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Literatura

Andrés Neuman: Granada en Federico García Lorca

junio 23, 2021

"Las circunstancias de su muerte forman una triste y apasionante sinopsis de todas las tensiones sociológicas, morales y políticas que había en la Granada de los años 30", dice el escritor argentino, quien dictará una charla el 29 de junio, en el ciclo La Ciudad de los Escritores del Doctorado en Arquitectura UC. También profundiza en la amistad del dramaturgo con Manuel de Falla.

Andrés Neuman: Granada en Federico García Lorca

Andrés Neuman (1977), escritor argentino-hispano.

Federico García Lorca (1898-1936) es uno de los grandes nombres de las letras hispanas. Poeta y dramaturgo, fue una de las figuras más relevantes e influyentes de la Generación del 27. Fue asesinado a inicios de la Guerra Civil Española, a los 38 años de edad, y sin embargo, en la actualidad sigue siendo el poeta español más leído de todos los tiempos.

Tradición y vanguardia se funden en su obra, y se alimenta también del folclor. Su teatro es lírico, dramático y simbólico, utiliza recursos como los títeres y el cancionero popular, y le da un protagonismo inusitado a la visualidad y la lengua. Entre sus piezas teatrales más célebres se cuentan Yerma (1934)  y La casa de Bernarda Alba (1936), que no sólo no alcanza a ver estrenada, pues lo fusilan al inicio de la Guerra Civil española, sino que se publicará recién en 1945 y en Buenos Aires.

A pesar de que es en Madrid donde publica sus primeros versos, en Libro de poemas (1921) y El maleficio de la mariposa (1920), y allí es donde estrena su célebre tragedia Bodas de Sangre (1931), el vínculo que establece Federico García Lorca con Granada marca su vida, su obra y su muerte.

Estas profundas huellas de Granada en la creación de Lorca y las complejas imbricaciones del territorio y la sociedad granadina y también andaluz, son el tema que abordará el escritor argentino Andrés Neuman, en una nueva entrega del ciclo La Ciudad de los Escritores, el martes 29 de junio.

La conferencia se enmarca dentro del proyecto La Ciudad y las Palabras, del Doctorado en Arquitectura UC, que coordina Loreto Villarroel. La charla se transmitirá en vivo, a las 18:00 horas, a través del canal de YouTube Doctorado Fadeu, con acceso liberado.

Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, Andrés Neuman vive en esa ciudad española desde los 14 años. poeta, novelista y columnista, obtuvo el Premio Alfaguara con  El viajero del siglo (2009) y mantiene el blog de literatura Microrréplicas.

Andrés Neuman entregó algunos adelantos de su disertación a Radio Beethoven. Dos fueron los focos: la gravitación que tiene Granada en el imaginario de Federico García Lorca, y en cómo esa ciudad marca su creación para la música. Revisemos qué nos comentó.

«La ciudad de Granada actúa sobre Lorca en todos los sentidos. En el simbólico, en el histórico, naturalmente en el poético y también en el político», indica Andrés Neuman.

«En Lorca es muy fácil rastrear la huella de la gente de Granada, y de cierta orografía incluso, de ese paisaje sinuoso del que está hecho Granada; por ejemplo, con su zona de cuevas, el Sacromonte, con su profusión de miradores. Granada es una ciudad con bruscos cambios de perspectivas y con recovecos, es una ciudad que tiende a lo recóndito, y todo eso se puede ver en el despliegue de escenarios de muchos poemas de Lorca», asegura.

Tanto Granada en particular, como Andalucía en general, indica, sus personajes, sus leyendas gitanas y no gitanas, y sus santorales, sus festividades locales son parte de su obra. «Todo eso está particularmente presente en algunos de los libros de Federico García Lorca, en esa época en que publicó los Poemas del Cante Jondo y, por supuesto, el Romancero Gitano, en ese período en que Lorca va alcanzando su madurez, y también en libros más tardíos, como el Diván del Tamarit, donde donde la poesía arábiga, la tradición musulmana, se enlaza muy bien con toda la poesía de vanguardia que se estaba produciendo en los años 20 y 30 en España», profundiza Neuman.

