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Matías Tagle: "Gabriela Mistral era muy directa y muy franca en su correspondencia con presidentes de Chile"

diciembre 2, 2022

El historiador y académico de la Facultad de Comunicaciones UC presenta un libro que da cuenta de una larga investigación sobre parte del epistolario de la Nobel. "van a descubrir a una Gabriela Mistral preocupada de la contingencia, en su lado más íntimo", adelanta.

Matías Tagle: "Gabriela Mistral era muy directa y muy franca en su correspondencia con presidentes de Chile"

Matías Tagle. Detalle de la foto de Cristián Carvallo para El Mercurio.

Matías Tagle Domínguez es académico de la Facultad de Comunicaciones UC y tiene una carrera docente de tres décadas en el Instituto de Historia UC y en la Escuela de Periodismo UC. En paralelo a su actividad como profesor, estuvo investigando largamente sobre un tema en particular y que tiene tanto de historia como de política y literatura: el epistolario de la Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral con distintos presidentes de Chile.

El fruto de esa investigación ya está en librerías. Es un libro y se titula Gabriela Mistral y los presidentes de Chile. Tiene 464 páginas y fue publicado por Ediciones UC, en cuyo sitio web cuesta $18.000.

El volumen será presentado el martes 6 de diciembre, en la Casa Central UC. Participará el propio Matías Tagle, en una actividad gratuita que contará también con exposiciones de las académicas Sylvia Dümer y María Inés Zaldívar, de las facultades de Historia y Comunicaciones de la Universidad Católica, respectivamente.

Radio Beethoven conversó con el historiador al respecto.

Matías Tagle explica que antes de sumergirse en esta investigación tenía una noción limitada de quién era y de qué había hecho Gabriela Mistral. Limitada en el sentido de que se reducía a un trabajo literario asociado a la infancia que podría considerarse incluso pueril.

A medida que se iba documentando más y más, se le fue revelando una rica personalidad. «Una persona preocupada de múltiples problemas, además de la poesía infantil. De hecho, de la última publicación que hizo Luis Vargas Saavedra sobre los papeles entregados por la sobrina de Doris Dana salió un libro maravilloso, que es Almácigo. Es una poesía muy dura, muy maciza frente a la que nos tenían acostumbrados. Eso, para mí, fue muy importante», indica el historiador.

Profundicemos en la imagen que usted tenía de Gabriela Mistral desde la infancia, desde lo que había aprendido en el colegio, y cómo creció mientras usted la fue descubriendo.

«Mi generación prácticamente no conoció a Gabriela Mistral en la infancia. En el colegio aprendimos dos o tres poesías que nos leían los profesores, pero nunca profundizamos en ellas. De hecho, en mi caso personal, yo sabía mucho más de la literatura española que de literatura chilena. Por lo tanto, descubrir, por ejemplo, los Sonetos de la Muerte hace unos 25 años, fue puna novedad enorme para mí. Esa novedad siguió avanzando siempre, mientras fui dando con la poesía de la Mistral, con los libros clásicos, pero también con otra cosa, que es la prosa de la Mistral y que es muy interesante. Hará cosa de dos o tres años el Ministerio de las Culturas publicó una obra recogida de ocho volúmenes de obras de la Mistral, en la cual, prudentemente a mi juicio, no quisieron ponerle obras completas porque en verdad nunca hemos conocido la obra completa de la Mistral y no la vamos a conocer porque el mismo artículo lo mandaba a ocho, diez diarios en América Latina y Europa, siempre con pequeñas modificaciones. Entonces va emergiendo una Gabriela Mistral muy polifacética, muy rica, muy versátil, y yo creo que a eso este último libro, Almácigo, le pone como un punto final que es muy bonito, y que está incluido incluso en esta recopilación que hizo el Ministerio de las Culturas».

En Gabriela Mistral se juntan varias cosas, porque es poeta y también prosista y cronista. Es una creadora, pero también es una intelectual. ¿Esa doble dimensión es interesante para usted?

«Sin duda. Y Además una de sus preocupaciones es justamente lo que está pasando en Chile. De hecho, el libro se refiere a sus cartas con cinco presidentes de Chile y lo que escribió sobre otros dos a los que no conoció, que fueron José Manuel Balmaceda y Juan Antonio Ríos. Pero con el resto de los presidentes mantuvo correspondencia, evidentemente más fluida con Pedro Aguirre Cerda y con Eduardo Frei Montalva, que fueron sus apoderados mientras ella residía afuera de Chile. Sin embargo, eso no quita que se carteara con Arturo Alessandri, con Carlos Ibáñez y con Gabriel González, naturalmente, porque ella era cónsul en Rio, digamos, cuando Gabriel González fue embajador en Brasil».

Cuando Nivia Palma convenció a la sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson, y se trae el legado de Gabriela Mistral a Chile, hace 15 años, descubrimos en las fotografías, los audios y los textos a una Gabriela Mistral que es sonriente y dulce, pero que también puede ser muy crítica, incluso cáustica. ¿Cómo es ella en las cartas? ¿Es dulce o es crítica?

