El próximo programa de la 61a Temporada de Cámara UC se titula exactamente igual que el libro que inspiró la única película en la cual coincidieron tres grandes estrellas: Ingrid Bergman, Yves Montand y
Anthony Perkins: Aimez-vous Brahms?

«Invito al público a este concierto en homenaje a uno de los más grandes compositores románticos, que es Johannes Brahms. Lo bonito, creo yo, es que van a poder ver dos aspectos que nos hablan de todo lo que es el lenguaje universal de Brahms», indica el pianista Luis Alberto Latorre, quien diseñó este programa.

El Premio Presidente de la República 2016 convocó a dos colegas: Oriana Silva, concertino de la Orquesta Usach y profesora, tal como él, del Instituto de Música UC, y el cornista Ricardo Aguilera, compañero suyo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile.

Juntos interpretarán el Trío para piano, violín y corno, Op.40 de Johannes Brahms. Antes, en la primera parte del programa, Luis Alberto Latorre abordará 4 Baladas para piano solo, Op.10 del compositor alemán. Así, la propuesta es admirar dos facetas de la producción del este autor romántico.

Serán dos conciertos; a las 19:30 horas del martes 17 de junio, en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente  (Jaime Guzmán 3.300, inscripción gratuita) y a las 19 horas del miércoles 18 de junio, en el Teatro Joan Jara de la Fundación Cultural Lo Prado  (Paseo de las Artes 880, inscripción gratuita), en lo que será la primera entrega del Instituto de Música UC, de este año, en esta comuna, consolidando así una virtuosa alianza.

¿Qué lo motivó a diseñar este programa centrado exclusivamente en Johannes Brahms?

«Hace tiempo que quería dedicarme, aunque fuera a través de algunas obra, a Johannes Brahms, quien es un compositor muy querido por mí. He tocado sus Conciertos para piano y orquesta, y algunas obras para piano solo. Primero estuve pensando hacer un recital de piano solo, pues hace tiempo tenía ganas de escarbar las 4 Baladas que él escribió, y había pensado tocar además la Sonata Op.5, que yo toqué cuando me titulé en la Facultad de Artes de la Universidad e Chile. Pero luego pensé que Brahms es un compositor muy de cámara, pues su sonido es camerístico aunque sean obras solísticas. Y, como tengo amigos en la Universidad Católica y en la Orquesta Sinfónica, se me ocurrió hacer una obra de cámara bonita e importante de Johannes Brahms. Por otro lado, tengo un querido compañero en la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile con el que siempre estamos cerca, que es Ricardo Aguilera, y encontré interesante que tocáramos el Trío para corno, violín y piano opus 40 de Johannes Brahms Op.40. Me quedé con las Baladas, y decidí hacer un recital de piano en la primera parte y después una obra de cámara, tratando de aportar un poquito con un formato distinto, pues creo que un actualmente un concierto puede tener distintos aspectos estructurales, no solamente ser un recital de piano solo, o que todo sea con un grupo de cámara o con una orquesta, sino que puede estar mezclado. Me atreví con esa idea y hablé con Oriana Silva, que es una excelente violinista y profesora de la Universidad Católica, lo presentamos, y quedó seleccionado».

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De las 4 Baladas, ¿qué nos puede decir? Considerando que son una obra temprana, ¿qué hay del Brahms futuro en esta obra?

«Es complicado hablar de ‘Brahms futuro’ porque en Brahms pasa una cosa bien increíble, que sucede en muchos compositores, y es que las obras tempranas son obras de tremenda madurez, de tremendos trabajo e invención y, sobre todo, muy profundas, que uno llega a preguntarse cómo es posible que a esa edad alguien haya escrito con esa profundidad y con esa madurez compositiva y musical. Son tempranas, por supuesto, porque fueron escritas en una primera época, él tendría unos 22 años, pero los 22 años en un compositor como Johannes Brahms no son lo mismo que uno puede pensar de un joven de 22 años, pues ya tiene una experiencia tremenda y una enorme vinculación cultural con el medio, con la Europa de esa época. Las Baladas Op.10 están muy relacionadas con canciones algo folclóricas, canciones nórdicas, poesía y narrativa que tiene que ver con el canto escocés, con un espíritu bardo, un espíritu de los poetas y de los cantautores antiguos de Europa. Entonces hay toda una relación casi literaria con estas poesías y con estas canciones, desde allí construye estas 4 Baladas. La cuarta es realmente maravillosa. Y uno se sorprende de que un joven de veintitantos años tenga tanto dominio de la escritura, de la literatura pianística, e incluso de la madurez. Son obras tan maravillosas que uno se pregunta qué podría venir después de las Baladas, sin embargo vino mucha música (ríe)».

