Nicolás Vásquez y el nuevo estreno de Lírica Disidente: «Buscamos entrar a la mente fragmentada de Don Giovanni y ver cómo se configuran las redes que sostienen la impunidad de este personaje»
Nicolás Vásquez y el nuevo estreno de Lírica Disidente: "Buscamos entrar a la mente fragmentada de Don Giovanni y ver cómo se configuran las redes que sostienen la impunidad de este personaje"
agosto 27, 2025
Justo después de haber recibido el Premio Presidente de la República, la compañía estrena una lectura de la ópera de Don Giovanni que cuenta con dirección escénica de Ignacio Ramírez y musical de Miguel Ángel Castro, y que es fruto de la última edición de su Escuela de Ópera. Las funciones son el 29, 30 y 31 de agosto en Ceina.
Acaban de recibir el Premio Presidente de la República a las Artes Escénicas, en la categoría de Artista Emergente, en un año que han tenido más visibilidad que antes y, también, un significativo incremento de producciones. Han montado óperas de repertorio y dieron el salto a estrenar una ópera chilena compuesta actualmente. Además, han trabajado en regiones y siguen fortaleciendo la especialización de artistas vinculados a las artes escénicas.
Justamente el resultado de la Escuela de Ópera del 3er Encuentro Nacional de Ópera Independiente (ENOI), proyecto pedagógico y artístico que es financiado por el Fondo de Artes Escénicas del Ministerio de las Culturas, ahora Lírica Disidente estrena un nuevo montaje.
Radio Beethoven habló al respecto con Nicolás Vásquez, director general de la compañía y productor del nuevo montaje.
Pensando en la ceremonia de entrega del Premio Presidente de la República donde ustedes fueron destacados como artistas emergentes y que el propio Presidente de la República Gabriel Boric habló sobre el trabajo que hacen e invitó además a los asistentes a sumarse a Don Giovanni, ¿cómo los conmovió eso y en qué medida los estimula a recibir tal vez a más público en las funciones?
«La premiación, sin duda alguna, fue un momento muy alto en la vida de Lírica Disidente. Nos permitió compartir con artistas de gran trayectoria, ver el ejemplo que ellos han dado en el aporte a la cultura en el país, posicionándonos como artista emergente, desde la propuesta de hacer las cosas de forma distinta, de cambiar la lógica de cómo la ópera se gestiona en el país, de cómo las comunidades y los públicos se conectan con el lenguaje y cómo las iniciativas sociales que hemos realizado, como el Coro Escuela Balmaceda Arte Joven, que hicimos en conjunto con esta importante institución del país, impacta en jóvenes que sin necesariamente la idea de ser músicos, viven una experiencia artística que es transformadora. Hemos estado recorriendo este camino desde la formación, desde las iniciativas sociales, desde la producción, con la convicción de que la cultura y el arte puede ser un motor de transformación social y de que, en ese sentido, la ópera ha estado muy al debe en cómo aporta al país. Que el Estado de Chile nos entregue este reconocimiento, que el Presidente tenga palabras respecto de nuestro trabajo, sin duda es un momento muy conmovedor y muy movilizador. También es un gran empuje a seguir adelante».
En una coproducción con el Centro de Extensión del Instituto Nacional Ceina) y la Compañía Ópera São Paulo, pondrán en escena Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart. El foco estará en los temas de poder, deseo e impunidad que cruzan esta creación cuyo libreto es de Lorenzo Da Ponte.
Serán tres tres funciones los días 29, 30 y 31 de agosto en el Aula Magna del Centro Cultural CEINA, con entradas desde $5.600 a $30.000. La dirección escénica es de Ignacio Ramírez y la musical, de Miguel Ángel Castro.
El elenco cuenta con el barítono Diego Álvarez como Don Giovanni y la soprano Francisca Jünemann como Donna Anna, Fanny Becerra como Donna Elvira, Santiago Peralta como Don Ottavio, Nicole Galleguillos como Zerlina y el bajo Kevin Mansilla en los roles de Masetto y el Comendador. Se suma el barítono brasilero Flávio Antonione en el papel de Leporello, incorporación que fue posible por una nueva alianza de LÍrica Disidente y la Compañía de Ópera de São Paulo: el cantante obtuvo el Premio Lírica Disidente en el marco del 23º Concurso Brasileño de Canto Maria Callas.
Antes de este Don Giovanni, Lírica Disidente ha presentado una producción con el ciclo de canciones de Franz Schubert El Viaje de Invierno, el espectáculo Heroínas del Maule y la ópera de la estudiante de la Universidad de Chile María Valenzuela (ver entrevista) y con libreto de Amada Ceballos, entre otras.
