Boris Giltburg vuelve a Chile con Liszt, Beethoven y Rachmaninov: «Es un programa muy dramático y con un conocimiento muy grande de las emociones humanas»
Boris Giltburg vuelve a Chile con Liszt, Beethoven y Rachmaninov: "Es un programa muy dramático y con un conocimiento muy grande de las emociones humanas"
noviembre 19, 2024
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
Cada vez que ha actuado en nuestro país, la crítica y las audiencias lo han aplaudido largamente. Y lo mismo sucede en cada uno de los escenarios que él se presenta. Su virtuosismo está siempre al servicio de la partitura y no del lucimiento personal, y su excepcional madurez artística lo ha destacado incluso desde la juventud.
El pianista Boris Giltburg (1984) volverá a conmover al público chileno el martes 26 de noviembre. Interpretará tres sonatas que ha grabado, con gran recepción de esos discos. Por un lado, están la Sonata en si menor de Franz Liszt y la Sonata nº 2 en Si bemol menor, Op. 36, de Sergei Rachmaninov, que fueron parte de su disco Sonatas Románticas (2013).
Por otra parte, se escuchará la Sonata nº 14 en Do sostenido menor, Op. 27/2, Claro de luna, de Ludwig van Beethoven, que es parte de uno de sus grandes proyectos actuales y que inició en pandemia: la integral del compositor alemán. Sumará, además, seis preludios de Rachmaninov.
Radio Beethoven conversó con este pianista nacido en Moscú, formado en Israel y que vive en Londres.
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Usted ha venido varias veces y siempre ha tenido gran éxito y cariño del público también. ¿Cómo ha vivido usted su relación con Chile a lo largo del tiempo?
«Sí, es verdad que he tocado muchas veces en Chile. Eso fue antes de la pandemia de Covid, entonces ésta es la primera vez que vuelvo después de 2020. Tengo recuerdos muy cálidos y muy fuertes de Chile como país y también del público chileno, que yo lo encontré muy entendido y muy entusiasta. Estoy feliz de poder volver finalmente».
¿Usted viene solamentea Chile este concierto será parte de una gira por varios países de América Latina?
«Es una gira que comienza en Europa. Después toco en Chile y en seguida en el Teatro Colón en Buenos Aires».
¿En el Teatro Colónes el mismo programa o esdiferente?
«No es el mismo. En el Teatro Colón es con orquesta haremos el Tercer Concierto para piano y orquesta de Bartók».
Hablemos del programa que va a tocar en Chile. ¿Cómo lo diseñó, qué fue lo primero que pensó?
«Bueno, yo quería presentar un programa con una variedad de épocas y de compositores. Hay una conexión entre los compositores que toco, que son Beethoven, Liszt y Rachmaninov, que si no fueron los tres mejores pianistas de su época, estuvieron entre los mejores. Ellos tres superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano. Además, en sus conciertos Liszt tocaba obras de Beethoven y Rachmaninov tocaba obras de Liszt, entonces hay una especie de columna que el da forma a una conexión entre los tres. Y yo elegí una sonata de cada uno. Son la Sonata Claro de Luna de Beethoven, la Sonata grande en Si menor de Liszt y la Sonata n°2 en Si bemol menor de Rachmaninov. Eso es el núcleo del programa, y los preludios son como un pequeño intermezzo, algo un poco más ligero, un poco más corto también, para que no sólo sean obras grandes y pesadas».
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Las tres sonatas son tan distintas, pero todas expresan de gran manera las características únicas de cada uno de sus autores, ¿no? ¿Le gustaría hablar sobre cómo se diferencian o qué tienen en común estas sonatas?
«Puedo decir que lo que une a las tres sonatas es una atmósfera muy fuerte que atrapa al publico desde la primera nota. También, que en las tres sonatas podemos encontrar un conocimiento profundo de las emociones humanas y una habilidad magistral para identificar estas emociones y ponerlas en notas de música y entregárselas al público. Claro que el idioma musical de cada sonata es distinto, porque en esta sonata de Beethoven hablamos de una sonata de la época clásica, aunque hay algo bastante romántico en su primer movimiento, y era una sonata muy popular en la época romántica por su atmósfera muy cautivante y fuerte. Sin embargo, el idioma de Beethoven siempre es el idioma del Clasicismo. Cuando pasamos a Liszt y a Rachmaninov entramos al mundo del Romanticismo, el más temprano en Liszt y uno muy tardío en Rachmaninov. Pienso que en cada una de las tres no hay una narrativa programática porque no tenemos un programa escrito para esas tres sonatas, pero sí hay un cuento que la música quiere transmitir al público, eso es muy fuerte y a mí, como pianista, me dan siempre muchas ganas de tocar obras así, que tienen una historia en las notas y que cada una de las personas del público pueden imaginar.. Es decir, obras que permiten que la música se trasponga a distintos lugares, sin ser algo fijo. Son obras que siempre están abiertas a la imaginación de cada personas del público».
