Patricio Bernedo: «El diálogo es clave para vivir en una sociedad donde todos podamos expresarnos libremente y conversar nuestras diferencias de una manera pacífica»
Patricio Bernedo: "El diálogo es clave para vivir en una sociedad donde todos podamos expresarnos libremente y conversar nuestras diferencias de una manera pacífica"
septiembre 4, 2025
El director del Centro UC para el Diálogo y la Paz hace un balance de las iniciativas que han desarrollado en estos dos años y medio de funcionamiento. "Con los seminarios por los 50 años del Golpe de Estado logramos generar un efecto de demostración: estos temas que nos dividen y polarizan se pueden discutir de manera dialogante", dice. Y confiesa su estrecho vínculo con Radio Beethoven: "Uno logra una cierta armonía escuchando música clásica".
photo_cameraPatricio Bernedo. Foto: César Dellepiane - Dirección de Comunicaciones UC.
Hace dos años y medio, el doctor en Historia Patricio Bernedo (1961) asumió como el primer director del Centro UC para el Diálogo y la Paz. Este espacio académico interdisciplinario tiene como misión colaborar en la comprensión y resolución integral de conflictos e instalar una cultura de diálogo y paz, tanto en la UC como en la sociedad en general. .
Entonces, cumplía 35 años como profesor de la Universidad Católica. Ya había sido decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política UC (2013-2022) y director del Instituto de Historia UC (2006-2012).
Centro UC para el Diálogo y la Paz, que se inspira en la carta encíclica Pacem in Terris del Papa Juan XXIII, ha liderado una serie de iniciativas que han marcado pauta. En el mismo año de su establecimiento, por cierto, varias líneas de acción se vincularon a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado 1973.
Además de que han podido participar todos los estamentos universitarios, estas reflexiones se han igualmente abierto hacia la ciudadanía. Se trata de una siembra que, como tal, debe ser metódica y constante en el tiempo. El diálogo y la paz siguen siendo más que anhelos de buena voluntad: son un deber de la conciencia y una urgencia social.
Revisamos con el profesor Patricio Bernedo cómo ha madurado el Centro UC para el Diálogo y la Paz, con un balance de estos dos años y medio y con un apronte respecto de las iniciativas que se están planificando además de un recuento de aquellas que están en ejecución.
Patricio Bernedo. Foto: César Dellepiane – Dirección de Comunicaciones UC.
Además, abordamos el personal y muy estrecho vínculo que tiene este historiador con Radio Beethoven y con la música clásica. «Suena terapéutico, pero para hablar de paz, primero uno debe estar estar en un estado personal tranquilo», dice.
«Escucho mucho programas radiales, de distinto tipo en distintas radios, que incluye a Radio Beethoven. Especialmente en el auto, cuando voy Casa Central y especialmente a San Joaquín. Y eso tiene una explicación, que es la de tratar de conseguir paz interior, cuando el entorno nacional o internacional está muy polarizado o poco pacífico», aclara.
Ahora que ya ha habido un tiempo de maduración, porque ya tiene dos años y medio como proyecto, ¿cómo está el Centro UC para el Diálogo y la Paz?
«Sí. Efectivamente, el Centro para el Diálogo y la Paz ya está a los dos años y medio desde su lanzamiento, propiamente tal, y la verdad que estamos muy contentos porque se ha ido construyendo un trabajo muy interesante, tanto dentro de la universidad como también hacia afuera, hacia la sociedad. Ha sido un trabajo arduo, exigente, pero al mismo tiempo muy entusiasmante también. Desafiante, porque finalmente se trata de instalar un área académica, que son los estudios de paz, como se les conoce internacionalmente y que en Chile hasta ahora no existían. Desde esa perspectiva, nosotros lo abordamos dentro de la universidad como un ámbito, y es un centro, por lo tanto, de carácter interdisciplinario, en el que participan ocho facultades de la universidad y además participa el campus Villarrica. Desde ahí hemos ido instalando una suerte de agenda académica dentro de la universidad, que implica investigación, docencia y también vínculos con el medio. De lo que se trata en el largo plazo es de instalar una suerte de cultura de diálogo y de paz, dentro de la universidad y dentro de la sociedad también, que tanto se necesita».
