Guilherme Mannis, la batuta brasilera del Concierto de Semana Santa UC
abril 10, 2022
"Es un orgullo y una alegría trabajar con alumnos y profesores de la Universidad Católica", dice el director ítalo-brasilero. Aquí, analiza el Magnificat de Bach y el de Vivaldi, y su exitoso trabajo con la Sinfónica de Sergipe.
photo_cameraGuilherme Mannis.
Como todos los años, la UC invita a un Concierto de Semana Santa que constituye uno de los hitos de su programación cultural, pues sintetiza la excelencia artística y una acción colectiva de recogimiento acorde con la conmemoración de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús.
Este año, además, la presentación volver´a a contar con público presencial después de dos años de restricciones sanitarias. El Concierto de Semana Santa UC se realizará a las 19:00 horas del lunes 11 de abril, en el Salón Fresno del Centro de Extensión UC (Alameda 390), con aforo de 250 personas y con inscripción gratuita aquí. Se transmitirá en vivo en el canal de YouTube ucatolica. Además, tendrá una segunda función a la misma hora dl día siguiente, en el Templo Mayor del Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300), como parte del XIX Encuentro de Música Sacra. En esa ocasión el aforo será de 100 personas, con inscripción aquí y con transmisión en directo en Musica.uc.cl.
La batuta invitada será el director ítalo-brasilero Guilherme Mannis (1980), quien es titular de la Orquesta Sinfónica del Estado de Sergipe. Actuarán solistas, el Coro de Cámara UC y orquesta, para contrastar dos Magnificat escritos con muy poco tiempo de distancia, por dos genios del Barroco: Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach.
Radio Beethoven conversó con Guilherme Mannis, respecto de este programa, de las diferencias entre ambos Magnificat y de la pertinencia de atender estas obras en este momento del año. También se refiere al verdadero milagro que ha protagonizado con su orquesta en Sergipe, el Estado más pequeño de Brasil, generando un público e instalando la música de tradición escrita en un área donde históricamente no estaba presente.
“Es la primera vez que estoy en Chile para hacer un concierto; es un orgullo y una alegría trabajar con alumnos y profesores de la Universidad Católica. Los ensayos han sido fantásticos”, asegura Guilherme Mannis.
El Magnificat es un género que recoge un pasaje del Evangelio según San Lucas que aborda la voz de María celebrando las maravillas que Dios obró en ella. En estos conciertos, el director paulista ofrecerá sus lecturas de dos versiones barrocas que encierran grandes diferencias, pero responden a un mismo sentido espiritual.
“Son dos obras fantásticas del repertorio, que serán muy bien interpretadas por el coro y por la orquesta de profesores de la Universidad Católica, y podremos vivir la experiencia de la música en vivo, que es irreemplazable y sencillamente conmovedora. Por otra parte, estamos en tiempo pascual y no hay nada mejor que hacer la preparación espiritual para la Pascua con música, a través de dos piezas que expresan completamente la faceta espiritual del ser humano”, destaca el director paulista.
El Magnificat de Antonio Vivaldi es anterior, por pocos años, al de Johann Sebastian Bach. “Ambas obras son muy representativas del Barroco y, sin embargo, muestran dos puntos de vista absolutamente distintos, que se complementan. En Bach hay una austeridad composicional y en Vivaldi, una alegría compositiva”, indica Guilherme Mannis.
Sin embargo, ciertas cosas concertísticas que Vivaldi incluyó en su texto musical también se notan en Bach. ¿Por qué? Porque Bach fue un gran estudioso de Vivaldi; tomó muchas de sus partituras y las trabajó de una manera distinta, entonces lo que era el Concierto para cuatro violines de Vivaldi se transformó posteriormente en un Concierto para cuatro clavecines. Entonces hay una complementariedad entre estos dos compositores que se hará evidente en el Concierto de Semana Santa», agrega.
De Bach van a interpretar la segunda versión que hizo, y en el caso de Vivaldi, la primera, que es mucho más coral. Entonces ahí tenemos una diferencia significativa en cómo Bach pone el acento en los solistas y Vivaldi, en el coro. Son diferencias entre los dos Magnificat que se traducen en color y en carácter, ¿no?
«Exactamente. Bach siempre es más asutero en la partitura, entonces en su partitura siempre hay símbolos que marcan una conexión espiritual entre el texto bíblico y la realización musical. En Vivaldi es distinto, pues piensa la pieza como una unidad, y Bach trabaja mucho por verso, y Vivaldi, con una idea completa de la obra».
Estamos en el Barroco, pero son dos personas muy distintas, con lenguajes propios y con entornos diferentes. Le componían a un público específico en esta época que no era globalizada como hoy. ¿Podemos, entonces hablar de dos formas del Barroco?
