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Música

Nicolás Emilfork y los pasos gigantes de la Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada

noviembre 17, 2022

En tres años y medio han organizado más de 8o conciertos, 42 clases magistrales y seis seminarios, y superan los 25 becarios. Ahora apuntan a generar repertorio; comisionaron obras a compositores como Roberto Sierra, Macarena Rosmanich y Felipe Pinto d'Aguiar. Quieren hacer la guitarra sustentable.

Nicolás Emilfork y los pasos gigantes de la Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada

El deceso, en 2016, del maestro Ernesto Quezada Bouey dejó un palpable vacío en la escena nacional. El virtuoso guitarrista y laudista, pionero de la música antigua en Chile y cofundador de Syntagma Musicum Usach, era uno de los intérpretes de cuerdas pulsadas más activos.

También era uno de los más influyentes formadores. El legado que dejó como profesor de guitarra en la Universidad de Chile es enorme. Entre sus alumnos hay intérpretes tan célebres como Luis Orlandini, Carlos Pérez, Romilio Orellana, Wladimir Carrasco, José Antonio Escobar y Rodrigo Díaz.

De su profundo compromiso con cada uno de sus alumnos da fe la periodista que firma esta nota: me informaba con detalle de cada uno de los logros de cada uno de sus discípulos.

Con el legado de Ernesto Quezada ha sucedido algo excepcional: no ha quedado limitado a la memoria, sino que su familia y sus discípulos realmente han logrado extender esa legado en el tiempo, con acciones concretas, proyectos a corto, mediano y largo plazo, y guiados siempre por un criterio artístico.

La Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada se ha convertido rápidamente en uno de los agentes más fecundos de nuestro medio nacional. Su director artístico es Nicolás Emilfork (1979), exalumno del maestro. Asumió hace tres años y medio, con metas específicas (ver nota de 2019 acá). Y las han cumplido con creces.

Implementaron tres líneas de acción. Primero, becas; de instrumento, participación en concursos, grabación y posgrado. En paralelo, convertir en una biblioteca los archivos y partituras del maestro, y concretar temporadas gratuitas de conciertos.

Todo ello lo han hecho en tres años y medio: han organizado más de 8o conciertos, 42 clases magistrales y seis seminarios, y han otorgado 25 becas a la fecha.

Y ahora la Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada abre una nueva línea de acción que es igual de clave para el desarrollo de la escena guitarrística de nuestro país: generar repertorio.

Radio Beethoven ha conversado con Nicolás Emilfork sobre este nuevo aporte que están haciendo a través de la comisión de obras a seis compositores, cuatro de ellos chilenos: Felipe Pinto d’Aguiar, Macarena Rosmanich, José Miguel Arellano, Eleonora Coloma. Se les suma el estadounidense residente en el país, Edgar Girtain. También, una de las figuras actuales más reconocidas de la composición: el puertorriqueños Roberto Sierra.

Nicolás Emilfork. Foto: Fundación Guitarra Viva.

«Estamos encargando seis nuevas obras a compositores chilenos y extranjeros, quienes vienen a enriquecer el repertorio actual con obras de gran extensión, gran virtuosismo técnico y gran significado para los jóvenes guitarristas que las van a poder estrenar y después integrar en sus programas de concierto», revela Nicolás Emilfork.

Hacer comisiones implica una serie de acciones: conseguir financiamiento, y gestionar los estrenos de esas nuevas obras, es decir, programarlas, contar con un espacio y con intérpretes comprometidos con los nuevos repertorios. ¿Cómo toman la decisión de emprender este camino?

