de Providencia, en el Parque Inés de Suárez, el domingo 14 de enero. ¿Tendrá otras funciones?

«Sí, el 18 de enero en el Centro Cultural Chimkowe de Peñalolén».

En Peñalolén se va a reunir un público diverso, en un espacio como es Chimkowe, que ha tenido una larga vida, tanto en el ámbito del deporte como en el cultural, y que es un recinto muy grande que podrá acoger a este elenco tan numeroso que usted dirigirá.

«Así es. Esperamos tener la misma congregación numerosa de gente porque la Novena es una de las obras tal vez más pedidas por el público del repertorio sinfónico coral. Pero siempre hay que extender la invitación para que no se lo pierdan».

Paolo Bortolameolli y la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Foto: FOJI.

Paolo Bortolameolli es hace un año y medio director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, elenco que reúne a los mejores instrumentistas de entre 16 y 24 años de edad que participan en la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI). Las 150 voces con las cuales abordarán la Novena Sinfonía de Beethoven son el Coro de Cámara UC, el Coro Facultad de Educación UC, Coro Alumni UC, el Coro Usach, el Coro de Ingeniería UC y el Coro Estudiantes FOJI, con la dirección de Cecilia Barrientos. Sólo los dos primeros no fueron parte de la Octava de Mahler en enero de 2023.

El primer concierto será al aire libre, a las 19 horas del domingo 14 de enero en el Parque Inés de Suárez de Providencia (Antonio Varas 1510), con inscripción gratuita en culturaprovidencia.cl. La segunda presentación será a las 19:30 horas del jueves 18 de enero en el Centro Cultural Chimkowe de Peñalolén (Grecia 8787), con entrada liberada, por orden de llegada.

En la Novena de Beethoven, los solistas serán la soprano Andrea Aguilar, la mezzosoprano Javiera Barrios, el tenor Juan Pablo Dupré y el bajo Sergio Gallardo.

Usted tiene más compromisos con la Sinfónica Nacional Juvenil: van a actuar juntos en las Semanas Musicales de Frutillar, y con un repertorio bastante interesante.

«Sí, absolutamente. Por una parte estamos retomando una de las obras más exitosas de esta temporada con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, que es La Mer de Debussy, que fue el último concierto que yo dirigí de la temporada 2023. Eso va a ser el plato fuerte en la segunda parte. El programa abre con la obertura El Murciélago de Johann Strauss, que es una es una música que siempre es súper bienvenida cuando se trata de conciertos de felicidad, de energía, de celebración, y que es muy veraniega también. Y luego estaremos con el Concierto nº5 de Beethoven, Emperador, junto a Danor Quinteros, con quien también colaboramos con la Sinfónica Nacional Juvenil cuando hicimos el Concierto n°1 de Bartók. Esta vez nos movemos, eso sí, a un repertorio un poco más clásico, pero también muy querido por la gente y que yo creo que responde al espíritu de las Semanas Musicales de Frutillar: son siempre programas cercanos y que tienen que ver con lo que la gente conoce bien y quiere. Para nosotros, como agrupación, estar presentes en una instancia de encuentro musical tan importante como las Semanas Musicales de Frutillar representa una felicidad enorme. La Juvenil tiene una larga tradición de ser parte de ese festival, pero hace unos años ya que no había ocurrido, entonces estamos muy contentos de volver».

¿Y hace cuánto que usted no se presentaba en las Semanas Musicales de Frutillar?

«La verdad es que personalmente nunca he sido parte de las Semanas Musicales de Frutillar. He sido parte de las temporadas del Teatro del Lago, pero en instancias diversas; fui una vez a un concierto de Semana Santa que se hizo con la Academia del Teatro del Lago donde se convocó a una orquesta de gente tanto de Chile como del extranjero, donde hicimos la Sunrise Mass de Ola Gjeilo y también una sinfonía de Haydn, y otra vez que estuve presente fue cuando fui parte de la Orquesta de las Américas, y eso fue hace su buena cantidad de años. Así que esta es la primera vez que soy parte oficial de las Semanas».

Ese concierto será a las 20 horas del 2 de febrero, en el Teatro del Lago (Philippi 1.000), con entradas por $25 mil, a través de Semanasmusicales.cl.

