Será un hito de uno de los proyectos artísticos más ambiciosos de la escena nacional. El domingo 25 de mayo, en el Día de los Patrimonios, el Instituto de Música UC ofrecerá la quincuagésima entrega del ciclo Bach Santiago.

En el espíritu original del proyecto que el recordado profesor Víctor Alarcón comenzó en julio del año 2018, participarán tanto intérpretes consagrados como nuevas generaciones, estudiantes inclusive. A cargo de la dirección estarán dos profesores del Instituto de Música UC: el tenor Rodrigo del Pozo, quien era parte del equipo con el cual Víctor Alarcón inició el proyecto, y el violinista Gonzalo Beltrán, desde su puesto de concertino.

Se interpretarán tres cantatas que fueron estrenadas con una semana de distancia, en mayo de 1725: BWV 87, Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre, y BWV 183, Nos expulsarán. Además, en el cierre, se escuchará la Cantata BWV 97, En todos mis actos, que fue compuesta una década después.

Actuarán como solistas la soprano Pilar Garrido, el contratenor José Andrés Muñoz, el tenor Rodrigo del Pozo y el barítono Maximiliano Bustíos, quienes además se sumarán a otros cuatro cantantes en los coros. Junto con ellos, un ensamble de diez intérpretes, entre profesores y estudiantes del Instituto de Música UC, más invitados.

Será a las 18 horas del domingo 25 de mayo en el Templo Mayor del Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300), con inscripción gratuita aquí. Además, se transmitirá en directo en musica.uc.cl.

«El Instituto de Música UC tiene con Víctor Alarcón una deuda que es grata, que no nos asfixia, sobre todo con el proyecto Bach Santiago, que quedó inconcluso con su fallecimiento prematuro»

Alejandro Vera

Este hito del proyecto monumental que tomó a su cargo el Instituto de Música UC en octubre de 2018, tras la temprana muerte del profesor Víctor Alarcón, quien alcanzó a dirigir las primeras cinco entregas, vuelve a poner en el foco el legado de esta figura fundamental de la escena coral chilena.

«Víctor Alarcón era una persona muy humana y un agente de unión entre los miembros de la comunidad del Instituto de Música; siempre que yo lo escuché trataba de buscar lo positivo en cada uno de los profesores. Desde el punto de vista personal, su partida significó una gran pérdida para el instituto. Y desde el punto de vista profesional, era alguien que, adonde iba, sacaba un coro, y a veces más de un coro. Era una persona con mucha energía, que estaba llena de proyectos y que lograba convencer, con esa pasión que tenía por la vida musical y coral. Creo que el Instituto de Música UC tiene con él una deuda que es grata, que no nos asfixia, sobre todo con el proyecto Bach Santiago, que quedó inconcluso con su fallecimiento prematuro», comenta Alejandro Vera, director del Instituto de Música UC.

«Es muy significativo que lleguemos al concierto número 50 de Bach Santiago, justamente por la razón de rememorar a Víctor desde el punto de vista personal y también profesional», agrega.

¿Qué le gustaría destacar de la visión de Víctor Alarcón para iniciar este proyecto? ¿En qué medida es una visión que se hereda a la comunidad del Instituto de Música UC, gracias a su incesante trabajo y ejemplo?

«Obviamente, el haber iniciado el proyecto Bach Santiago muestra lo visionario y lo ambicioso que era Víctor cuando planificaba todos sus proyectos. Siempre pensaba en grande, y al principio parecía que no iba a haber ni tiempo ni energía ni recursos para lograr los proyectos que él planteaba, pero a la larga lograba sacarlos adelante. Me parece muy importante que la gente del Instituto de Música UC haya podido continuar este proyecto, y hay que reconocer el trabajo de la directora Karina Fischer, de Gerardo Salazar como subdirector de Extensión y de Felipe Ramos como coordinador de Extensión, así como todos los músicos que han participado en este proyecto, algunos del instituto y otros externos que han sido invitados y que han enriquecido el proyecto con su experiencia y con su calidad musical».

¿Cómo podemos dimensionar la relevancia que tiene el hecho de que Santiago se convertirá en la primera ciudad de América Latina en la cual se interpretarán todas las cantatas de Johann Sebastian Bach? ¿Qué representa, a su juicio, para una ciudad o sociedad el tener la oportunidad de seguir un proyecto monumental como éste y vivir, en el siglo XXI, una secuencia de conciertos que nos hermana con la vivencia musical que pudieron tener, en la época de Bach, quienes iban a Santo Tomás de Leipzig, por ejemplo?