Nicolás Vásquez (1991) terminó su educación media en el ISUCH y estudió tres años flauta en la Universidad de Chile, y luego canto, por un año. Finalmente, se formó como estudiante privado a lo largo de diez años, con Eduard Giménez en Barcelona, Rodrigo Navarrete en Chile y Luis Olivares en Alemania. «Fue algo bien constante. Viví en Barcelona, en Alemania también, y trabajé. Ellos tres son los grandes maestros que yo he tenido de canto», comenta.
¿Cómo ve el momento actual de Lírica Disidente con los últimos acontecimientos que ha habido?
«Es un momento súper especial, la verdad. Este reconocimiento que recibimos de parte del Estado de Chile con el Premio Presidente de la República es un gran espaldarazo al trabajo que hemos estado realizando desde esta misión de democratizar la ópera, de poder hablarla desde nuevos formatos para poder así llegar más fácilmente a los nuevos públicos, a nuevas comunidades y a nuevos espacios que a veces no están tan preparados para recibir la gran ópera. Sobre todo, que el reconocimiento sea en la categoría de artista emergente, y eso implica que se está relevando esta forma de hacer las cosas y esta propuesta que estamos haciendo desde la Lírica Disidente para con la ópera, pero también con los públicos. Entonces es un momento súper importante para nosotros, un momento de consolidación de este posicionamiento en el medio. Implica una satisfacción súper grande este reconocimiento y como premio también nos ayuda a sostener nuestras operaciones, así que por ese lado también es un gran aliciente para nuestro trabajo».
Ustedes tienen dos facetas: son una compañía y también generan instancias de especialización para profesionales de las artes escénicas, oportunidades muy valiosas para los intérpretes. Desde septiembre del año pasado hasta este momento, ¿cómo ha estado el trabajo como compañía en cuanto a la cantidad de producciones y de funciones? Tengo la impresión de que este último año han tenido un desarrollo distinto de los años anteriores?
«Sí, sin duda. El posicionamiento que hemos logrado a partir de nuestra propuesta nos ha permitido ir consolidando equipos que nos permiten levantar de forma mucho más orgánica, consciente y potente la capacidad de producir ópera, que es un desafío no menor, la verdad, y que de pronto yo creo que es la gran piedra de tope que existe para producir ópera en el país. Me refiero a la falta de equipos especializados. La consolidación de la estructura de Lírica Disidente nos ha permitido ir diversificando las iniciativas que realizamos con la ópera, como bien tú decías, desde la formación o desde la producción misma. El año pasado fue un año súper intenso en cuanto a producciones. Tuvimos cuatro producciones y una circulación también, y eso nos ha permitido ir aprendiendo mucho como organización, como equipo, sobre cómo se trabaja con los teatros y cómo trabajamos internamente en los procesos creativos y de producción, que son desafíos súper grandes que comienzan varios meses antes de las funciones».
Usted mencionó una circulación, que se usa en gestión para descubrir que un trabajo se presenta en lugares distintos de donde uno está. ¿De cuál obra fue esa itinerancia y dónde la presentaron?
«Sí, tuvimos el año pasado la circulación de nuestra producción de Una ópera mágica en Chiloé, que es esta adaptación que hicimos de la ópera Bastián y Bastiana de Mozart, que se basa en este universo estético de la isla de Chiloé, con el brujo como punto central y un personaje adicional que se creó dramatúrgicamente, que es La Voladora; un personaje que tiene la misión de la mediación en esta producción infantil y familiar».
¿Y eso se presentó en otras regiones distintas de la Metropolitana?
«Exactamente, la llevamos a Concepción el año pasado y a Talca, pero también ha estado en Rancagua, Valparaìso y Santiago. La circulación es un desafío súper grande para la ópera porque, a diferencia de otras disciplinas, los equipos generalmente son súper grandes, a pesar de que la producción sea más bien acotada en el sentido de duración.Por ejemplo, Una ópera mágica en Chiloé dura 50 minutos y hemos logrado moverla por regiones, pero ha sido un gran desafío que no podemos realizar con todas las producciones. Cuando las orquestas son más grandes y cuando requiere coro es mucho más difícil poder mover las producciones de ópera. Eso sí, hemos logrado realizar producciones desde regiones. Entonces, el año pasado, por ejemplo, hicimos una coproducción con el Teatro Biobío de la ópera Dido y Eneas. Nos hemos dado cuenta de que la ópera, a diferencia del teatro o la danza, se enfrenta mucho más palpable a estos desafíos de la circulación. Por ejemplo, la ópera que estrenamos este año, No tengan miedo si viene la niebla dura 27 minutos e igual en escena ya hay 7 personas, porque tenemos un cuarteto y el elenco, y detrás de ellos hay 9 personas mínimo de los equipos de producción, los técnicos. Es difícil lograr estas circulaciones y eso es algo intrínseco de la ópera en específico, y de pronto los fondos que hay disponibles no son suficientes para ello. Imaginar, por ejemplo, una circulación de un Barbero de Sevilla es completamente imposible , porque solamente en financiar una orquesta se va a gran parte de los fondos».