Paolo Bortolameolli y la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Foto: FOJI.

¿Hay otros compromisos más que tenga durante enero en Chile antes de viajar? Entiendo que en pocas semanas tiene ya conciertos afuera de Chile, ¿no?

«Exactamente. Después me voy a Liverpool, donde tengo un concierto en febrero, y luego tengo un concierto con la Radio Nacional de Polonia, también en febrero. Antes de eso tengo un encuentro con Solístico de Santiago».

Esa presentación será el sábado 13 de enero, a las 21:30 horas, y marcará el inicio del ciclo Clásica no Convencional de Solístico de Santiago y el proyecto lumínico Lux Dynamic. El concierto se realizará en un subterráneo del edificio ubicado en Eliodoro Yáñez 2999 y las inscripciones son gratuitas, en ciclocnc.cl. El programa incluye la Serenata para cuerdas Op.48 de Tchaikovsky, con la dirección de Paolo Bortolameolli, y el Sexteto Opus 81b de Beethoven, además Danor Quinteros interpretará la Sonata para piano n°26,, Los Adioses, de Beethoven.

Hablemos de sus últimas actividades antes de este viaje a Chile. Usted dirigió dos conciertos de Año Nuevo, con la Filarmónica de Hong Kong. El repertorio era bien atractivo, había hartas obras latinoamericanas y también había una obra de Miguel Farías.

«Sí, un estreno, además. Este concierto llevaba su bien tiempo en preparación. Mi debut con la Filarmónica de Hong Kong iba a ser en febrero o finales de enero de 2020, pero en esa época ya estaban cerrando las puertas en Asia por la pandemia, entonces se pospuso todo este tiempo. Pero siempre existió este interés de parte de ellos y, por supuesto, de parte mía, de que se creara la instancia y surgió entre medio esta idea de colaboración para el concierto de fin de año, lo cual me parece súper atractivo porque es una celebración que ya tiene una tradición allá. La Orquesta Filarmónica de Hong Kong actualmente es reconocida como una de las mejores orquestas de Asia, si no la mejor. Es una orquesta que poco a poco se ha abierto caminos importantes en lo que tiene que ver con su tradición, pero que recién está cumpliendo 50 años. En estos 50 años se ha hecho de diversos hitos significativos para la agrupación, y uno de esos es el concierto de fin de año. Cuando me invitaron, por supuesto que cuando te dicen que es un concierto de fin de año lo primero que se te viene a la mente es que van a pedir valses de Strauss y cosas típicas de fin de año. Pero no. Me pidieron específicamente que pensara en un repertorio que mezclara tanto el mundo latino como el mundo europeo más tradicional en cuanto a la celebración. Ahí empezamos a diseñar un programa que fuese lo suficientemente atractivo y me pareció una buena oportunidad para mezclar varias cosas. Por una parte, que el eje común fuese el concepto de celebración y a través de la danza. Y a partir de eso es que surgen estas obras que iban contando la historia. La primera era Sensemayá de Silvestre Revueltas, que es como nuestra Consagración de la Primavera de Latinoamérica porque también cuenta la historia de un sacrificio, en este caso, de una serpiente para los dioses, y porque tiene esa cosa también muy rítmica y primitivista. Y eso que tiene que ver con el ritmo desde un punto de vista de la repetición, del trance, y está basado en un poema afrocubano, lo que se unía a la siguiente obra, que era la Obertura Cubana de Gershwin. Todo esto era hablándole al público, diciéndoles cómo las mezclas de tradiciones es una cosa muy propia del ser humano, entonces ahí les comenté cómo un compositor norteamericano recogió la tradición afrocubana e hizo su propia interpretación. Después nos saltamos a la obra de Roberto Sierra, la sinfonía La Salsa, y el movimiento que tocamos de La Salsa se llama El tumbao, y ahí expliqué que el ritmo del tumbao es el ritmo base de toda la tradición de la música latina. De ahí nos saltamos al Danzón de Márquez, en donde escuchamos el ritmo de la clave, y del Danzón de Márquez nos fuimos a Buenos Aires y las dos Estaciones Porteñas. Ahí comenté cómo el tango, si bien nace de una semilla que viene desde España, después crece de forma auténtica en Latinoamérica, en Buenos Aires, y se convierte en un producto de exportación a Europa nuevamente, y el tango hoy en día es de las danzas más queridas, amadas del mundo. Eso me sirvió como puente para hablar sobre cómo lo tradicional vienés se puede mezclar con la influencia latina, y ahí la siguiente obra era una obra fantástica, muy breve, del compositor venezolano, Paul Densenne, Trish–Trash/Triki–Traki, que es la polca Trish-Trash de Johann Strauss, pero intervenida permanentemente por momentos de salsa. Es una obra muy entretenida, es como si un dj estuviese jugando con las dos ideas simultáneamente. Y después venía entonces la obra de Miguel Farías. ‘Todo esto que hemos visto hasta ahora es un poco cómo los compositores absorben desde su lente la tradición, cómo la hacen propia, y cómo están permanentemente revisitando conceptos’, explicaba yo entonces. La obra de Miguel se llama Kuntur, que quiere decir Cóndor, porque también toma ideas de distintas danzas: latinoamericanas como Tico-Tico y El cóndor pasa, pero las mezcla con citas al Murciélago de Strauss. Finalmente, la última obra es como el punto de vista francés a esta gran danza que es el vals, pero vista a través del prisma de la guerra y de un siglo XX convulsionado: La Valse de Ravel. Al final, la narrativa del concierto terminó siendo bastante consistente y consecuente. Y muy exitosa, a la gente le encantó. Estaba lleno los dos días y el público súper, súper entusiasta». 