El Trío Op.40 me decía que no se toca tanto, ¿cómo se relacionan estos tres instrumentos?

«Es con corno, entonces no sé si sea tan fácil armarlo. Ahí Brahms ya tiene más años, tiene unos 32 años y es una obra increíble también. Incluso está pensada para corno manual que, a diferencia del corno a pistón que se maneja con la mano y con el labio, tiene un sonido más oscuro, un sonido no tan brillante como el de pistones, sobre todo en esa época en que estaba comenzando a desarrollarse el corno. En ese momento Brahms pensó en el corno manual, quizás porque es un Trío dedicado a la muerte de su madre. El tercer movimiento es una verdadera elegía, un canto fúnebre, pensado de hecho para el funeral de su madre. Por otro lado, se sabe que Brahms también tocaba corno, tocaba chelo, tocaba piano y cantaba, entonces también tiene una relación instrumental querida. Y quizás eso también explica la idea de incorporar un corno en una agrupación de cámara bastante inusual para la época».

Destaca el profesor Latorre que en el primer movimiento es muy reflexivo y que en el tercero Brahms indica Adagio Mesto, es decir, «triste». También, que el Scherzo y el Allegro Finale son movimientos ágiles y que en ellos se evoca el corno de caza, «muy ágil y muy liviano».

Premio Domingo Santa Cruz de la Academia Chilena de Bellas Artes 2014, el profesor Luis Alberto Latorre es ampliamente reconocido como uno de los más notables pianistas de nuestro país. Su versatilidad evidencia, por cierto, un verdadero amor por la música.

Por un lado, integra el Ensamble Contemporáneo UC, agrupación fundamental en la difusión de la nueva música chilena y el repertorio de arte de los siglos XX y XXI. Él mismo ha estrenado en Chile obras como el Concierto de Witold Lutoslawski, el de Arnold Schoenberg, la Sonata Concord de Charles Ives -en la Temporada de Cámara UC 2017, y Veinte Miradas del Niño Jesús de Messiaen.

A las obras orquestales de repertorio, que aborda desde su rol como solista en piano de la Sinfónica Nacional de Chile semana tras semana, se suma una intensa actividad camerística, por ejemplo, como Dúo Tala, que integra con Tamara Buttinghausen, pero también a través de su constante participación en la programación artística del Instituto de Música UC.

El año pasado, por ejemplo, fue el encargado de abrir la edición sexagésimo aniversario de la Temporada de Cámara UC, y lo hizo con «Música chilena de hace 100 años: Allende, Leng y Cotapos», y esos tres compositores que fueron miembros fundamentales del Grupo de los Diez. Un mes después, en junio, en el Concierto de Aniversario UC 2024, abordó junto a profesores y estudiantes de Música UC y con la dirección de Emmanuel Siffert, el Concierto Emperador de Ludwig van Beethoven.

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Al mes siguiente, en julio, el profesor Latorre abordó con colegas de Música UC, obras de Mel Bonis, Friedrich Kuhlau, Bohuslav Martinu y Gustavo Becerra Schmidt, y en octubre, como parte del Ensamble Contemporáneo abordó la versión de cámara que hizo Arnold Schoenberg en 1920 de Canciones del Caminante de Gustav Mahler y 6 Orchesterlieder de Schoenberg, para retornar al escenario luego en el 33er Festival de Música Contemporánea UC.

También fue parte del reestreno de La reina de los cielos de Verónica Prieto y Andrés Alcalde, además de participar en las funciones de El Carnaval de los Animales, de Camille Saint-Saëns, y una versión de cámara de El Moldava de Bedrich Smetana, todo en la 2a Temporada Música UC para niñas y niños, en los meses de enero, mayo y julio, respectivamente.

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Este año 2025, Luis Alberto Latorre volverá a exhibir esa ductilidad, pues después de estos conciertos dedicados a Johannes Brahms será parte de los homenajes que se rendirán, en sus centenarios, a Luciano Berio y Pierre Boulez.

