El Instituto de Música UC se suma a las celebraciones por el centésimo trigésimo cuarto aniversario de la Universidad Católica, con un concierto en el Día del Sagrado Corazón, el jueves 23 de junio. Con la dirección del maestro sueco Mika Eichenholz, la presentación se realizará a las 19 horas en el Salón Fresno del Centro de Extensión UC (Alameda 390) y el aforo será de 300 personas. La inscripción es gratuita, aquí, y además se transmitirá en directo en música.uc.cl.

Actuarán solistas vocales, el Coro de Cámara UC y el Coro de Estudiantes UC, que dirigen Mauricio Cortés y Felipe Ramos Taky, respectivamente, más la Orquesta de Cámara UC, en un programa que reúne una obra del repertorio clásico y dos creaciones del siglo XX; una de ellas, chilena.

Se interpretará la obra más famosa de Jorge Urrutia Blondel: Pastoral de Alhué. El compositor, formador e investigador musical tenía 32 años cuando la compuso, en 1937, y se la dedicó a Maurice Ravel, quien acababa de fallecer. Esta creación para pequeña orquesta se inspira en la Novena del Niño que se practica hasta la actualidad en esa localidad de la provincia de Melipilla, y que tiene raíces en la Colonia.

Pastoral de Alhué exhibe un logrado estilo nacionalista, con elementos del impresionismo y con sutiles referencias folclóricas, especialmente en el ritmo y la imitación del rasgueo en la guitarra. Profundo estudioso de la música tradicional de nuestro país, Urrutia Blondel publicó en 1973 la pionera Historia de la música en Chile, en coautoría con Samuel Claro Valdés. Recibió en 1976 el Premio Nacional de Artes Musicales y ejerció largamente la docencia; ya cuando compuso Pastoral de Alhué enseñaba composición y contrapunto en el Conservatorio Nacional de la Universidad de Chile, y acababa de volver de estudiar en Europa, becado con figuras como Paul Dukas y Nadia Boulanger, en París, y con Paul Hindemith, en Berlín.

En el Concierto del Día del Sagrado Corazón UC, además, se interpretará una de las obras más confesionales de Leonard Bernstein: los Chichester Psalms. Cuando la creó, en 1965, el compositor estadounidense estaba de año sabático de su cargo como director titular de la Filarmónica de Nueva York. Esta obra fue escrita para solista vocal, coro y orquesta, e incluye una serie de salmos en hebreo original. Bernstein decidió que el solista fuera un niño soprano o un contratenor justamente pensando en que se percibiera una voz infantil en el Salmo 23, que corresponde a un Salmo de David. La obra es particularmente ritual y sintetiza la tradición coral cristiana y la prosodia judía de la Biblia. Además, representa un llamado a la reconciliación mundial.

El programa se completará con las Vísperas Solemnes del Confesor, K. 239, de Wolfgang Amadeus Mozart, una obra del repertorio clásico. Fue compuesta en 1780, mientras el compositor austríaco era organista de la corte del arzobispo de Salzburgo y que reúne cinco salmos del Antiguo Testamento y el Magnificat del Evangelio de San Lucas. Es solemne porque la orquesta incluye timbales y trompetas, y en esta obra Mozart hace una síntesis entre el contrapunto del stile stico con un estilo homofónico más moderno. Incluye, además, una fuga sobre un tema que retomará más adelante en su famoso Réquiem.