Delight Lab en Centro Cultural La Moneda
"No dejes morir mis llamas" reúne instalación, fotografías, poemas, narraciones y una obra de realidad virtual.
Laberinto. Foto: Luis Bahamondes.
Centro Cultural La Moneda inaugura el jueves 27 de octubre una muestra de Delight Lab en memoria de las víctimas del Estallido Social. Hasta el domingo 6 de noviembre de 2022, el colectivo presentará la exposición "No dejes morir mis llamas" en Hall Central del CCLM. La exhibición incluye la instalación de una cita al monumento al general Baquedano, en torno al cual surgen luces que representan a las víctimas. De martes a domingo de 10:00 a 18:30 horas. La entrada es liberada.
Con motivo de la conmemoración de los tres años desde el 18 de octubre de 2019, Delight Lab accede a la invitación del Centro Cultural La Moneda por reinterpretar libremente ese momento, su impacto y sus significados, reactivando un diálogo necesario a través del arte. La exposición "No dejes morir mis llamas busca" representar parte de los imaginarios presentes en la subjetividad ciudadana durante los meses siguientes al estallido social del llamado 18 O, poniéndose a disposición de los públicos con el fin de activar un debate que es difícil, que supone miradas contrapuestas, que tiene en la violencia – en sus diversas interpretaciones – un vértice relevante y que tuvo en los monumentos, y especialmente en el monumento del general Baquedano, un espacio de confrontación en la disputa social y política.
De hecho, durante los días que siguieron al estallido, Delight Lab proyectó conceptos como “Dignidad!!” y “Qué entiende Ud. por Democracia?” en la Torre Telefónica, escritas con luz. Sus textos fueron vistos en la ciudad por miles de personas y transmitidos a través de redes sociales a todo el mundo. A partir del impacto que los conceptos generaban, sus mensajes también fueron boicoteados para impedir que se proyectaran, sumándose esta disputa por los textos a la disputa por los sentidos, la disputa por la escritura y reescritura de la ciudad.
“'No dejes morir mis llamas' hace alusión al espíritu vivo que nos hizo salir a la calle, a gritar y manifestarse por derechos básicos, contra el abuso de los poderosos y del sistema imperante, que nos despertó por instantes y nos unió, y que a su vez, en una respuesta miserable, hizo perder la vida a 34 personas que de una u otra manera siguen vivos en una memoria reciente buscando una respuesta, buscando justicia”, explica Octavio Gana, uno de los integrantes del colectivo Delight Lab.

La muestra se estructura a partir de tres áreas. La primera es una instalación de grandes dimensiones que cita al monumento al General Baquedano y 34 luces que se proyectan desde el suelo al cielo. Al igual que el título de la exposición, esta obra lleva por nombre "No dejes morir mis llamas" y pone en escena el conflicto político y social simbolizado por esta figura y su ubicación urbana. Así como la dignificación y memoria de los caídos.
Una segunda área contempla la obra de experiencia VR (realidad virtual) titulada 34+, desarrollada por el estudio creativo IRL. La obra que comparte el mismo concepto que la instalación "No dejes morir mis llamas", pero desde diferente formato y técnica. Se trata de una experiencia virtual que consiste en la contemplación del Monumento al General Baquedano, que es dinámica.
La narración es acompañada de un poema escrito por Octavio Gana, inspirado en los manifestantes y en una cita a Ulysses del escritor irlandés James Joyce (1842-1941), texto que también fue usado por la artista Lotty Rosenfeld (1943-2020) en su instalación Moción de Orden. En esta obra se suma la participación de Gustavo Gatica en la narración.
“Con la realidad virtual pudimos trabajar sobre un monumento incómodo, que habría sido imposible de intervenir pues ni siquiera nos dejaban acceder a él. A su vez, poder usar tecnología inmersiva y narrar un relato, hacer ocurrir cosas que no podrían ser en la realidad evocando un mundo onírico imaginario, a su vez poético, buscando una sanación”, agrega Andrea Gana, la otra integrante del colectivo Delight Lab.
Como tercera área, hay un sector donde se exponen siete fotografías y textos de Carolina Martínez y Zenaida Suárez. Las fotografías registran las intervenciones lumínicas del colectivo en la zona de Plaza Baquedano, popularmente conocida como Plaza Dignidad. Las obras fueron producidas en distintos medios y técnicas entre los años 2019 y 2020, contando con la colaboración de Galería Cima y de los fotógrafos Luis Bahamondes y Reimon Monroy.