Cierto. Pero pasa lo mismo con la música orquestal, que no tiene 16 personas, como No tengan miedo si viene la niebla. Cada vez que se mueve la Orquesta de Cámara de Valdivia, o la Orquesta Marga Marga es una cantidad similar a esas 16 personas, y con instrumentos. Hablemos del trabajo que han hecho en formación y especialización, que ha sido bien intenso también este último año.
«En lo que respecta a la formación y la especialización, tenemos en este momento funcionando la Escuela de Ópera que, de hecho, es lo que va a llevar a cabo Don Giovanni y el año pasado fue El Barbero Sevilla. Son procesos súper significativos para nosotros porque se abre un espacio de formación, de profundización y profesionalización para cantantes y para directores de orquesta, a través de un proceso que no se suele darse tanto en las producciones profesionales, y que es el acompañamiento y la profundización en cada uno de los aspectos de una ópera, abriendo un espacio de diálogo y de análisis que es bastante significativo para los jóvenes cantantes. La Escuela de Ópera tiene la característica de que tenemos más tiempo para hacer esto porque está el proceso mismo erigido en torno a este proceso pedagógico. Entonces, sin duda alguna, desde septiembre del año pasado hasta la fecha, ha habido un proceso de consolidación de los equipos, de las estrategias de trabajo y de los modelos pedagógicos también».
El Encuentro Nacional de Ópera Independiente, ENOI, que ustedes hacen, se financia con fondos públicos y se estructura sobre una Escuela de Ópera en la cual hacen una selección de personas a través de convocatorias, y esas personas que trabajaron a través de varios meses en esa formación, son ahora los solistas que van a presentarse en la nueva producción de la ópera de Mozart, ¿no?
«Así es. Con la Escuela de Ópera hacemos un proceso de convocatoria abierto a nivel latinoamericano, aunque gran parte los participantes son de Chile. Y este año se instauró una alianza con la Compañía de Ópera de Sao Paulo, e instalamos en el concurso brasileño de canto Maria Calas, que es súper prestigioso a nivel latinoamericano y ya tiene 24 versiones si no me equivoco, el Premio Lírica Disidente, que permite a un cantante de la semifinal o final del concurso venir a nuestra Escuela de Ópera con todos los gastos pagados por parte de la Compañía de Ópera São Paulo. Entonces estamos también fomentando el intercambio de talentos a nivel latinoamericano, pues entre los cantantes que participan en nuestra escuela también se elige a un par de cada generación que pasa directamente a la semifinal del concurso. La convocatoria la hacemos a partir de los roles que se requieren para cada ópera y esa producción es el puntal del proceso pedagógico de la Escuela de Ópera».
Usted mencionaba la consolidación de los equipos, y ahí también vemos lo que ha sucedido con los músicos que conforman el Ensamble Lírica Disidente, algunos de los cuales ofrecieron un concierto este año, ¿no?
«Sí, así es, fue hace un mes».
Y en ese ensamble está el núcleo de los instrumentistas que ahora conformarán la orquesta que abordará la ópera de Mozart, junto con un octeto vocal, ¿no?
«Tal cual. Ahí nuestro Ensamble Lírica Disidente ya lleva dos años de proceso de consolidación como cuerpo artístico de Lírica Disidente. Para la ocasión de las escuelas de ópera, este ensamble crece para convertirse en la orquesta que tendemos ahora, pero este quinteto, que es la formación nuclear, son los capos de fila de la orquesta. Entonces también estamos empezando una suerte de génesis de un elenco estable de Lírica Disidente, pero con la capacidad de transformarse, de ampliarse según los desafíos».
Hablemos de la versión que presentarán de Don Giovanni de Mozart. Entendiendo que el director escénico Ignacio Ramírez y el director musical Miguel Ángel Castro, ¿cuál es el foco que le quisieron dar como compañía a esta producción?