«Sí, son dos formas. Se nota que son dos formas distintas. Una es la escritura de la Reforma, pero también muy influenciada por los textos y la tradición católica. El inicio del Luteranismo tiene esta carga de tradición católica, pero transformada. Vivaldi no, es puramente católico; es algo italiano. Emerge lo italiano en el Magnificat. Yo también soy italiano, mi padre vino a Brasil con tres años de edad, y se nota esta escritura clasicista en Vivaldi, que es propia también de la arquitectura italiana. Lo que es distinto en Alemania, que ya la arquitectura es más austera. Este Magnificat de Bach fue estrenado en la iglesia Santo Tomás, la que dirigió por muchísimos años y que era mucho más austera. Son dos formas distintas de pensar, pero ambas igualmente fantásticas».
Ha dos sopranos solistas en el Magnificat de Bach. Le pregunté al director del Coro de Cámara UC por qué había dos sopranos solistas y me explicó que había dos sopranos en solistas y también en el coro. ¿Será esto porque eran los recursos vocales con los cuales contaba Bach en la iglesia Santo Tomás?
Sí, probablemente. Ellos tenían esta característica del Gebrauchsmusik, de la música de trabajo. Entonces tenían que trabajar con lo que estaba disponible. Y pienso también que fue una forma de expresión más rica con cinco voces. Tal como una fuga más sencilla es a dos voces, una un poco más elaborada es a tres voces, otra más rica a cuatro voces y la gran fuga es a cinco o incuso seis voces. Pienso que por eso muchas de las piezas son escritas a cinco voces».
Aunque el texto sea el mismo, si pensamos en la voz, qué diferencia el tratamiento tanto del coro como de los solistas, que hacen Bach y Vivaldi?
«Son dos formas de abordaje distintas. Bach aborda la voz de una manera más instrumental, entonces hay algunos artificios pirotécnicos en la voz, de modo que el cantante a veces tiene que transformarse en un oboísta o en un violinista de gran precisión. En Vivaldi, en cambio, el cantante debe pensar más en el fraseo y en la expresión textual pura».
En el Concierto de Semana Santa 2022 actuarán como solistas las sopranos Claudia Pereira y Florencia Novoa, la mezzosoprano Evelyn Ramírez, el tenor Rodrigo del Pozo y el barítono Patricio Sabaté, junto al Coro de Cámara UC que dirige Mauricio Cortés, más la Orquesta de Cámara UC.
Guilherme Mannis es académico de la Universidad Federal de Sergipe, y este año cumplirá 16 años de titularato de la Orquesta Sinfónica del Estado de Sergipe, la mayor y principal de ese estado, que es el más pequeño en extensión de todo Brasil. En su período ha logrado consolidar una temporada de conciertos y también ha generado audiencias. Una tarea nada de sencilla en un entorno que no existía una tradición de música clásica.
En un Estado como Sergipe, donde no existe una tradición de música clásica, la enorme mayoría de las obras que usted presenta con su orquesta son primeras audiciones para el público, que nunca antes las ha escuchado. Sin embargo, veo que usted no sólo ha puesto el foco en las grandes obras del repertorio universal y brasilero, sino también en la ópera en concierto, con un gran éxito de taquilla.
«Lo fantástico de la orquesta con la que trabajo son justamente esas dos cosas; no tenemos un público que conozca el repertorio tradicional, entonces hacemos de todo en nuestra programación. Es una programación muy diversa, con compositores contemporáneos y con piezas tradicionales del repertorio. Un descubrimiento muy importante para nosotros fue que la ópera tiene una capacidad de involucrar a la sociedad como ningún otro tipo de arte, porque mueve una cadena productiva cultural increíble, estamos hablando de directores de escena, iluminadores, técnicos. La ópera involucra fuertemente al público. Estas versiones que hicimos por primera vez en mi ciudad, llenaron el teatro por días y días. Es algo muy rico, e importante para explorar.
Además del repertorio univeral y brasilero, y las óperas en concierto, usted ha puesto un importante foco en la música contemporánea, comisionando incluso nuevas creaciones a compositores vivos. ¿Por qué es importante este compromiso?
«Siempre tenemos que pensar en dejar de ser sólo un museo de la música. Debemos fomentar nuevos discursos, no se puede alejar a nadie. Si alguien hace música neorromántica, la tenemos que abordar´, si alguien hace algo muy vanguardista, también debemos a bordarlo, pues quien decide esto es el público. Nosotros sólo tenemos que hacerlo de la mejor forma posible, con el máximo respeto. Y la inserción permanente de los compositores nacionales y de los compositores contemporáneos siempre será dos de los puntos principales de mi programación».