«En un momento como el actual, en el que emergen nuevas formas de nacionalismos, algunas más tradicionales y otras revestidas con ropajes más progresistas, creo que el hecho de convertir a Santiago en la primera ciudad en la que se interpretarán íntegramente las cantatas de Johann Sebastian Bach implica, entre otras cosas, entender que la cultura no funciona de acuerdo con las fronteras nacionales o continentales. La cultura, y la música como parte de la cultura, no funcionan así. Al fin y al cabo, no importa tanto que una obra o una expresión musical tenga su origen en un contexto geográfico o cultural determinado, porque muy fácilmente las personas de otros lugares no sólo tienen derecho a apropiarse, sino que lo hacen con mucha frecuencia y con toda libertad. Eso es lo que hace tan rica a la música y a la cultura en general.  Me parece que hacernos pare de esa historia colectiva de la humanidad con esta música, es una oportunidad gigante para nosotros, así como en otros lugares hacen también integrales de Violeta Parra o de gente de este país o de Latinoamérica, con toda propiedad y derecho también».

Como musicólogo, ¿de qué manera describiría el valor artístico y cultural que tiene el conjunto de cantatas sobrevivientes de Johann Sebastian Bach? ¿Qué es lo que hace único a este acervo en particular?

«Hace poco, estuvimos en clases hablando del valor que tenía la obra de Bach desde el punto de vista musical, y una estudiante me preguntó si creía que estaba un poco sobrevalorado porque siempre que hablaba con algunos compañeros le decían cosas como ‘Tienes que conocer a Bach’, ‘No puede no gustarte Bach’. Y yo les di mi punto de vista, que era básicamente que en cuestión de gustos es perfectamente legítimo que a alguien no le guste Bach o que no le guste Beethoven, Mozart, o cualquiera de los compositores del canon clásico. Pero una cosa distinta sería no entender la importancia que esos compositores tienen. Y yo creo que Bach, uno de los mayores logros que tuvo como compositor fue lograr juntar a la perfección un estilo antiguo, contrapuntístico, más propio quizás del norte de Alemania, con el estilo del sur de Europa, italiano, con el estilo de concierto de Vivaldi o de Corelli e incluso, en algunas obras, hacer las dos cosas al mismo tiempo. Eso es realmente genial y explica lo importante que es su obra por su ingenio y su expresividad, por el dominio que tiene de los recursos musicales, y por lo mucho que influyó en todos los compositores que vinieron después, principalmente clásicos, por supuesto, pero también de otros géneros musicales, como el jazz e incluso la música popular. Estamos hablando de un compositor muy importante, más allá de su identidad y de cómo haya sido como persona, o de cuál era su nacionalidad. Es un compositor realmente muy importante desde el punto de vista musical».

Una de las personas que inició el proyecto con Víctor Alarcón fue el profesor Rodrigo del Pozo, como encargado vocal. «Éste es un concierto muy especial, es el número 50 que hacemos desde la primera idea de Víctor Alarcón, que yo también estuve presente con él», confirma el tenor.

Puntualiza que dos de las cantatas, la BWV 87 y la BWV 183, «fueron escritas para la misma época litúrgica, se realizaron con una semana de diferencia entre ellas, en mayo de 1725, y tienen instrumentos y voces similares, es decir, usan las mismas fuerzas. Una de sus características es que usan cuatro oboes».

«Bach sencillamente no puede hacer algo simple, no le resulta. Siempre es hermoso, pero siempre es muy complejo»

Rodrigo del Pozo

En cuanto a la Cantata BWV 97, el tenor señala que es más extensa y la única de las tres que tiene un coro al comienzo, el cual califica como «muy hermoso». No fue escrita para el calendario litúrgico, sino que para una situación especial, como podría ser una boda.  Lo curioso, remarca, es que de todas maneras es extremadamente difícil. «Tiene algunas arias para el tenor y para la soprano muy complejas. Bach sencillamente no puede hacer algo simple, no le resulta. Siempre es hermoso, pero siempre es muy complejo», destaca el profesor Del Pozo.

«En esta ocasión vamos a participar profesores, invitados y algunos alumnos y exalumnos, lo que coincide con el espíritu de lo que tenía pensado Víctor, que era, primero, tener un equipo con el cual podía hacer todas las cantatas, pero también tener invitados, o sea que no fuera siempre el mismo equipo», asegura el tenor.

