Es uno de los compositores chilenos que tiene una más promisoria carrera internacional. Su música ha sonado en eventos tan capitales para la música de tradición escrita como el Festival de Salzburgo y prácticamente todas las orquestas nacionales lo han programado. El año pasado, Tomás Brantmayer (1992) obtuvo el Premio Pulsar por Morbus Sacer (2022), una exquisita composición en la cual trabajó con lecturas reales de crisis epilépticas que él ha vivido.

Antes, compuso Canción de cuna para Fuegia Basket (2018), una conmovedora obra que repara, al menos espiritualmentte, los estragos del secuestro sufrido por una niña kaswésqar en la expedición realizada por Fitz Roy a la Patagonia chilena.

Ya en su época de estudiante de pregrado, su inquietud intelectual traspasó los límites del Campus Oriente UC, donde se formaba como compositor. Anticipándose a los 25 años que se conmemorarían en 2017 de la muerte de John Cage, tuvo una idea que terminó marcando la pauta del XXVI Festival de Música Contemporánea UC.

Sesenta y cinco tecladistas se turnaron a lo largo de 79 horas para tocar, en forma ininterrumpida, la obra ASLSP (As Slow as Possible) de John Cage en el órgano digital del Templo Mayor UC.

«Él me propuso que produjéramos este estreno en Latinoamérica. La partitura no indica una duración total y no tiene una indicación de velocidad metronómica ni barras de compases. Eso sugiere algo que sucede lentamente», contaba entonces Sebastián Jatz (ver nota).

Juntos trabajarían también, en 2019, en un impactante proyecto que revolucionó a toda una comunidad en San Joaquín: «Recuerdo tu nombre». Fue un recorrido sonoro en la villa Músicos del Mundo de San Joaquín, donde hay 22 con nombres de compositores. En cada calle se interpretó una obra de cada compositor, en una procesión cronológica que se extendió a lo largo de ocho horas, con 150 músicos interpretando obras del siglo XI al XX (ver más).

El impacto fue real: los propios vecinos y las autoridades se dieron cuenta de todas las calles honraban a compositores. No había ni una sola mujer. Y por eso al año siguiente se rebautizó oficialmente como Kassia una de las calles (ver nota).

Con una producción que supera las 20 obras editadas, una serie de comisiones y el Premio de Composición Carlos Riesco de la Academia Chilena de Bellas Artes en 2021, Brantmayer estudió composición en el Instituto de Música UC y se posgraduó en el Royal College of Music de Londres. Fue compositor residente en la MacDowell Colony (EE.UU.), en 2019, y este año es compositor residente de la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción.

Sobre lo que ha implicado ese cargo, Tomás Brantmayer conversó con Radio Beethoven. También, sobre la larga y animada vida que ya han tenido varias de sus composiciones y su debut con la Sinfónica y con la Filarmónica, sucedidos este año.

Dos agrupaciones que se suman a la Sinfónica Nacional Juvenil, la Orquesta de Cámara de Chile, la Camerata Salzburg, la Britten Sinfonia, y la Orquesta Sinfónica Nacional de Paraguay.

Su música ha sonado en recintos como la Mozarteum Grosser Saal (Austria), el Kulturpalast Dresden (Alemania) y la Cité de la Musique (Francia), y seguirá siendo interpretada en diversos espacios, como nos adelanta en esta entrevista.

Una de sus líneas de trabajo se vincula justamente con su quehacer como integrante de Campaneros de Santiago (ver nota), y de la Asociación del Condado de Middlesex y Gremio Diocesano de Londres de Campaneros de Iglesias. En ese ámbito, se vienen sorpresas muy novedosas.

Igualmente, este compositor reconoce la fuerza de una red artística que se ha generado gracias a la generosidad y el interés en la nueva música, en este caso, la suya, de tres directores chilenos profundamente comprometidos con la creación nacional.

¿Cómo ha sido este tiempo como compositor residente de la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción? Entiendo que asumió ese rol en marzo, ¿no?

«Sí, exactamente. En marzo tuvimos el comienzo de la temporada, y ahí los dos primeros programas incluyeron obras mías. La primera fue Plegaria, y luego Morbus Sacer, y ahora vamos a tener el tercer programa. Ha sido un trabajo como de mucha colaboración, tanto con Luis Toro Araya como con la orquesta. Ha sido muy bonito porque, de alguna manera, es una etapa nueva en mi carrera como compositor, pero también es una continuidad de un trabajo que yo ya venía haciendo previamente con Luis y con la orquesta, con la que había colaborado anteriormente en dos ocasiones».

¿Cómo fueron esas colaboraciones? ¿Habían sido comisiones o el elenco interpretó obras suyas ya estrenadas por otros conjuntos?

«La primera vez fue muy especial porque fue la primera vez que trabajé con una orquesta profesional en mi vida. Fue a raíz de un concurso de composición que existía por esos años, con la SCD, en el año 2016».

