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Música

Luis Toro Araya es nombrado Dudamel Fellow

julio 15, 2022

"Poder trabajar directamente con Gustavo Dudamel, y con la Filarmónica de Los Angeles, que está muy a la vanguardia en lo que es la música contemporánea, es de verdad genial", dice este director chileno que, además, es el nuevo asistente de la Orquesta Nacional de España.

Luis Toro Araya es nombrado Dudamel Fellow

Hace un mes, Luis Toro Araya (1995) tuvo una destacada participación en el Concurso Internacional de Dirección de Rotterdam (ICCR, por sus siglas en inglés). El director chileno obtuvo dos distinciones: el premio en la categoría de ópera y el premio del público (revise aquí la final).

Ahora, este músico de 26 años de edad suma un nuevo reconocimiento, que tiene proyecciones prácticamente infinitas en su carrera: el 11 de julio la Orquesta Filarmónica de Los Angeles anunció que Luis Toro Araya es uno de los cuatro conductores elegidos para el programa Dudamel Fellows.

Luis Toro Araya ensayando con la Orquesta del Siglo 18 en el Concurso de Rotterdam.

Este programa de becas implica que el director chileno trabajará directamente con Gustavo Dudamel y con la orquesta estadounidense. Sólo hay un músico chileno que ha sido previamente seleccionado para esta posición: Paolo Bortolameolli (1982), quien participó en este programa en el año 2017 y dos años después fue nombrado director asociado de la LA Phil.

Radio Beethoven conversó con Luis Toro Araya al respecto, y también sobre sus primeras actividades como director asociado de la Orquesta Nacional de España, cargo que acaba de asumir, así como los entretelones del Concurso de Rotterdam.

¿Qué representa para usted haber sido elegido como Dudamel Fellow?

«Un honor, sin duda. Por un lado, porque Gustavo es, de verdad, uno de los directores que yo más admiro y, desde que era niño, siempre fue una inspiración muy grande. Por otro lado, por la orquesta también. La Filarmónica de Los Angeles está muy a la vanguardia en Estados Unidos, es una orquesta de muy buen nivel que hace mucha música contemporánea y que hace música de tradición también. Entonces, por los dos lados es simplemente una alegría».

¿Cómo fue que sucedió? ¿Hubo postulaciones, entrevistas, audiciones?

«Me llamaron. Tengo entendido que ellos siempre están buscando directores jóvenes, todos los años, para cada temporada, y me llamaron después de mi concierto en Salzburgo el año pasado. Me dijeron que estaban interesados, que si les podía mandar más material. Desde ahí estuvimos en contacto y después me llamaron y me dijeron que Gustavo había visto el material y que le gustaría que fuera para allá».

¿Que fuera a Estados Unidos para una entrevista con él?

«No, la verdad es que no. Yo a él no lo he visto todavía, me imagino que nos vamos a conocer ya cuando vaya para allá. Sí he conversado con otras personas de la organización».

O sea, ¿esa llamada era directamente para que se fuera a trabajar en el programa?

«Claro. En ese momento fue ‘te seleccionamos para el fellowship‘».

Luis Toro Araya y la Camerata Salzburgo. Foto: Marco Borreli.

¿En qué consiste exactamente ser un Dudamel Fellow?

«Es básicamente un trabajo de asistente; nosotros nos dividimos las semanas. La idea obviamente es que cada uno de los fellow pueda trabajar directamente con Gustavo Dudamel algunas de las semanas en las que él dirige, y también nos dan la posibilidad de asistir a algunos de los directores invitados. Eso, además de tener conciertos que hacemos nosotros, que son los conciertos para la juventud en el Disney Concert Hall y que son la oportunidad para trabajar con la orquesta misma. Así que cubre varios flancos diferentes».

«Poder trabajar directamente con Gustavo Dudamel, y con la Filarmónica de Los Angeles, que está muy a la vanguardia en lo que es la música contemporánea, es de verdad genial»

Luis Toro Araya

¿Cuánto tiempo dura esta suerte de pasantía?

«Ellos tienen cada temporada personas distintas y nosotros nos dividimos las semanas. En mi caso, por coincidencia, las siete u ocho semanas van a ser todas al hilo, todas de una corrida. Voy a estar allá en febrero y marzo del próximo año».