«Hay un dato interesante: la primera iniciativa que tuvimos como Lírica Disidente tuvo que ver con Don Giovanni. Fue un proyecto mucho más escueto, un primer acercamiento a una producción: una selección del primer acto de la ópera. Pero es lo que nos da las primeras pautas con los públicos. Entonces nos volvemos a encontrar con este Don Giovanni, ahora con mucho mayor capacidad, con equipos consolidados, y buscamos revisitarlo poniendo un énfasis importante en el tema del abuso del poder y la impunidad. Buscamos entrar a ese universo psicológico de Don Giovanni, y la puesta en escena se trata de ello, de entrar en esta mente fragmentada de Don Giovanni y ver cómo se configuran las redes que sostienen la impunidad de este personaje. Entonces bajo la dirección de Ignacio Ramírez, buscamos levantar cuestionamientos en torno a cómo la sociedad y el entorno participan sosteniendo la impunidad de un personaje que, por su estatus social, tiene licencia para abusar de todo su entorno».
¿Cómo se refleja esto en el trabajo escénico? ¿Cómo qué tipo de recursos van a trabajar?
«En el escenario vamos a ver una escenografía y una ambientación muy industrial que va a buscar graficar este universo mental que es como el escondite del abusador. Va a ser una propuesta industrial y bastante íntima también en cuanto a la escenografía. Tenemos elementos simbólicos en el vestuario y la escenografía que nos van a ayudar a levantar estas reflexiones en torno a cómo quienes somos espectadores de episodios de abuso somos también cómplices de ellos. Está todo unido en estas redes de la impunidad».
La primera escena que hicieron de Don Giovanni que me mencionó antes, y que está en el inicio de Lírica Disidente, ¿cuándo fue?
«Partimos en el año 2018. El proyecto, en un principio, era hacer una producción, además de autogestionada, súper horizontal. Esta idea después fue decantando en otras formas y se dio un aprendizaje tiene que ver con la necesidad de cargos súper específicos que se hagan parte de este trabajo, en cada una de las áreas. Durante el año 2019 hicimos los ensayos y los primeros estrenos de los trabajos de Lírica Disidente».
Y después fue, entonces, El Hijo Pródigo de Debussy, que hicieron en La Perrera (ver nota).
«Sí. Eso fue cuando ya estaba pasando la pandemia».
Hablemos del trabajo que se ha hecho Miguel Ángel Castro, quien es un excelente director y además un muy valorado académico en la Universidad de Chile. Me refiero al trabajo no sólo como director musical, sino apoyando la especialización, la formación de jóvenes directores que han participado.
«Miguel Ángel Castro, como director musical de la Escuela de Ópera desde hace dos versiones, tiene un sistema de trabajo que es súper interesante, y que tiene que ver con la generación de conocimiento en conjunto, más que el típico trabajo que existe desde los directores como de generar directrices para las versiones. En este caso hay un trabajo de pares en la preparación musical para conocer las propuestas que tienen los cantantes y con eso generar un trabajo en conjunto en torno a la interpretación históricamente informada que maneja Miguel Ángel Castro. Es súper significativo para los cantantes esta forma de trabajo que se une, además, con un curso avanzado de dirección orquestal que tenemos y que parte de la Escuela de Ópera, que busca que los directores puedan tener la experiencia de vivir por dentro una producción de ópera. Tienen un tiempo determinado de práctica en podio, primero dirigiendo al piano, luego con nuestro ensamble y después con los cantantes en el proceso de preparación musical, para llegar a la orquesta. Entonces, además de toda esa especialización del trabajo con cantantes y con la ópera, tienen la oportunidad de ver cómo funciona una producción por dentro, para poder así dimensionar el trabajo que requiere este arte escénico, el que es súper complejo. También los cantantes han tenido una valoración súper importante al respecto del curso porque ellos van comprendiendo de qué manera funciona la formación de un director y también tienen la posibilidad de ir conociendo y reaccionando a distintas manos durante el proceso. Si bien Miguel Ángel Castro es el director y es quien lleva la gran mayoría de los ensayos, la oportunidad que tienen de poder convivir con otras propuestas, por ejemplo, con otras formas de dirigir, ha sido súper significativa para ellos en el trabajo práctico con directores y con la orquesta».
Coordenadas
Aula Magna, Centro Cultural Ceina (Arturo Prat 33, metro Universidad de Chile). 19 horas, viernes 29 de agosto; 17 horas, sábado 30 y domingo 31 de agosto. Entradas desde $5.600 a $30.000, venta en Puntoticket.
