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Patrimonio

Corporación Patrimonio Cultural: Mi Docu

Las seis producciones seleccionadas en el concurso se exhiben hasta el 20 de octubre en una señal de cable.

La Corporación Patrimonio Cultural está exhibiendo hasta el 20 de octubre los seis minidocumentales seleccionados en el VII Concurso Mi Docu 2022, en el Canal 24 Horas.

Este año los documentales se basaron en el lema “El sonido de la identidad: Música, territorio y comunidad”, y serán emitidos a las 15:00 y 22:35 horas.

Un jurado compuesto por la documentalista Susana Díaz, el etnomusicólogo José Pérez de Arce, el Director de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile Carlos Serrano y la profesional del Área de Marketing de TVN, Andrea Catalán, fue el encargado de seleccionar las seis propuestas audiovisuales que ya fueron realizadas bajo la tutoría del documentalista Iván Tziboulka, con el financiamiento de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile.

Las cintas, de tan solo cinco minutos de duración, abordan diversas expresiones musicales urbanas y rurales de nuestro territorio, contribuyendo al rescate del patrimonio inmaterial, material y natural.

Proyectos seleccionados

Una copla Guacha, de Daniel Caro Martínez
En el viejo Barrio Franklin, una copla suena a lo lejos entre las casas en Barrio Huemul, allí comienza a tocar La Plaza del Puma, escondidos entre las calles San Diego y Bío Bío. En el puerto de Valparaíso Los Crack del Puerto resuenan sus guitarras y acordeones en una quinta en lo alto de un cerro. Entre ambos espacios existe algo en común; el rescate y difusión de la música popular chilena, el vals, la cueca, la cebolla y el bolero acompañan al público al son del baile, el encuentro familiar, la comida y el trago.

Casas de canto, sabores y saberes olvidados, de Daniela Rusowsky
Tras haber revivido la tradición nacida en el siglo XIX de las Casas de Canto, y desaparecida a mediados del siglo XX, la pandemia llevó a Paula y Daniela, artistas y cultoras populares, a radicarse fuera de Santiago. A la distancia lograron producir un disco de cuecas basadas principalmente en recetas olvidadas de la cocina tradicional chilena. Hoy quieren continuar
el camino recorrido, a través de la realización de una casa de canto en el pueblo de Vichuquén, donde está radicada Daniela junto a su familia, reconectando a este entorno colonial con su pasado histórico, y rescatando tradiciones musicales y culinarias, mediante el uso de instrumentos tradicionales y de recetas ancestrales, que unen a las generaciones
unas con otras mediante un estilo de vida más sustentable y armónico.

Vibración, de David Schneider
La mirada de un luthier conectado con la naturaleza y la misión de construir instrumentos que ojalá lleguen a buenas manos, ya que, como relata, "un mundo sin música es un mundo sin aire". La producción es un viaje interno de un artista invisible que con emociones, conexión a la
tierra y el arte del sonido construyen instrumentos únicos e irrepetibles.

Nolfa y Felipe, de Felipe Rodríguez
Felipe Ramos, joven recopilador, va a visitar a su amiga, la cantora campesina del valle del Itata, Nolfa Marín (86). En el encuentro entre dos generaciones de músicos populares de Ñuble surgen conversaciones acerca del oficio de las cantoras campesinas y las experiencias de vida de Nolfa. Los valses de desamor y cultivos, se entrelazan con el proceso de la vendimia que se lleva a cabo en el sector de Portezuelo, en las que Nolfa participa hasta el día de hoy como cantora y viñatera.

Cuéntales de Loncoche, de Gabriel Salazar
En Loncoche, última comuna de la Región de La Araucanía, la lluvia y el frío acompañan el día a día. Un paisaje natural húmedo y verde es el escenario de un pueblo trabajador. Una guitarra acústica es interpretada por una persona mayor en las dependencias de la antigua estación de trenes, actualmente un Centro Cultural recuperados por los propios artistas locales. Ese hombre, Gerardo Ernesto Pincheira Brunaud, es el compositor del Himno de Loncoche. Así inicia su relato, basado en el amor al pueblo que ha sido su hogar desde los 20 años y al cual agradeció componiendo su banda sonora. Una obra creada en los años 80 y que durante décadas ha sido la melodía nostálgica del loncochense, tanto del que sigue ahí, como la de muchos que se fueron. Cuarenta años después, su letra sigue presente y perdura en el imaginario de la pobladora y del poblador, de la trabajadora y del trabajador, aquellos que en palabras del autor, fueron su principal inspiración.

Los tres amigos de San Juan, de Henry Wilson
Tres músicos tradicionales de la comunidad de San Juan, un astillero al noroeste de Dalcahue en la isla grande de Chiloé, mantienen la tradición musical que por décadas han practicado, tocando acordeón de botones y cantando cuecas, animando las actividades festivas y religiosas de su comunidad, a pesar de que estos espacios cada vez son más reducidos y la nueva relación social y económica, que se impuso en Chiloé y en el resto del país los ha llevado a un lugar más bien de latencia, ellos siguen con su oficio de músico siempre intentando reinstalar esto que añoran, tocar para la alegría de sus vecinos, cantar y especialmente bailar.

Información: Corporación Patrimonio Cultural de Chile.

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