En marcha blanca, el Museo de la Solidaridad Salvador Allende abre la exposición Rojo, que reúne más de un centenar de obras de su propia colección, ocupando todas sus salas con una sola muestra, lo que no sucedía hace ocho años.

Curada por Daniela Berger y Caroll Yasky, la exposición reúne obras realizadas desde los años 60 hasta la actualidad, muchas de ellas no habían sido exhibidas antes, con el foco en el color rojo comprendido como una fuerza de renovación, y en torno a tres ejes o sentidos: ideología, campos de color y cuerpo.

Aristóteles, de hecho, se refirió al color rojo como pharmakon, por su capacidad de pasar los límites de la racionalidad; y mientras el color se asocia inmediatamente a las ideas de izquierda, también tiene una fuerte connotación en las culturas indígenas en el ámbito de la fertilidad y el dolor.

La nómina de los artistas participantes es impresionante: Julio Le Parc, Kjartan Slettemark, Victor Vasarely, Sérvulo Esmeraldo, María Chana, Myra Landau, Öyvind Fahlström, Paul Peter Piech, Leonilda González Fanny Rabel, Olavi Lanu, Josep-Grau Garriga, Ritch Miller y Leif Bolter, entre muchos otros.

La invitación es a experimentar y resignificar un color, y se incluye una sala de las experiencias, con seis ejercicios diseñados desde la teoría del color y las emociones, y también hay abundantes alternativas para la comunidad sorda, con lenguaje de señas. Igualmente habrá talleres de experimentación para párvulos, adolescentes y adultos.

Durante diciembre, en la marcha blanca, habrá visitas los días 22, 23, 29 y 30, de 10 a 20 horas, con inscripción previa.