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Teatro

Teatro Camilo Henríquez: Nueva Zelanda

La sala del Círculo de Periodistas acoge la más reciente creación de La Desideria Teatro, escrita y dirigida por Antenor Allendes.

Foto: Mauricio Andrés.

Todo comienza con una pregunta que inquieta a miles de jóvenes: ¿qué ocurre cuando ya no podemos imaginarnos un mañana? En un país donde las promesas se desvanecen al mismo ritmo que su estabilidad política y social, Nueva Zelanda (90 minutos, +14 años) emerge como un espejo brutal y necesario.

 La más reciente creación de La Desideria Teatro, sitúa al espectador en un Chile del 2032 —futuro, pero inquietantemente familiar— donde la falta de comunicación, la frustración política y la precariedad han convertido la vida cotidiana en un pequeño apocalipsis personal. Entre conversaciones fracturadas, humor negro y una desesperación casi cómica por encontrar sentido, la obra revela el pulso de una generación que intenta sobrevivir entre el colapso social y su propia incertidumbre existencial.

Escrita y dirigida por Antenor Allendes, y estrenada en julio de este año, Nueva Zelanda vuelve con ocho funciones, del 27 de noviembre al 6 de diciembre, al Teatro Camilo Henríquez (Amunátegui 31) en el marco de la celebración del aniversario 70 de la sala fundada por el Círculo de Periodistas de Santiago. 

Foto: Yerko Cuevas.

Funciones a las 19:30 horas, de jueves a sábado, con entrada general por $8.000 (boletería) $10.000 (en línea), $5.000 para estudiantes, $7.000 para personas con movilidad reducida, $2.500 para tercera edad y $3.000 para estudiantes de escuelas de teatro, danza y periodismo. Además, hay funciones de matiné, el sábado a las 16 horas, con entrada general por $6.000 y promoción de 2x1. En el caso de la comunidad migrante, la entrada cuesta $6000, con promoción de 2x1 en todas las funciones.

La puesta en escena retrata un país sostenido por precariedades múltiples: desempleo masivo, enfermedades crónicas, crisis climática y expectativas que ya no alcanzan. Allí, un grupo de personajes intenta decidir si aún vale la pena proyectarse o si la única opción es sobrevivir como se pueda, aferrados a promesas que ya no convencen.

Foto: Yerko Cuevas.

“Nueva Zelanda surge a partir de inquietudes filosóficas y existenciales y al mismo tiempo es un diagnóstico de la sociedad y de la dificultad que tenemos hoy para proyectarnos”, explica Antenor Allendes. “Sobre todo quienes tenemos menos de 35 años tenemos incertidumbres sobre el acceso a vivienda, a trabajo, a estabilidad, pareciera que todo aquello que se nos prometió que obtendríamos si hacíamos las cosas ‘bien’, ya no se cumple”, agrega.

Para el director, la obra adquiere un significado especial en el actual contexto de elecciones presidenciales en el país. “Es una obra muy chilena, que refleja cómo el neoliberalismo y la occidentalización han moldeado nuestra sociedad y nuestras frustraciones. Habla finalmente de una democracia que se desploma, donde los problemas persisten por una falta de comunicación”, plantea.

La puesta en escena está concebida como si fuese un “disco” con diferentes “canciones”, que se entienden como unidades rítmicas y temáticas. Así, la obra transita entre diálogos frenéticos, situaciones absurdas y un naturalismo que sirve como contenedor para lo grotesco. “La vida también es absurda, también tiene comedia negra y ritmo, por eso la obra se sostiene en esos tres ejes: ritmo, comedia y dialéctica”, agrega Allendes.

Foto: Juan Ramírez.

El título remite a la idea de una tierra prometida moderna, un destino idealizado por quienes buscan escapar del estancamiento. “Nueva Zelanda representa una tierra prometida, pero que también está saturada, también expulsa gente. Y eso nos sirve para hablar de la promesa que no se va a cumplir”, dice Allendes. 

Pero más allá del humor negro, Nueva Zelanda interpela al público a enfrentarse a preguntas profundas. “La obra es existencialista e intenta mostrar cómo, ante la falta de futuro, cada uno termina rascándose con sus propias uñas”, sostiene el dramaturgo. “Quisiera que el espectador pueda mirar ese extremo y decir: ‘parece que algo tenemos que hacer distinto’”.

Información: Espinoza Comunicaciones.


Programa

Ficha artística

Dirección y dramaturgia: Antenor Allendes |  Elenco: Elías Painemal, Rebeca Henríquez, Nicolás Ruiz, Javiera Aceitón, José Sánchez, Paula Cruz, Alex Acevedo, María José Castillo, Álvaro Cisternas y Clarita Giacaman |  Música y sonido: Vicente Con Rojas | Diseño de iluminación y asesoría de vestuario: Tobías Díaz | Producción general: Álvaro Cisternas.

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