Luciano Saavedra y el rescate de Guillermo Frick: «Nuestra principal motivación fue dar a conocer la faceta como músico de una persona que en algún momento fue un vecino importante de Valdivia»
Luciano Saavedra y el rescate de Guillermo Frick: "Nuestra principal motivación fue dar a conocer la faceta como músico de una persona que en algún momento fue un vecino importante de Valdivia"
noviembre 20, 2024
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
Ambos son estudiantes avanzados de piano en el Conservatorio Austral de Chile y ninguno alcanza los 30 años de edad. pero ya han desarrollado juntos un proyecto que tiene tanto valor artístico como de rescate patrimonial y que marca un interesante precedente en sus carreras interpretativas.
Con financiamiento de un Fondo de la Música, Luciano Saavedra (2000) y Alejandra Veloso (1997) grabaron la obra para piano del alemán Guillermo Frick (1813-1905), quien desde que se radicó en Valdivia, en 1842, fue una figura influyente que jugó un rol relevante en la historia musical de esa ciudad.
Este disco Valdivianische Musik será lanzado el jueves 21 de noviembre en la Sala Sergio Pineda del Conservatorio de la Universidad Austral (General Lagos 1107, Valdivia), en una actividad que se iniciará a las 19 horas y que contará con la interpretación en vivo de las diez obras de Frick que grabaron.
Radio Beethoven conversó al respecto con el pianista Luciano Saavedra.
Con Alejandra Veloso, cuenta, se conocieron cuando ingresaron a la Universidad Austral a estudiar piano, en 2019. «En ese año formamos amistad y siempre nos ha interesado los temas de formulación de proyectos y de rescate patrimonial, así que estábamos investigando la posibilidad de hacer un proyecto de grabación de música chilena. A través de distintas conversaciones con musicólogos y gente especialista llegamos a este proyecto final que es el que estamos realizando ahora», explica Luciano Saavedra.
Él es de Concepción y estudia con Eva Muñoz, y Alejandra Veloso es de Osorno y es alumna de Armands Abols. ambos están en penúltimo año de la carrera.
¿Cómo llegan a la figura de Guillermo Frick?
«Primero estábamos pensando en hacer un proyecto sobre música chilena de la mitad del siglo XX, pero resultó que para la música de esa época el problema principal que surge es el tema de los derechos de autor. Entonces nos comunicamos con varios musicólogos de Santiago, entre ellos José Manuel Izquierdo y Álvaro Bravo y ambos nos dijeron que era difícil conseguir derechos de autor de algunas de esas obras y nos dijeron ¿por qué no hacen algo de música de Valdivia? Volvimos a Valdivia y y empezamos a buscar compositores de acá. Y casi que de casualidad nos encontramos con Guillermo Frick. Encontramos la edición que había hecho José Manuel Izquierdo de su cuarto tomo, que es la música para piano solo. Dijimos ‘los dos somos pianistas, por aquí es’. Así empezamos con el proyecto».
O sea, conocieron la música de Guillermo Frick en papel, no escuchándola primero.
«Claro. Era imposible conocerlo auditivamente, primero porque su música nunca ha sido grabada, entonces básicamente no existe. Si uno busca Guillermo Frick en YouTube, Spotify o cualquier medio de streaming de música no va a aparecer absolutamente nada. Si uno lo piensa en forma pragmática, si alguien quiere escuchar esto, no existe. No diría, por ejemplo, que una sonata de Beethoven existe si solamente está guardada en un archivo y no hay realmente acceso público a esa música».
Un poco antes de morir, explica, Guillermo Frick «editó toda su música que tenía escrita. La editó en cuatro tomos. Y resulta que por distintos problemas que tuvo en ese momento solamente alcanzó a editar tres. El cuarto tomo quedó sin editar, y ése es el trabajo que hizo el musicólogo José Manuel Izquierdo: buscar las partituras que quedaban de piano solo, porque se sabía que Guillermo Frick quería que el cuarto tomo fuera de piano solo».
Ya a fines de la década del 2000, José Manuel Izquierdo publicó Cuando el río suena… Una historia de la música en Valdivia (1840-1970), libro en el cual justamente abordó a Guillermo Frick y Roberto Mahler.