¿Quién estaba en ese momento, Mika Eichenholst o Julian Kuerti?

«No sé quién era el director titular en ese entonces, pero mi programa lo dirigió Rodolfo Fischer. Participé con lo que fue mi obra de egreso de la Universidad Católica; quedé seleccionado y ésa fue la primera colaboración en Concepción, hace casi 10 años».

Esa obra era Plegaria, que estuvo nominada a los Pulsar 2017 (ver nota). Ganadora del certamen UdeC-SCD, en 2016, fue estrenada por la Sinfónica UdeC y la reinterpretaron Rodolfo Fischer y la Sinfónica Nacional Juvenil, en Santiago y en Frutillar (ver nota).

«Por eso también fue muy simbólico abrir la temporada con esta obra, que no sólo fue mi primera obra que se tocó en la temporada, sino que fue la primera obra de la temporada y que, de alguna manera, marca mi primera relación con esta orquesta y mi primera relación con el mundo profesional en el ámbito de la orquesta sinfónica».

• 

• 

• 

• 

Ahora, en los conciertos del 26 y 27, de septiembre la obra suya que se va a interpretar corresponde a Canción de cuna para Fuegia Basquet. Esta composición tiene una historia muy interesante, desde su estreno hasta el hecho de haber sido interpretada también en el Festival de Salzburgo, y que recién se tocó además en el Teatro Municipal Santiago. Cuéntenos cómo ha sido la vida de esta obra.

«Bueno, ésta fue una obra encargada por Rodolfo Fischer, en colaboración con la Orquesta Sinfónica Universidad de La Serena, el año 2018. Desde ese entonces es una obra que se ha interpretado una multitud de veces, tanto aquí en Chile como en el extranjero. Y también es especial en este contexto porque es la obra que inicia mi colaboración con Luis Toro Araya, quien conoció esta obra cuando Helmuth Reichel la dirigió con la Orquesta Cámara de Chile. Él estaba como director asistente en aquella ocasión, tuvo una conexión especial con la partitura y luego la programó en el Festival de Salzburgo. Ésa fue la primera vez que nosotros trabajamos juntos directamente. Es mi obra más interpretada hasta la fecha. Este año se hizo efectivamente en el Municipal, y luego con la Orquesta Regional de Tarapacá también, en Iquique, y ahora en Concepción. Entonces está teniendo una itinerancia bien interesante porque es una obra que tiene mucho que ver con temas como la identidad y el territorio. Por lo mismo, para mí es muy rico poder verla en distintas interpretaciones en distintas partes del país también».

En el particular caso del Teatro Municipal de Santiago, es atractivo porque no es un escenario en el que la mayoría de los compositores chilenos haya podido mostrar obras. ¿Qué representa para usted, en ese sentido, que se haya tocado en el Municipal?

«Lo conversé harto con Luis Toro Araya en ese momento. Fue muy significativo para mí, porque el Teatro Municipal de Santiago es el primer lugar donde yo escuché una orquesta en mi vida, pero también era mi más grande referente en los años en que yo estudiaba en el Instituto de Música UC. El gran sueño era estar ahí en el teatro y en ese entonces parecía algo muy poco probable justamente porque no se tocaba mucha música chilena. Se tocaba incluso mucho menos de la que se toca ahora. Entonces, poder escuchar esta obra en ese espacio fue algo muy muy significativo. Y creo que fue bastante feliz la experiencia, en cuanto aparentemente hubo una buena recepción del público y también de la orquesta y del teatro en general».

• 

• 

Este mismo año, la Orquesta Sinfónica tocó una obra suya en la nueva sala en Vicuña Máquina 20, Morbus Sacer. ¿No fue el estreno en Chile, no?

«No, el estreno fue justamente con la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción. En abril fue la primera interpretación en Chile, también era en el contexto de esta residencia. Esta obra es un poco más joven que Canción de Cuna para Fuegia Basquet. Se estrenó en el año 2022 en el Kulturpalast de Dresde con la Sinfónica de la Universidad Dresde que dirige Helmuth Reichel. Y posteriormente se tocó también en Londres con la Orquesta Sinfónica del Royal College of Music, y luego con la Sinfónica Nacional de Paraguay bajo la dirección de Rodolfo Fischer. Y en abril tuvo su estreno en Chile en Concepción y después tuvimos este concierto en agosto en la Gran Sala Sinfónica Nacional, que fue algo parecido a lo que sucedió en el Teatro Municipal, porque fue mi debut con la Orquesta Sinfónica. Era un sueño que se estaba haciendo realidad y le dio un valor añadido el ser interpretada en este nuevo espacio que es tan relevante para la escena sinfónica nacional y particularmente en Santiago».

¡Estuve! La dirigió Helmuth Reichel Silva. Y en el público estaba Luis Toro Araya, lo que habla muy bien del amor por la música de estos directores. Porque estas colaboraciones creativas no son casualidades, sino que se trata de personas a quienes les gusta escuchar música y que van a escuchar a otros haciendo música también.