Es una oportunidad bien relevante, tanto por la experiencia con Gustavo Dudamel como por la propia Filarmónica de Los Angeles, que aborda no sólo obras de repertorio, sino también nuevas composiciones, estrenos y comisiones…

«Exactamente, como dices tú, el programa cubre varias áreas distintas. Una es trabajar con Gustavo directamente, asistirlo cuando él esté dirigiendo, y te da también la posibilidad de asistir a otros directores. La talla de los directores invitados que tiene la Filarmónica de Los Angeles es de nivel internacional; en mi caso yo voy a poder trabajar con Zubin Mehta en dos programas que va a hacer él. Por otro lado, como dices, la Filarmónica de Los Angeles es una orquesta líder en América porque por una parte tienen el nivel para interpretar todo el repertorio tradicional, digamos sinfónico grande, pero por otro lado están muy a la vanguardia en lo que es la música contemporánea, en lo que es trabajar con compositores vivos, hacen también muchas comisiones, muchas obras, encargan mucho trabajo. Entonces de verdad es genial».

Hubo otro director chileno que fue Dudamel Fellow, hace cinco años, Paolo Bortolameolli.

«Exactamente».

¿Tiene algún significado para usted que otro director que es una década mayor que usted haya sido antes Dudamel Fellow? ¿En el sentido de seguir esa huella?

«Yo creo que es muy bueno, y es muy bonito, porque nos muestra también que no estamos tan lejos de lograr cosas, al menos en la música que llamamos clásica. Si bien hace 50 años uno habría dicho que son cosas más de Europa, más de Estados Unidos, yo creo que se ha demostrado en los últimos años, con lo que hizo Paolo y yo me siento un poco parte también de esa apertura de este mundo a los países que ‘tienen menos historia’ o que son un poco más pequeños. Creo que derriba, en el fondo, las murallas o las trabas que la gente pudiera pensar que hay».

Me siento contento de haber traído Canción de cuna para Fuegia Basket de Tomás Brantmayer al Festival de Salzburgo fue importante, fue poder decir que hay música chilena actual, y que es muy buena»

Luis Toro Araya

Luis Toro Araya está radicado hace cinco años en Europa, y es discípulo de Helmuth Reichel. Su instrumento de origen es el violín, e integró la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile antes de decidirse por la dirección.

El año pasado fue seleccionado como finalista de dos de los concursos más relevantes del planeta. En el Herbert von Karajan Young Conductors Award, que se celebró en junio de 2021, dirigió a la Camerata Salzburgo en el Festival de Salzburgo. También fue uno de los seis finalistas del Concurso Internacional de Dirección de Rotterdam. De los entretelones de ese certamen y de la real intensidad de ese trabajo, Toro Araya nos hablará con una refrescante honestidad.

Además, en marzo pasado se anunció que Luis Toro Araya es el nuevo director asistente de la Orquesta Nacional de España (ver anuncio aquí). Hubo 108 postulantes al puesto. De este manera, trabajará cercanamente con el director titular de la agrupación, el alemán de origen persa David Afkham (1983), una de las batutas jóvenes del momento.

¿Ya le ha tocado trabajar con la Orquesta Nacional de España? ¿Cómo ha sido el contacto?

«Tuve mi primer proyecto con la Nacional de España hace un par de semanas. Fueron dos semanas en un programa que estaba haciendo yo para cerrar la temporada, con el Réquiem Alemán de Brahms. Fue fantástico conocer a la orquesta, y ya tengo mucho más contacto con David Afkham, que es el titular, y la verdad es que nos llevamos muy bien. Creo que nos entendemos muy bien, él es muy cercano, muy simpático y muy serio en su trabajo. Creo que hay varias cosas que las vemos parecidas, así que eso hace que el trabajo con él sea muy fácil. Además, él me ha integrado mucho en todo lo que es el equipo de la orquesta, los músicos y el equipo técnico. Entonces es algo bien familiar, se siente bastante agradable trabajar ahí. La primera semana fue en el Auditorio Nacional en Madrid y en la segunda semana hubo un pequeño tour y se hizo un concierto en Granada, en el palacio de Carlos V, que es al aire libre, y hay algo mágico al tocar en ese lugar. Así que fue una tremenda experiencia. Tengo muchas ganas de volver en septiembre, que es el primer programa que tienen en la temporada, con el Requiem de Ligeti y la Sinfonía Alpina de Richard Strauss».

Los auditores de Radio Beethoven lo conocieron bastante en el programa La música que cambió mi vida, de Gonzalo Saavedra, en mayo (escuchar aquí). Fue bastante interesante su selección musical. ¿Ha tenido algún tipo de retroalimentación, comentarios al respecto?