«Yo diría que es más bien crítica. Más crítica que dulce».

¿Es dura con los interlocutores? ¿Es muy directa, franca?

«Muy directa, muy franca. Si uno indaga lentamente, se da cuenta de que tanto con Pedro Aguirre Cerda como con Frei Montalva, que fueron sus apoderados legales en Chile, incluso a ellos no deja de hacerles críticas. Estoy pensando en el prólogo a La Política y el Espíritu de Frei Montalva, donde ella le dice abiertamente que echa de menos a la mujer en el texto del libro, como si no existiera, y Frei se lo reconoce definitivamente».

Carta de Gabriela Mistral a Eduardo Frei Montalva, fechada el 22 de abril de 1939. Foto: Casa Museo Eduardo Frei Montalva.

Con toda la trayectoria que usted tiene, ¿cómo es para usted revisar el valor de estas cartas de Gabriela Mistral, aportar esta mirada sobre su figura y sobre su legado, considerando que puede haber pesado en la apreciación que se tuvo de ella por muchas décadas el hecho de que fuera mujer? ¿Usted cree que pesó el hecho de que fuera mujer para que no se la conociera tan bien?

«Sin duda. Yo creo que el hecho de que fuera mujer y que fuera, yo me atrevería a decir, una feminista avanzada, por cuanto el feminismo como tal no era habitual en su época, pero ella tenía clara conciencia de la importancia de la mujer, aun cuando con cierta prudencia y, a la vez, con algunos rasgos de machismo, porque le asigna a la mujer las tareas clásicas que la sociedad de la época le asignaba, pero lo importante es que ella a esa tarea le da valor social, en lo que se refiere a la educación de los hijos, a las tareas domésticas, etcétera. Sin embargo, a la vez está muy preocupada de que las mujeres se preocupen de las ciencias, de que comiencen a familiarizarse con la ciencia y no tanto con las letras o con las humanidades».

Gabriela Mistral. Foto: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Matías, ¿quedó usted con ganas de seguir trabajando con temáticas vinculadas a Gabriela Mistral? ¿Se despertó una curiosidad grande en usted?

«Despertó una curiosidad grande, pero yo me concentré en este problema de la Gabriela Mistral epistolar y con la política, más que con otras cosas, y por lo tanto no tengo en vista por el momento abrir otra veta mistraliana. Hay mistralianos demasiado buenos en Chile y que son verdaderamente mistralianos, yo soy un aficionado en ese sentido, así es que no me atrevería a meterme en la poesía por ejemplo, porque no sé de literatura y no sabría cómo abordarla».

¿Cómo cree usted que era la relación de Gabriela Mistral con el poder?

«Uy (suspira). Complicada. Ése es un capítulo que yo hubiera querido poder plantear en la introducción del libro, pero que no atreví a hacerlo. Dos cosas me faltaron por hacer; un trabajo sobre su relación con el poder y el hecho de meterse a trabajar con cartas privadas, que es una intromisión en la intimidad y en lo más personal de su obra, que yo lo hice con cierta prudencia porque no conozco toda su correspondencia, que es infinita. ¡Infinita! Entonces, tanto el problema del poder como el problema de la correspondencia privada son cuestiones que dejé expresamente fuera de mi trabajo, por prudencia y por respeto».

Es interesante porque en vez de presentar su interpretación por escrito, usted abre la pregunta para el lector.

«Ciertamente».

La idea que uno tiene es que Gabriela Mistral no buscaba el poder y, sin embargo, sí hay algo en las estructuras de poder, en quién lo tenía y en la misma legitimidad del poder que es parte fundamental de su trabajo y de sus reflexiones. Gabriela Mistral siempre está reflexionando en torno a lo que es la autoridad, lo que es válido y lo que no es legítimo. Aborda esos dilemas bien profundos que son tema de los griegos clásicos.

«Ciertamente. Ahora, yo sé que hay gente que está estudiando la visión de Gabriela Mistral y la política, y es gente que me merece toda confianza, entonces espero que de ahí se produzca una reflexión mucho más madura y mucho más pertinente que la que podría hacer yo».

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación para que se acerquen a descubrir esta mirada de Gabriela Mistral que se puede tener a través de sus cartas con presidentes de la República de Chile?

«¡Qué difícil! Yo les diría que van a descubrir a otra Gabriela Mistral, no a la poetisa. Van a descubrir a una Mistral preocupada de la contingencia, preocupada del país, preocupada de los avatares de la sociedad, y van a descubrir a Gabriela Mistral en su lado más íntimo, que es el de las cartas privadas».

  • Coordenadas
  • Lanzamiento | Martes 6 de diciembre, 12 horas. Auditorio de la Facultad de Comunicaciones UC (Alameda 340). Acceso liberado, con inscripción previa aquí.
  • Adquisición | En línea en ediciones.uc.cl ($18 mil) y en librerías en los campus de la Universidad Católica.

Por Romina de la Sotta Donoso | 02-12-2022.

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