«Totalmente. De alguna manera, todo este trabajo que yo he desarrollado con varios directores ha sido un poco una red que se ha generado a partir de la generosidad y del interés de ellos por mi música, ¿no? O sea, yo llegué en primera instancia a Helmuth Reichel a través de Rodolfo Fischer y asimismo Luis Toro Araya conoció mi música a través de Helmuth. Entonces yo me siento muy afortunado por lo mismo, muy agradecido de ellos».

También estuvo La Muerte Roja, obra estrenada a fines del año pasado, con el Coro y la Orquesta Usach.

«Exactamente, esa fue una obra que estrenó el maestro David del Pino en la Usach, a fines del año pasado. Fue una obra compuesta especialmente para esa orquesta y que muy pronto esperamos editar en formato de disco y de vinilo a través del sello Aula Records».

Usted ya ha grabado con ese sello, ¿no? Ya se publicaron producciones suyas.

«Sí, me parece que ésta sería la segunda. Hicimos un primer disco que se llamó El país es de sed, que contó con la participación del solista Francisco Huerta, la dirección de Sebastián Camaño y, por supuesto, la Orquesta Clásica Usach. Y luego hicimos un segundo disco que no era individual mío, pero en el que participé; Paisajes Extintos, que grabamos con Campaneros de Santiago y que también se editó a través del sello Aula Records».

Además, con Chile Clásico, Cuarteto Vila grabó Bautismo de Fuego de Tomás Brantmayer, en 2022 (escuchar).

¿Y cómo está la actividad con los Campaneros de Santiago?

«Seguimos tocando; en este momento somos el cuerpo oficial de Campaneros de la Catedral y tocamos todos los domingos el llamado a misa, además de otras festividades en el contexto del calendario litúrgico. Yo justamente y he estado trabajando también en algunas composiciones propias para campanarios específicos que he podido estar desarrollando ahí junto con el grupo de campaneros».

O sea, ¿podríamos escuchar un estreno medianamente pronto?

«Bueno, hay algunas que se ya han grabado y están disponibles ya en internet, pero ahora estoy trabajando en una nueva partitura. Pero aún no sabemos cuándo va a ser la fecha de estreno».

¿Qué le gustaría comentar de encargos y actividades, que tenga? ¿Volvió a radicarse en Santiago o sigue en Londres?

«Ya estoy en Santiago, sí. Dentro de lo que queda del año, ahora estoy trabajando en una nueva obra que se va a estrenar con la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción a fin de año, como cierre del periodo de residencia. Y además vamos a tener algunos conciertos con la Orquesta de Cámara de Valdivia, donde se va a tocar por primera vez en vivo una obra que ya se ha grabado, pero no se ha tocado en concierto, que se llama El Estudio de las Texturas, que fue una obra comisionada por Rodolfo Fischer y esa orquesta. Y también estoy trabajando en una banda sonora para la película Drácula, que se va a presentar en el Aula Magna de la Usach en una exhibición de la película con la música en vivo».

Es súper interesante ese proyecto de los estudios, que fueron comisiones encargadas por Rodolfo Fischer, se grabaron y son un disco. Un proyecto que se hizo en pandemia, creo.

«Sí, exactamente, donde se comisionó a doce compositores un estudio para director de orquesta, que de alguna manera explorara facetas técnicas, pero también artísticas de la dirección. Y la mitad de ellos ya fueron editados en un CD junto a la Orquesta de Cámara de Valdivia, los seis primeros estudios».

¿Y eso cuándo se toca más o menos?

«Me parece que eso se toca el 13 de noviembre en Santiago, y después el 14 de noviembre en Punta del Este, en Uruguay».

El recorrido de Tomás Brantmayer como compositor residente de la Corcudec partió el 21 de marzo con Plegaria abriendo la Temporada 2025 de la Sinfónica UdeC, junto a obras de Edward Elgar y Johannes Brahms, siguió el 4 y 5 de abril con Morbus Sacer en su estreno en Concepción, junto a creaciones de Sergei Prokofiev y Brahms. En ambas ocasiones, con Luis Toro Araya.

También el director titular del elenco estará a cargo de las próximas participaciones del compositor chileno. El viernes 26 y sábado 27 de septiembre, a las 19 horas, el programa abrirá con Canción de cuna para Fuegia Basket
de Brantmayer, seguirá con Javier Lanis y el Concierto para piano n°4 en Sol mayor, Op.58 de Ludwig van Beethoven y cerrará con la Tercera Sinfonía de Brahms.

Después, el 7 y 8 de noviembre, la Sinfónica UdeC y su director titular estrenarán una obra que le comisionaron a Tomás Brantmayer, en un programa que suma Patricia Reyes y Concierto para arpa, Op.129, de Joseph Jongen, y la Cuarta Sinfonía de Brahms, también a las 19 horas en el Teatro UdeC.

Por Romina de la Sotta Donoso | 23-09-2025.