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Ana Reeves, integrante del Club de Amigos y Amigas: "Radio Beethoven es mi radio, me regala emoción, alegría, conocimiento, cultura"

septiembre 4, 2025

La reconocida actriz repasa su trayectoria y reconoce que le gusta trabajar con gente joven. Habla con profundidad y honestidad intelectual de la música que la conmueve y del lugar que ocupa Radio Beethoven en su vida.

Ana Reeves, integrante del Club de Amigos y Amigas: "Radio Beethoven es mi radio, me regala emoción, alegría, conocimiento, cultura"

Está cumpliendo 60 años de carrera y es una de las actrices más queridas de nuestro país. Ampliamente reconocida por los personajes que interpretó hasta el año 2011 en teleseries de Televisión Nacional de Chile, hasta el día de hoy sigue teniendo participaciones entrañables en el teatro y en el cine.

Más de cien teleseries y más de cien obra teatrales contaron con Ana Reeves Salinas (1948).

Y este quehacer artístico lo ha articulado con un activo trabajo en Chileactores y también con la docencia: desde 1998 enseña en la Uniacc y hasta septiembre pasado fue decana de la Facultad de Artes de UNIACC. Además, en 2021 se integró como miembro de número a la Academia Chilena de Bellas Artes.

Asimismo, Ana Reeves es una fiel auditora de Radio Beethoven. Y no sólo eso, es también integrante del Club de Amigos y Amigas de la emisora.

Sobre sus pasiones musicales y lo que esta radio significa para ella, su extensa y fecunda trayectoria y sus conceptos más profundos sobre su profesión, conversamos con esta actriz.

También, de memorias y de un futuro que ve con bastante optimismo porque no sólo admira fervorosamente a actrices mayores que fueron sus referentes y a directores consagrados. También admira, y con la misma devoción, a jóvenes artistas con los que está trabajando actualmente.

«Radio Beethoven es mi radio. No puedo decir ‘mi compañía’, porque no es algo que está al lado de uno. Yo la siento muy dentro de mí. Yo la tengo prendida en todas partes, lo que me ha hecho muy inculta con respecto de lo que es la música popular», comenta Ana Reeves.

Cuando no ubica a algún cantante o cantautor que le están nombrando, suele explicarse con una sola frase: «No tengo idea, discúlpame. Yo soy Radio Beethoven». Los demás, dice, «se matan de la risa». Innumerables veces, en reuniones sociales, colocó una grabación educativa que va mostrando cómo suena cada instrumento de la orquesta. Y luego, la propaganda: «escucha Radio Beethoven». Lo hace, aclara, «por lo que la radio me regala a mí. Cómo no compartir un regalo?».

¿Qué representa para usted lo que vive a través de Radio Beethoven?

«Emoción, alegría. Y conocimiento, cultura. De pronto digo, ¿qué es eso? ¿Qué está sonando? Espero hasta el final y descubro cuál compositor era. Por ejemplo, hace un par de días, después de una obra dijeron que el compositor murió defendiendo a su familia durante la época nazi. Hace como dos días atrás. Y tenía una profundidad esa música… Como si él hubiese predestinado su muerte. O sería tal vez porque el mundo en el que él estaba viviendo le daba para componer eso. Y yo lo estaba escuchando, decía qué pasa aquí, qué está pasando, y después del final, me emocioné porque entendí el alma de ese ser humano, lo que estaba viviendo».

Para usted es importante, entonces, que en Radio Beethoven se haga la labor de anunciar qué es lo que viene y desanunciar lo que se acaba de escuchar, dando información también sobre los autores y sus vidas.

Absolutamente. Porque para mí son lecciones. Por ejemplo, a veces creo no saber quién es, aunque sí lo sé, pero no lo recuerdo. Hace un tiempo estaban dando el Réquiem de Fauré, y a mí me encanta ese réquiem. Sin embargo, como no lo escucho constantemente, me decía, ¿por qué me gusta tanto esto? Y después termina y dice, el Réquiem de Fauré. ¡Eso era, claro!. Son regalos que te llegan al alma, se van para adentro y quedan en la piel también. Y son regalos para compartir».

La bitácora musical de Ana Reeves

El Réquiem de Fauré es una de sus obras más queridas. «Algunos de sus momentos son extraordinarios», dice. Y también le gusta Haendel y Beethoven. Pero son muchas las músicas que la conmueven.