Así, actuarán los oboístas Víctor Astorga y Juan Nail, exalumno y estudiante de Música UC, así como cinco profesores, sumándose a Del Pozo y Beltrán, Verónica Sierralta, tanto en órgano como en clavecín, el violinista Miguel Ángel Muñoz y el contrabajista Carlos Arenas. Entre los intérpretes invitados se cuentan la chelista Paulina Mühle-Wiehoff, la soprano Claudia Figueroa, la contralto María José Uribarri y el barítono Diego Delpiano, quienes actuarán en el coro, ya han sido parte del ciclo Bach Santiago.

También ya han sido previamente parte de este monumental proyecto los cuatro solistas.

«En las primeras entregas del proyecto en la iglesia de Lota, yo ya sentía que estaba siendo parte de algo histórico, de algo que en Chile nunca se había hecho»

Pilar Garrido

Pilar Garrido (1992) señala: «Me sentí muy honrada con la invitación del maestro Rodrigo del Pozo, porque es un ciclo que conozco desde que yo estaba estudiando todavía, y ser parte de la entrega número 50 es realmente un honor para mí».

Entonces, la soprano estaba estudiando en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y ya conocía a Víctor Alarcón porque la había llamado para un par de conciertos. «Y recuerdo que él sube una foto a Facebook con los originales de todas las cantatas de Bach, y ahí nos enteramos de que él tiene este proyecto de hacerlas todas. Desde ese momento, claro, yo empecé a ir varios domingos a la iglesia de Lota: Sentía mucha admiración, tanto por los intérpretes como por el proyecto mismo, que me parecía muy loable y además, muy bonito. Recuerdo que en esas primeras entregas yo ya sentía que estaba siendo parte de algo histórico, de algo que en Chile nunca se había hecho. Después empecé a participar como intérprete y ahora ser parte de la entrega número 50 es super emocionante para mí, es un hito dentro de mi carrera», comenta.

¿Cómo era Víctor Alarcón? ¿Qué diría de su personalidad y de su legado?

«Víctor Alarcón era muy amable, era muy simpático sobre todo. Muy chistoso. A los más jóvenes nos instaba siempre a tirarnos a la piscina, a cantar nomás, y te pasaba de repente una partitura muy a última hora y la tenías que cantar como fuera. Él siempre te hacía creer en ti mismo. Yo estaba chica todavía, llevaba como tres años estudiando canto en la universidad… Uno siempre tiene muchas inseguridades y él siempre te decía ‘Canta, tú puedes hacerlo’. Te daba una confianza muy grande. Y como uno sabía quién era él, uno se sentía con mucha más confianza de poder cantar. Era una persona encantadora, muy buena persona, muy abierto también a entregar el conocimiento, a hacer participar a gente muy joven. Mi primer Mesías de Haendel fue con él. Siempre buscaba a gente joven que participara en sus proyectos».

Cuando lanzó el proyecto Bach Santiago, Víctor Alarcón me dijo que era muy importante que participaran cantantes de distintas edades y trayectorias, incluyendo estudiantes actuando, porque era una oportunidad muy grande de aprender y el proyecto tenía también un foco educativo (ver nota de 2018).

«Sí, y eso se ha dado bastante. Mi primer Bach Santiago fue junto a Patricio Sabaté, que es un maestro, y poder trabajar a su lado fue ya una tremenda cosa para mí. Fue muy emocionante».

Entre ser parte del coro y actuar como solista, Pilar Garrido ha actuado ya en cinco entregas del ciclo. Aclara que le da mucha confianza trabajar con el profesor Del Pozo «porque él sabe exactamente lo que está haciendo y porque tiene muchísima experiencia en el repertorio. Siempre se puede aprender algo nuevo con él», además de que al ser contar con una trayectoria interpretando esta música, su guía es muy asertiva.

A juicio de Pilar Garrido, el programa del concierto Bach Santiago 50 es «bastante lucido; todas las voces tienen algún aria difícil de cantar, hay bastante coloratura y bastante lucimiento, pero también, como siempre, los textos en Bach nos invitan mucho a la reflexión. Ojalá la gente pueda mirar las traducciones y luego cerrar los ojos y simplemente escuchar la música, porque siempre están muy relacionados los textos con la música y estas tres cantatas que vamos a hacer no son la excepción».

