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Exposición

Quimeras, la Bienal del 74 como laboratorio social del presente

La muestra es curada por Eugenio Viola y reúne obras de Patrick Hamilton y Eugenio Tibaldi en MAC Quinta Normal.

"Quimeras. La Bienal del 74 como laboratorio social del presente", es una muestra que considera propuestas del chileno Patrick Hamilton y del italiano Eugenio Tibaldi, y que se podrá ver hasta el 7 de septiembre en la sede Quinta Normal del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile. Se trata de una exposición concebida con motivo del quincuagésimo aniversario de la Bienal de Venecia de 1974. Dicha versión -titulada Libertà per il Cile (Libertad para Chile)-, estuvo dedicada íntegramente a nuestro país, y destacó, además, por su espíritu particularmente utópico y libertario. Un carácter que se pretende invocar y examinar en la actual exhibición.

Visítela en Matucana 464, de 10.30 a 17.30 horas, de martes a domingo, gratis.

Para Eugenio Viola, curador de la muestra, ésta “se basa en lo que el filósofo italiano Giorgio Agamben describiría como un ´enfoque arqueológico del presente`, es decir, utilizar el pasado para cuestionar el presente”. Se trata de analizar un evento que se desarrolló en un escenario particular, pero que se revisita en otro contexto igual de complejo, en donde el mundo enfrenta nuevas formas de autoritarismo. “¿Cuál es el papel, hoy, del arte y de sus instituciones en contextos de expresión democrática reducida? ¿Puede el arte seguir erigiéndose como símbolo de resistencia contra las dictaduras y en defensa de la democracia y los derechos humanos? ¿Tiene aún sentido un enfoque político y social del arte?”. Ésas son las preguntas que propone el curador napolitano, a partir del legado de la Bienal de 1974, y del trabajo de Hamilton y Tibaldi.

Libertà per il Cile se desarrolló sólo un año después del golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet. De hecho, la instancia se llevó a cabo a raíz del contexto que devino tras el bombardeo a La Moneda, y se constituyó en uno de los hitos más importantes, a nivel internacional, de la lucha contra la dictadura. Libertad a Chile: por una cultura democrática y antifascista -su nombre completo- fue un encuentro de características excepcionales, impulsado por, el en ese entonces director de la bienal, Carlo Ripa di Meana.

Según explica Viola, quien es director artístico del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), ésta “fue la primera vez que la bienal adoptó no solo una postura abiertamente política, sino también experimental. Eran los años de "la imaginación al poder" de Guy Debord, el destacado activista y teórico situacionista que criticaba la omnipresencia de la sociedad del espectáculo y promovía una transformación radical y creativa de las estructuras sociales. El eco libertario y utópico de 1968 seguía siendo muy fuerte. Todo este espíritu se reflejó en la organización de la bienal, que tuvo una impronta utópica, contestataria y de laboratorio social, resultado de la colaboración horizontal entre personalidades fundamental e irreductiblemente diferentes”.

"Quimeras. La Bienal del 74 como laboratorio social del presente" se puede ver en el segundo piso de MAC Quinta Normal. Allí, las blancas paredes de la espaciosa sala 2, resaltan la propuesta de Hamilton, quién, como es usual en su obra, elige el rojo y negro (los colores del anarquismo y del sindicalismo) y las diagonales (evocación de la cordillera) para enmarcar la colaboración y la efervescencia de unos años donde lo utópico era lo normal. Tibaldi, desde una aproximación más poética, propone en la sala 3 un gran espejo de agua, para invocar a Venecia (la “ciudad lagunar”). Allí una serie de objetos de uso doméstico remiten a la década de los 70. La propuesta del italiano genera un gran impacto visual, producto de un depurado y onírico trabajo de luces.

“Las propuestas de Tibaldi y Hamilton son deliberadamente antitéticas y, por ello, complementarias, alineándose con la radical heterogeneidad que caracterizó a la Bienal de 1974. Estos dos artistas no solo tienen búsquedas y poéticas muy diferentes, sino también trayectorias artísticas y existenciales distintas, basadas en sus contextos de pertenencia. Eugenio no puede reflejar directamente los temas de la bienal que derivan desde la experiencia del golpe. Su enfoque es más onírico, y transforma en imaginario los datos que reinterpreta. Por otro lado, Hamilton aborda su proyecto desde un ángulo archivístico, resaltando la evidencia documental de la historia. Consideré importante presentar en diálogo la voz de un artista italiano y uno chileno, ambos de la misma generación, a fin de recrear este ´laboratorio de experimentación social`" en el presente”, explica Viola.

Libertad a Chile: por una cultura democrática y antifascista destacó, entre otras cosas, por no haber estado relegada a sus sedes. Por el contrario, la Bienal del 74 se esparció por las calles venecianas, desparramándose hasta sus barrios. Además, su catálogo no fue impreso, sino que fue sustituido por fascículos fotocopiados que incluían cada muestra o evento realizado. Sin embargo, quizás su más importante característica -junto a su impronta política-, se deba a su vocación por lo multidisciplinar y heterodoxo o, como ha señalado Viola, por una “radical heterogeneidad". Un carácter amigo de lo diverso, que el curador busca traer hasta el tiempo de la Inteligencia Artificial y los drones, mediante el ejercicio de enlazar las propuestas de dos artistas generacionalmente similares, geográficamente distantes y creativamente disímiles.

"Quimeras. La Bienal del 74 como laboratorio social del presente" es organizada por el MAC y el Instituto Italiano de Cultura Santiago y es financiada por el IIC Santiago y por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes convocatoria 2025, y cuenta con el apoyo de la Embajada de Italia en Chile y del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Italia.

Información: Museo de Arte Contemporáneo | Universidad de Chile.

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