«Cuando yo era chica, cosa que mi mamá odió por supuesto, me compré un busto de yeso de Chopin. Asqueroso era, pero era la plata que tenía, y yo amaba a Chopin. Me gustaban mucho sus Polonesas, sobre todo la Heroica. Después, me enamoré de Rimsky-Korsakov; debo haber tenido unos ocho años. Después me cargó cuando empezaron las teleseries turcas, porque todo el mundo andaba tarareando Sheherazade, pero mal tarareada», ríe.

También tiene preferidos en Brasil. «Hay un músico brasilero a quien yo admiro y respeto mucho, que es Milton Nascimento, y que tiene un tema que se llama Centinela. Lo encuentro precioso», dice. Y se explica: tiene algo religioso y patético. «De alguna manera es un bello lamento de amor», agrega.

Otra música que yo, desde mi poco conocimiento, siento que es una de las mejores compuestas nunca, la mejor construida, es la de Chico Buarque de Holanda, Construcción«, comenta Ana Reeves. «Tiene ese crescendo dramático que de alguna manera y sin querer comparar, va como el Bolero de Ravel. Pero ése termina más bien heroico, y el de Chico Buarque termina con nuestro héroe en la calle; destruido en la calle», explica.

Valora igualmente la música chilena folclórica, «pero no empolvada, sino auténtica», el canto a lo humano y el canto a lo divino.

«Me gusta mucho la música religiosa. Me crié yendo a misa todos los días antes de entrar a clases, en colegio de monja. Era misa en latín, con el sacerdote de espalda. Yo la encontraba más entretenida esa misa, porque evidentemente era más teatral. Pero con los años descubrí el Padre Nuestro de Nicanor Parra, que dice, ‘Padre Nuestro que estás en los cielos llenos de toda clase de problemas’. Ahí enganché mucho con todo lo que era religioso», reconoce la actriz.

Usted escuchó, primera o de las primeras, una de las canciones más importantes de nuestro país. Su autor, que fue asesinado en 1973, la estaba a usted dirigiendo en una obra de teatro. Él la iba a presentar al Festival de la Nueva Canción Chilena. ¿Nos puede contar cómo sucedió?

«Estábamos ensayando la obra Antígona en el Teatro Camilo Henríquez que en ese momento era de la Universidad Católica. El elenco era el Taller de Experimentación Teatral del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, y Víctor Jara la dirigía. Y él tuvo la valentía y me dio el regalo de elegirme para interpretar a Antígona», recuerda.

Ana Reeves vivía muy cerca, en Estados Unidos con Villavicencio. Un día, la pasa a buscar Víctor Jara y se encaminan a Amunátegui. «Andaba con su guitarra, y llegamos adelantados. No había llegado nadie al ensayo todavía. Sacó la guitarra y me dice ‘Quiero que escuches algo que voy a presentar en el festival de la canción, a ver qué te parece. Él estaba sentado en la platea. En la primera fila, así de ladito, para poder tocar bien la guitarra. Yo estaba apoyada, me acuerdo, contra el escenario, mirándolo a él. Y se manda a este ser humano La plegaria de un labrador».

Termina y le pregunta qué le pareció.

-«Es fantástica», responde ella.
-«¿En verdad me lo dices?», insiste él.-«Es maravillosa, es demasiado linda, Víctor, gracias por… «

Entonces, llegaron los demás, preguntando que estaban tocando. «Pero él guardó la guitarra. Fue un regalo que me hizo», recuerda la actriz.

«Me gusta mucho trabajar con gente joven y pensante. Es muy nutritivo interactuar con personas que tienen capacidades reflexivas, conocimiento y sobre todo una curiosidad intelectual que es lo que los mueve finalmente a desarrollar un trabajo artístico»

Ana Reeves

Ana Reeves recibió su título de actriz por la Universidad Católica el año pasado, en una ceremonia presidida por el entonces rector UC Ignacio Sánchez (ver nota). Había iniciado sus estudios en 1964 y debutó en las tablas cuando estaba en segundo año. O sea, está cumpliendo 60 años de carrera.

“Espero llegar a cumplir los 100”, dice. “La cosa no es cuánta edad tiene uno sino cómo ha vivido la vida, ¿no es cierto?”.

¿Cómo ha sido para usted la relación con el cine en particular? ¿Le ha gustado trabajar con algunos directores más?

“He tenido la fortuna de en cine estar trabajando con muy buenos directores. Por ejemplo, para mí fue maravilloso trabajar con Silvio Caiozzi: Y de pronto el amanecer. Con esa película tuve la fortuna de ganarme un premio Siena a actriz de soporte. Era un personaje lindo y el guion estaba tan bien escrito. Y haber estado en Chiloé, que lo amo, estar trabajando allí fue estupendo, muy lindo. Otro de mis directores preferidos es Bernardo Quesney».