«No habíamos podido abordar esta arista de la composición contemporánea, es decir, de compositores que estén vivos y trabajando actualmente, porque no sabíamos cómo hacerlo. Primariamente nos habíamos concentrado en conciertos, clases magistrales, seminarios y espacios para la música antigua, por el vínculo que tenía el profesor Quezada con la música antigua como producto de su actividad como intérprete, pero en la música contemporánea no habíamos podido cerrar el flanco para ver de qué manera la abordábamos. El año pasado, en conversación con el directorio y con personas cercanas a la fundación, empezamos a percibir que sería más interesante fomentar la composición a través de comisiones que por medio de un concurso. Entonces miramos otras actividades que habían sido exitosas durante los últimos años, por ejemplo, lo que había hecho el Teatro del Lago con Creaciones bajo contagio, y decidimos lanzarnos haciendo todo un trabajo de investigación, conversando con compositores, preguntando nombres, pidiendo recomendaciones para llegar a los seis nombres finales».

Creaciones bajo Contagio consistió en la comisión de obras para ensamble a cinco compositores chilenos, las cuales fueron estrenadas y grabadas (ver nota de agosto de 2020 aquí). El disco Creaciones bajo Contagio fue estrenado por José Oplustil en su programa Siglo XXI de Radio Beethoven, en marzo de 2021 (vuelva a escucharlo aquí).

En el fondo, las comisiones tienen que ver con la misión de la Fundación Guitarra Viva porque no se puede solamente fomentar las carreras de los jóvenes guitarristas ya que la escena misma no se fortalecerá si no se fortalece también el repertorio… ¿Por qué es importante es hacer encargos para ustedes, como fundación?

«Principalmente porque uno de nuestros focos principales es hacer la guitarra sustentable. Y hacerla sustentable implica trabajar en forma multidimensional; implica trabajar en ayudar en la formación de guitarristas a través de seminarios y clases magistrales, ayudarles en la participación en concursos o en sus estudios de posgrado. Esas son cosas que, por decirlo de alguna manera, caen de cajón. Pero, al mismo tiempo, es súper importante para nosotros apoyar proyectos de formación de audiencias realizando conciertos educacionales y realizando conciertos en  lugares donde normalmente no se realizan, en sectores específicos de regiones y en sectores de la capital que no tienen temporadas de guitarra. De la misma manera, el crecimiento del repertorio es muy importante para conectar con las nuevas audiencias y para que el repertorio siga vivo, para que los compositores que están actualmente haciendo música tan interesante vean que la guitarra también es un instrumento muy colorístico y con muchas posibilidades virtuosísticas, líricas, de experimentación, y de esa manera poder agrandar el repertorio y seguir conectando con gente alineados con la formación de audiencias que no conocen el instrumento. Eso es vital para poder seguir haciendo sustentable al instrumento».

Es interesante porque en Chile se ha dado un círculo muy virtuoso entre la guitarra y la composición, con abundantes ejemplos icónicos, en una relación que es nutritiva, fecunda, y que es ampliamente reconocida también fuera del país. ¿Cuál fue el criterio para elegir a los compositores? Partamos por los que residen en Chile, y después hablemos de Roberto Sierra, que es tan conocido, a nivel internacional además.

«Fueron varios los criterios de búsqueda, pero en primer lugar era importante que los compositores conocieran la guitarra. En el caso de Felipe Pinto, él tiene un trabajo con la guitarra, sobre todo desde el punto de vista del microtonalismo, que es bastante grande, ha trabajado con Patricio Araya y ha trabajado la guitarra hace mucho tiempo, entonces para nosotros era un compositor que podía ser muy interesante. Él también había desarrollado un taller de composición con nosotros, y cuando hablamos con él también le planteamos la necesidad de que las obras estuvieran pensadas sobre todo con un criterio de variadas audiciones, es decir, que los guitarristas pudieran utilizarlas en conciertos, que tuvieran ciertos grados de pragmatismo. Por ejemplo, en una cosa muy práctica, que son los cambios de afinación. Si en un concierto uno tiene muchos cambios de afinación, es muy difícil llevarlo a cabo como intérprete. Así que necesitábamos que tuviera criterios de virtuosismo y que se utilizara la capacidad técnica del intérprete, y él aceptó gustoso».