Federico García Lorca (1898-1936). «No se ha conservado ni un solo registro de su voz, y esta desaparición es es para mí tanto o más misteriosa que la imposibilidad de encontrar sus restos», dice Andrés Neuman.

Por cierto que Granada también da forma a parte del legado teatral de Lorca, advierte el escritor:. «La Casa de Bernarda Alba es uno de los primeros casos de teatro de reportaje, es una especie de dramatización de una familia que existió en realidad. Si se puede decir mutatis mutandis, que es lo que hizo Truman Capote en A Sangre Fría, y es de algún modo lo que trató de hacer en términos teatrales y poéticos Lorca en esa obra. Sembró una gran polémica en el pueblo originario de Lorca».

El célebre poeta nació y creció en pueblos pequeños de la región; respectivamente, Fuente Vaqueros y Valderrubio, que hasta 1943 se llamaba Asquerosa. «En esos dos pueblos hubo mucha polémica con la forma en que Lorca recreó a esa familia de Bernarda Alba. Si me apuran, una de las teorías que hay sobre la muerte de Lorca, sobre las circunstancias en que lo secuestran y lo asesinan, tiene que ver con una cierta vendetta, precisamente por ese tipo de reyertas locales entre entre familias de esa zona», apunta Neuman.

En cuanto al carácter, a la idiosincrasia misma de Federico García Lorca, aclara que «era muy granadino en cuanto a su manera de ser educado, por una familia que era muy muy típica de la ciudad, una familia pudiente en este caso. Se suele decir que fue un andaluz universal. Las maldades de Borges son muy divertidas, pero con su dosis de arbitrariedad dijo que era un andaluz profesional. En realidad, Lorca hizo muy bien algo que Borges trató de hacer en su juventud, que era universalizar los mitos populares locales, lo que en realidad Borges hizo con los cuchilleros, con los compadritos, con el ambiente de las milongas, con los gauchos, con las zonas de desierto, con todo eso que Borges trató de llevarse hacia Shakespeare, de lo gaucho a Shakespeare, de los compadritos y de lo tanguero, a lo universal, bueno, Lorca lo hizo me atrevería decir que tan bien o mejor y quizás por eso despertaba la inquietud de Borges».

A juicio de Andrés Neuman, Lorca fue un granadino paradigmático., y en ello es crucial considerar cómo sucede su asesinato. «Las circunstancias de su muerte forman una triste y apasionante sinopsis de todas las tensiones internas sociológicas, morales y políticas que había en la Granada de los años 30, durante el Golpe de estado, en el verano de 1936. Por desgracia, Lorca fue una de las primeras y más ilustres víctimas de ese Golpe de Estado y de la Guerra Civil que sucedió justo después. Si se traza el mapa en qué circunstancias Lorca huye a Granada creyendo que en Granada se iba a quedar protegido. La familia del poeta Rosales, en la que él cree que iba a estar a salvo, las circunstancias confusas en que es secuestrado y retenido uno o dos días en el Gobierno Civil, hoy Facultad de Derecho, y las muy fantasmagóricas circunstancias en que es fusilado, junto con dos o tres personas más esa noche, y junto con miles de otras personas en la zona del barranco de Viznar, cuyo lugar exacto todavía se desconoce. Si se traza el mapa de todo ese caso, todavía un poco un poco oscuro, un poco difuso y muy polémico, se pueden entender todos los ejes de fuerza y todos los conflictos que históricos que ha habido en Granada», explica Neuman.

«Lorca dijo una cosa muy certera sobre esta hermosa ciudad en la que habito hace mucho tiempo, decía que Granada no sabe salir de su casa. Paradójica y trágicamente, Lorca no supo salir de Granada en el momento en que pudo haber huido y permaneció en ese vientre materno que terminó traicionándolo», agrega.

«Lorca fue un músico notable. Quienes tuvieron la suerte de escucharlo tocar el piano, y también cantar, solían destacar esta cualidad musical de Lorca que brota a raudales en su poesía».

Andrés Neuman.