Me imagino que en la investigación que ustedes han hecho para grabar estas obras, además de estudiar las partituras hay una parte que es informarse sobre el contexto en el cual creció y se desarrolló el compositor y también cuál fue su vigencia mientras estaba vivo, dado que hoy no suena su música, no se le escucha. ¿Cuál es el lugar que él ocupaba en la vida musical, de lo que ustedes han sabido hasta ahora?
«Su trayectoria en la vida musical chilena fue acá, en Valdivia. Llegó acá en 1842 y ahí fundó y cofundó varios clubes musicales y también fue director de bandas. Él está muy relacionado a la música de salón en Valdivia, y una de sus obras fue premiada con una medalla en una Exposición Universal de Santiago, así que hay un antecedente de cierto reconocimiento en vida. Cabe mencionar que él no era exclusivamente músico, sino que tenía una serie de oficios y trabajos, siendo la música más un hobby que un trabajo oficial. Por ejemplo, él trabajó par el gobierno como cartógrafo, como agente de colonización, como varias otras cosas independientes de la música».
Tras estudiar Derecho en Bonn, Guillermo Frick, trabajó en el Tribunal de Berlín, y abandonó esa carrera cuando murió su padre. Entonces, volvió a la universidad para estudiar ciencias naturales e idiomas y además aprendió carpintería, tornería, herrería y zapatería: Quería emigrar. Aunque su destino era California, se quedó en Valparaíso y pasó dos años tratando de hacer negocios mineros, para instalarse en Valdivia con el propósito de establecer una fundición de metales. Conoció a Bernardo Philippi y nuevamente reorientó su vida, asentándose en esa ciudad.
«Él escribió en su diario que fue el primer colono en Valdivia», apunta Luciano Saavedra. Frick fue agente colonizar, jefe del Cuerpo de Ingenieros de la Provincia de Valdivia, fue profesor de física y química, y también rector del Liceo local. miembro de la Sociedad Nacional de Agricultura, y miembro correspondiente de la Sociedad de Arqueología de Santiago.
De su actividad musical constante daban cuenta en forma constante los diarios valdivianos El Correo, La Verdad, El Eco del Sur, El Semanario y La Aurora. Queda también, como testigo de su trabajo, la colección Valdivianische Musik. Además de realizar arreglos de música popular que era interpretada en espacios de sociabilidad locales, Frick musicalizó poemas de diversos autores. Por ejemplo, de Goethe, en las canciones Las Valdivianitas. Asimismo compuso el Himno a los vencedores de Maipú, con letra de Hermógenes Pérez de Arce, y que obtuvo una mención honrosa en la Exposición de Artes e Industria de Santiago en 1872.
Otras partituras suyas que han sobrevivido son Valse de Flores y La esperanza de los polacos, mazurca que dedicó a Ignacio Domeyko. Igualmente, Marcha de Riñihue, que los jóvenes pianistas grabaron y puede apreciarse en este video.
¿Qué diría de la música para piano solo que han estudiado y grabado para este disco?
«En realidad, la música es bastante germana en su influencia. Es música bien tradicional de principios de 1800, bastante parecida a la de Schumann. Son, sobre, todo marchas, valses, polonesas y polcas»
¿Cuál es el interés más grande que ve en recuperar su música: un interés artístico-musical o patrimonial?
«El interés más grande es en el sentido patrimonial. Dentro de estas obras para piano que nosotros grabamos, que son diez, hay de todo. Hay algunas obras que están incompletas, y otras son muy cortas y se nota que no tenían grandes pretensiones. Pero también hay un par de obras que son bien contundentes, como la que ganó una mdella en la Exposición Universal de Santiago, que se llama La Gran Polonesa; es una obra ya más contundente y que podría tener un valor incluso académico. Y Vals de flores, que es un vals, pero tiene progresiones armónicas un poquito más elaboradas y, como música, es mucho más rica que otras de las obras. Así que creo que tienen un sentido mucho más patrimonial que musical».
De las siete obras para piano solo, Alejandra Veloso grabó cuatro y Luciano Saavedra, tres. Y grabaron juntos las otras tres, que son para piano a cuatro manos. Financiaron el proyecto «Patrimonio musical en Valdivia, obras de Guillermo Frick» con un por el Fondo de la Música, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, línea de Producción de registro fonográfico, en la convocatoria 2024 de la Región de Los Ríos.