Felipe Pinto d’Aguiar (Santiago, 1982) es decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral.

Nicolás Emilfork se refiere también a otro de los compositores elegidos: José Tomás Arellano (Coyhaique, 1985). «Él también es guitarrista y ha compuesto en el pasado para el instrumento. Él tiene su doctorado en Estados Unidos y una de las razones por las cuales nos acercamos fue porque su obra explora muchos colores desde el punto de vista de la música de cámara y orquestal, entonces eso podía utilizarlo en la guitarra también», señala.

José Miguel Arellano (Coyhaique, 1985). Es docente en la Universidad Adolfo Ibáñez y sus partituras son publicadas por la editorial francesa BabelScores.

La Fundación Guitarra Viva comisionó igualmente nuevas obras a dos compositoras chilenas. «Para nosotros también era muy importante tener compositoras mujeres, por todo lo que significa desde el punto de vista musical y también para crear referentes. Nos importa crear referentes en futuras generaciones, personalmente yo tuve referentes en generaciones anteriores y creemos que las compositoras van a convertirse en referentes para las generaciones futuras», profundiza Nicolás Emilfork.

«En el caso de Eleonora Coloma, ella había hecho una obra muy interesante para Luis Orlandini, bajo el amparo de la Academia Chilena de Bellas Artes, y era un nombre que también estaba posicionado», señala.

El guitarrista se refiere a Granizos, cuyo estreno, de junio de 2021, se puede ver en el canal de YouTube de la Academia Chilena de Bellas Artes, aquí.

Eleonora Coloma (1971). Es académica del Departamento de Danza de la Facultad de Arte de la Universidad de Chile.

¿Qué nos puede decir de Macarena Rosmanich, la otra compositora elegida, que vive hace una década en Colonia y que le han estrenado obras ensambles como el MusikFabrik, Recherche y el Broken Frames Syndicate?

«Yo tenía antecedentes de que ella conocía muy bien la guitarra, porque había hablado con los guitarristas Camilo Sauvalle y Martín Sanhueza, y habíamos visto mucha presencia de ella en el extranjero, le habían hecho artículos, entrevistas, sabemos que muchos ensambles están tocando sus obras y eso nos daba una diversidad de lenguajes dentro de las obras que estamos comisionando. Una de las cosas que nos interesan es proponer muchos lenguajes y estéticas para que los distintos guitarristas puedan mostrar las posibilidades del instrumento. Y Macarena era muy única en ese sentido; había hecho recientemente una obra para arpa y contrabajo, entonces manejaba muy bien las cuerdas y nos pareció muy interesante también esa opción».

Macarena Rosmanich (1981). Reside en Colonia, Alemania, desde 2011. Le han estrenado obras ensambles como el MusikFabrik, Recherche y el Broken Frames Syndicate.

También le comisionaron una obra a Edgar Girtain, pianista y compositor estadounidense que estrenó la cantata Otro Viento Cantará hace algunas semanas en Teatro del Lago. ¿Qué nos puede decir de él?

«Él está desarrollando una actividad educativa y compositiva en Chile hace largo tiempo y asistimos al estreno de la cantata Otro viento cantará en el Teatro del Lago. El manejo melódico que realizaba con el coro y los instrumentos era realmente fantástico, y nos cautivó. Entramos en conversaciones con él, nos mostró otro repertorio que había hecho, y planteaba también otra arista. Porque el lenguaje de Edgar es distinto de los lenguajes de Felipe Pinto, de Macarena, de Eleonora y de Arrellano. En el caso de la cantata, por ejemplo, Edgar trabaja desde una perspectiva de una nueva tonalidad y eso cerraba el círculo. Además que trabajó muy bien el instrumento; en esa cantata la guitarra tiene un rol fundamental, tiene una serie de cadenzas para el solista y desde el punto de vista idiomático está trabajado de una manera fantástica, de manera que conocía muy bien la guitarra, y ése es un elemento importante para que las nuevas obras sean parte integral del repertorio, para que se puedan seguir tocando».