Andrés Neuman nació en Argentina, pero con su familia se exiliaron en Granada cuando él tenía 14 años, en una de las épocas más oscuras de la última dictadura cívico militar trasandina, a inicios de los 80. Su madre es violinista y su padre oboísta, y ese legado le permite dimensionar también el vínculo de Federico García Lorca con la música.

Porque uno de los ámbitos más relevantes de la producción del célebre dramaturgo español tiene que ver su trabajo para la música, que de alguna manera también se vincula con Granada, Allí, en un pequeño pueblo, es donde él, en su infancia, toca por primera vez una mazurca de Manuel de Falla al piano. En su adultez, seguirá admirándole y colaborarán artísticamente.

«Aparta de un genial poeta, Lorca fue un músico notable. Quienes tuvieron la suerte de escucharlo tocar el piano, y también cantar, solían destacar esta cualidad musical de Lorca que al fin y al cabo está y brota a raudales en su poesía. Existe todavía el piano en el que Lorca tocaba y si no me equivoco es el mismo piano en el que a veces don Manuel de Falla interpretaba algunas piezas cuando lo visitaba. Está en la huerta de San Vicente, que es la casa de verano de los Lorca, hoy convertida en casa museo en la ciudad de Granada, en el parque llamado por fin y por suerte Parque García Lorca. No siempre hubo homenajes urbanísticos a nuestro gran poeta universal en Granada, pero hace ya unas décadas que eso se vino normalizando», comenta Neuman.

«Lorca, además, tuvo una cierta voluntad de investigación y de rescate de canciones populares. No solamente la poesía popular se puede rastrear en sus grandes obras poéticas, sino que también existe un pequeño repertorio de canciones que ha llegado hasta nuestros días y que permanece en nuestros oídos porque Lorca las transcribió y las interpretó. Por desgracia no se conserva la voz de Lorca bajo ninguna forma, éste es uno de los grandes misterios del fantasma de Lorca. No solamente desconocemos exactamente dónde yacen sus restos. Lorca, que fue uno de los artistas más entrevistado de su generación; no sólo lo entrevistaron mucho en España sino también en Argentina, donde pasó casi un año estrenando su teatro, también en Uruguay, en Cuba, en toda esa gira latinoamericana, en sus tiempos en Nueva York, y en sus tiempos de celebridad en España, de todo eso no se ha conservado ni un solo registro de su voz, y esta desaparición es es para mí tanto o más misteriosa que la imposibilidad de encontrar sus restos», asegura Neuman.

No existen, indica el escritor argentino, registros sonoros de Federico García Lorca cantando. «Pero si no me equivoco, y hablo de memoria, sí tenemos de Lorca tocando el piano y ese registro me parece que es de canciones que rescató Lorca, por ejemplo, Los Cuatro Muleros«.

Manuel de Falla es, quizás, el compositor más gravitante en la vida de Federico García Lorca. Tenía 22 años más de edad que el poeta. Neuman define la amistad entre ambos como «intensa y hasta cierto punto conflictiva». Junto a otros amigos, ambos organizaron en 1922 el famoso Festival de Cante Jondo.

Fotografía previa al Festival de Cante Jondo, en 1922. Están aquí Manuel de Falla y Federico García Lorca. Foto: Fundación Fundación García Lorca.

«Ese festival no solamente sirvió de bautismo público de Lorca, porque leyó una de sus primeras conferencias, sino que fue un éxito artístico y musical, y también marcó el camino de combinar vanguardia con folclore popular que haría célebre a Lorca, primero con el libro titulado Poemas del Cante Jondo y posteriormente con esa especie de hit que fue el Romancero Gitano, y que marcó el final de ese camino folclórico de Lorca antes de ir hacia otros caminos, como el Surrealismo de Poeta de Nueva York o de su teatro de vanguardia», detalla Neuman.

Manuel de Falla era un compositor mundialmente reconocido, y la amistad de ambos, indica, estaba «llena de admiración de Lorca hacia Falla, que además era mucho mayor que él. Hablaban mucho de hacer colaboraciones a gran escala y por desgracia nunca lo cumplieron. Es más lo que pudieron haber hecho que lo que hicieron. Dos grandes genios como Falla y Lorca podían haber hecho una ópera, una zarzuela, una obra de estructura mayor y se quedaron más bien en pequeñas colaboraciones locales».