¿Qué más le gustaría decir sobre los intérpretes con los cuales va a participar, tal vez sobre los otros solistas? 

«En este caso vamos a cantar con José Muñoz, que está seleccionado como finalista en la Paris Opera Competition, que es una competencia de canto internacional bastante importante y hace poco lo tomó una agencia europea, por lo tanto es una persona que está justo en la explosión de de su carrera. Además, viene de la medicina, y tiene una voz y un talento excepcionales, y ya por eso me parece un lujo poder cantar con él. Como barítono vamos a tener a Maximiliano Bustíos, quien tiene mucha ductilidad en este repertorio, que le queda a él como anillo al dedo. Además, la música fluye a través de él, no tiene que hacer un gran esfuerzo para acoplarse muy bien a la partitura. Y, finalmente, el maestro Rodrigo del Pozo, que siempre es un honor cantar con él. Me tocó ser la única mujer y las tres voces masculinas que están conmigo, además, son muy bellas desde el color, muy bellas tímbricamente. En ese sentido también es que invito a cerrar los ojos y escuchar y dejarse llevar un poco».

El contratenor José Andrés Muñoz (1998) también valora enormemente el ciclo Bach Santiago. «Que se pueda realizar algo así en Latinoamérica lo encuentro espectacular», indica. Aprecia, igualmente, esta invitación para actuar como solista.

«Es un honor para mí ser parte de este proyecto que ha permitido reactivar el repertorio de Bach y dar también a conocer en múltiples contextos y en múltiples escenarios, hacia la comunidad de manera gratuita, la interpretación históricamente informada, con grandes directores y grandes músicos. Es un honor, y más ahora en la edición número 50, donde ya se marca un hito. Ya hay una gran parte de las cantatas que han sido interpretadas, entonces es realmente algo muy inspirador que te convoquen para participar con grandes intérpretes», comenta José Andrés Muñoz.

¿Cómo ha sido su experiencia previa en el ciclo Bach Santiago? Recuerdo que su tercera participación fue en el concierto Bach Santiago 44, ¿es así?

«Mi experiencia previa en el ciclo Bach Santiago ha sido muy enriquecedora a nivel profesional y personal, el hecho de haber compartido con grandes maestros me ha permitido crecer como cantante, al deber ponerme al nivel de grandes intérpretes nacionales e internacionales».

Su tercera participación fue especialmente significativa. Fue en Bach Santiago 44, en agosto del año pasado. «Fernando Cordella es un gran músico, un gran maestro, y me permitió entender mucho respecto de ciertas cosas de estilo, formas interpretativas», destaca el contratenor. Su debut como solista fue en el concierto Bach Santiago 42, en junio de 2024, y antes, recuerda, fue ripienista o corista.

«Estaba empezando mis estudios con Evelyn Ramírez cuando asistí a varios de los conciertos de Bach Santiago con Concerto Vocale, y otros los vi por internet. Siento que es parte de un logro profesional ser partícipe ahora; es algo que anhelé mucho tiempo»

José Andrés Muñoz

A Víctor Alarcón no lo conoció personalmente. Pero sí conocía su carrera, de hecho, sabía que él era jurado en el programa Crecer Cantando del Teatro Municipal, donde participó.  José Andrés Muñoz destaca el alcance y la ambición de Bach Santiago desde el inicio. «Yo estaba estudiando mi segundo año de medicina y estaba empezando mis estudios de manera más profesional con mi maestra actual, Evelyn Ramírez, y recuerdo haber asistido a varios de los conciertos de Bach Santiago con Concerto Vocale, y otros los vi por internet. Entonces, siento que es parte de un logro profesional ser partícipe ahora; es algo que anhelé mucho tiempo y ahora que sea realidad es algo muy bonito».

¿Qué le gustaría destacar de las cantatas que se interpretarán en el concierto Bach Santiago 50, o de alguna de ellas, o respecto de su rol en ellas? Y, respecto de los otros solistas, o de la codirección de los profesores de Música UC Rodrigo del Pozo y Gonzalo Beltrán?

«Todas estás relacionadas con el sentimiento de perdón, paciencia, consuelo y, al mismo tiempo, el servir a Dios, en este caso, desde una visión súper terrenal. Musicalmente, está todo súper correlacionado on el texto. Son cantatas muy bellas, musicalmente, y muy reflexivas respecto del tiempo ordinario litúrgico en el que nos encontramos en este momento».