El registro se hizo en estudios TOC en Santiago, con el ingeniero Rafael Chaparro. El arte del disco lo realizó el diseñador gráfico Leandro Antonio Araneda. El álbum es digital y el mismo 21 de noviembre ya estará disponible en plataformas.
Después del lanzamiento en concierto del 21 de noviembre en la Universidad Austral, tendrán otra presentación del disco Valdivianische Musik, esta vez en Concepción, a las 19 horas del viernes 29 de noviembre en el Instituto Chileno Norteamericano (Chacabuco 916) y en colaboración con el Conservatorio Laurencia Contreras.
Y ya a inicios de diciembre, en una fecha por definir, lanzarán el álbum con un concierto educativo en el Liceo Armando Robles, del cual fue rector Guillermo Frick.
¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación a lanzamiento de este disco?
«Quiero invitarlos al lanzamiento de nuestro disco de obras de Guillermo Frick, e invitarlos también a escucharlo en las plataformas de streaming para conocer esta música que es probablemente nueva para gran parte de nuestro país. Quisiera dejarlos con una frase de Guillermo Frick que está en sus tomos de música. Dice: ‘Es lógico que mis canciones y composiciones son para mí mis queridos hijos espirituales que siempre me han dado alegrías y jamás me han causado molestias. De tal manera, es mi deseo natural que después de mi muerte sean interpretadas y ejecutadas frecuentemente'».
¿Cuál es la principal motivación que los mueve en este proyecto de rescate?
«Nuestra principal motivación fue, en primer lugar, dar a conocer el nombre y la persona de Guillermo Frick, que en algún momento fue un vecino importante de la ciudad de Valdivia y que se ha un poco perdido en la historia y, por lo mismo, también dar a conocer una faceta que es aun más desconocida de él, que es su faceta como músico y como compositor. Ésa es nuestra principal motivación».
¿Por qué es interesante descubrir una música que no ha perdurado en el universo sonoro de nuestro país? ¿Por qué le resulta a usted atractivo como intérprete?
«En cierto sentido, la pregunta es un poco extraña porque ya el hecho de plantearla me parece interesante. O sea, que sea música que no haya sido tocada ya de por sí es interesante. En la música clásica tenemos esta tradición siempre de hacer muchas versiones de una misma obra, es decir, una sonata de Beethoven es tocada por cientos de distintos intérpretes. Entonces nuestra intención con esto no es que se quede en esto, que sea nuestra versión y nada más, sino que dar el paso para que después existan muchísimas versiones, y versiones muy distintas. Al final, la profundidad dentro de una obra se encuentra con las versiones distintas; una pura versión es sólo una mirada de un mismo suceso y en la música clásica siempre ocupamos demasiadas miradas de lo mismo y de ahí nace también la profundidad de estas obras».
Me intriga porque a una le da cierta tranquilidad la idea de canon, porque tanto se ha creado, escrito y hecho en el ámbitocultural a lo largo de la historia de la humanidad, que uno se angustiaría mucho por pensar en todo lo que no ha conocido y no podrá conocer jamás. Da tranquilidad pensar que se forma un canon y que por lo menos eso que permanece le da un poco de sentido al arte, que no son cosas efímeras. Por eso es que me parece interesante que un músico se interese por recuperar música que no perduró por sí sola. Ahí se entiende más el sentido de la pregunta, ¿no?
Invitado por el Instituto Italiano di Cultura, el pianista piamontés abordará un repertorio que él mismo está rescatando en dos conciertos gratuitos que dará en Los Andes y Viña del Mar, el 29 y 30 de noviembre. "Estos compositores desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes", apunta.
El lunes 25 y martes 26 de noviembre, estrenará con Luis Orlandini y Gonzalo Cuadra obras comisionadas a Eleonora Coloma y a Rolando Cori. Y, el viernes 29, Alejandro Reyes ofrecerá una lectura nueva de la 2a Partita BWV 1004 de Bach, incluyendo corales y bajo continuo, junto a Vanessa Rojas, Javier Weibel y Oriana Silva, ahondando en el desgarrador luto que vivía el compositor. Dos nuevas propuestas artísticas paralelas a su rol en el Municipal de Santiago.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.
Una de las partituras más espirituales del célebre compositor estadounidense será interpretada junto al Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador. Será el 4 de octubre en la Catedral de Santiago.