Guilherme Mannis es doctor en Música por la Universidad Estatal Paulista, y discípulo de John Neschling e Isaac Karabtchevsky. Ha dirigido, como invitado, a decenas de orquestas en Brasil, y abundantes agrupaciones de Argentina, México, Canadá y Bolivia. «He aprendido algo de los variados lugares en los que he trabajado; es importante tener contacto con distintas culturas y con distintas formas de pensar el arte», señala el director paulista.
Su compromiso con el repertorio de su país y con la música contemporánea se ha expresado, por ejemplo, en el concierto que fue convidado a dirigir en 2013, con la Orquesta Experimental de Repertorio, grupo artístico de la Fundación Teatro Municipal de São Paulo y que incluyó el estreno de laçoentrelaço, de Flo Menezes, el muy poco interpretado Concierto para piano de Willy Corrêa de Oliveira, y la Sinfonía dos Orixás, de Almeida Prado. Esta última, indica, «mezcla temas del candomblé con formas sinfónicas. A mi juicio, es la principal obra sinfónica brasileña del siglo XX», dice.
En su gestión con la Sinfónica Estatal de Sergipe, en tanto, Guilherme Mannis ha logrado contar en sus temporadas con estrellas como Maria João Pires, Michel Legrand, Nelson Freire, Jean Louis Steuerman y Emmanuele Baldini. Asimismo, ha realizado itinerancias con la orquesta por diversos Estados de Brasil e incluso la introdujo en el reconocido Festival de Campos do Jordão, posicionándola en la escena brasilera. Grabaron, además, las suites para orquestra de cámara y la Bachiana Brasileira Nº3, de Heitor Villa-Lobos. Entre las óperas que ha presentado en Sergipe en versión de concierto se cuentan Aida, La Bohème y Tosca.
Volviendo al tema de la ópera, parece ser un género aún pendiente en Brasil, ¿no? Recuerdo a un director chileno que fue titular de la Sinfónica de Campinas…
«Sí, Víctor Hugo Toro, mi amigo».
Justamente. Él, además, fue director de la Compañía Brasilera de Ópera, en un intento por fomentar este género.
«En mi ciudad hicimos las óperas sólo en versi´ón de concierto pues no teníamos plata para hacerlas con escena. Pero en Brasil se hacen óperas con escena en diversas ciudades. Ahora mismo estamos intentando generar un movimiento de fomento de la ópera, porque aun siendo un país con teatros fantásticos, no se hace nada en muchos teatros de Brasil. Tendríamos que hacer mucho más. Mucho más».
¿Aprovechando su experticia, nos podría dar algunos nombres de compositores brasileros, para ir descubriéndolos?
«Claro. En el Nordeste, Paulo Costa Lima, Wellington Gomes y Eli-Eri Moura. En São Paulo, Edson Zampronha, Flo Menezes, José Augusto Mannis, Leonardo Martinelli, Rodrigo Lima, Valeria Bonafé, Tatiana Catanzaro y Ronaldo Miranda, así como Amaral Vieira, Matheus Bitondi, Ernst Mahle y Edmundo Villani-Côrtes. En Rio de Janeiro, João Guilherme Ripper, Ernani Aguiar y Marlos Nobre. Entre los que ya no están, hay son radicales e importantes: Almeida Prado y Gilberto Mendes, además de Willy Correa de Oliveira, que ya tiene 84 años de edad y está jubilado».
Coordenadas Concierto de Semana Santa UC 2022. Lunes 11 de abril. 19:00 horas. Salón Fresno del Centro de Extensión UC (Alameda 390), con inscripción gratuita aquí. Transmisión en el canal de YouTube ucatolica. Martes 12 de abril. 19:00 hora. Templo Mayor del Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300), con inscripción aquí. Transmisión en directo en Musica.uc.cl.
Invitado por el Instituto Italiano di Cultura, el pianista piamontés abordará un repertorio que él mismo está rescatando en dos conciertos gratuitos que dará en Los Andes y Viña del Mar, el 29 y 30 de noviembre. "Estos compositores desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes", apunta.
El lunes 25 y martes 26 de noviembre, estrenará con Luis Orlandini y Gonzalo Cuadra obras comisionadas a Eleonora Coloma y a Rolando Cori. Y, el viernes 29, Alejandro Reyes ofrecerá una lectura nueva de la 2a Partita BWV 1004 de Bach, incluyendo corales y bajo continuo, junto a Vanessa Rojas, Javier Weibel y Oriana Silva, ahondando en el desgarrador luto que vivía el compositor. Dos nuevas propuestas artísticas paralelas a su rol en el Municipal de Santiago.
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.