«Son dos de los más importantes compositores del siglo XX», asegura el pianista. Destaca que Luciano Berio fue «muy importante en lo que se podría denominar como ‘descontextualización del texto'», y que Pierre Boulez fue «una especie de emperador de la música en Francia, gran director de orquesta también y un tremendo compositor, muy influyente en todo lo que va a ser la composición a partir de ese momento, no sólo en Francia y Europa, sino incluso en Latinoamérica y en América en general».

Ambos programas se presentarán en agosto, con dos conciertos, siempre el primero en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente. El 12 y 13 de agosto se conmemorará la obra de Luciano Berio y el 26 y 27 de agosto se rendirá homenaje a Pierre Boulez. Las segundas funciones serán, respectivamente, en el Teatro Joan Jara de la Fundación Cultural Lo Prado y en el Centro Cultural GAM.

«Con el Ensamble Contemporáneo, que dirige Aliocha Solovera, vamos a hacer un programa dedicado a Luciano Berio con las Folk Songs, y yo también voy a tocar, para piano solo, Six Encores. Y después, en el programa de Pierre Boulez, me incorporo al homenaje: tocaremos con Karina Fischer la Sonatina para flauta y piano, que es una obra muy difícil, y además tocaré las Douze Notations, son para piano solo», detalla Luis Alberto Latorre.

Esas cuatro obras son monumentos en sí mismas. Y no es que en Chile tengamos muchas oportunidades de escucharlas.

«No, la verdad es que no. Ése, para mí, es el principal aporte de la Temporada de la Universidad Católica, que no sólo nos da a nosotros, los músicos, la oportunidad de realizar estos proyectos, estos sueños, sino que además es un aporte cultural muy grande a la sociedad chilena porque son obras y son compositores que normalmente no se programan en las temporadas oficiales. En ese sentido, me parece muy bonito el aporte que hace la Temporada de Cámara UC».

Además de su trabajo como solista de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, usted es el director artístico y principal impulsor del Ciclo de Piano del Centro de Extensión Artística y Cultural, CEAC, de la Universidad de Chile. ¿Nos puede comentar el estado de salud de ese ciclo, cómo lo evalúa usted y cuánto compromiso existe para continuarlo?

«El Ciclo de Piano continúa muy bien. Estamos con la esperanza de que vaya creciendo, de que la gente lo conozca más, pero ya estamos haciendo el octavo ciclo, o sea, llevamos ocho años a pesar de que la pandemia nos detuvo en un momento. Es importante lo que se ha ido haciendo ahí. He contado con la buena voluntad de parte de los directores de turno del CEAC, para qué decir de Diego Matte, que con él comenzamos este ciclo, y ahora con Dominique Thomann, también. Se toma como un aspecto musical del CEAC muy fundamental de mantener, especialmente por su relación con el pianista chileno. Además de que el Ciclo de Piano del CEAC tiene una unidad temática, un pensamiento para mostrar, por ejemplo, este año estamos con las obras de Franz Schubert, a diferencia de otros ciclos, éste no se trata de la exposición de grandes y célebre pianistas internacionales que a veces nadie conoce, sino más bien proyectar y ayudar en el estudio y la formación de pianistas chilenos».

¿Tiene en carpeta algún otro proyecto o compromiso que quisiera mencionar?

«Tengo el Concierto n°3 de Sergei Prokofiev en septiembre, que lo íbamos a hacer con el maestro Rodolfo Saglimbeni. Fue una idea que surgió con él y no sé qué vamos a hacer ahí. Pero ése es un concierto muy relevante. Por otro lado, estoy invitado al Concurso Luis Advis en La Serena, que también es muy importante. Este años se va a hacer en formato de Concierto para piano y orquesta, como apoyo al compositor chileno y me parece crucial estar ahí. Será con la Sinfónica Universidad de La Serena y con un director extranjero invitado, en octubre, me parece. Agradezco mucho que me hayan llamado. Deben ser obras bien complejas también. Lo considero una actividad cultural trascedente. Después de eso, el Festival de Música Contemporánea de la Católica, y el de la Chile. Hay harto por venir».

Por Romina de la Sotta Donoso | 14-06-2025 | Publicado originalmente en musica.uc.cl.