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Domingo 5 de mayo

En este capítulo de Chile Clásico recordamos un disco que se tituló “Jóvenes Intérpretes de Música Chilena” y publicó en 2002 gracias al apoyo del Fondart.

Esta publicación marcó la culminación de un proyecto iniciado en 1998 por un grupo de estudiantes de música de distintas escuelas y cuya intención era recuperar y promover el repertorio de cámara de compositores nacionales, junto con estimular su conocimiento y revalorización a nivel curricular en la enseñanza superior.

El primer paso fue la organización y presentación de varios conciertos durante los años 1998 y 1999, para luego grabar y editar este disco en 2002, un disco que reunió a dichos estudiantes, que actualmente son destacados intérpretes a nivel nacional e internacional, y que presentó una selección de obras basada en la investigación.

Comencemos con Roberto Falabella, compositor nacido en 1926 y fallecido en 1958, y que, a pesar de sufrir una parálisis que le confinó a una silla de ruedas desde niño y que afectó su movilidad y comunicación, desarrolló una importante carrera y se convirtió en uno de los autores más originales de su generación.

En sus últimos cinco años de vida, Falabella maduró su estilo individual que sintetizó la dodecafonía con la tradición y la experimentación, un estilo que apareció en plenitud en la obra para piano de 1957 titulada Retratos y que describió a nueve amigos, sus colegas Toro, Oxley, Aguilar, Poblete, Rivera, Mesquida, Leni, Becerra y Maturana.

Retratos es interpretada por Fernanda Ortega.

Otro rescate relevante del repertorio chileno presentado en este disco fue un cuarteto del excéntrico compositor Acario Cotapos, nacido en 1889 y fallecido en 1969, un artista de formación autodidacta que comenzó sus actividades musicales ligado a grupos artísticos con Alberto Ried, Alfonso Leng y Pedro Prado.

Cotapos pasó algunos años en Argentina, Nueva York, París y Madrid, antes de retornar a Chile a fines de la década de 1940, entabló amistad con Varese, García-Lorca, Neruda, Huidobro, Picasso y otros artistas, nutriendo con ello las ideas vanguardistas y liberales que marcaron una música que no siguió una estética específica.

Tan cosmopolita y exuberante como él mismo, la obra de Cotapos juega con los timbres y las texturas, deja de lado la noción tradicional de motivos y discurso musical, propone una sucesión de imágenes estructuradas de manera rapsódica, casi como un mosaico, del que surge material siempre nuevo y variado.

Durante la investigación de repertorio realizada para este disco se encontró un cuarteto, supuestamente perdido, que Cotapos habría escrito alrededor de 1925, una partitura que revela la fase “futurista” del autor, con una escritura sorpresiva y cambiante, politonal y con recursos dinámicos extremos.

Este cuarteto para cuerdas se titula “Dionisyos” y comprende dos secciones, una lenta y serena, la otra moderada. Interpreta el Cuarteto Iniesta: Rodrigo Pozo y Aldo Paredes en violines, Claudio Gutiérrez en viola y Cristián Gutiérrez en cello.

Completamos esta selección con León Schidlowsky, compositor que vivió entre 1931 y 2022. Fue uno de los protagonistas de la escena chilena en la década de 1960, ganando varios premios y dirigiendo el Instituto de Extensión Musical, para luego desarrollar su carrera como creador y profesor en Israel.

De 1968 es el Quinteto para vientos “In Memoriam Juan Correa” que interpretan ahora Juan Pablo Aguayo en flauta, Diego Villela en oboe, Felipe D’Stefano en fagot, Dante Burotto en clarinete y Sebastián Rojas en corno.

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