El solista en guitarra de la cantata Otro viento cantará fue Mauro Millán, quien es además es profesor del taller que financia la Fundación Guitarra Viva en la Escuela de las Artes del Teatro del Lago. «Para nosotros era súper importante empezar a posicionar lo que significan los ensambles de guitarra como una forma de llegar al instrumento solista, pero partiendo desde la práctica colectiva. Ya teníamos un ensamble funcionando en Santiago y hace dos años la guitarra volvió a la Escuela de las Artes a través de un taller colectivo que se da los día sábados, y que funciona como ensamble», explica Nicolás Emilfork.

Edgar Girtain (1988). Es director de la Casa de las Artes Sede Puerto Montt de la Universidad Austral.

A estos cinco compositores, la Fundación Guitarra Viva les comisionó una obra de 10 minutos de duración para guitarra sola. Algunos de ellos ya están trabajando en la partitura.

Aparte de eso está la obra que comisionaron a Roberto Sierra, que es un compositor de fama mundial, y que estudió con György Ligeti. ¿Por qué decidieron hacerle una comisión a él y por qué le encargaron una sonata?

«Nos preguntamos por qué no mirar también internacionalmente, y contactamos a Roberto Sierra. A él lo conocí personalmente durante mis estudios de doctorado, me tocó trabajar mi tesis doctoral sobre su Primera Sonata para guitarra. Él tiene bastantes obras para guitarra, conoce muy bien el instrumento, tiene conciertos para guitarra solista y orquesta, ha trabajado con intérpretes como Manuel Barrueco y David Tanenbaum… Pero es un cuerpo de obras que se ha dado en el tiempo, a través de ciertos encargos, no es que todos los años componga para el instrumento. Cuando nos acercamos a él, fue bien sincero y nos dijo ‘sabes que estoy muy interesado en escribir una Segunda Sonata para guitarra porque la primera fue muy exitosa a nivel de difusión’. Conversamos con el directorio y con el comité artístico de la fundación, y nos pareció una excelente idea. Es una obra de mayor duración y de mayor ambición; tiene muchas posibilidades de ser integrada al repertorio, tal como lo ha sido su Sonata n°1, y a nosotros también nos ayuda a seguir en el camino de la internacionalización de la fundación, que también es un pilar importante para nosotros».

Roberto Sierra (1953), compositor puertorriqueño.

¿Me puede explicar qué es lo que sucede con la forma sonata cuando se escriba para la guitarra?

«El repertorio del instrumento ha venido creciendo mucho; en la segunda mitad del siglo XX muchos compositores empezaron a escribir obras de gran extensión para el instrumento y la sonata es una obra de tres a cuatro movimientos. Lo tradicional es un primer movimiento rápido, un segundo movimiento de carácter más lírico, más lento, y un tercer movimiento de mayor ímpetu y vigor que en general muestra las grandes capacidades técnicas del instrumento. Y eso hizo que la guitarra comenzara a tocar un repertorio de mucho mayor peso, emparentándose el repertorio con lo que hacen instrumentos como el piano. Y entonces muchos compositores no guitarristas han empezado a desarrollar el repertorio del instrumento desde esa perspectiva, con obras de larga duración. en el fondo, obras de mayor ambición que dotaban al instrumento de muchas capacidades. Carlos Guastavino, por ejemplo, tiene tres sonatas para guitarra de larga duración, también Guido Santórsola. Son obras de palabras mayores, de mayor extensión y mayores posibilidades técnicas también».

