El viernes 21 de noviembre se estrenará en el Teatro de la Corporación Cultural de Las Condes (Nuestra Señora del Rosario 30) la obra Mi madre, Ana Bolena, escrita por Juan Antonio Muñoz y dirigida por Claudio Pueller. El montaje cuenta con las actuaciones de dos grandes actrices chilenas: Katty Kowaleczko, como Ana Bolena, y Ana Reeves, como Isabel I de Inglaterra.

El texto propone un encuentro imaginario entre una madre decapitada y una hija coronada, un diálogo suspendido en el tiempo donde se cruzan el amor, la traición, la culpa y la necesidad de comprensión. Sin embargo, la obra puede leerse también —y sobre todo— como una visión interior de Isabel I. En los momentos previos a su muerte, la reina enferma convoca en su mente la voz de su madre, Ana Bolena, cuya ausencia marcó su destino. Desde ese umbral entre la lucidez y el delirio, Isabel enfrenta las preguntas que nunca pudo hacer, y escucha las respuestas que su madre podría haberle dado, nacidas también de su propia experiencia.

“No quise escribir sobre la historia misma, aunque está presente —afirma Juan Antonio Muñoz—, sino sobre la herencia del silencio. Isabel carga con la sombra de una madre borrada del mundo. Al morir, intenta restituirla, al menos en el espacio de su conciencia.”

La dramaturgia se origina en un hecho histórico conocido: el 19 de mayo de 1536, Ana Bolena, reina de Inglaterra, fue ejecutada por orden de su esposo, Enrique VIII. Su hija, Isabel, tenía menos de tres años. En Mi madre, Ana Bolena, esa distancia se cierra simbólicamente: la hija conversa con esa ausencia que la ha acompañado toda su vida.

El resultado es una meditación sobre la memoria, la identidad y la transmisión del poder entre mujeres separadas por la historia, pero unidas por una misma herida.

“Ana y su hija se miran y se confunden. Una descubre que su condena fue el precio de la otra. La otra entiende que su corona se sostiene sobre esa condena. Ambas, por fin, se reconocen”, escribe el autor, quien también es decano de la Facultad de Artes Uniacc.

La obra, una coproducción con la Corporación Cultural de Las Condes, se estructura en cuatro escenas que recorren la vigilia de Isabel, la evocación del juicio y la muerte de Ana, y finalmente el tránsito de ambas hacia la reconciliación, con un intermedio que es una suerte de mascarada donde se aborda la tragedia con ironía y sarcasmo. En el último tramo, Isabel reconoce: “Mi vida fue mi duelo por ti. Todo lo que logré fue mi manera de llorarte”.

El montaje de Claudio Pueller—quien ha dirigido las obras El sueño de Shakespeare, La última noche de Maria Callas y Maria, Mater Dei, todas de escritas por Muñoz—sitúa la acción en un espacio atemporal, donde la palabra y el silencio conviven. La escenografía y el vestuario son diseño de Monserrat Catalá, y la música original de Jorge Martínez Flores, que acompaña el viaje interior de Isabel con una partitura concebida como resonancia del recuerdo.

“No es el fantasma quien regresa —explica Muñoz—, es Isabel quien lo convoca desde su mente. Todo ocurre en su conciencia, en el instante en que se enfrenta a su propia muerte. Lo que el público ve es el pensamiento de una mujer que por fin se atreve a hablar con su madre”.

Funciones hasta el 7 de diciembre, a las 20 horas de viernes y sábado, y a las 19:00 horas del domingo, en Nuestra Señora del Rosario 30. Entrada general por $12 mil y por $10 mil con tarjeta vecino Las Condes.