Trabajó con él en Desastres Naturales.

«Sí. Me llevo muy bien con él, lo quiero mucho. Desastres Naturales era su película de egreso de la Universidad Mayor, y fue maravilloso lo que hicimos, fue muy lindo ese trabajo».

Leí en una entrevista que le había encantado que fuera su primer trabajo, que para usted era muy interesante trabajar con personas que estaban debutando en la dirección, que era especial porque esos directores necesitaban al actor que convocaban para ese trabajo. ¿Podemos profundizar en esa idea?

“Creo que eso lo descubrí con Bernardo; que él me llamó a mí porque me visualizaba a mí, me quería a mí, quería que yo estuviera ahí. Entonces yo me entregué de una manera que era no tratando de corregirle ni decirle nada, sino al revés, entrar a jugar con la verdad mayor posible, a pasarlo bien haciéndolo y a tener mucha paciencia. Porque cuando está la gente empezando necesita más tiempo para todo. Está la pasión misma de la vocación ahí; cuando la gente está empezando se comprometen de una manera que se les va la vida en eso. Bueno, se les va la vida a todos los que tienen la ocasión, porque a Silvio también se les va la vida cada vez que… Eso es muy lindo. Y las otras personas que yo admiro y quiero mucho son Claudia Huaiquimilla y su marido Pablo Green».

Destaca la mente de Claudia Huaiquimilla para los guiones y el respeto que «es de ancestros mapuche, entonces tiene un respeto por los demás, mostrar la verdad de los demás, la verdad del marginado, la verdad del delincuente ¿Qué le pasa? ¿Por qué llegó a ser? No está justificando a nadie, pero es amorosamente descarnada para presentar los temas».

Ella fue la guionista del filme que se acaba de estrenar y en el cual Ana Reeves tuvo un pequeño rol: La People in the Dragon, una película que define como «conmovedora, graciosa, loca, descarnada. Tiene todos los ingredientes para ser una gran película, porque toca todas las fibras con las que cualquier persona de cualquier edad se puede llegar a identificar». La actriz es enfática: «Tanto Pablo como Claudia hacen locuras, pero son de una profundidad y una seriedad que las películas trascienden».

Antes había colaborado con ellos en obras de teatro: El desmontaje de los Pereira y Atlantium. «Me gusta mucho trabajar con gente joven y pensante. Es muy nutritivo trabajar, colaborar, hablar, interactuar con personas que tienen capacidades reflexivas, conocimiento y sobre todo una curiosidad intelectual que es lo que los mueve finalmente a desarrollar un trabajo artístico», reconoce Ana Reeves.

Ana Reeves lo ha dicho antes, entre las obras teatrales que más atesora se cuentan Buenas Noches Mamá, con María Cánepa, La Celestina,con Bélgica Castro y la dirección de Gustavo Meza. Mamma Rosa, de Fernando Debesa, on Nelly Meruane.

«Todas, hasta la última que he hecho ahora, todas son mis favoritas. Estar arriba de un escenario es un privilegio. Últimamente he hecho unas obras preciosas».

Destaca varias que dirigió Bárbara Ruiz Tagle: Las gratitudes, Mi hijo sólo camina un poco más lento y Como si pasara un tren, Felices fiestas. «Son maravillosas. Últimamente he hecho obras que solamente han sido gratificantes para mí», señala.

Recuerda también Eloísa, que escribieron Andrés Kalawski y Emilia Noguera y que dirigió Andreina Olivari en Teatro UC, por la cual recibió el premio a la mejor actuación del Círculo de Críticos de Arte 2024. También recibió el Premio Caleuche por Y de pronto el amanecer, el Pedro Sienna por La nana y el Apes por Versus.

«Actuar es jugar, pero es jugar con verdad. Y actuar no es hacerme el que, es ser. Y sentir como la persona, como el personaje»

Ana Reeves

La madre de Ana Reeves admiraba a la cantante y actriz argentina Berta Singerman y declamaba, recitaba. La llevaba al teatro infantil y al ballet en el Teatro Municipal.

«Un año antes de que yo naciera, ella perdió a su hijo, esto fue en diciembre y en el mes de marzo muere su mamá, ya su papá había muerto. Ella se opera de la vesícula, estando embarazada de mí, mi papá se enferma de cáncer y muere en noviembre y yo nazco en diciembre, entonces yo siempre digo que yo soy lo que quedó de una sucesión de pérdidas», revela.

