1. Inicio
  2. Recomendados
  3. Gabriela Olivares: «La música de cámara nos adentra en capas más íntimas y más profundas»
Música

Gabriela Olivares: "La música de cámara nos adentra en capas más íntimas y más profundas"

mayo 7, 2022

Violonchelo solista de la Orquesta Usach, es profesora de la UC y de la Universidad de Chile, y este martes e estrenará un atractivo programa de cuerdas que ella diseñó en la temporada del Instituto de Música UC.

Gabriela Olivares: "La música de cámara nos  adentra en capas más íntimas y más profundas"

La violonchelista María Gabriela Olivares. Foto: Extensión Usach.

La violonchelista María Gabriela Olivares es una activa intérprete que ejerce en los tres campos del quehacer musical. Es solista de violonchelo de la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago de Chile y como tal ejercita constantemente la práctica orquestal y también la música de cámara. Recientemente, por ejemplo, grabó y presentó en vivo el disco de Aula Records Enrique Soro: El último de los románticos.

Asimismo, ejerce la docencia; es profesora dela cátedra de violonchelo en el Instituto de Música UC y del magíster en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, y además ha organizado significativos encuentros del instrumento a lo largo del país a través de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, FOJI.

También cultiva la música de cámara en el Instituto de Música UC, en cuya 58a Temporada de Cámara estrenará el martes 10 de mayo una nueva propuesta artística que diseñó. Se trata del programa «Arcos que sueñan y vuelan» y ofrecerá la oportunidad de sumergirse en el rico mundo sonoro que puede ofrecer un ensamble de cuerdistas.

Se contrapondrá una de las obras más conocidas y apreciadas, tanto por el público como por los propios músicos, de Felix Mendelssohn-Bartholdy, el Octeto Op. 20, con una transcripción de las Danzas Folclóricas Rumanas de Béla Bartók.

María Gabriela Olivares conversó al respecto con Radio Beethoven.

La violonchelista María Gabriela Olivares. Foto: Gonzalo Beltrán.

«Será un verdadero viaje mágico a través de dos obras maravillosas. Comenzaremos con la Danzas Rumanas de Bartók, una obra que recopila melodías folclóricas de Transilvania y que el compositor pone en valor de manera magistral. Originalmente compuesta para piano, luego orquestadas y finalmente transcritas para un sinfín de instrumentos. nuestra versión pertenece a Arthur Willner, compositor checo y amigo de Bartók», adelanta.

«La segunda obra es otra joyita, el Octeto en Mi Bemol Mayor de Mendelssohn, para cuatro violines, dos violas y dos violonchelos, considerada un verdadero milagro musical y compuesta por un prodigio de sólo 16 años», agrega.

¿Cómo nació la idea de sacar adelante este programa?

«Ya desde la época en que yo era estudiante, en la Universidad Católica siempre hemos tenido una una temporada muy linda, muy completa y culturalmente muy enriquecedora para toda la comunidad, no solamente dentro de la universidad, sino que hacia afuera. Nace, entonces, en ese ánimo de seguir haciendo cosas lindas desde la música de cámara dentro de la universidad, que siempre es un gran estímulo. Además, a mí me tocó la pandemia muy fuertemente en el sentido de hacer música de manera comunitaria. Entonces tiene un doble sentido desde la pandemia esto de convocar a amigos músicos, colegas de la universidad, y hacer obras que fueran obras de nuestro imaginario universal como cuerdistas, obras que siempre deseamos tocar. Cuando fui invitando a mis colegas, se mostraron súper entusiasmados, ilusionados y emocionados por hacer esta música tan hermosa». 

Hablemos primero del Mendelssohn-Bartholdy, de cuán interesante es él como figura. Por un lado, él tiene un rol histórico muy importante en el rescate y la revalorización de Bach. Por otro lado, tiene esta cualidad de haber sido prodigio y este Octeto es una de las obras que compuso bien joven, a los 16 años. ¿Cómo da cuenta en esta obra de todo lo que ha absorbido de la tradición, por ejemplo, el contrapunto, y al mismo tiempo, cómo abre la tradición al inaugurar un nuevo género de cámara con la formación de octeto, considerando que entonces se hacía mucho más cuarteto de cuerdas?