José Andrés Muñoz resalta igualmente el poder trabajar con los profesores Rodrigo del Pozo y Gonzalo Beltrán. Respecto del tenor, señala que «siempre es un gran aprendizaje el compartir con él, es muy generoso al compartir sus conocimientos y solidario al ayudarnos a quienes somos más nuevos, para poder realizar una interpretación lo más correcta estilísticamente y, al mismo tiempo, en darnos ciertas herramientas y ciertas libertades para poder mostrar lo que queremos mostrar como intérpretes». Y sobre el violinista, aclara que ha trabajado con él en el  Encuentro de Música Sacra UC y «realmente también es un gran músico, un gran maestro».

Respecto de Bach, ¿cuáles diría usted que son los mayores desafíos que impone a un cantante y cuáles son las mayores gratificaciones?

«Bach es un compositor muy complejo respecto del abordaje, pues la interpretación tiene que ir muy enfocada respecto del texto; lo que estás diciendo. Al mismo tiempo, tiene mucho melisma, y es muy variable, además, o sea, puedes tener un melisma que te cambia en una nota y que después lo tienes que volver a repetir en otra nota y así sucesivamente. Entonces, uno de los mayores desafíos es lograr transmitir el mensaje del texto a través de la interpretación musical. Por otro lado, esto también es muy gratificante porque Bach es una gran escuela de la interpretación vocal; es el padre de la música, es uno de los grandes intérpretes a dominar. En especial, poder abordar este repertorio de una manera estilísticamente correcta es muy enriquecedor: te aporta herramientas como intérprete tanto en la parte interpretativa como en la técnica vocal».

En abril pasado, José Andrés Muñoz fue solista en el Concierto de Semana Santa UC 2024, cuando Jorge Lavista dirigió una reconstrucción de la Pasión según San Marcos de Bach (ver crítica). Ello se suma, por cierto, a sus participaciones en el Ciclo Bach Santiago, y otras actuaciones, por ejemplo, en Lamentaciones de Jeremías de Zelenka, a inicios de abril pasado, en el 22º Encuentro de Música Sacra UC (ver nota). Antes, en junio de 2022, actuó también como solista en el Concierto de Aniversario UC que condujo Mika Eichenholz, con los Chichester Psalms de Bernstein (ver nota)

¿Está siendo la programación de conciertos del Instituto de Música UC un buen espacio para que usted siga desarrollando su carrera como cantante a la par de su profesión como médico? ¿Son compromisos importantes para usted?

«La Católica ha sido uno de los grandes escenarios chilenos donde yo he podido desempeñarme; ha sido el lugar donde más he cantado acá en Chile. He tenido la oportunidad de cantar con grandes solista, ya sea en el ciclo Bach Santiago, recuerdo las Lamentaciones de Jeremías de Zelenka, la Pasión según san Marcos, de Bach y previamente en las Chichester Psalms de Bernstein, que fue mi primer concierto grande como contratenor. Mi debut como cantante en Santiago, y dentro de los grandes escenarios chilenos, fue en la Católica y es donde se me ha dado la oportunidad, donde han confiando en mi trabajo, en mi voz y en mi desempeño profesional. El hecho de estar viviendo en Santiago, más la flexibilidad que se me ha dado por parte del hospital para poder seguir cantando me han permitido compatibilizar ambas carreras durante este tiempo. Por supuesto que son importantes todos estos compromisos: aparte del Teatro Municipal de Santiago, las principales obras donde he sido solista han sido en la Temporada de Conciertos de la Católica, entonces estoy muy agradecido y espero que se vengan muchas otras cosas».

Hace menos de un mes, usted se convirtió en finalista del Concurso de Ópera de París. ¿Qué emociones le embargan y cómo ve la final, que entiendo que será en noviembre? Además, entiendo que lo contactaron de una agencia para representarlo después de eso. 

«Recién estoy decantando los sentimientos que tengo respecto de este gran logro dentro de mi carrera musical. La final todavía la veo como algo lejano. Actualmente estoy enfocándome en el presente, pero ya envíe mi repertorio para noviembre y estoy esperando que me lo acepten porque la final es un concierto con dúo, solo, con ensamble y con cierta escena. Creo que será una experiencia muy enriquecedora en la primera línea en Europa; va a ser mi primera vez cantando en un teatro europeo. Me siento muy afortunado».

Por Romina de la Sotta Donoso | 20-05-2025 | Publicado originalmente en musica.uc.cl.