«Nos interesa mucho apuntar directamente a las personas más jóvenes y a los profesores de colegios, de liceos. Creo que ahí se dan un impacto y una formación en la conciencia sobre cómo podemos resolver pacíficamente y de manera dialogante nuestras diferencias, nuestros conflictos»
Patricio Bernedo
Lo entrevisté hace dos años, en agosto de 2023, cuando se iban a cumplir 50 años del Golpe de Estado, y ustedes estaban haciendo el ciclo «1973: a 50 años del golpe de Estado, lecciones desde el pasado, para hoy y el futuro», con seminarios en los que participaban distintos estadios de la UC y también invitados externos, y fueron al final cinco seminarios muy convocantes. En ese momento usted me decía que también era posible pensar en otro tipo de programas, por ejemplo, un curso de formación general o integraciones con otros ámbitos de la cultura. ¿Cómo se siguió desarrollando el trabajo pensando en el vínculo con los ciudadanos, no sólo internamente en la universidad?
«Exactamente. Hay varios ejemplos, pero el más reciente, fue la primera semana de agosto pasado, cuando organizamos con la Embajada de Japón un seminario sobre los 80 años de las bombas que fueron lanzadas en 1945, en agosto precisamente, sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Ese seminario contó, además, con la exposición directamente desde Nagasaki, de un profesor de la Universidad de Nagasaki y especialista en el tema de desarme y de la no proliferación de armas nucleares, Michiru Nishida, quien ofreció un panorama muy interesante, muy profundo y amplio al mismo tiempo, sobre la realidad de las armas nucleares que tanto amenazan hoy día a nuestro mundo a nivel global. Además, hubo expositores chilenos, de la Universidad Católica. Lo que quiero enfatizar es que, además de que fue transmitido y está disponible en el canal de YouTube, de la Universidad Católica, tuvimos una muy buena asistencia del mundo escolar. Tuvimos, de hecho, tres establecimientos escolares que fueron presencialmente al seminario, y eso a nosotros nos interesa mucho. Es decir, no quedarnos solamente dentro de la universidad y hacia el mundo adulto de la sociedad, sino que también apuntar directamente a las personas más jóvenes y a los profesores de colegios, de liceos. Creo que ahí se dan un impacto y una formación en la conciencia sobre cómo podemos resolver pacíficamente y de manera dialogante nuestras diferencias, nuestros conflictos. En ese sentido, hemos ido logrando, tal como lo hicimos con los cinco seminarios para los 50 años del Golpe de Estado en Chile, ir generando conciencia. En esa ocasión también asistieron estudiantes del mundo escolar a esos seminarios, y yo creo que ésa es una de las metas que más nos interesa ir desarrollando y fortaleciendo en el tiempo».
En junio de 2023, uno de los seminarios por los 50 años del Golpe lo protagonizaron estudiantes., Foto: César Dellepiane.
Estudiantes de tres colegios asistieron en agosto pasado al seminario sobre los 80 años de Hiroshima y Nagasaki.
Pensando en el balance de esos cinco seminarios, ¿Cómo cree que esa siembra podría tener fruto en un país que seguimos viendo muy beligerante, y también con los peligros para la propia democracia que se están expandiendo a través de las noticias falsas, las tecnologías nuevas que se usan para sencillamente mentir?
«Exactamente. Lo que nosotros logramos hacer, por ejemplo, con los 50 años del Golpe de Estado fue generar un efecto de demostración. En los cinco seminarios convocamos personas con distintas miradas acerca de lo que pasó antes, durante y después del Golpe de Estado, y el efecto de demostración fue que estos temas que nos dividen y que nos polarizan, en determinados momentos se pueden conversar, se pueden discutir de manera dialogante, de manera civilizada, se pueden confrontar en los puntos de vista. Desde esa perspectiva, yo creo que en ese momento el país se polarizó mucho, especialmente la clase política, que se polarizó excesivamente, diría yo, en torno a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, y nosotros pudimos demostrar durante prácticamente un año en el que fuimos desarrollando estos cinco seminarios, que estos temas se podían abordar de una manera adecuada, de una manera civilizada. Y yo creo que ese efecto de demostración implica que el diálogo se constituye en una herramienta clave para poder vivir en una sociedad en la cual todos tengamos nuestro lugar, donde todos podamos expresarnos libremente y en la práctica poder converger, no necesariamente a ponernos de acuerdo, pero sí por lo menos a conversar nuestras diferencias de una manera más bien pacífica».
Exposición sobre el horror desatado hace 80 años en Japón.
La muestra se exhibió hasta el 29 de agosto en San Joaquín.
Claro, siempre expresándose con respeto, pero también entendiendo que la memoria y la constatación o la aclaración de los hechos, tienen roles distintos, pero complementarios. Las dos cosas son necesarias cuando uno habla de temas delicados.