La composición visual de las tres obras alude fuertemente al concepto de monumento: su lugar en el entorno urbano y los significados que guardan. La posición literal y metafórica del Monumento a Baquedano es una constante en la exposición. A través de su uso y remitiendo a las disputas vividas hasta ser sacado de su lugar, se busca dilucidar el asidero que este tipo de esculturas públicas tienen en la actualidad en torno a la discusión sobre los monumentos y su apropiación, el patrimonio y la significación política de la ciudad.
"Esta muestra es una invitación para abordar las diferentes lecturas sobre la ciudad y el patrimonio, y sobre todo generar una reflexión sobre la disputa de sentidos que se da en el espacio público, no por los objetos, no por los lugares, sino por las representaciones que de esos objetos nos hacemos. Y por eso nos parece pertinente, pues desde el trabajo artístico de Delight Lab, nos permite interrogar y cuestionar nuestra relación con el patrimonio y su rol en nuestra vida colectiva", complementa Pablo Brugnoli, director ejecutivo (i) de Centro Cultural La Moneda.Sobre los autores
Delight Lab es un colectivo y estudio de arte, diseño y experimentación en torno a la luz, el video, el espacio y el sonido conformado por dos hermanos: la artista visual y sonora Andrea Gana (Licenciada en Arte y Estética UC, 1985) y por el diseñador, artista y poeta Octavio Gana (Diseñador Universidad de Chile, 1983).
Se hicieron conocidos masivamente por sus intervenciones públicas de arte poético/político y artivista, enfocado en temas sociales y medioambientales. La primera fue Que su rostro cubra el horizonte con la imagen del comunero mapuche asesinado Camilo Catrillanca en la Plaza Italia y el verso de Raúl Zurita (2018); seguida de Zona de Sacrificio, frase de luz que se escribió sobre las fumarolas de la termoeléctrica de Ventanas (2019); Dignidad, y una secuencia de siete noches donde palabras, frases y versos consecutivas fueron proyectados sobre la Torre Telefónica en octubre de 2019 en Santiago de Chile, acompañando el estallido social. En pandemia y plena crisis social realizaron las proyecciones de Hambre, Solidaridad y Humanidad (Torre Telefónica-Movistar, mayo 2020).
Han participado en bienales, encuentros, residencias de arte y festivales internacionales, además de conferencias y encuentros nacionales e internacionales, transformándose así en un exponente del arte político del Chile actual.

¿Cómo fue el proceso creativo para llegar a una obra expuesta totalmente en VR?
Octavio Gana: "Primero es entender de qué se trata, hasta dónde llega, qué se puede hacer y qué no, entonces ver y entender esta realidad. Luego pensar en proyectos muy difíciles de poder realizar, pensando que en esa realidad paralela si es posible, entonces desde ahí echar a andar la imaginación, estallarla para luego bajarla con el equipo realizador la factibilidad, manteniendo una poética y una transversalidad en las artes que la componen".
Andrea Gana: "Es muy desafiante el desarrollo, porque en primer lugar es una realidad que no es la real donde puedes hacer posible lo imposible y eso es lo más maravilloso. Creativamente te abre muchas posibilidades. Puedes jugar con la física, la percepción se expande. Entonces el desafío es buscar un equilibrio: no abusar de los recursos y a la vez lograr hacer algo que poéticamente pueda invocar el campo de lo posible. El desarrollo con IRL fue tremendo, mucha comunicación, intentar explicarles lo que estaba en nuestra imaginación y ellos nos brindaron algo mejor de lo que imaginábamos porque sin duda complementamos los imaginarios y las posibilidades".
Cuando probaron IRL y visitaron su propia obra, ¿qué fue lo que más les impactó?
Octavio Gana: "Me impactó mucho el momento que se eleva el usuario, la música se pone muy emotiva y uno pierde peso hasta elevarse con las luces, es un vértigo muy potente que se produce porque a la vez parece que no tuvieras cuerpo".
Andrea Gana: "Definitivamente fue un sueño hecho realidad. Poder vivir y hacer posible algo que imaginábamos, pero que no podíamos hacer técnicamente en el lugar. Y sin duda sentir la falta de gravedad".
¿Cómo ven el futuro del VR enfocado en el arte o cómo les gustaría que fuera?
Octavio Gana: "Principalmente para desarrollar maquetas de altísima manufactura de proyectos que quisiéramos hacer pero que son muy ambiciosos, entonces podría servir para acercarlos a la realidad no virtual. Por otro lado evocar obras ya realizadas, entonces las personas las pueden revisar recorriéndolas".
Andrea Gana: "Esta es una disciplina artística sumamente compleja que en sí misma plantea un discurso propio. De partida es no convencional, puede estar en múltiples tipos de lugares por su capacidad portátil, lo que la hace muy abierta. Imagino que puede llevar experiencia artísticas a lugares remotos, lugares donde no hay museos ni espacios culturales".
Información: Centro Cultural La Moneda y Leighton Comunicaciones.