A los 15 años, Ana Reeves ya sabía lo que quería hacer con su vida. «Me iba después del colegio a mirar las puertas de las escuelas de teatro de la Católica y de la Chile. Miraba la gente cuando salía, y decía Esta gente lo debe pasar tan bien. Y mi mamá una vez se enteró».

«No, no, no, por ningún motivo. Tú tienes que estudiar algo que te dé para vivir. En el peor de los casos vas a estudiar secretaría bilingüe. Pero era muy fuerte lo que yo sentía». La convencieron el capellán del colegio, que era un cura, y una monja del colegio. Un par de años después, cuando ella tenía 17 años, la madre murió.

«El teatro me salvó mucho de esta pérdida. Yo encontré una familia, encontré gente que hablaba lo mismo que yo quería, encontré a mis pares, encontré el lugar donde me sentí feliz. Y no paré más. A la semana que mi mamá murió, di el examen de admisión para entrar a la escuela de la Católica, y quedé. Y también después fui a ver el de la Chile, pero para variar la Chile estaba en paro. Entonces no se podía entrar. Después pude dar el examen, y también quedé», recuerda.

«Así empecé yo en teatro, con una pasión inusitada y habiendo quedado recientemente bien huérfana», resume Ana Reeves.

Y si tiene que mencionar la esencia ética de su profesión, está en que actuar es jugar, pero es jugar con verdad, Actuar no es hacerme el que, sino que es ser y sentir como el personaje».

«Soy parte del Club de Amigos y Amigas para que nuestra radio siga viva haciendo lo que hace, entregándonos toda la belleza que nos entrega»

Ana Reeves

Mucho antes de que Radio Beethoven fuera fundada en 1981 por Adolfo Flores- contrabajista- y Fernando Rosas- director de orquesta-, Ana Reeves ya había colaborado creativamente con Flores. Él compuso música para varias obras del Taller de Experimentación Teatral, y lo recuerda con mucho cariño.

¿Cómo fue para usted el momento en que supo que Radio Beethoven se silenciaba?

“¡Uf! Un gran y profundo duelo. Y lo he comentado con otras personas, es curioso, pero casi todos hicimos lo mismo. Con distintos bebestibles, claro. Yo estaba en el campo y dijeron a las 12 de la noche se termina la radio Beethoven. Y yo estaba esperando esa hora. Me serví un whisky, me senté en una silla al aire libre, en la semi oscuridad y cuando dijeron se termina la radio brindé y me saltaron las lágrimas. Yo no lloro nunca, pero ahí las lágrimas se me cayeron. No puede ser que se acabe la radio Beethoven. Si se acaba la radio Beethoven estamos mal, dije. Y nos llamamos por teléfono con muchos amigos. Estaban en lo mismo, y algunos estaban llorando, pero llorando. Al tiempo me encontré con Patricio Bañados, acá en la calle, en Isidora Goyenechea. Él iba caminando por ahí, lo saludo y le digo ¡qué pena tan grande!. Me dice, un momento, que puede revivir, puede resucitar. Y yo me fui con una esperanza enorme de que podría revivir la radio Beethoven. Cuando al tiempo dicen, Universidad Católica ha tomado la radio Beethoven en sus manos, yo dije, uy, qué maravilla. Y le agradecí de corazón al ex-rector Ignacio Sánchez que estaba tan preocupado de las artes y de todo lo que tuviera que ver esencialmente con la cultura de nuestro país. El día en que reapareció la Beethoven fui muy feliz. Y los mismos que habíamos llorado esa noche, nos llamábamos, porque teníamos radio. Fue maravilloso..

A Patricio Bañados, usted lo había conocido ¿en qué momento? ¿En Televisión Nacional?

«Lo conocí en Televisión Nacional, creo. Me parecía que tenía una voz maravillosa. Y siempre tuve mucho respeto por su persona y por su sabiduría; creo que fue un hombre sabio hasta el final.

Además, usted se comprometió con Radio Beethoven a través del Club de Amigos y Amigas de Radio Beethoven. ¿Qué la motivó a hacerlo?

«Que la radio no se termine, porque es parte de mi vida. Es una donación para que nuestra radio siga viva haciendo lo que hace, entregándonos toda la belleza que nos entrega. Si se puede aportar y hacer algo, ahí estaré siempre haciendo campaña porque nuestra Beethoven tiene que seguir para siempre».

Por Romina de la Sotta Donoso | 02-09-2025

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