De alguna manera, en estas tres sonatas el público puede hacer su propia interpretación, entonces son obras con varios procesos de interpretación, no sólo la que hace el pianista desde la partitura.
«Sí. Como intérprete, yo tengo la responsabilidad de transmitir este sentido de una interpretación de un programa cualquiera, pero después está en la imaginación del público mismo y no sólo en mis manos. Esto es algo que se crea durante el concierto, en colaboración entre el público y el intérprete».
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Eso debe ser una de las cosas más lindas de ser intérprete, el hecho de poder vivir eso.
«Sí, claro. ¡Claro! No todas las obras del repertorio clásico tienen ese sentido de un cuento o de una historia narrativa en la música. Hay también sonatas de Beethoven donde ese sentido no es tan fuerte. La música de Liszt es más programática que la música de Beethoven o de Rachmaninov, pero también con Liszt no es ciento por ciento cierto que siempre tenemos el sentido de programa. Es decir, esa característica es algo especial de estas tres sonatas».
Los preludios de Rachmaninov que va a tocar, ¿los eligió porque tienen un carácter en común? ¿Cómo los eligió?
«Busqué contrastes entre los preludios, para que sea un pequeño viaje. Empiezo por el preludio en Re mayor, que es muy calmo y profundo y que para mí tiene un sentido de la naturaleza, y pasamos al preludio en Sol menor que es bastante dramático y bastante muscular también, y así, a través de seis preludios. Es decir, cada uno tiene su propio carácter y yo intenté formar un mini ciclo donde tenemos suficiente variedad entre los preludios».
Sé que no va a tocar obras de Bartók en Chile, pero ya que lo hará en Argentina, ¿cómo es su relación con este compositor?
«La verdad es que a Bartók lo adoro. Yo escucho más Bartók de cuanto lo toco. Adoro la obras de Bartók para orquesta; el Concierto para orquesta, la Música paracuerda, percusión y celesta, y su ópera, y sólo he tocado el Tercer Concierto para piano y dos o tres obras pequeñas para piano solo. Es todo lo que he tocado de Bartók, pero su Tercer Concierto fue el primer concierto para piano y orquesta que yo estudié cuando era chico. Lo estudié cuando tenía nueve años, lo que es un poco ridículo, pero fue así mi profesor pensaba que sería una buena idea que yo lo tocara a los nueve años (ríe). En los últimos años lo toco dos o tres veces por temporada, y siempre es una obra que adoro con todo mi corazón».
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Justamente el Concierto n°3 de Bela Bartók fue la obra que tocó, junto con la Sinfónica de Londres en el Concurso Santander cuando tenía 18 años. Boris Giltburg nació en la ex Unión Soviética, en una familia judía rusa. «Toda mi familia es de Moscú, pero emigramos a Israel cuando yo tenía cinco años», indica. A los once empezó a estudiar con Arie Vardi y con él se formó hasta el año 2007.
The Washington Post ha alabado su despliegue «cantabile, variedad de toques y paleta dinámica amplia capaz de grandes oleadas de energía», y el Suddeutsche Zeitung, que su entrega alternada de «calma espiritual y compromiso enfático es apasionante, y uno no podría desear una interpretación más iluminadora, lírica o con frases más ricas».
Boris Giltburg actúa en las más prestigiosas salas de concierto, como el Concertgebouw de Ámsterdam, el Carnegie Hall, la Elbphilharmonie de Hamburgo, la Konzerthaus de Viena y el Southbank Centre de Londres, y ha colaborado con agrupaciones tan reconocidas como la Philharmonia Orchestra, la las filarmónicas de Londres y de Dresde.
Ha ganado dos Diapasson d’Or y un Grammophone y tiene una veintena de discos, con grabaciones de referencia, por ejemplo, de Rachmaninov. Además, concita un amplio interés del más amplio público, con más de un millón doscientos mil oyentes mensuales en Spotify.
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Hablemos sobre sus proyectos actuales y futuros. ¿Está con grabaciones?
«Sí, tengo varios proyectos de grabación. Estoy grabado la obra integral de Rachmaninov, que casi lo he grabado todo, me quedan cuatro grabaciones más; una va a salir en febrero, la otra en septiembre y después en 2027, porque en 2026 va a salir la integral de El clave bien temperado de Bach, que eso mi mayor proyecto para el año que viene: estudiar, grabar y filmar los 48 preludios y fugas. Y al mismo tiempo, ahora, ya en el ámbito de los conciertos, estoy tocando la integral de las sonatas de Beethoven en la sala Wigmore de Londres y después en los años que vienen voy a tocar también en otros lugares, como Bruselas y Shanghai. ya veremos dónde más. Esos son los proyectos de estos dos años».