«Mendelssohn no es sólo un prodigio. Sus circunstancias le permitieron desarrollarse mucho. Él no solamente fue un buen músico, un buen compositor y un buen intérprete de violín, de viola, de chelo, de piano y de órgano, él hacía miles de cosas. Nació en una cuna muy culta, con padres para quienes el tema económico no era un tema, entonces tuvo tutores de todo tipo. Dibujaba, se interesaba por las culturas antiguas, hablaba lenguas, o sea, hacía de todo. Era como un hombre del Renacimiento; no sólo tenía talentos, sino que era muy cultivado desde la más temprana niñez. Entonces no es una novedad que él sea precursor de ciertas ideas o rompa algunas cosas. Él no solamente hace dos cuartetos como Spohr, sino que él trata a este octeto, a esta nueva conformación, casi como una orquestita. Se lo permite no sólo su genialidad como músico, sino que por ser un joven de 16 años que ya era un gigante en cuanto a su nutrición cultural. Entonces no es extraño que su música, que sus sinfonías por ejemplo sean tan profundas y tan ligadas al paisaje, a las culturas. No me podría imaginar a alguien de su talla no haciendo algo nuevo. Y sin embargo, al mismo tiempo, él es bastante clásico en las formas, como bien tú dices. Con 16 años trata el contrapunto a la perfección en el último movimiento del Octeto. Se inspira en los grandes músicos, no solamente en Bach, ya que él es quien reestrena la Pasión según san Mateo, y esa veta musicológica la desarrollará también como historiador, como una persona que pone en valor a los grandes baluartes de la cultura musical de Europa. ¡Qué más decirte de ese genio!».

Del Octeto opus 20 se ha dicho que es la obra de cámara más perfecta de Mendelssohn, y también que él indicaba que se debe tocar en estilo sinfónico, es decir como una orquesta. Esta obra, en particular su Scherzo, se inspira en el Fausto de Goethe. ¿Qué gustaría decir de esta obra que es tan importante para todos los cuerdistas, pero que también es muy conocida por el público?

«Los pilares estructurales de esta obra y su escritura misma, con las formas tan claras, nos pone a nosotros los cuerdistas en constantes desafíos. Por ejemplo, las voces; el chelo 1 tiene una parte distinta del chelo 2 en muchos momentos y distintos instrumentos se conectan, por ejemplo, a mí me toca solo con la primera viola en el segundo movimiento. Lo otro es cómo trabaja las texturas y las tonalidades, nos quedan intervalos muy complejos y sin embargo tenemos que hacerlo sonar como una agüita que está pasando por debajo. Mendelssohn es muy de paisajes. La dificultad técnica, por ejemplo, en el Scherzo, cómo hacerlo liviano, cómo hacerlo como si nada pasara. Esto sucede con toda la obra de Mendelssohn, que finalmente el desafío para el instrumentista tiene que ver con esa capacidad de mirar hacia adelante de Mendelssohn, de imaginarse todas las posibilidades que van a venir además para el instrumento, en su desarrollo. Su música está escrita de manera muy difícil pero con el desarrollo instrumental se van cristalizando de mejor manera esas ideas que yo me imagino que tenía Mendelssohn desde el comienzo, porque las articulaciones son sumamente complejas, sobre todo en el Scherzo, al igual que en la rapidez. Es un gran desafío instrumental».

Como fundador de la etnomusicología, Béla Bartók tuvo un rol fundamental. Para esta obra en particular que interpretarán, las Danzas Folclóricas Rumanas, él viajó largamente por Transilvania, escuchó y recopiló, identificando motivos y de melodías de origen folclórico que él complementa con un lenguaje armónico, como acompañando, pero ejercita la libertad también, por ejemplo en el tempo. Y tiene, además, un lenguaje propio Bartók, incluido por otros grandes innovadores de la música, desde Richard Strauss, Franz Liszt y Johannes Brahms, hasta Claude Debussy, Igor Stravinsky y Arnold Schoenberg. Las Danzas Folclóricas Rumanas, son más bien una representación de los folclórico o es una obra que vincula profundamente lo folclórico con el lenguaje propio de Bartók como compositor?

«Eso que tú apuntas al final. Y eso me parece que es lo más hermoso, no se queda en ir a hacer una recopilación de algo, sino que él pone todo su sello en eso. En cómo trata la armonía, respetando siempre la modalidad, por ejemplo, porque él solía no poner las armaduras, se las han ido poniendo en las ediciones para que nosotros los músicos no nos rompamos la cabeza descifrándolas, para que las entendamos más claramente en las reglas armónicas. Bartók solía escribir de manera modal, o sea, sin armadura, entonces lo rico de estas piezas es la pasada de su formación como compositor, cómo pone su sello, cómo trata cada melodía con armonías distintas, y cómo las va variando también. No es solamente una recopilación, sino que él aporta desde su mundo, desde su formación y desde su personalidad, Bartók pone en valor estas simples melodías, las embellece y las engrandece».

Quizás Bartók escribía en forma modal como una forma de respeto al origen de estas músicas, que es un origen oral. Las melodías se traspasaban oralmente, pero cada intérprete tenía bastante libertad al tocarlas, por ejemplo, en el fraseo. Me parece que en violín y en una flauta que se llama kaval. ¿No cree que sea por eso que escribía en forma modal?

«Yo diría que sí. No soy musicóloga, pero tendería a pensar que sí, que ésa es su motivación, el respeto que merecen aquellas músicas.

La violonchelista María Gabriela Olivares. Foto:Música UC.