«Exactamente. De lo que se trata también es de que yo pueda entender a otra persona o a las otras personas que opinan distinto. No tengo por qué estar de acuerdo con ellas, el diálogo no busca generar necesariamente un acuerdo. Si se logra, mejor. Pero de lo que se trata es precisamente de entender que yo tengo una persona al frente que puede pensar muy distinto a cómo pienso yo, pero que esa persona en sí misma también tiene una dignidad, tiene una historia, tiene una manera de pensar, tiene sus sesgos, tal como todos los tenemos, pero yo tengo que partir de la base de que eso yo tengo que tolerarlo en el mejor sentido de la palabra y que también tengo que respetarlo y que al mismo tiempo es un ejercicio de libertad; de libertad de expresión y de libertad de pensamiento también, que es muy importante».
Seminario Reflexiones en torno al plan nacional de búsqueda de personas detenidas desaparecidas, en junio de 2024.
Se exhibió en este encuentro el documental Miércoles 15.30. Memorias de una ausencia de monseñor Fernando Chomalí.
El año pasado hicieron también un seminario sobre el Plan Nacional de Búsqueda, y ésa es una acción de memoria, de diálogo y análisis que se vincula, tal como la creación de la Plaza de la Paz en el campus San Joaquín, con una vocación propia de la Universidad Católica estrechamente ligada a la Iglesia y su pensamiento, en particular a la encíclica Pacem in Terris del Papa Juan XXIII. ¿Qué nos puede comentar del seminario del año pasado?
«El seminario que hicimos sobre el Plan Nacional de Búsqueda de Detenidos Desaparecidos fue una instancia muy interesante porque, desde nuestra perspectiva, como universidad y como Centro para el Diálogo y la Paz, y también lo planteo en mis términos personales, es decir, cómo yo lo veo, lamentablemente el tema de los detenidos desaparecidos siempre ha sido un tema demasiado politizado y que, por lo tanto, tiende a dividir a la sociedad, tanto por la izquierda como por la derecha. O sea, aquí no es solamente un grupo, por así decirlo, el que lo ha politizado en distintas direcciones, obviamente, y lo que nosotros hemos venido planteando públicamente también, tanto fuera de la universidad como dentro de ella, es que este tema tenemos que despolitizarlo y transformarlo, es lo que a nuestro juicio es: un imperativo ético. Es un deber ético que nosotros tenemos con los familiares de los detenidos desaparecidos para lograr, por lo menos, una comprensión acerca del sufrimiento que han vivido y siguen viviendo estas familias, estas personas que no han podido encontrar a sus familiares desaparecidos, en reconstruir las trayectorias también de estas personas, después del momento en que fueron detenidas por los servicios de seguridad y finalmente se les perdió el rastro. Yo creo que ése es un imperativo ético que uno puede abordarlo, por ejemplo, desde el Catolicismo. La Iglesia Católica tuvo un rol central en la defensa de los derechos humanos en Chile, lo sigue haciendo, y desde esa perspectiva uno puede decir que este imperativo ético se puede basar también en una mirada laica, en una mirada que va desde la Declaración de los Derechos Humanos, en 1948, en el contexto de la generación de la Organización de Naciones Unidas. O sea, es un tema que es evidentemente católico, cristiano en el sentido más amplio, pero también tiene una perspectiva muy profunda y amplia, que es la perspectiva laica, y yo creo que esas dos perspectivas coinciden de una manera virtuosa para lograr dar este enfoque y que este Plan Nacional de Búsqueda no dependa de que un Gobierno determinado, como sí lo ha hecho el Gobierno actual, se preocupe o no con el tema de los detenidos desaparecidos, sino que esto se transforme en una política pública que trascienda el ciclo político de quién nos gobierna en un momento determinado. Yo creo que ése es un objetivo clave, difícil quizás de lograr, pero que sí hay que empujarlo con la mejor voluntad y con la mejor inteligencia también».
El académico Michiru Nishida expuso desde Nagasaki. Foto. César Dellepiane.