La integral de Rachmaninov, ¿con cuál sello la grabará?
«Para mis grabaciones de piano solo el sello es siempre Naxos. Yo empecé con Naxos en 2015 y sigo con ellos. Si grabo música de cámara, eso lo hago con otros sellos».
El clave bien temperado, entonces, ¿también es con Naxos?¿Y con cuál instrumento lo está grabando?
«Todavía no lo he grabado. Voy a grabar el primer libro en mayo de 2025 y va a salir en febrero de 2026, y el segundo voy a grabarlo en enero de 2026 y va salir en septiembre de 2026. Es con piano moderno. Yo estudié un año clavecín, y un año pianoforte, pero no son mis instrumentos, no tengo suficiente experiencia. Es cierto que tienen un teclado, pero eso es todo lo que tienen en común con el piano (ríe)».
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
Y la integral de las sonatas de Beethoven, ¿ya la había hecho en vivo? ¿O es su primera vez?
«Las sonatas de Beethoven las grabé en 2020, el año de la pandemia y que era también el aniversario de Beethoven. Empezó como un proyecto para las redes sociales, porque quería ir escribiendo un blog. Antes de empezar ese proyecto yo no había tocado más que nueve sonatas y pensaba que ése sería mi proyecto personal para el año de Beethoven y después veríamos qué sucedía. Pero como el proyecto tuvo bastante éxito, y con los cambios del Covid, terminó por ser una grabación de nueve discos. También tengo 32 videos que están en YouTube y que son en vivo. Son sin montaje».
Los grabó en vivo, perosin público por el Covid.
«Sin público, en una sala vacía».
Y ahora está interpretando, ya con público, la integral de Beethoven.
«Sí, con público. Empecé en septiembre, son ocho conciertos y en esta temporada 2024-20225 hago la integral en el Wigmore, entonces hay un concierto cada cuatro a seis semanas. Ttoqué el 15 de septiembre y luego el 31 de octubre. También están en YouTube, en el canal del Wigmore Hall».
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
En confinamiento, Boris Giltburg fue escribiendo un blog sobre el proceso y los registros se iban liberando de a poco. BB Music Magazine aseguró: «Estas interpretaciones son enormemente placenteras y, a veces, reveladoras… El pianismo de Giltburg se adapta perfectamente al Beethoven tardío» Además, grabó los conciertos del compositor alemán con Vasily Petrenko y la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra, e interpretó en concierto, cuando la pandemia lo fue permitiendo, conciertos y sonatas de Beethoven.
Su estilo es sumergirse profundamente en un compositor: Entre 2021 y 2023, se dedicó a la obra completa de Maurice Ravel, tocando las partituras para piano solo en varias salas y el ciclo completo en Wigmore Hall, además de las sonatas para violín y piano con Alina Ibragimova, y los conciertos de Ravel los abordó con la Orquesta Nacional de Francia, la Filarmónica de Bruselas y también en el Concertgebouw.
Boris Giltburg. Foto: Sasha Gusov.
¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación al concierto que dará el 26 de noviembre en Santiago?
«Tengo la felicidad de volver a Chile después de muchos años y quiero, con mucho gusto, invitar al público a mi recital donde voy a tocar obras de tres compositores que estaban también entre los mejores pianistas de su época. Son Beethoven, Liszt y Rachmaninov, tres compositores que tengo muy cerca de mi corazón. Pienso que es un programa muy dramático, muy interesante, con un sentimiento muy fuerte de atmósfera y también con un conocimiento muy grande de las emociones humanas que los compositores expresan en su música. Espero que les guste».
Coordenadas
20 horas, martes 26 de noviembre. Teatro CA 660 de Fundación CorpArtes (Rosario Nortes 660, metro Manquehue). Entradas desde $29 mil a $38 mil. Venta de entradas.
Programa
Ludwig van Beethoven Sonata nº 14 en Do sostenido menor, Op. 27/2, Claro de Luna
Franz Liszt Sonata en Si menor
Sergei Rachmaninov Selección de Preludios N.º 4 en Re mayor, Op. 23 Nº 5 en Sol menor, Op. 23 Nº 5 en Sol mayor, Op. 32 Nº 10 en Si menor, Op. 32 Nº 12 en Sol sostenido menor, Op. 32 Nº 7 en Do menor, Op. 23
Sergei Rachmaninov Sonata nº 2 en Si bemol menor, Op. 36 (versión 1931)
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