María Gabriela Olivares nació en La Serena e inició su formación musical a los 10 años de edad en la Escuela Experimental de Música Jorge Peña. Se tituló como violonchelista en el Instituto de Música UC y se posgraduó en el Conservatorio de San Francisco, en California, en chelo y en canto, y se perfeccionó en la Ecole Normale de Musique de París.

«Las ganas de tocar como una especie de mini orquesta de cuerdas fue la motivación inicial», confirma la violonchelista, y cuenta además que esta propuesta artística es liderada por tres mujeres, pues en la obra de Bartók, la primera del programa, la concertino será Tiffany Tieu y que en el Octeto de Mendelssohn la concertino será Frida Ansaldi.

«Eso es muy lindo. Cuando estamos en una orquesta ese juego de sillas musicales no ocurre, en cambio aquí nosotros mismos decidimos que así fuera. Y la parte del primer violín en ambas obras es sumamente importante, es como la voz cantante, así que el público percibirá cuán distinto suena».

Reconoce que, en principio, ambas obras parecen ser ajenas una de la otra, pero que fueron encontrando nexos. Por un lado, el genio de los dos compositores, pero también en la energía de estas músicas. «Y en la magia, porque estas músicas nos surgen interiormente y las compartimos hacia afuera. Estas dos obras portan la magia; haremos viajar a los auditores por Europa Central y Europa del Este en una conformación de mini orquesta de cuerdas», asegura María Gabriela Olivares. 

Destaca, además, cuán relevante es para ella y sus colegas reencontrarse en el escenario para hacer músicos juntos y «sentir el abrazo del público», pues les permite reafirmar que «nuestra misión como músicos va mucho más allá de tocar bien nuestros instrumentos, sino que de producir un movimiento energético emotivo».

¿Cuán importante es para usted hacer música de cámara, tanto en la UC como en la Usach, en paralelo a su trabajo como miembro la Orquesta Clásica Usach?

«Pienso que es lo mismo que ocurre acá en nuestra cultura latinoamericana cuando en la casa hay una guitarra, siento que la música de cámara representa ese mismo placer, ese amor por la música al nivel del hogar. De ahí que uno siente que es una necesidad fundamental hacer música de cámara. Sin ella, nosotros tendríamos una vida bastante pobre. Yo, por ejemplo, hago mi trabajo orquestal, donde tengo un rol, pero en la música de cámara cambia ese rol y muchas veces me tocan líneas muy hermosas como violonchelista en la música de cámara. En la orquesta, en cambio, cuando hay una línea maravillosa es de algunos compases, y ya pasó. La música de cámara es una manera de adentrarse en capas más íntimas y más profundas de la música. Siento que adquirir y tomar roles más ‘protagónicos’ es siempre un desafío grande y también muy motivador. Para nosotros, esto es un placer finalmente, sabemos que somos personas con mucha suerte por poder abordar estos repertorios».

Coordenadas
Martes 10 de mayo, 19:00 horas. Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300, Providencia). Gratis, inscripción y transmisión en vivo en Musica.uc.cl.
Miércoles 11 de mayo, 19:00 horas. Parroquia de la Anunciación (Pedro de Valdivia 1850, Providencia). Gratis.

Por Romina de la Sotta Donoso | 07-05-2022.

Compartir:

Contenido relacionado

Música

Andrés Rodríguez: "Afortunadamente, Chile tiene muy buenos pianistas, los ha producido siempre"

El asesor de Teatro Zoco adelanta las claves del ciclo de piano que debuta en el recinto de Lo Barnechea y que protagonizarán cinco pianistas. "Son gente extraordinariamente talentosa y competente", indica, y señala que repertorio que se escuchará es muy variado, desde Liszt, Chopin y hasta Beethoven, Ginastera, Debussy, Albéniz. "O sea, hay para todos los gustos", señala.

Música

Paolo Bortolameolli: "Siento una bella felicidad por volverme a encontrar con la Sinfónica de Chile, que fue la orquesta que me formó en muchos sentidos"

El director chileno habla de los conciertos que tendrá en su retorno a la orquesta, tras cinco años, y de sus próximas presentaciones en el ciclo Clásica No Convencional y con la Sinfónica Nacional Juvenil. También se refiere al documental Veni Creator, que documentó el estreno de la Octava de Mahler y que será liberado en YouTube.

Música

Andrés Maupoint, el músico detrás del innovador Conjunto de Cámara de la Universidad de O'Higgins

En menos de un año, su temporada se ha convertido en una de las más atractivas del país. El 5 de abril se inicia su programación 2024, con las Últimas Cuatro Canciones de Strauss y la Séptima de Beethoven, que más adelante será seguida por la Pastoral y la Eroica del genio alemán. Entre los hitos de este año se cuentan el Cuarteto para el fin de los tiempos, de Messiaen, O King de Berio y Dérive de Boulez.