Renato Serrano ofreció un concierto el 29 de julio pasado en el Teatro Aula Magna Usach, en el segundo ciclo de Guitarra Clásica de la Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada y los dos días siguientes dio clases magistrales en el auditorio de la fundación. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

Las comisiones, resume Nicolás Emilfork, son importantes porque les permiten, como Fundación Guitarra Viva, seguir desarrollándose en una forma multidimensional. «Nosotros trabajamos en la creación de audiencias, desarrollo de conciertos, la organización de seminarios, pero la creación nueva era algo que todavía no habíamos abordado y estábamos esperando el momento para poder hacerlo bien y de manera profundamente significativa. Ahora se dio la posibilidad y estas obras van a poder quedar en el repertorio, van a ser grabadas y estrenadas. De esa manera vamos a ir poder creciendo de la mano junto a los compositores que ven en la guitarra un instrumento de gran desarrollo colorístico y de gran capacidad técnica, para poder seguir enriqueciendo la literatura contemporánea», puntualiza.

Actividad educativa de la Semana Internacional de la Guitarra que la Fundación Guitarra Viva organizó en alianza con Teatro del Lago y se realizó en septiembre pasado en el espacio frutillarino. Foto: Fundación Guitarra Viva.

Estas obras, ¿se las encargaron «en blanco» a los compositores? Quiero decir, ¿sin destinatario?

«Sí. Las estrenarán guitarristas que están vinculados de una manera u otra a la fundación. Pueden ser becarios de posgrado o gente que ha grabado discos a través de las becas de grabación, personas que tengan un cierto vínculo con el lenguaje de cada compositor. La idea es que se estrenen durante el año 2023».

O sea, ¿serán distintos intérpretes y se van a ir estrenando a lo largo del año?

«Correcto, ésa es la idea, que se estrenen durante el año 2023, en la medida que vayan siendo terminadas. También serán grabadas, para que puedan estar presentes en un disco compilatorio».

Esteban Espinoza en el Museo de Artes Visuales Mavi UC, el 31 de julio pasado. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

¿Qué nos puede decir de los espacios donde se estrenarán? Recuerdo que como fundación han organizado varias temporadas en la Usach, y que ahora también tuvieron un ciclo en Mavi UC. A propósito, ¿cómo se ve el futuro de la temporada de la fundación?

«Estamos todavía a la espera de algunos resultados de proyectos, pero lo más probable es que mantengamos los vínculos con las actuales instituciones que tuvimos este año, vale decir, vamos a seguir con la Universidad de Santiago, y con el Mavi, que fue un ciclo bastante exitoso. Vamos a seguir con conciertos en Temuco, Concepción, La Serena. Una vez que tengamos claridad de todo ello, vamos a programar las obras. Además, el 29 de noviembre realizaremos nuestro primer concierto internacional en colaboración con el Simuc; Benjamín Zúñiga, que es un guitarrista becado de posgrado, va a hacer un concierto con una mitad del programa de repertorio chileno, entonces a través de ese convenio podemos también darle salida internacional a algunas de las obras que estamos comisionando, de manera que obras que han sido escritas por compositores chilenos puedan tener salida en Europa».

Ese concierto de Benjamín Zúñiga, ¿será el primero que harán afuera de Chile, como fundación?

«Sí. es un convenio que salió de conversaciones con el Simuc. En un momento Simuc estaba buscando colaboradores, nos juntamos a conversar y vimos de qué manera podíamos cada uno aportar. Ellos tienen la logística los contactos y la capacidad organizativa, y nosotros tenemos la posibilidad de llevar guitarristas hacia Europa, como producto de nuestras becas o llevarlos desde Europa hacia el lugar donde se realice el concierto. Entonces es una colaboración muy virtuosa en ese aspecto».

Nicolás Emilfork y el Cuarteto Austral, en su concierto del 14 de octubre pasado en el Centro Cultural Lo Prado. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

El guitarrista Nicolás Emilfork es doctor en Artes Musicales y máster en Música por la Universidad de Texas en Austin, y es profesor del magíster en Interpretación Musical de la Universidad de Chile y docente en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.

En marzo de 2019, asumió como director artístico de la Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada Bouey.