«Llega un momento en que yo digo ‘hasta aquí, llego con las noticias’ y entro en este proceso de buscar un cierto equilibrio emocional y me cambio a Radio Beethoven. Obviamente son creaciones artísticas extraordinarias las que te permiten ese cambio de estado de ánimo»
Patricio Bernedo
Cuando uno piensa en la gente que ha sido clave en la defensa de los Derechos Humanos, por ejemplo, en los momentos más difíciles de nuestra historia, uno recuerda a ciertos abogados que quedaron en la memoria colectiva como héroes que hacían un trabajo minucioso y muy significativo, aunque quedaran bloqueados una y otra vez por el escaso funcionamiento de la institucionalidad jurídica. Y uno piensa que, además de la impotencia de no poder ejercer en un ciento por ciento, estaba toda la tristeza y el dolor de las personas a quienes acompañaban y a quienes no podían dar ni siquiera resultados judiciales. Cuando se trabaja con estos temas tan dolorosos y que parecen no tener solución cercana, ¿se requiere una cierta tranquilidad interior especial, cree usted?
«Sí, exactamente. En general, en todo lo que es la literatura sobre la paz se plantea esta idea de que tú, para buscar la paz en la sociedad y en los ámbitos en los que tú te desenvuelves en el día a día, cotidianamente, tienes que cumplir también, o intentarlo al menos, el requisito de tú mismo tratar de estar en paz contigo mismo, o sea, tener un estado de buen ánimo que te permita afrontar ciertas realidades que a veces pueden ser muy duras, como por ejemplo el caso que comentábamos de los detenidos desaparecidos de nuestro país, que son cuestiones que obviamente a uno lo afectan. A uno lo pueden llegar a deprimir incluso, o poner de muy mal ánimo. Creo que la música en general, pero especialmente la música clásica, que es lo que suelo escuchar cuando noto que estoy en un estado de poca tranquilidad, por así decirlo, da cierta estabilidad. Muchas veces camino al Campus San Joaquín, que cuando voy en auto es un viaje de más o menos una hora, escucho Radio Beethoven, y uno nota cómo el ánimo se calma. El ánimo se centra, se pone más positivo. Uno logra una cierta armonía escuchando música clásica. Obviamente son creaciones artísticas extraordinarias las que te permiten ese cambio de estado de ánimo. Creo que a muchos de nosotros nos pasa que escuchamos las noticias en la mañana y que en este último tiempo han estado bastante terribles, e igual cuando uno tiene que abordar temas como las bombas atómicas sobre Nagasaki e Hiroshima, o bien la amenaza nuclear que hoy día lamentablemente todavía está vigente en nuestro mundo contemporáneo… Llega un momento en que yo digo ‘hasta aquí, llego con las noticias’ y entro en este proceso de buscar un cierto equilibrio emocional y me cambio a Radio Beethoven. Porque ese tipo de temáticas a uno lo pueden alterar, y creo que para recuperar una cierta racionalidad y equilibrio, ahí la música, lo logra. Puede ser cualquier tipo de música, pero especialmente la música clásica es muy recomendable para recuperar el estado de ánimo».
Seminario por los 80 años de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Fue presidido por el rector UC Juan Carlos de la Llera y hubo una mesa con el profesor Rafael Benguria, Valentina Alarcón, coordinadora del Centro UC para el Diálogo y la Paz y el embajador Pablo Cabrera. Foto. César Dellepiane.
Profesor, ¿cómo ha sido su relación con la música a través del tiempo? Pensemos en su infancia y juventud, y de adulto también, ¿cuáles son las músicas que le han gustado más? ¿Hay descubrimientos más tardíos?
«Aunque no tengo nada de alemán, tuve la suerte de ir a un colegio alemán en Temuco, y ahí los profesores de música nos hacían escuchar música, tanto música chilena y latinoamericana, que es muy importante y que muchas veces en el sistema escolar se deja de lado, pero también música clásica. Sin ser especialistas ni doctos en la materia, esos profesores alemanes nos generaban un gusto por la música, y yo creo que eso a uno lo marca. Cuando hay una formación amplia uno puede escuchar distintos tipos de música, rock, música clásica, música andina, y eso te va generando una cierta cultura musical, en el sentido más amplio de la palabra. Y también en nuestra casa, en nuestra familia, se aplicaba lo mismo. Algo que me marcó, en mis gustos musicales, fue que cuando todavía estaba en el colegio, fui de intercambio a Alemania, esto fue en el año 79, y tuve la suerte de ir a un concierto de la banda Queen, banda británica ultra conocida que en ese momento estaba iniciando su peak de fama, de creatividad, de creación y de impacto cada vez más global en el mundo. Ese concierto de Queen en la ciudad de Munich me marcó en muchos sentidos, no solamente por la calidad musical de esta banda, sino que también por la puesta en escena de un concierto. A fines de los 70, en Chile estábamos completamente fuera de los circuitos, de los grandes conciertos de las bandas mundiales, quizás la única conexión que había en ese momento era el Festival de Viña, que no era menor, pero en cuanto a los circuitos de las grandes bandas de distintos estilos musicales, en esa época no había nada, entonces hay que imaginarse el impacto para una persona como era yo en ese momento de exactamente 17 años, al ir a un concierto de ese tipo, que acá era una realidad completamente desconocida. Realmente quedé impactado. Y también las amistades en la universidad sirven mucho, yo tengo grandes amigos hasta el día de hoy que son doctos en música clásica, uno de ellos es Gonzalo Saavedra, profesor de la Facultad de Comunicaciones, otro es Daniel Swinburn, con quien éramos compañeros del Instituto de Historia, y hoy día es editor del suplemento Artes y Letras del diario El Mercurio. Ellos me influyeron, en alguna medida, en el gusto por la música clásica».
