Con una fuerte inspiración en hechos reales y situada en Pilpilco, la tierra prometida del carbón, al sur de Chile en el año 1978, la obra teatral Tu corazón no calla, grita. Alegoría de un país fracturado, nos sumerge en la vida de los Alarcón Sáez, familia minera del carbón, que vive sus últimos días en la tierra que los sustenta, ya que el desalojo es inminente.

En este contexto, y en medio de un clásico partido de fútbol en el Estadio de Pilpilco, en el cual debutará como arquero el hijo menor de la familia, Carlos, se relata la historia de Norma y Aurelio, el amor y la violencia, la tradición y el abandono; y de sus hijos: Rosa y Carlos, quienes entrecruzan sus anhelos y sueños con el arraigo y la sororidad. 

En este día que marcará un antes y un después, Carlos no llega. ¿Dónde está? Cuando el partido finalice se anunciará oficialmente el desalojo de Pilpilco, momento esperado por una agrupación de jóvenes opositores a la dictadura, y con quienes Rosa y Carlos, han preparado un atentado para detener el destierro, pero, aunque logran llevarlo a cabo, el fin de Pilpilco es inexorable.

Tu corazón no calla, grita, obra teatral presentada por la Colectiva de Humo y Metralla y financiada por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Convocatoria 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, se estrenará el 31 de agosto en la sala Gabriela Medina de Teatro Sidarte.

Las funciones serán en Ernesto Pinto Lagarrigue 131, Barrio Bellavista, Santiago, a las 20 horas del sábado y a las 19 horas del domingo, hasta el 22 de septiembre. Cada domingo son seguidas por un conversatorio entre el público y el equipo artístico. La entrada general es de $5.000 y cuesta $3.000 para estudiantes y tercera edad: $3.000.

La obra, señala su directora y dramaturga Alejandra Cabrera M., “entrecruza los anhelos de los hijos, el sufrimiento y la resiliencia de la madre, la humanidad de un padre que repite los patrones de la familia tradicional, machista y patriarcal; el contexto sociopolítico de los primeros años de la dictadura cívico militar de Chile, y el sistema económico que se comienza a gestar, privatizando las tierras y convirtiéndolas en plantaciones de pinos y eucaliptus”.

Allí, en donde existió Pilpilco, también existió la rabia por las injusticias, el miedo por la represión, el abandono por el machismo imperante dentro de cada casa y la vida que tuvieron que enfrentar los trabajadores del carbón y cada una de sus familias. Así, detalla la autora, “Pilpilco, es la alegoría de un país, la historia ficcionada del destierro, la ausencia y la violencia. He tomado un trozo de memoria, para crear una historia distinta a lo que realmente sucedió y así reflexionar, no sólo sobre el pasado, sino también en relación a las problemáticas actuales de nuestra sociedad, poniendo en el centro el sentido de justicia frente a tanto abuso, injusticia e impunidad”.

Karen Carreño, asistente de dirección, docente vocal y encargada de la dramaturgia corporal de la obra, señala que “es importante recordar que la memoria no es el pasado, es una acción de personas en el presente acerca del pasado. Y poner nuestra biografía que ha sido parte de la construcción de una memoria histórica, por lo demás dolorosa sin justicia, verdad y reparación, siempre será un lugar  comprometido con nuestras memorias. Como mujeres feministas abordamos la escena y el trabajo creativo generando prácticas colaborativas, horizontales y reparadoras con nuestras historias y con las historias y memorias de las, les y los otros”.