Ficha artística
Solistas Don Giovanni: Diego Álvarez (barítono) | Leporello: Flávio Antonione (barítono) | Donna Anna – Francisca Jünemann (soprano) | Don Ottavio – Santiago Peralta (tenor) | Donna Elvira – Fanny Becerra (soprano) | Zerlina – Nicole Galleguillos (soprano) | Masetto / Il Commendatore – Kevin Mansilla (bajo) Orquesta Enoi 2025 Violines primeros: Tomás Ruz, Sofía Soto, Ignacio Mödinger | Violines segundos: Katherine Olguín, Constanza Álvarez, Juan Pablo Castro | Violas: Alejandro Lazcano, Paula Reinoso | Violonchelos: Anaís Prieto, Valeria Núñez | Contrabajo: César Villagra | Flautas: Vanesa Durán / Antonia Martinez*, Moksa González | Clarinetes: Alejandro Galleguillos, Elías Mendoza | Oboes: Krishna Villalobos, Isidora Uribe | Fagotes: Martín Barrientos, Francisco Jerez | Cornos: José Luis Guede / Gerson Pierotti **, Matías Milla | Trompetas: Christian Rivera, José Olivares | Trombones: Dominique Arenas, Francisco Chaparro, Matías Varela | Percusión. por definir (*función del 29 de agosto | ** funciones del 29 y 30 de agosto). Coro Enoi 2025 Sopranos: Fernanda Lillo, Catalina Lasalle | Altos: Víctor Muñoz, Consuelo Gallardo | Tenores: Gerardo Mondaca, Fernando Soto | Bajos: Ángel León, Tomás Ávalos. Dirección musical: Miguel Ángel Castro | Dirección escénica: Ignacio Javier Ramírez | Producción general: Nicolás Vásquez.
Con dos elencos y siete funciones, Merlín Comunicaciones la producción se pone en escena desde el 25 de junio. El regisseur, además, adelanta que el próximo año presentarán Andrea Chénier y Rigoletto, La Maledizione, y que fue convocado para dirigir Ariana Lecouvreur en Macedonia durante 2026.
La ópera compuesta por Víctor Hugo Toro, con libreto de Gonzalo Cuadra y régie de Pablo Maritano fue aclamada en su estreno. La producción de la Corporación Cultural Universidad de Concepción marca uno de los puntos más altos del acontecer artístico del año en nuestro país y tiene proyección incluso internacional.
Con libreto de Gonzalo Cuadra y régie de Pablo Maritano, la producción de la Corporación Cultural Universidad de Concepción se estrena el 11 de junio y rescata la leyenda de una historia de amor entre la hija de Caupolicán y un capitán español. "Estamos haciendo ópera como se debe hacer realmente", destaca Víctor Hugo Toro.
La producción de Lírica Disidente contará con dirección escénica de Ignacio Ramírez, y musical de Miguel Ángel Castro y tendrá funciones desde el 16 al 20 de mayo. "Decidí abordar a Gabriela Mistral por todo lo que representa para nuestro país, más allá de su figura como poetisa", dice la compositora.
Nicolás Staiger Rubio comenta la producción de la ópera de Puccini, con régie de Gian Paolo Martelli, en la función del 19 de marzo. "Marcela González fue la estrella de noche", apunta.
El profesor del Instituto de Música UC lidera este proyecto junto con su exalumno Cristian Fernández Toro. Participarán la musicóloga Yael Bitrán, y los compositores Martín Bauer y Carlos Castro Mora, y se debatirá revisando experiencias concretas de óperas estrenadas en América Latina, con siete expositores seleccionados a través de una convocatoria abierta. Se realizará el 16 y 17 de octubre.
El director escénico adelanta el original foco que tendrá la nueva producción de Lírica Disidente, esta vez, de la ópera bufa de Rossini, con cantantes seleccionados a través de una convocatoria y con funciones en Centro Cultural Ceina desde el 25 de julio.
Con cinco conciertos y con el apoyo de la Corporación Cultural de Lo Barnechea, el 10 de julio se inicia en Teatro Zoco un ciclo dedicado a arias y dúos de ópera que contará con jóvenes cantantes y maestros como Carmen Luisa Letelier, Verónica Villarroel y Jorge Hevia. Además de una fecha consagrada a la zarzuela.
Dos funciones gratuitas de La Maledizione, es decir, de la versión sin censura de la célebre ópera de Giuseppe Verdi, se presentarán en el Teatro Regional de Rancagua. El director escénico de esta producción revela que se respetará "la partitura original, tal como fue escrita, sin cortes", lo que incluye un aria que hace 170 años no se escucha.