«Con los seminarios por los 50 años del Golpe de Estado logramos generar un efecto de demostración: estos temas que nos dividen y que nos polarizan se pueden conversar, se pueden discutir de manera dialogante, de manera civilizada», declara Patricio Bernedo. Foto: César Dellepiane – Dirección de Comunicaciones UC.
Patricio Bernedo Pinto se licenció en Historia en la UC y se doctoró en la Katholische Universität Eichstätt, en Baviera. Su foco investigativo se ha centrado e la inmigración europea en el sur de nuestro país, la historia económica y de los medios de comunicación en Chile y Latinoamérica. Este último, a través de publicaciones como La Prensa durante la Unidad Popular y la destrucción del régimen democrático, capítulo del libro 1973, la vida cotidiana de un año crucial (Editorial Planeta, 2003), volumen coordinado por el profesor de Historia UC Claudio Rolle, y el artículo A tres décadas del golpe: ¿Cómo contribuyó la prensa al quiebre de la democracia chilena? para Cuadernos de la Información n°16-17 (2003-2004) de la UC, que escribió en colaboración con William Porath.
Además, sus inicios como académico fueron en la Escuela de Periodismo UC, hace 37 años. Allí hizo clases por 18 años, con algunas horas de clase en el Instituto de Historia UC, hasta que fue elegido director de éste último, en 2006, y entonces invirtió las cargas académicas.
¿Qué le parece la figura del Club de Amigos y Amigas de Radio Beethoven, que hace posible que los auditores que quieran colaborar económicamente con la emisora puedan aportar desde $2.000 mensuales, una estructura que en algunos momentos ha podido incluso financiar la mitad de las operaciones de la radio?
«Me parece muy interesante esa figura, esa manera de financiar con una suerte de suscripción porque, en la práctica, la realidad de los medios de comunicación hoy día está siendo, en muchos casos, muy precaria desde el punto de vista económico, y creo que es fundamental que la sociedad también apoye los proyectos comunicacionales de distinto tipo que son importantes de preservar, no solamente me refiero a una suerte de pluralismo político deseable en el mundo de los medios de comunicación, sino que también un pluralismo en la oferta temática, que sea lo más amplia posible. La música clásica evidentemente no es masiva, como pueden ser otro tipo de contenidos, como los deportivos por ejemplo, que sí son muy masivos. Sin embargo, la música clásica cumple un rol central, tanto para las personas expertas, que pueden llegar a disfrutar de esa música de una manera mucho más profunda, con mucho más conocimiento, como para las personas que pueden aproximarse a la música clásica desde una perspectiva más de pasar un buen momento, de relajarse, de poder ordenar los pensamientos, las ideas. Hay distintos modos de aproximarse al consumo de música clásica, y si uno puede aportar a eso, yo lo encuentro fantástico».
Patricio Bernedo. Foto: César Dellepiane – Dirección de Comunicaciones UC.
¿Qué nos puede adelantar sobre proyectos o focos futuros del Centro UC para el Diálogo y la Paz?
«En este momento, un foco central que estamos desarrollando es ir generando cursos a nivel de pregrado dentro de la Universidad Católica, cursos que son optativos de profundización y que los pueden tomar todos los alumnos, independientemente de la carrera que estén cursando, con la idea también de ir generando conciencia en torno a los temas de paz, a los temas de diálogo. También vamos a seguir haciendo talleres de diálogo y de resolución de conflictos, y muy fuerte también todo lo que es investigación, que ahí ya tenemos 11 proyectos en desarrollo en este momento, uno de ellos ya terminado. Asimismo, seguir trabajando en todo lo que es conectarnos con la sociedad, entregando contenidos, pero también recibiendo desde la sociedad algunos temas que puedan ser importantes para el centro».