Paolo Bortolameolli y la Filarmónica de Hong Kong.

¿Cuán importante es para usted poder desarrollar las curadurías, los programas? ¿Es una parte importante de su trabajo y de lo que usted puede decir como músico?

«Absolutamente. Yo siempre disfruté mucho de contar historias, Y, en ese sentido, creo que la programación de un concierto, así como la programación de una temporada, son instancias fantásticas para contar historias. Como tú sabes, y bueno, la gente me conoce, a mí me gusta mucho esta cosa de la mediación y hablar de música. Ya sea tomar un micrófono antes de un concierto, hacer una charla, escribir un libro, qué sé yo. Porque es lo mismo. La música, para mí, siempre se trata de contar historias. Hoy en día más que nunca, la audiencia necesita ese estímulo extra, necesita la cercanía del intérprete a la música que va a escuchar. Creo que son oportunidades que uno no debe desperdiciar. Entonces cuando estás armando un programa como éste, que puede ser muy simple en lo superficial porque estamos celebrando el Año Nuevo, pero que al mismo tiempo puede ser tremendamente profundo porque finalmente el recorrido que se logra a través de poner todas estas piezas una tras de otra, lo que da es un mensaje muy claro de cuán consistente y cuán lógico es siempre el arte en cuanto uno lo pone en contexto, y cómo el artista se relaciona con su entorno, con el pasado, con el presente y con el futuro».

En mayo de 2022 la FOJI anunció que usted asumiría como director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil. ¿Durante el año 2024 seguirá en ese cargo o es por un período específico?

«Sí, sigo siendo el director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Mi compromiso con la orquesta finalmente tiene que ver con la generación de músicos jóvenes. La relación con la Juvenil la comencé en el año 2014, cuando comencé a colaborar regularmente como director invitado de esta agrupación, prácticamente todos los años desde ese momento era un concierto que yo tenía programado. Y eso viene de antes, porque me formé dentro de este sistema de orquestas juveniles e infantiles al haber sido mi primera orquesta la Orquesta Infantil Juvenil de Colina. Entonces mi compromiso con el proyecto ha tenido siempre mucho sentido. Llegué a ser director titular por una invitación directa de Miguel Farías, quien depositó su confianza en mí y con quien además tengo una amistad y una colaboración de equipo artístico y eso permanece inalterable, independiente de su salida de la FOJI. Por otra parte, creo que actualmente mi rol con la Juvenil tiene ese compromiso, tiene que ver con lo que yo puedo dar a esta generación de músicos jóvenes y es algo con lo cual yo me siento completamente afianzado». 

Paolo Bortolameolli, en la Novena de Maher con la Filarmónica de Santiago. Foto: Juan Millán.