«Sí. El programa con Gonzalo fue un agrado para mí porque, y se lo dije a Gonzalo también cuando me contactó, a mí me gusta mucho el programa, lo sigo desde que partió, me parece genial lo que hacen. Y tuve a suerte de estar en este programa que ahora es más extendido, que dura una hora, entonces es más tiempo para conversar también, se pueden escuchar las obras completas. Hubo gente que me dijo que les había parecido interesante y bonito que yo hubiera seleccionado la obra de Tomás Brantmayer, Canción de cuna para Fuegia Basket, y eso es algo que me siento contento de haber hecho, porque haber traído esa obra al Festival de Salzburgo fue importante. Para mí, era bonito decir que hay música chilena actual, y que es muy buena. Por otro lado, creo que lo que causó un poco de sorpresa fue que eligiera el Danubio Azul de Johann Strauss que, como se lo decía a Gonzalo en esa oportunidad, a veces se ve como música más de entretenimiento, quizás no tan seria, pero a mí me trae muy buenos recuerdos. Yo creo que es música hecha con muy buen gusto y que me trae esos recuerdos de infancia, porque es de las primeras cosas que escuché».

Hablemos de Rotterdam. Usted obtuvo el premio en ópera y también el premio del público, que encuentro que es súper importante. ¿Cómo fue la experiencia?

«Para serte honesto, Rotterdam fue muy estresante durante el concurso. Fue muy duro, porque fueron doce días seguidos, uno tras otro, de repertorios distintos, de orquestas distintas, de ritmos de ensayos distintos. Un día tuvimos que ensayar repertorio contemporáneo en la mañana en Rotterdam, después por la tarde viajar a Amsterdam para hacer un repertorio con la Orquesta del Siglo XVIII, y la mañana siguiente, de nuevo en Rotterdam con repertorio contemporáneo. Uno se cansa mucho, la verdad, con ese ritmo. Pero yo creo que funcionó bien, yo me sentí muy bien con las orquestas, sobre todo más hacia el final con la Filarmónica de Rotterdam, que fue la ronda de ópera y la ronda sinfónica, donde hice la Cuarta de Mahler. Para mí, la ópera significa mucho porque me gusta mucho, es un amor que vino tarde en mi vida, pero que me fascina y me lo tomo muy en serio; estoy tratando de hacer más ópera. Yo creo que lo mejor fue que el trabajo con los cantantes se dio muy bien, que ellos se sintieron acompañados, que se sintieron bien acompañados, porque yo creo que de eso se trata, se trata de la voz y de cómo poner todo a disposición de las voces. Y obviamente el premio del público es siempre importante y siempre es un bonito respaldo, el hecho de que la audiencia disfrute y le dé una buena impresión el trabajo que uno hace, porque al final es para ellos. El producto final de este trabajo es siempre para el público».

Luis Toro Araya en la ronda final de ópera, en Rotterdam.

Vi la transmisión y algo bien interesante fue que el conductor de la transmisión le preguntó por algo que le había llamado la atención: la forma en que usted se echaba hacia atrás para poder mirar a la cara a los cantantes en la ronda de ópera (ver aquí el registro).

«Sí. Creo que eso cada uno lo soluciona de formas distintas. Yo necesito ese contacto con los cantantes porque al no tenerlos en el escenario, hay una comunicación que se pierde un poco cuando uno hace este formato concertante, cuando los cantantes están de espalda al director. Creo que uno necesita mirarlos, yo necesito esa información de cómo se sienten, de la expresión, del carácter, de la atmósfera, porque me parece que ahí es donde uno puede preparar mejor a la orquesta para lo que ellos necesiten. Yo necesito ese contacto visual, necesito mirarlos, necesito ver cómo respiran, cómo están gesticulando, porque todo eso son señales de cómo se están sintiendo ellos en el momento. Entonces para mí es bastante importante tener esa comunicación también».

En el futuro inmediato, ¿cómo está su agenda? ¿Qué proyectos tiene?

«Por ahora tengo mi concierto con la Orquesta Nacional de España en diciembre este año. Va a haber, si todo resulta bien, un concierto también con la Orquesta del Principado de Asturias en noviembre. Las asistencias ya son varias en España, ahora que empieza la temporada y hay por ahí otros proyectos que estamos viendo todavía, esperando que resulten».

Usted vino en mayo a dirigir a la Orquesta de Cámara de Chile. ¿Tiene más compromisos en nuestro país en el futuro?

«Eso se está viendo todavía, sobre todo para el otro año. Ya hay varios que están ahí, en tramitación».

Por Romina de la Sotta Donoso | 15-07-2022.

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