Esos proyectos de investigación que menciona, ¿cómo funcionan? Como centro tienen ustedes financiamiento y hacen un concurso?
«Con la Dirección de Pastoral, la Vicerrectoría de Investigación y la Vicerrectoría de Asuntos Internacionales de la Universidad Católica, más el Centro para el Diálogo y la Paz, organizamos un concurso acerca del tema del diálogo y la paz. Esta convocatoria fue el año 2024 y ahí se seleccionaron 11 proyectos. Además de equipos de la misma universidad, también participan equipos internacionales y de otras universidades, así que es bien amplia la convocatoria y está inspirada en la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, con esta idea de ir abriendo sendas del diálogo para ser artesanos de la paz. Estos proyectos ya deberían estarse cerrando a fines de este año, y eso después genera publicaciones y seminarios, tiene un efecto de diseminación del conocimiento, que para nosotros es clave. Es decir, que no solamente sea un paper o un libro, sino que esto tenga impacto en otros niveles de la sociedad».
La reconocida pianista chilena recordó su infancia, su admiración por Claudio Arrau y lo que para ella significa ser ética como artista. Un diálogo franco en el cual participaron 50 amigos del Club y que ahora será estrenado al aire, en un programa especial, el 14 de septiembre. Incluyó, además, interpretaciones en vivo de piezas de Ravel y Chopin. Aquí, un adelanto.
Carolina Núñez destaca que los productores de la emisora "son tal cual uno los escucha al aire y por eso llegan al corazón de la gente" y Emilia Almarza, que "fue como si nos conociéramos desde siempre". Y mientras Guillermo Mardones resalta que "la música clásica expande el alma", Gonzalo Gálvez aplaude que "Radio Beethoven amplía los espectros de lo que conozco".
La reconocida actriz repasa su trayectoria y reconoce que le gusta trabajar con gente joven. Habla con profundidad y honestidad intelectual de la música que la conmueve y del lugar que ocupa Radio Beethoven en su vida.
Con grabaciones históricas de solistas, directores y elencos nacionales y abundantes compositores chilenos se celebrará el Dieciocho en diez programas. Se suman especiales de Luciano Berio, Arvo Pärt, Alessandro Scarlatti y Edith Fischer, y la ópera nacional Llacolén. Revise lo que viene en Archivo Maestro, Opus 97.7, Siglo XXI, La música y mis circunstancias, Puro Jazz, Guitarra, La Ópera, Blanco y Negro, Música Arcana, Palabras bajo la Pauta, Contrapuntos, Concierto Estilo y Continente Latino.
Grandes hitos del repertorio barroco, clásico, romántico y del siglo XX, así como música chilena y obras actuales para los más diversos formatos y homenajes a Gustavo Becerra-Schmidt, Tomás Lefever, Dmitri Shostakovich, Pierre Boulez y Luigi Nono. Se suma un hito de Bach Santiago. Aquí, las más llamativas alternativas que se vivirán en los próximos meses.
Juan Pablo Izquierdo, Carmen Luisa Letelier, Edith Fischer, Luis Orlandini, Roberto Bravo, David del Pino, Paolo Bortolameolli, Alejandra Urrutia, Helmuth Reichel y Luis Toro reconocen el compromiso con la música y los músicos chilenos de la emisora y valoran el importante rol que cumple, además de agradecer el coraje de la UC.
Se destaca una entrevista con Miguel Ángel Marín y emisiones de registros en vivo del Oratorio de la Ascensión y de la Cantata BWV 147 de Bach, además de especiales y la Cantata BWV 147 de Bach, especiales de Charles Mingus, Ornette Coleman y Lennie Tristano, y de compositores brasileños. También hay novedades en La música y mis circunstancias, Música Arcana, Guitarra y Cotidiano.
Además de agradecer el compromiso de quienes son parte del Club y valorar el rol clave que tienen en la sostenibilidad de Radio Beethoven, al cumplir cinco años la emisora en la UC se busca ahora consolidar y expandir esta comunidad con nuevas iniciativas.
Jaime Donoso destaca su "estilo inclasificable" y su "gran originalidad y profunda influencia". José Oplustil, que "se alejó de todas las tendencias de su época" y Sebastián Jatz, que quizás sea suya "la primera obra de arte conceptual". Revise lo que hace único a este compositor francés y una guía para escucharlo en Radio Beethoven, grabaciones recomendadas y detalles de su ópera breve que se pondrá en escena en julio.