Además de la distancia geográfica que se instala entre ambos cuando Lorca se va a vivir a la Residencia de Estudiantes en Madrid, y sólo volvía a Granada a visitar a la familia, hubo otros obstáculos para que concretaran un trabajo más grande en conjunto.

«Algunos de esos obstáculos tienen que ver con diferencias morales y políticas que habían entre Falla y Lorca, que nunca perdieron el cariño y la admiración, pero que en un momento dado se distanciaron, y esto se puede ver rastreando las biografías de Lorca y también su epistolario. Esas cartas de quien Lorca llamaba don Manué, así a lo andaluz, eran primero muy entusiastas, luego se van espaciando y después se quedan en postales de saludos protocolarios. Evidentemente la postura de Lorca hacia la República y sus ideas políticas, que nunca fueron particularmente radicales, en absoluto, pero que eran básicamente afines a las de la República, no coincidían con una visión mucho más tradicional y católica, que tenía que tenía don Manuel de Falla», explica Neuman.

Justamente esa diferencia política es, también, la clave para una de las más nobles actuaciones de Manuel de Falla, y que testimonia una integridad ejemplar.

«Lo memorable y lo enormemente digno y admirable de Falla, es que habiendo sido un hombre de una austeridad, de un rigor moral y de un moralismo muy extremos, se cuenta que lo primero que hizo Falla cuando supo que su su antiguo amigo Lorca, con el cual ya no tenía demasiada relación, había sido arrestado en el Gobierno Civil, fue ir a pedir explicaciones. Él que era un hombre timorato, pusilánime, muy temeroso, incapaz del enfrentamiento físico, fue a tratar de preguntar por él y defenderlo. Obviamente lo echaron a patadas y amenazándolo con represariarlo si seguía preguntando, y ésa fue una de las razones, se dice por las cuales Falla a pesar de no tener especiales problemas con el régimen, sobre todo por el lado de de su vinculación con la Iglesia Católica, decidió auto exiliarse, horrorizado por lo que estaba empezando  suceder con sus amigos, de los cuales, sin embargo, discrepaba ideológicamente», revela el escritor argentino.

«Creo que esto engrandece la figura de Falla porque en ese momento de enfrentamiento polarizado entre el bando golpista, franquista, y el bando republicano, que en ese momento era el gobierno democráticamente elegido, de pronto encontramos algunas personas como Falla que que no se sentían cómodas con la violencia que estaban desatando sus presuntos compañeros de viaje», remarca Neuman.

Federico García Lorca y Manuel de Fala (de izquierda a derecha, el primero y el penúltimo, respectivamente), con amigos, en un viaje a Guadix. Foto: Fundación Fundación García Lorca.

A su juicio, la relación entre Falla y Lorca merecería una investigación larga. «Tuvo sus momentos de mucha cercanía, sus momentos de distanciamiento, sin llegar nunca a ningún conflicto, y esta especie de reencuentro que no puso ser y de gesto noble final de Falla que a mí siempre me ha conmovido especialmente».

También identifica Neuman un influjo artístico que cruza a Manuel de Falla y Federico García Lorca. «Las influencias musicales que tuvo Falla, el orientalismo, la música nacionalista, el impresionismo francés y las vanguardias en general francesas de principios del siglo XX, todo eso que influenció a Falla como compositor, muy interesantemente son las mismas influencias que recibe Lorca como poeta. Ese mismo tipo de influjo estético está en su poesía. Así que, aunque no llegaron a colaborar demasiado en gran escala, se puede decir que tuvieron un aprendizaje en común, un aprendizaje paralelo, a pesar de la diferencia de edad, y que estaban unidos en acorde por las notas de estas influencias. Lo que sí se puede pensar es que la amistad Falla-Lorca fue una especie de sinfonía interrumpida».

Por Romina de la Sotta Donoso | 23-06-2021.

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