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Concierto

Gustavo Miranda actúa con la Filarmónica de Santiago

Abordarán juntos el Primer Concierto de Brahms en programa que suma la Sinfonía Alpina de Strauss. Dirige Pedro Pablo Prudencio.

Foto: Patricio Melo.

El Teatro Municipal de Santiago continúa su temporada de conciertos el viernes 26 y sábado 27 de abril, con el programa "Viaje a los alpes". Pedro-Pablo Prudencio, director residente de la Orquesta Filarmónica de Santiago, conducirá dos famosas obras del repertorio sinfónico alemán: el Concierto para piano N°1 en Re menor, Op.15, de Johannes Brahms, junto al destacado pianista chileno Gustavo Miranda, en su retorno como solista al teatro; y la Sinfonía Alpina, Op.64, de Richard Strauss.

Los conciertos se realizarán a las 19 horas del viernes 26 de abril y a las 17 horas del sábado 27, en Agustinas 794, con entradas desde $3.500 a $42.000.

“Estoy muy contento de dirigir estas dos obras maravillosas. El Concierto para piano fue la primera gran obra de Brahms para orquesta. Es una pieza monumental en la que el solista se concentra más en la musicalidad que en demostrar su virtuosismo. Es muy difícil de tocar, pero es más profunda que pirotécnica”, dice Pedro-Pablo Prudencio, director residente de la Orquesta Filarmónica de Santiago. Mientras que con respecto a la Sinfonía Alpina señala: “Es tremendamente emocional e intelectual. La última vez que se interpretó en el Municipal de Santiago fue en los ‘90, así que es una oportunidad imperdible. La van a disfrutar de principio a fin”.

Foto: Patricio Melo.

Estrenada en 1859 en el Hoftheater de Hannover con el mismo Brahms como solista, el Concierto para piano N°1 en Re menor, Op.15 fue primero concebido como una sonata para dos pianos. Pero el compositor alemán —quien por cierto describió su Adagio como un “retrato amable” de Clara Schumann, de quien estaba enamorado—, sentía que el registro del instrumento era insuficiente para plasmar sus pensamientos, y convirtió la obra en una sinfonía.

Si bien la crítica fue adversa al principio, con el tiempo, el concierto fue revalorado y aclamado como una de las mayores obras orquestales del Romanticismo, tanto por el virtuosismo exigido al solo como por las reminiscencias armónicas y expresivas que la vinculan con la Novena Sinfonía de Beethoven.

En el caso de la posromántica Sinfonía Alpina, Strauss propone un poema sinfónico en un solo movimiento dividido en veintidós secciones. Así, se relata el viaje de una persona que asciende a la cima de los Alpes, pasando por bosques, arroyos, cascadas, prados, matorrales y glaciares, en una travesía que tendría inspiración en la propia experiencia del compositor austriaco en la montaña Heimgarten, cuando tenía 15 años. Otras referencias habrían sido el pintor suizo Karl Stauffer-Bern y el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, a quienes admiraba.

La sinfonía tuvo su estreno en 1915 en Berlín, con la orquesta de la Dresden Hofkapelle dirigida por Strauss, quien después de años de revisiones pudo completarla, se dice que motivado por la muerte de su amigo Gustav Mahler, a quien quería honrar con la obra. Igual que con Brahms anteriormente, la crítica fue mixta al comienzo, pero el poema sinfónico es recordado hoy como uno de los mejores trabajos orquestales de Strauss.

Información: Teatro Municipal de Santiago.

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