En su último concierto en el Teatro Municipal de Santiago, en diciembre, abordó con la Filarmónica la Novena de Mahler. ¿Cómo fue para usted esa experiencia?

«Lo de la Novena fue súper especial, la verdad. Fue tremendamente emotivo. Cuando fue la Resurrección, hace un año, ese concierto también fue una cosa muy emotiva, fue muy exitoso, fueron conciertos llenos de público, con gente que se quedó afuera en las dos últimas dos funciones. Para mí fue muy bello ver una reacción tan fervorosa a la música de Mahler. Pero, claro, estamos hablando de la Resurrección, que es una sinfonía que de por sí es muy atractiva, es una obra que tiene un componente de emotividad en cuanto a su elocuencia, porque es una obra muy espectacular que te deja tremendamente impactado. De alguna manera, ésa fue una respuesta que, si bien no me lo esperaba en tal cantidad, era bastante más cercana a lo que uno pudiese pensar que es la relación del público con Mahler. Pero eso cambió de forma abismal un mes después cuando fue la Octava; la Octava realmente fue un suceso de público y de reacción que ninguno de nosotros, los que estábamos en la preparación, en la organización, lo vio venir. Fueron dos Teatro Caupolicán llenos, entradas que se agotaron en 20 minutos, o sea, fue una cosa que hasta el día de hoy yo digo que seguramente va a ser el concierto de mi vida por lo que significó haberlo hecho y por cómo la gente lo tomó. Entonces, ahora que venía la Novena, que para mí en lo personal, con mi amor infinito a Mahler que la gente ya lo conoce muy bien, es una obra muy significativa. La Novena es una obra que yo quiero mucho, por ser la última de Mahler, por ser tal vez la sinfonía más cercana al siglo XX; por tener una profundidad que tal vez ya está en otro plano. Y además, era un sinfonía que por razones circunstanciales se había cancelado tres veces antes, entonces yo tenía muchas ganas de hacerla y que finalmente ocurriera. Pero es una sinfonía más difícil de digerir, es más compleja, más densa. De hecho, es la antítesis de la Resurrección en cuanto al final porque termina en un pianissimo que se esfuma, que se funde en el silencio. Entonces yo estaba muy expectante de la Novena, estaba muy expectante de mi reencuentro con la Filarmónica en Mahler, pero la verdad es que no pensé que iba a tener el nivel de reacción que tuvo el público. Fue una reacción muy, muy, muy tremendamente emotiva. De estos tres Mahler en un año, la Segunda, la Novena y la Octava, yo te diría que la Novena fue la que más me conmovió a mí en lo personal, tanto por su mensaje intrínsecamente musical, como por lo que ocurrió entre la orquesta, el público y yo».

Paolo Bortolameolli, en la Novena de Maher con la Filarmónica de Santiago. Foto: Juan Millán.

Además, después de esos conciertos, la fila para firmar su libro Rubato era muy extensa; el día que yo fui conté cien persona, por lo menos. Eso habla de que su libro ha sido una semilla que sigue germinando, porque ese libro tiene más de tres años ya, y todavía se hace una fila gigante para que lo firme.

«Eso para mí también fue una sorpresa. El año pasado también se hizo un encuentro de firma en los conciertos de la Resurrección y ahora, cuando surgió la idea de volverlo a hacer, yo dije ‘¡encantado!’ Por supuesto que la interacción con el público, el uno a uno a mí me gusta mucho, y esas son instancias súper especiales de cercanía, pero en mis propias expectativas pensé que seguramente este año iba a ser muchísimo menos, no creía que diera para tanto. Y resulta que, como lo dices tú, fueron filas enormes, yo creo que incluso más largas que el año pasado. Y la gente fue súper cercana en el sentido de todo lo que me querían decir sobre cuánto los había conmovido el concierto, pero también hubo gente que ya había leído el libro y había llevado su libro para la firma, y otros que lo iban a empezar a leer. Entonces, lo que tú dices para mí también fue hermoso porque fue una sensación de que en un año pasaron muchas cosas, que estrecharon muchos vínculos en términos musicales y humanos entre las orquestas, la audiencia y yo».

Por Romina de la Sotta Donoso | 10-01-2024.

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