En estos tres años y medio han entregado cuatro becas de posgrado, cinco becas de grabación de CD -vía una alianza con Santuario Sónico- y diez becas de préstamos de instrumento, además de seis becas de participación en concursos.

Vicente Barba en el Museo de Artes Visuales Mavi UC, el 28 de agosto pasado. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

Entre los becados se cuentan Benjamín Zúñiga, Sebastián Molin, Luis Guevara, Nicolás Acevedo, Cristián Medina, Lorena Souper, Manuel Macías, Arturo Valdés, Inti Rodríguez, Vicente Barba, Pablo Melo, Alexander Muñoz, Mathias Rojas, Emiliano González, Rodrigo Díaz, Cristian Gutiérrez y Víctor Castillo.

Desde 2019 a la fecha, han organizado 42 clases magistrales, cinco seminarios internacionales y uno nacional, además de un simposio en línea. Asimismo, han conquistado fondos concursables del Ministerio de las Culturas: uno del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC) y dos Fondos de la Música.

La guitarrista checa Petra Poláčková dio un recital en la temporada online de la Fundación Guitarra Viva en 2021. Y este año, en septiembre, dio conciertos en la Semana Internacional de la Guitarra que se realizó en Teatro del Lago y también dio clases magistrales. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

La Fundación Guitarra Viva ha organizado y concretado un total de 16 conciertos en 2019, y once recitales en línea en 2020, así como siete conciertos presenciales y doce en línea durante 2021. En lo que va del año 2022 ya suman otros 28 nuevos conciertos presenciales.

Han llevado a cabo temporadas y ciclos de conciertos a través de convenios con el Departamento de Extensión de la Usach, la Corporación Cultural Universidad de Concepción, la Universidad Católica de Temuco, el Liceo Bicentenario de Quilicura, la Biblioteca de Santiago, el Centro Cultural de Lo Prado, el Teatro del Lago y el Museo de Artes Visuales Mavi UC, entre muchas otras instituciones.

La guitarrista italiana Daniela Rossi en el Museo de Artes Visuales Mavi UC, el 30 de octubre pasado. Ya en 2020 había ofrecido clases en forma remota. Foto: Fundación Guitarra Viva Ernesto Quezada.

¿Cuál es el balance que hace de estos tres años y medio como director artístico de la Fundación Guitarra Viva, respecto de las metas que se propusieron? ¿Cuáles logros destacaría?

«Creo que destacaría los convenios que hemos podido generar con otras organizaciones. La colaboración que tenemos con el Teatro del Lago es para nosotros muy significativo e importante, pues también nos permite internacionalizar la guitarra, ya que da la posibilidad de traer maestros de afuera que fortalezcan la educación de los guitarristas jóvenes. Al mismo tiempo, las colaboraciones con instituciones como la Usach, el Mavi, la Fundación Papageno. Diría que ha sido positiva esta capacidad colaborativa que nos ha ayudado a poder concretar nuestros proyectos, y que se basa en el entendimiento de que no podemos hacerlo todo solos y comprender también que hay ciertas instituciones que conocen el territorio de mejor manera que nosotros, sobre todo afuera de Santiago, pues eso nos ha permitido llegar a distintos públicos. Ésa es una de las cosas que más rescatamos. Y en otro sentido, la posibilidad de seguir dando becas a distintos guitarristas, tanto de posgrado como de grabación, así como poder seguir facilitando instrumentos. Hemos podido crecer de una manera casi exponencial, superando incluso las expectativas que nosotros teníamos, así que continuamente nosotros nos vamos poniendo distintos objetivos. El convenio con el Simuc, por ejemplo, es también concretar una capacidad de internacionalización de la fundación, que va de la mano con el encargo a Roberto Sierra, de manera que la fundación se va convirtiendo también en la salida hacia el exterior de muchos guitarristas jóvenes».

Por Romina de la Sotta Donoso | 17-11-2022.

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